"La venganza es un plato que se degusta frío".
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Salinas le cobra cuentas a Zedillo
Publica libro en el que enjuicia “de forma documentada” a su sucesor, en el que detalla que que además de provocar dicha crisis, el gobierno zedillista solicitó ayuda al gobierno estadounidense
Fidel Samaniego R.
El Universal
Sábado 03 de mayo de 2008
Con el gobierno de Ernesto Zedillo, México sufrió un viraje histórico que provocó una década de parálisis, afirma Carlos Salinas de Gortari. Y puntualiza que entre 1995 y 1998 se tomaron decisiones que convirtieron un problema en una crisis “y provocaron la ruina económica y social más grave desde la Revolución de 1910”.
El que fuera presidente de la República de 1988 a 1994 califica esto como un “cataclismo”, y señala que además de provocar dicha crisis, el gobierno zedillista solicitó ayuda al gobierno estadounidense y entregó el sistema de pagos con los bancos del país, lo que significó perder el control del motor que promueve el desarrollo nacional.
Al mismo tiempo, agrega Salinas de Gortari, México sufrió un saqueo de recursos sin precedente, tanto por lo que costó el llamado rescate bancario como por el envío de las utilidades bancarias a sus matrices en el exterior “pagadas con impuestos de los mexicanos”.
Un juicio demoledor. En su nuevo libro: La Década Perdida que circulará a partir de la próxima semana, Carlos Salinas de Gortari ajusta cuentas a Ernesto Zedillo Ponce de León. Y lo hace en el texto, de manera documentada, con citas y cifras para contribuir a un debate informativo.
Así, el autor manifiesta que al cancelar el programa social a favor de la organización popular —Solidaridad—, entregar el sistema de pagos del país, debilitar a Petróleos Mexicanos y atrofiar las finanzas públicas, se abatió la soberanía nacional y hubo un deterioro en las instituciones y la vida democrática.
Y aún más, sentencia que este retroceso neoliberal culminó con el atropello al régimen de libertades y el debilitamiento del estado de derecho. En el libro Salinas muestra documentos que, asegura, “detallan el uso de las procuradurías con agendas políticas y su consecuente deterioro institucional” y añade que “el corolario de todo ello fue la explosión del narcotráfico y la pérdida de la seguridad y la paz en territorios de muchas comunidades a manos de los cárteles”.
En el prólogo del libro, cuyo texto fue concluido esta primavera, Salinas de Gortari no escribió en ningún momento el nombre de Ernesto Zedillo, pero las alusiones son evidentes. Tampoco cita a Andrés Manuel López Obrador con nombre y apellidos, pero también queda claro a quién se refiere, por ejemplo:
“... Los problemas y las deficiencias de quien encabezó la jefatura de Gobierno en la capital durante esos años —2000 al 2006—, no deben generalizarse al partido que lo llevó al poder.
En su obra, Carlos Salinas expresa que frente al neoliberalismo que gobernó durante más de una década, se promovió una alternativa fundada en la tradición mexicana que consideraba la acción dominante y omnipresente del Estado como la única opción que permitía alcanzar los propósitos nacionales.
Explica que los que impulsaron esta alternativa privilegiaron al Estado como el gran propietario de la economía, dispensador de servicios, supuesto árbitro entre el capital y el trabajo sustituyendo a la sociedad organizada.
Eso significó, según su ensayo, el populismo autoritario ejercido desde el Gobierno de la ciudad de México entre 2000 y 2006. Y agrega que fue una alternativa que ya tenía antecedentes de gobierno, en México en la década de 1970 y durante la segunda mitad del siglo pasado en América Latina.
Este tipo de populismo, señala, con sus programas sociales clientelares, debilitando las organizaciones populares, con obras de relumbrón sin sustento financiero transparente, sin rendición de cuentas, debilita a su vez a las instituciones y al estado de derecho, y pretende perpetuarse en el poder.
Salinas de Gortari establece que en realidad esta supuesta alternativa no ofrece un gobierno nuevo, pues sus principales miembros ya gobernaron desde el PRI vinculado con la nomenklatura. Y expresa: “Tampoco es una repetición de la historia, a menos que antes fuera tragedia y ahora terminara en comedia”.
El ex presidente de la República aclara, sin embargo, que en los dos gobiernos federales que llevaron al país al neoliberalismo, hubo un esfuerzo comprometido para evitar ello, de servidores públicos, trabajadores y dirigentes sindicales, líderes sociales y reformadores del PRI y del PAN. También señala que dentro del PRD hay dirigentes y militantes comprometidos con una verdadera alternativa progresista que promueven el respeto al estado de derecho y el fortalecimiento de la vida institucional.
En el prólogo de La Década Perdida, Carlos Salinas de Gortari menciona la lealtad solidaria y la fina inteligencia de su esposa Ana Paula Gerard, y dice que sus hijos, Cecilia, Emiliano y Juan Cristóbal realizaron exigentes lecturas de diversas partes del manuscrito. Agrega que espera que Ana Emilia Margarita y Patricio Jerónimo encuentren en las páginas de la obra una explicación complementaria de lo acontecido durante la primera década de su vida y se refiere en especial a Mateo, porque su llegada es una responsabilidad bienvenida y una oportunidad agradecida.
También señala que de sus hermanos, Adriana revisó partes del manuscrito, Raúl compartió su dramática experiencia para un capítulo sobre las fabricaciones y abusos que padeció a lo largo de sus procesos, Sergio realizó señalamientos precisos sobre partes del contenido y todos conservan la tristeza por la ausencia de Enrique.
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http://www.eluniversal.com.mx/notas/503806.html
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Salinas le cobra cuentas a Zedillo
Publica libro en el que enjuicia “de forma documentada” a su sucesor, en el que detalla que que además de provocar dicha crisis, el gobierno zedillista solicitó ayuda al gobierno estadounidense
Fidel Samaniego R.
El Universal
Sábado 03 de mayo de 2008
Con el gobierno de Ernesto Zedillo, México sufrió un viraje histórico que provocó una década de parálisis, afirma Carlos Salinas de Gortari. Y puntualiza que entre 1995 y 1998 se tomaron decisiones que convirtieron un problema en una crisis “y provocaron la ruina económica y social más grave desde la Revolución de 1910”.
El que fuera presidente de la República de 1988 a 1994 califica esto como un “cataclismo”, y señala que además de provocar dicha crisis, el gobierno zedillista solicitó ayuda al gobierno estadounidense y entregó el sistema de pagos con los bancos del país, lo que significó perder el control del motor que promueve el desarrollo nacional.
Al mismo tiempo, agrega Salinas de Gortari, México sufrió un saqueo de recursos sin precedente, tanto por lo que costó el llamado rescate bancario como por el envío de las utilidades bancarias a sus matrices en el exterior “pagadas con impuestos de los mexicanos”.
Un juicio demoledor. En su nuevo libro: La Década Perdida que circulará a partir de la próxima semana, Carlos Salinas de Gortari ajusta cuentas a Ernesto Zedillo Ponce de León. Y lo hace en el texto, de manera documentada, con citas y cifras para contribuir a un debate informativo.
Así, el autor manifiesta que al cancelar el programa social a favor de la organización popular —Solidaridad—, entregar el sistema de pagos del país, debilitar a Petróleos Mexicanos y atrofiar las finanzas públicas, se abatió la soberanía nacional y hubo un deterioro en las instituciones y la vida democrática.
Y aún más, sentencia que este retroceso neoliberal culminó con el atropello al régimen de libertades y el debilitamiento del estado de derecho. En el libro Salinas muestra documentos que, asegura, “detallan el uso de las procuradurías con agendas políticas y su consecuente deterioro institucional” y añade que “el corolario de todo ello fue la explosión del narcotráfico y la pérdida de la seguridad y la paz en territorios de muchas comunidades a manos de los cárteles”.
En el prólogo del libro, cuyo texto fue concluido esta primavera, Salinas de Gortari no escribió en ningún momento el nombre de Ernesto Zedillo, pero las alusiones son evidentes. Tampoco cita a Andrés Manuel López Obrador con nombre y apellidos, pero también queda claro a quién se refiere, por ejemplo:
“... Los problemas y las deficiencias de quien encabezó la jefatura de Gobierno en la capital durante esos años —2000 al 2006—, no deben generalizarse al partido que lo llevó al poder.
En su obra, Carlos Salinas expresa que frente al neoliberalismo que gobernó durante más de una década, se promovió una alternativa fundada en la tradición mexicana que consideraba la acción dominante y omnipresente del Estado como la única opción que permitía alcanzar los propósitos nacionales.
Explica que los que impulsaron esta alternativa privilegiaron al Estado como el gran propietario de la economía, dispensador de servicios, supuesto árbitro entre el capital y el trabajo sustituyendo a la sociedad organizada.
Eso significó, según su ensayo, el populismo autoritario ejercido desde el Gobierno de la ciudad de México entre 2000 y 2006. Y agrega que fue una alternativa que ya tenía antecedentes de gobierno, en México en la década de 1970 y durante la segunda mitad del siglo pasado en América Latina.
Este tipo de populismo, señala, con sus programas sociales clientelares, debilitando las organizaciones populares, con obras de relumbrón sin sustento financiero transparente, sin rendición de cuentas, debilita a su vez a las instituciones y al estado de derecho, y pretende perpetuarse en el poder.
Salinas de Gortari establece que en realidad esta supuesta alternativa no ofrece un gobierno nuevo, pues sus principales miembros ya gobernaron desde el PRI vinculado con la nomenklatura. Y expresa: “Tampoco es una repetición de la historia, a menos que antes fuera tragedia y ahora terminara en comedia”.
El ex presidente de la República aclara, sin embargo, que en los dos gobiernos federales que llevaron al país al neoliberalismo, hubo un esfuerzo comprometido para evitar ello, de servidores públicos, trabajadores y dirigentes sindicales, líderes sociales y reformadores del PRI y del PAN. También señala que dentro del PRD hay dirigentes y militantes comprometidos con una verdadera alternativa progresista que promueven el respeto al estado de derecho y el fortalecimiento de la vida institucional.
En el prólogo de La Década Perdida, Carlos Salinas de Gortari menciona la lealtad solidaria y la fina inteligencia de su esposa Ana Paula Gerard, y dice que sus hijos, Cecilia, Emiliano y Juan Cristóbal realizaron exigentes lecturas de diversas partes del manuscrito. Agrega que espera que Ana Emilia Margarita y Patricio Jerónimo encuentren en las páginas de la obra una explicación complementaria de lo acontecido durante la primera década de su vida y se refiere en especial a Mateo, porque su llegada es una responsabilidad bienvenida y una oportunidad agradecida.
También señala que de sus hermanos, Adriana revisó partes del manuscrito, Raúl compartió su dramática experiencia para un capítulo sobre las fabricaciones y abusos que padeció a lo largo de sus procesos, Sergio realizó señalamientos precisos sobre partes del contenido y todos conservan la tristeza por la ausencia de Enrique.
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http://www.eluniversal.com.mx/notas/503806.html
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