Madrid. La tragedia es que esto no lo podamos hacer en México, dijo con el poético tino del sur Juan Sabines, gobernador de Chiapas, cuando bajaba las escaleras del Congreso de los Diputados, de las históricas Cortes de Madrid. Estaba emocionado y no era para menos. Felipe Calderón acababa de tener una tarde triunfal. Una sesión de una hora en donde los populares y los socialistas, Rajoy y Bono, Moratinos y la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, y cada uno de los más de 300 congresistas españoles presentes le regalaron al llegar y al salir largos, encendidos, sentidos, cariñosos aplausos que, bien dice Sabines, jamás le ofrecerán en San Lázaro y Xicoténcatl los montaraces legisladores del PRD y el PRI.
Hay algo que España le quiere decir a México. Tuvieron que pasar tres años para que las Cortes recibieran a un jefe de Estado extranjero. Lo hizo sentir José Bono, el presidente del Congreso, al aludir a la vocación americana de España, a la gratitud infinita con el pueblo mexicano que acogió a los exiliados de la guerra civil: “Hemos sido perseguidos por los mismos inquisidores”.
Y lo devolvió un sobrio Calderón que se dejó querer por un Congreso incondicional: reflexionemos ahora en busca de un futuro en donde España es estratégica para México. España, el socio de los 18 mil millones de dólares de inversión en los últimos ocho años.
Gran primer día para el Presidente. Recibido por el rey Juan Carlos en el Palacio Real de El Pardo con honores inusuales. Y aclamado en las Cortes.
Por eso cuando uno recuerda desde aquí el tráfago político cotidiano de México, no tiene más que darle la razón al gobernador Sabines: dos largos aplausos y una tragedia: la del reconocimiento negado.
gomezleyva@milenio.com
Tragedia porque quienes ni reconocen a sus ancestros, quienes de su madre reniegan, son los que no son capaces de dar apalusos.. solo resentimiento y rencor.
Y con estos dos atributos no se llega a nada, sólo a la soledad y la amargura.
Lástima por nosotros.
Saludos.
Hay algo que España le quiere decir a México. Tuvieron que pasar tres años para que las Cortes recibieran a un jefe de Estado extranjero. Lo hizo sentir José Bono, el presidente del Congreso, al aludir a la vocación americana de España, a la gratitud infinita con el pueblo mexicano que acogió a los exiliados de la guerra civil: “Hemos sido perseguidos por los mismos inquisidores”.
Y lo devolvió un sobrio Calderón que se dejó querer por un Congreso incondicional: reflexionemos ahora en busca de un futuro en donde España es estratégica para México. España, el socio de los 18 mil millones de dólares de inversión en los últimos ocho años.
Gran primer día para el Presidente. Recibido por el rey Juan Carlos en el Palacio Real de El Pardo con honores inusuales. Y aclamado en las Cortes.
Por eso cuando uno recuerda desde aquí el tráfago político cotidiano de México, no tiene más que darle la razón al gobernador Sabines: dos largos aplausos y una tragedia: la del reconocimiento negado.
gomezleyva@milenio.com
Tragedia porque quienes ni reconocen a sus ancestros, quienes de su madre reniegan, son los que no son capaces de dar apalusos.. solo resentimiento y rencor.
Y con estos dos atributos no se llega a nada, sólo a la soledad y la amargura.
Lástima por nosotros.
Saludos.
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