Salvador García Soto Serpientes y Escaleras 21 de junio de 2008 |
Ebrard-AMLO: ¿inició el parricidio? |
Se niegan a aceptarlo, se incomodan cuando se les toca el tema y le dan vueltas y explicaciones; pero en los hechos es evidente que Marcelo Ebrard ha iniciado un lento pero claro proceso de toma de distancia de quien fuera su impulsor político para llegar al GDF |
Aunque en el discurso formal mantiene su lealtad al tabasqueño y no habrá separación pública, en la ‘real politik’ Marcelo ya está dando pasos propiosSe niegan a aceptarlo, se incomodan cuando se les toca el tema y le dan vueltas y explicaciones; pero en los hechos es evidente que Marcelo Ebrard ha iniciado un lento pero claro proceso de toma de distancia de quien fuera su impulsor político para llegar al GDF. Andrés Manuel López Obrador se volvió, desde hace tiempo, una figura incómoda para el jefe del Gobierno. Sus acciones radicales, su tendencia a la baja en las encuestas que arrastró al PRD y su obsesión por controlarlo todo y ser el único jefe —“el movimiento soy yo”— hicieron que en el Palacio del Ayuntamiento decidieran ir, poco a poco, cortando el cordón umbilical, y comenzarán a perfilar, ya sola, la figura, el grupo y el proyecto político de Ebrard. Aunque en el discurso formal mantiene su lealtad y su reconocimiento al tabasqueño y nunca habrá una separación pública y ruidosa, en la real politik Marcelo ya está dando pasos propios y algunos incluso en sentido contrario a los de AMLO. La primera señal de toma de distancia se dio en las irresueltas elecciones internas del PRD. Si bien apoyó con acciones y programas a Encinas, Ebrard nunca se metió de lleno a la disputa por la dirigencia nacional y centró su estrategia y sus fuerzas en sacar a Alejandra Barrales como dirigente en el DF, y como cabeza de playa de su naciente grupo propio. “Que se desgarren entre ellos, nosotros a lo nuestro”, llegó a comentar el gobernante capitalino a sus cercanos, en medio de la reyerta por el CEN entre Los Chuchos y lopezobradoristas. Aquello fue el comienzo de un parricidio político en el que el pupilo iniciaba la diferenciación de su tutor. Lo mismo que hizo en su momento Andrés Manuel con Cuauhtémoc Cárdenas, cuando desde el GDF comenzó a crecer su figura y a perfilar su proyecto propio después del 2000, ahora lo hace Marcelo para con el tabasqueño. Fue en el debate petrolero, en el Senado, donde la ejecución del “parricidio” se hizo evidente. Al lanzar como suya la convocatoria a una consulta popular sobre las reformas a Pemex, Marcelo no sólo arrebató la estafeta del movimiento contra la privatización que AMLO siente de su propiedad, sino que mandó la señal clara e inequívoca de que en su estrategia cabían todos los grupos del PRD. El primer golpe al patriarca se dio cuando Guadalupe Acosta Naranjo, dirigente interino del PRD y cabeza de Nueva Izquierda —grupo antagónico del lopezobradorismo—, dio su apoyo público a Marcelo y a su consulta. El acercamiento de Los Chuchos al jefe del GDF, con quien mantenían hasta entonces una confrontación, fue el inicio de las nuevas alianzas que busca Ebrard. El segundo y doloroso golpe para AMLO fue la aparición, esta semana, de Marcelo junto a Cuauhtémoc Cárdenas. El ingeniero avaló públicamente la consulta de Ebrard y contribuyó a que el jefe de Gobierno avanzara en su deslinde. Así que le podrán llamar como quieran, podrán decir que “no hay ruptura y mucho menos divorcio o separación”; pero en la realidad un Marcelo Ebrard que se acerca a Los Chuchos y a Cárdenas se está alejando de AMLO. Y comenzó el parricidio. Nota. Y ahora, ¿votarán los amarillos por Ebrard quien ahora anda de la manita con el "traidor" de Cárdenas? ¡Qué dilema! |
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Comenzó el parricidio.
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La inteligencia no se mide por el IQ, sino por la capacidad que se tiene para entender a los demás.Etiquetas: Ninguna
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