Pues, que cada quien diga lo que le venga en gana de sus creencias, pero que nadie intente, sin argumentos sustentables, imponer nada.
Si un señor, se dice presidente legítimo, no quiere decir que sea Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Si un señor recibió dinero del Instituto Federal Electoral, para financiar una campaña política, y después, al no haber sido declarado ganador lo descalifica y lo tacha de corrupto, ineficiente y tramposo, pues que por coherencia, por mínima coherencia, devuelva tal dinero.
Si un señor piensa que él es el presidente legítimo, y que por lo tanto, descalifica las creencias de millones de mexicanos de que tenemos un Presidente Constitucional, nos está haciendo menos, nos está descalificando, está queriendo imponer sus ideas, sus gana de poder.
Yo creo, al igual que millones en el IFE, creo en el voto, por lo tanto, creo que el presidente de nuestro país es quien las instituciones reconocen como tal: Felipe Calderón.
A mí, que no me digan que no tengo presidente.
A mí, que no me diga, nadie, si debo de creer o no en las instituciones, que no me digan que no tengo presidente.
Por supuesto que lo tengo.
Me ofende que un señor esté manifestando públicamente que mi país, que nuestro país es un pobrecito, y que no tiene Presidente Constitucional.
Si un señor quiere decir que él es el presidente legítimo, y un nutrido grupo de personas lo apoyan, pues yo les digo que respeto sus creencias, como grupo que son, pero, no, no son México, no son el país.
Quiero a México, y me duele que un señor diga que mi “pobrecito país no tiene presidente”.
Sí, como República Mexicana, tenemos Presidente, y por cierto es uno que está trabajando, que tiene errores y virtudes, por supuesto, que se le puede criticar en muchísimas cosas, sí, pero que, dentro de una patria como la nuestra, su triunfo o su fracaso, no depende exclusivamente de él , depende de todos.
Nadie tiene derecho, a, con una mano en la cintura, asegurar que lo que está avalado por nuestras instituciones, por nuestro sistema político, no existe.
Yo, ¿usted también?, creo que hay Presidente, no voy a permitir que nadie me diga que no es así.
No puedo soportar un acto de soberbia tal, que venga de la palabra de un señor que me diga lo que tengo, o que tenemos y lo que no.
Una pena, cada quien viendo qué ganancia personal obtiene.
Nos llenamos de debates egoístas que a nada nos están llevando.
Entre nosotros, entre los mexicanos, políticamente, decimos barrabasadas, tales como “vamos ganando 7 a 0”. Como si los partidos políticos compitieran entre ellos, para ganar jueguitos, no para beneficiar al país.
Meternos el pie, competencias infértiles.
Y, no vamos a ningún lugar.
Nota
Yo también tengo Presidente y se llama Felipe Calderón Hinojosa.
Si un señor, se dice presidente legítimo, no quiere decir que sea Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Si un señor recibió dinero del Instituto Federal Electoral, para financiar una campaña política, y después, al no haber sido declarado ganador lo descalifica y lo tacha de corrupto, ineficiente y tramposo, pues que por coherencia, por mínima coherencia, devuelva tal dinero.
Si un señor piensa que él es el presidente legítimo, y que por lo tanto, descalifica las creencias de millones de mexicanos de que tenemos un Presidente Constitucional, nos está haciendo menos, nos está descalificando, está queriendo imponer sus ideas, sus gana de poder.
Yo creo, al igual que millones en el IFE, creo en el voto, por lo tanto, creo que el presidente de nuestro país es quien las instituciones reconocen como tal: Felipe Calderón.
A mí, que no me digan que no tengo presidente.
A mí, que no me diga, nadie, si debo de creer o no en las instituciones, que no me digan que no tengo presidente.
Por supuesto que lo tengo.
Me ofende que un señor esté manifestando públicamente que mi país, que nuestro país es un pobrecito, y que no tiene Presidente Constitucional.
Si un señor quiere decir que él es el presidente legítimo, y un nutrido grupo de personas lo apoyan, pues yo les digo que respeto sus creencias, como grupo que son, pero, no, no son México, no son el país.
Quiero a México, y me duele que un señor diga que mi “pobrecito país no tiene presidente”.
Sí, como República Mexicana, tenemos Presidente, y por cierto es uno que está trabajando, que tiene errores y virtudes, por supuesto, que se le puede criticar en muchísimas cosas, sí, pero que, dentro de una patria como la nuestra, su triunfo o su fracaso, no depende exclusivamente de él , depende de todos.
Nadie tiene derecho, a, con una mano en la cintura, asegurar que lo que está avalado por nuestras instituciones, por nuestro sistema político, no existe.
Yo, ¿usted también?, creo que hay Presidente, no voy a permitir que nadie me diga que no es así.
No puedo soportar un acto de soberbia tal, que venga de la palabra de un señor que me diga lo que tengo, o que tenemos y lo que no.
Una pena, cada quien viendo qué ganancia personal obtiene.
Nos llenamos de debates egoístas que a nada nos están llevando.
Entre nosotros, entre los mexicanos, políticamente, decimos barrabasadas, tales como “vamos ganando 7 a 0”. Como si los partidos políticos compitieran entre ellos, para ganar jueguitos, no para beneficiar al país.
Meternos el pie, competencias infértiles.
Y, no vamos a ningún lugar.
Nota
Yo también tengo Presidente y se llama Felipe Calderón Hinojosa.
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