PRD: fracaso cultural
Del crimen estudiantil de Tlatelolco en 1968
A la tragedia de un gobierno de izquierda en 2008
Una importante mayoría de mexicanos no lo recuerda porque se trata de un acontecimiento ocurrido hace cuatro décadas: el detonante de lo que terminó en el crimen de Estado de Tlatelolco, en 1968.
Nos referimos a la campal estudiantil del 22 de julio de 1968 en La Ciudadela —entre jóvenes de la Vocacional 2 del IPN y la preparatoria Isaac Ochotorena—, que desencadenó choques entre estudiantes y policías desde el 22 al 29 de julio y que terminaron con la ocupación militar de escuelas y el derribo de la puerta colonial de la Preparatoria 1 con una bazuca. Lo que siguió fue la más formidable movilización estudiantil que se recuerde —entre agosto y septiembre— y la respuesta brutal del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (GDO): la masacre del 2 de octubre y el inicio de la transición democrática.
El breve ejercicio memorioso parece importante no para comparar la brutalidad policiaca y oficial de 1968 con la estupidez criminal del operativo del viernes en una discoteca, en la que perdieron la vida 12 personas, nueve de ellas adolescentes, sino para tratar de explicar lo que en el Itinerario Político de ayer identificamos como “la derrota cultural de la llamada izquierda que gobierna el DF desde 1997”.
¿Por qué creemos que la tragedia de la discoteca —que algunos llaman “el viernes negro de Marcelo Ebrard”— es una muestra del fracaso cultural de la izquierda que representa el PRD?
Vale recordar que buena parte de esa izquierda que cohabita en el PRD tiene en el movimiento estudiantil de 1968 uno de sus referentes domésticos más simbólicos y, al mismo tiempo, es motor histórico del reclamo estudiantil —de suyo juvenil— al ejercicio de libertades y derechos básicos: de expresión, manifestación, asociación y libre tránsito; a la educación, el trabajo y una vida digna.
Pero tras un breve recorrido desde antecedentes como el mítico Partido Comunista, pasando por movimientos juveniles masivos como los de 1968 y 1971, por expresiones guerrilleras, fracturas y cicatrices de la izquierda, persecuciones de gobiernos autoritarios y resabios delirantes y extremos como el EZLN y el PRD, el saldo final se antoja de tragedia monumental si cuatro décadas de lucha de esa izquierda concluyen con un gobierno como el de Ebrard.
¿Qué es sino una tragedia para la izquierda mexicana que 40 años de historia, lucha, persecución y sangre, de esfuerzo, se resuman en un gobierno como ése? ¿Valió la pena esa lucha para llegar a un gobierno que atesora lo peor del viejo PRI, corrupto, autoritario, con una policía criminal, que excluye a los jóvenes y tiró a la basura lo mejor de la izquierda? ¿Valieron las vidas que se perdieron, los sueños e ideales, para terminar con un partido como el PRD? Eso por un lado.
En segundo lugar, los hijos del 68 recuerdan las gestas estudiantiles y juveniles como motor de la izquierda y el cambio. Pero cuando esa izquierda ya envejecida, domesticada por el poder, se convierte en gobierno, como el PRD en el DF, ya nada tiene que ver con los jóvenes, a los que trata peor que como fueron tratados por los gobiernos autoritarios nuestros próceres de la izquierda mexicana. Hoy fue Ebrard, pero ayer AMLO trató a los presos políticos de su gobierno peor que como el gobierno de Díaz Ordaz.
Pero vayamos a otra dolorosa evidencia del fracaso cultural de esa izquierda. ¿Qué significa que en el DF proliferen en medio de la corrupción tantas réplicas del New’s Divine? Esa es la tragedia y la derrota cultural de la izquierda: que en casi 12 años de gobiernos los jóvenes de hoy en la capital del país parecen tener menos libertades y derechos que aquellos jóvenes del 68 y del 71 con los gobiernos represores del PRI.
Hoy el único espacio posible para miles o millones de jóvenes —sea por su condición económica, social, educativa, de inseguridad…— no son la calle, la banqueta o las escuelas; no es la célula de izquierda, de un grupo de lectura, organización política y menos religiosa. El único espacio posible de diversión, esparcimiento o “desmadre”, son ratoneras como esa discoteca. ¿Qué han hecho por los jóvenes en 12 años de gobiernos el PRD y la izquierda en el DF?
La respuesta avergüenza a los que creímos y creemos en la izquierda; a los jóvenes ni los ven ni los escuchan, salvo para efectos clientelares. Hoy esa izquierda farsante, de doble rostro, está calladita, incongruente. ¿Imaginan la escandalera si la tragedia fuera en un gobierno azul?
Ricardo Alemán
El Universal.
Que triste y descorazonador ha de ser ,para los VERDADEROS hombres y mujeres de izquierda, leer estos comentarios.
Pero dejaron crecer estos reprobables actos y ahora que queda... tristeza !!!
Saludos.
Del crimen estudiantil de Tlatelolco en 1968
A la tragedia de un gobierno de izquierda en 2008
Una importante mayoría de mexicanos no lo recuerda porque se trata de un acontecimiento ocurrido hace cuatro décadas: el detonante de lo que terminó en el crimen de Estado de Tlatelolco, en 1968.
Nos referimos a la campal estudiantil del 22 de julio de 1968 en La Ciudadela —entre jóvenes de la Vocacional 2 del IPN y la preparatoria Isaac Ochotorena—, que desencadenó choques entre estudiantes y policías desde el 22 al 29 de julio y que terminaron con la ocupación militar de escuelas y el derribo de la puerta colonial de la Preparatoria 1 con una bazuca. Lo que siguió fue la más formidable movilización estudiantil que se recuerde —entre agosto y septiembre— y la respuesta brutal del gobierno de Gustavo Díaz Ordaz (GDO): la masacre del 2 de octubre y el inicio de la transición democrática.
El breve ejercicio memorioso parece importante no para comparar la brutalidad policiaca y oficial de 1968 con la estupidez criminal del operativo del viernes en una discoteca, en la que perdieron la vida 12 personas, nueve de ellas adolescentes, sino para tratar de explicar lo que en el Itinerario Político de ayer identificamos como “la derrota cultural de la llamada izquierda que gobierna el DF desde 1997”.
¿Por qué creemos que la tragedia de la discoteca —que algunos llaman “el viernes negro de Marcelo Ebrard”— es una muestra del fracaso cultural de la izquierda que representa el PRD?
Vale recordar que buena parte de esa izquierda que cohabita en el PRD tiene en el movimiento estudiantil de 1968 uno de sus referentes domésticos más simbólicos y, al mismo tiempo, es motor histórico del reclamo estudiantil —de suyo juvenil— al ejercicio de libertades y derechos básicos: de expresión, manifestación, asociación y libre tránsito; a la educación, el trabajo y una vida digna.
Pero tras un breve recorrido desde antecedentes como el mítico Partido Comunista, pasando por movimientos juveniles masivos como los de 1968 y 1971, por expresiones guerrilleras, fracturas y cicatrices de la izquierda, persecuciones de gobiernos autoritarios y resabios delirantes y extremos como el EZLN y el PRD, el saldo final se antoja de tragedia monumental si cuatro décadas de lucha de esa izquierda concluyen con un gobierno como el de Ebrard.
¿Qué es sino una tragedia para la izquierda mexicana que 40 años de historia, lucha, persecución y sangre, de esfuerzo, se resuman en un gobierno como ése? ¿Valió la pena esa lucha para llegar a un gobierno que atesora lo peor del viejo PRI, corrupto, autoritario, con una policía criminal, que excluye a los jóvenes y tiró a la basura lo mejor de la izquierda? ¿Valieron las vidas que se perdieron, los sueños e ideales, para terminar con un partido como el PRD? Eso por un lado.
En segundo lugar, los hijos del 68 recuerdan las gestas estudiantiles y juveniles como motor de la izquierda y el cambio. Pero cuando esa izquierda ya envejecida, domesticada por el poder, se convierte en gobierno, como el PRD en el DF, ya nada tiene que ver con los jóvenes, a los que trata peor que como fueron tratados por los gobiernos autoritarios nuestros próceres de la izquierda mexicana. Hoy fue Ebrard, pero ayer AMLO trató a los presos políticos de su gobierno peor que como el gobierno de Díaz Ordaz.
Pero vayamos a otra dolorosa evidencia del fracaso cultural de esa izquierda. ¿Qué significa que en el DF proliferen en medio de la corrupción tantas réplicas del New’s Divine? Esa es la tragedia y la derrota cultural de la izquierda: que en casi 12 años de gobiernos los jóvenes de hoy en la capital del país parecen tener menos libertades y derechos que aquellos jóvenes del 68 y del 71 con los gobiernos represores del PRI.
Hoy el único espacio posible para miles o millones de jóvenes —sea por su condición económica, social, educativa, de inseguridad…— no son la calle, la banqueta o las escuelas; no es la célula de izquierda, de un grupo de lectura, organización política y menos religiosa. El único espacio posible de diversión, esparcimiento o “desmadre”, son ratoneras como esa discoteca. ¿Qué han hecho por los jóvenes en 12 años de gobiernos el PRD y la izquierda en el DF?
La respuesta avergüenza a los que creímos y creemos en la izquierda; a los jóvenes ni los ven ni los escuchan, salvo para efectos clientelares. Hoy esa izquierda farsante, de doble rostro, está calladita, incongruente. ¿Imaginan la escandalera si la tragedia fuera en un gobierno azul?
Ricardo Alemán
El Universal.
Que triste y descorazonador ha de ser ,para los VERDADEROS hombres y mujeres de izquierda, leer estos comentarios.
Pero dejaron crecer estos reprobables actos y ahora que queda... tristeza !!!
Saludos.

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