¿Ser de izquierda? |
1 Jul. 08
Justo hace ocho días fui invitada al programa Shalalá, el cual es conducido por dos grandes amigas y colegas: Sabina Berman y Katia D'Artigues. Shalalá significa libertad, y lo más bonito de todo es que ellas reciben a sus invitados en su supuesta casa para platicar en plena libertad, sin censura, sin corrección política, sin competencias ideológicas.
Con vino y cena, eso sí. Desde que empezó a transmitirse este espacio (mayo de 2007), procuro verlo todos los miércoles a las doce de la noche en el Canal 13. Confieso que a veces me lo pierdo debido a la hora tan avanzada a la que pasa, no obstante, he tenido la suerte de ver las mejores entrevistas, como por ejemplo: Diana Laura y Mario, el primer matrimonio de transexuales de México, Elba Esther Gordillo, Jacobo Zabludovsky, Marcelo Ebrard, el cardenal Norberto Rivera Carrera, Beatriz Paredes, Andrés Manuel López Obrador, Diego Fernández de Cevallos, Josefina Vázquez Mota, Alfonso Cuarón, Ana Guevara, Julio César Chávez, Enrique Krauze, Carlos Monsiváis y Cuauhtémoc Cárdenas. Todas me han gustado por su frescura, por la inteligencia de las preguntas y, especialmente, por el formato. De ahí que cuando me invitara Sabina Berman, me dio mucho gusto asistir a sabiendas de lo que me esperaba.
Pero no, finalmente, muchas de sus preguntas me tomaron por sorpresa, sobre todo una; una que me formuló Katia, viéndome derechito a los ojos:
"¿Qué es para ti ser de izquierda?". Me quedé helada, pues pensé que lo tenía muy claro. Para nada. No pude contestar, pronto se me vinieron encima todas las definiciones en mi cabeza sin poder articular ninguna. ¿Por qué esta pregunta aparentemente tan sencilla me confrontó tanto? ¿Le pasará así a todos los izquierdistas? ¿A cuántos de sus entrevistados les habrá hecho la misma pregunta? ¿Qué le habrán contestado? ¿Me confundo entre la izquierda y la derecha porque soy disléxica? Me comencé a sentir insegura. Tartamudeé. Comenzaron a sudarme las manos. Temía que muchos izquierdistas me estuvieran viendo en esos momentos. ¿Qué habría contestado Carlos Monsiváis? ¿Qué habría dicho el subcomandante Marcos? Me arrepentí de no haber leído la obra completa de Pablo González Casanova ni la de José Revueltas. Me puse tan nerviosa que no terminaba mis frases: "...Es estar con las mayorías... es pensar en los que menos tienen... es preocuparte por los problemas de tu país... es leer con seriedad los periódicos... es la participación de la sociedad civil... es... es...". En fin, nada de lo que decía era coherente ni tenía sustento.
De pronto, Sabina Berman intervino y cuestionó: "¿Cómo podías conciliar Nina Ricci simpatizando con la izquierda?". Para esos momentos, mi inseguridad era enorme, me sentía abrumada, seguía sin saber qué contestar: "...Siempre tuve presente a las costureras y su sindicato... Pensaba, no sin remordimientos, en el valor de uno de los vestidos de alta costura en comparación con los salarios de las obreras... es que... lo que sucede es que... este...". No había manera de ordenar mis ideas, comencé a sentirme culpable. Cuando llegué a mi casa, lo primero que le pregunté a mi marido fue: "¿Qué es para ti la izquierda?". No me contestó porque estaba viendo la repetición del partido de futbol de la Copa Europea de ese día. Me fui a mi recámara y con la luz apagada volví a plantearme la misma pregunta que no pude responderle a Katia y a Sabina.
-Ser de izquierda es una postura ante la vida.
-Ser de izquierda es no votar por el PRI ni por el PAN y tampoco por Patricia Mercado.
-Ser de izquierda es no permitir que otros decidan por una.
-Ser de izquierda es impedir que unas cuantas personas tengan la riqueza de todo un país.
-Ser de izquierda es apoyar la consulta de la Reforma Energética de Andrés Manuel López Obrador.
-Ser de izquierda es manifestarse por el Estado laico.
-Ser de izquierda es informar a las mujeres para que nadie decida sobre su cuerpo.
-Ser de izquierda es estar por la Ley de Convivencia.
-Ser de izquierda es interesarse por los movimientos sociales aunque sus peticiones e integrantes nos puedan parecer lejanos.
-Ser de izquierda es tener autocrítica.
-Ser de izquierda es compartir las siguientes palabras del novelista José Saramago: "Hoy no veo nada más estúpido que la izquierda. Sufre una especie de tentación maligna, que es la fragmentación. Unos enfrentados a otros, por grupos, por partidos, por opciones. Viven en medio de la confusión porque están conscientes de que el poder se les escapó. Hay una tentación autoritaria en muchos. De los ideales no queda nada".
-Ser de izquierda es tener dudas en torno a las elecciones de 2006.
Mientras me decía todo lo anterior, de pronto recordé el día en el que me dirigí en el Zócalo a más de 200 mil personas que se manifestaban por el "voto por voto". Esa mañana leí un texto titulado "¿Por qué estamos aquí?". Lo dije tan desde el fondo de mi corazón, convencida de que era la izquierda la que tenía que gobernar el país que por un momento pensé que me iba a dar un infarto. Hablar desde el corazón político de la República es algo que jamás olvidaré. Estoy segura de que nadie de la derecha hubiera aceptado hablar en la Plaza de la Constitución apoyando esta iniciativa. Lo mismo hice el día que fui a hablar a la Cámara frente a los diputados en contra del desafuero. Con este mismo ánimo fui a entrevistar al subcomandante Marcos hasta La Realidad, en Chiapas; y así podría enumerar una infinidad de vivencias que tienen que ver con la izquierda y con las que siempre he tratado de ser consecuente. Entonces, sí soy de izquierda...
Pero, ¿por qué diablos no le dije todo lo anterior a Katia?
Correo electrónico: gloaeza@yahoo.com
Nota del Reforma.
Si ni ella misma sabe lo que es ser de izquierda, quiere decir que no lo es, es pura pose
Edito para decir que las pirrurris como ella, no pueden ni deben ser de izquierda, es pecado mortal. (amarillos dixit)
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