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¿Ser de Izquierda?

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  • Re: ¿Ser de Izquierda?

    CARTA A EPIGMENIO IBARRA
    Twitter: @ferbelaunzaran

    "Estimado Epigmenio:

    Como te había adelantado, no resistí comentar tu provocador –en el mejor sentido del término- artículo, “El suicidio de la izquierda”, que publicaste en tres partes en el periódico Milenio (26 de noviembre, 3 y 10 de diciembre). Texto con agudo filo crítico con el que tengo tanto coincidencias como discrepancias.

    Aciertas al describir en parte la crisis por la que atraviesa la izquierda electoral mexicana, pero te pierdes al tratar de explicar sus razones o, al menos, eludes la discusión más importante en el terreno estratégico. Tus cuestionamientos morales, a pesar de las pronunciadas hipérboles y figuras retóricas elocuentes que utilizas y que dejan poco espacio para los necesarios matices, dan en el clavo. La famosa frase de Lord Acton, “el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente”, por desgracia, también se verifica en la izquierda.

    Es innegable que el tránsito de muchos cuadros de la izquierda a las elites dirigentes de importantes localidades y del país ha favorecido en su seno tendencias a favor del status quo, relegando el compromiso por el cambio. Sin embargo, caes en un reduccionismo moral que te lleva a condenar antes de entender, a descalificar sin detenerte en las razones, con independencia de que las compartas o no. Tus juicios preceden al análisis cuando debiera ser al revés. Me explico.

    Oportunistas que anteponen su interés personal a los del proyecto que dicen representar hay en todos los partidos, en todos los ámbitos y, sí, también en las distintas partes de la izquierda electoral que hoy están notoriamente divididas y hasta enfrentadas. Pero al generalizar esa situación y de un plumazo inmoralizar a todos los que sostienen una de las posiciones no sólo acusas sin fundamento sino que le das la vuelta al punto fundamental, estratégico, que explica en buena medida la situación crítica por la que atraviesa la izquierda en México. En ese sentido, lamento que hayas empobrecido un muy buen artículo, al tomar, en ciertos pasajes, el camino fácil, falaz y porco riguroso del maniqueísmo, reproduciendo el anatema perverso promovido por el caudillo: “quien no está conmigo está con el enemigo”, es decir, es un “traidor” o un “vendido”.

    Te cito: “Si los hoy ‘aliancistas’ se quedaron todavía un tiempo a su lado (de Andrés Manuel López Obrador) fue mientras creyeron que había alguna posibilidad de revertir el resultado. Luego, ya en sus curules, se apresuraron a tender la mano al vencedor y buscar su tajada del pastel”. Esta acusación –que, por cierto, me recuerda a las que hacía la ultra del CGH en la “Asamblea General” para todo aquel que planteaba en el movimiento estudiantil la necesidad de dialogar y negociar con las autoridades- es infame y cierra de entrada la posibilidad de cualquier acuerdo con los “malos” que se atrevieron a pensar distinto del gran líder –¡tremenda herejía!- , pues, como tú de seguro sabes por tu experiencia en El Salvador, a los traidores se les combate y, si se puede, se les aniquila; no se negocia ni se pacta con ellos. Además, con descalificaciones fáciles y baratas se esconde, tras el humo de la pira moral, el debate esencial sobre las definiciones estratégicas.

    Si compartimos, Epigmenio, una sencilla convicción democrática, en el sentido de que no hay caminos únicos e incuestionables, de que puede haber distintas alternativas y que ninguna de ellas tiene el monopolio de la legitimidad moral, entonces podemos establecer los términos de la controversia como debieron ser planteados y no como sucedió: “buenos” contra “malos”, “leales” contra “traidores”, la luz contra la obscuridad. Es verdad que en tu texto hablas de las alianzas, pero esa ya fue una discusión postrera, la cual sólo pueden explicarse por los escenarios y las consecuencias generadas por una muy mal resuelta disyuntiva original que requiere ser considerada para cualquier análisis serio de lo que hoy vivimos. Permíteme hacer una breve reseña para contextualizar.

    Hace cuatro años, la izquierda acarició la Presidencia de la República en una contienda electoral, ciertamente sucia y enrarecida, que polarizó al país en izquierda y derecha, dejando al partido del viejo régimen relegado, desdibujado y en crisis. Hoy las cosas son muy diferentes. Los partidos y personajes que disputaron en cerrada competencia la primera magistratura del país están desgastados mientras que el PRI, sin hacer más que aprovechar a su favor la confrontación post electoral y los errores de los entonces punteros, se ha fortalecido al grado de que su principal precandidato y favorito de la tele aventaja en las encuestas por más de 2 a 1 a su más cercano perseguidor.

    ¿Cómo se llegó a esta situación? ¿Por qué la izquierda no es la que mejor ha aprovechado el deficiente gobierno de Felipe Calderón, la crisis económica y el desbordamiento incontrolable de la violencia, a pesar de ser el principal y más evidente opositor de la actual administración? ¿Cómo fue que se dilapidó el gran capital político y la enorme fuerza mostrada en 2006, al grado de que Andrés Manuel y los partidos que lo apoyaron son los que mayor rechazo concitan hoy en el país? Las debidas respuestas son, sin duda, multifactoriales, pero centrémonos en lo que concierne al pensar, decir y hacer de la izquierda electoral tras el traumático desenlace de las elecciones presidenciales del 2006.

    La primera definición estratégica que se tomó ya dibujaba los derroteros que vendrían. El controvertido plantón de Reforma –tal y como se puede apreciar claramente en la evolución de las encuestas- marca el punto de quiebre en el que se acentúan dos tendencias complementarias: la pérdida de respaldo y el aumento del rechazo. Lejos de conseguir su justo objetivo, el recuento total de votos –que, por cierto, en algo que me parece inexplicable no fue solicitado al TEPJF- sólo sirvió para estigmatizar al movimiento y confirmar en importantes sectores los temores esparcidos por la guerra sucia. Fue un gran autogol. Pero lo más grave no fue la falla sino la ausencia de autocrítica, pues en lugar de rectificar se profundizó la línea política de confrontación absoluta y ajuste de cuentas con los que “haiga sido como haiga sido” se hicieron de la conducción del país, lo cual tuvo como resultado el constante aislamiento del movimiento obradorista –y de los partidos con los que se le asocia- que se olvidó de lo primordial, las necesidades de la gente, posponiendo su propuesta de cambio hasta aquel mítico momento en que recuperara lo que consideraba se le había arrebatado a la mala: la Presidencia de la República..." (continua)
    I love my attitude problem.

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    • Re: ¿Ser de Izquierda?

      (continuación)...

      "Frente a esa posición impulsada por el excandidato presidencial se planteó otra. Aprovechar el peso histórico de sus bancadas en el Senado y la Cámara de Diputados para ser una fuerza de transformación del país que impulsara los cambios contenidos en la agenda del PRD. Con ello se daría una imagen de izquierda propositiva y responsable a la ciudadanía y se evitaría que el PRI siguiera medrando con la polarización. En lugar de promover la descomposición y el enrarecimiento políticos para alentar una salida rupturista, pensando que el empeoramiento de la situación automáticamente beneficiaría a la oposición de izquierda aunque ésta se mostrara como promotora y agorera del desastre, ser un factor de estabilidad a partir de la consecución de reformas importantes y beneficiosas para el país y la sociedad. La disyuntiva era traer a “mecate corto” a Calderón hasta obligarlo a renunciar o, sin olvidar agravios ni otorgar legitimidades, ser una izquierda que trata de cumplir su programa aún siendo oposición y, con ello, buscar ganar confianza ciudadana para estar en mejores condiciones en la próxima contienda electoral, momento de la ansiada revancha. Confrontar y contrastar en todo, votando incluso contra las propuestas propias -tal y como AMLO se los pidió a los legisladores, “cuando estemos en la presidencia las llevaremos a cabo”- o construir acuerdos con las otras fuerzas políticas y sacar adelante propuestas importantes del programa de la izquierda.

      Discrepar no es problema. Al contrario, la coexistencia de diversos puntos de vista no sólo es algo natural sino también enriquecedor. Sólo hay que saber procesar las diferencias. Sin embargo, estas dos visiones estratégicas se estorbaron mutuamente, pues no hubo manera de dirimirlas institucional y democráticamente. En lugar de apostar al convencimiento y a la persuasión en una instancia de dirección colectiva, Andrés Manuel López Obrador optó por abrir el viejo y putrefacto expediente del linchamiento moral contra los que discrepan: “traidores”, “calderonistas”, “colaboracionistas”, “modositos”, “moderados”, “legitimadores”. Muchos denuestos y pocas ideas, pues de lo que se trataba era de doblar a los disidentes y alinear a todos detrás del líder al que no se le debe contrariar. Hubiera sido muy provechoso que el diálogo respetuoso y el debate inteligente zanjaran la cuestión. Pero como eso no sucedió y los heréticos dirigentes no se replegaron ante los anatemas y las hogueras morales de los inquisidores de la ortodoxia pejista, coexistieron ambas estrategias, dando una imagen incomprensible a la sociedad, un híbrido contradictorio e indescifrable. El PRD mostraba dos caras y proyectaba confusión, aunque resulta evidente que las posiciones y acciones estridentes son más visibles y dejan mayor impronta en la sociedad. Se debe reconocer, y asumir autocríticamente las responsabilidades propias, que de esta ambigüedad y ambivalencia esquizofrénica perdimos todos.

      No hubo tal separación “casi inmediata” entre ambas visiones. Lo que se dio fue un proceso largo y accidentado. De manera constante se buscaron y se dieron acuerdos de compromiso; eso sí, muy endebles y poco claros. Te recuerdo dos de los episodios más notorios. La reforma electoral que renovó al IFE, prohibió la contratación particular de propaganda política -lo que molestó mucho a los medios de comunicación electrónica- y estableció el recuento voto por voto, entre otras cosas. Muchas de las demandas de la izquierda fueron incluidas. Pero AMLO decidió sorpresivamente ponerse de lado de las televisoras y del Consejo Coordinador Empresarial, llamando a votar en contra. En la reforma energética, en 2008, se llegó al compromiso compartido de asumir el análisis y la valoración de un comité de expertos, conformado, por cierto, por propuestas que hizo el mismo Andrés Manuel. Cuando ellos avalaron los acuerdos logrados, el excandidato presidencial organizó una pantomima vergonzosa, y en un remedo de “democracia directa” en el Hemiciclo a Juárez llamó a votar también en contra. Para él, cualquier acuerdo en las Cámaras significa darle oxígeno al régimen que quiere ver colapsado, en la idea de que eso le permitiría resurgir como salvador del país.

      Estoy convencido de que si en 2006, AMLO acepta el fallo del TEPJF bajo protesta y pone el programa de transformación de la izquierda por delante, de tal forma que su capital político, el peso de las bancadas y la fuerza movilizada que en ese momento existía fuera utilizada para reformar al país, estaría él, y no Peña Nieto, a un paso de la presidencia. Pero no se hizo y el panorama es por completo diferente.

      Las alianzas son producto de la necesidad, no del gusto. Ojalá estuviéramos en una situación distinta. Dadas las condiciones de mutua debilidad del PRD y el PAN, dicho instrumento significan la única posibilidad de cambio por la vía electoral en entidades bajo dominio ancestral y caciquil del PRI. Los ciudadanos las avalaron con su voto, no obstante las diferencias y los agravios que existen entre los partidos coaligados. Hacer una alianza estatal donde el PAN es oposición no significa avalar las políticas de Calderón. El ámbito, la extensión y la temporalidad están acotados. Lo importante es determinar si las sociedades se benefician con ellas y no tengo dudas de que, por ejemplo, los oaxaqueños van a estar mejor con Gabino Cue y sin el yugo ulisista.

      Es importante contrastar experiencias. En Veracruz se siguió a pie juntillas la otra estrategia. Dante Delgado fue respaldado por PRD, PT y Convergencia y contó con las visitas de AMLO en recorridos, medios de comunicación y mítines. Sin embargo, se obtuvo un muy mermado tercer lugar con poco más del 10% de los votos.

      Entiendo y comparto muchos de tus cuestionamientos a la fallida estrategia de “guerra” contra el narco que lleva acabo la administración de Felipe Calderón y también considero que en 10 años de gobiernos panistas están muy lejos de cumplirse las expectativas de cambio que trajo la alternancia. Pero eso no nos debe llevar a hacernos a un lado ante el avance del PRI y la posibilidad real de regresión. No se trata de elegir entre PRI y PAN, sino de sacudir cacicazgos a nivel local y emparejar el terreno hacia el 2012, de tal suerte que la izquierda tenga la posibilidad de competir con éxito y triunfar.

      Es cierto que la lucha de la izquierda no se puede circunscribir al ámbito electoral, pero sería un grave error desentenderse de las urnas. Estoy consciente de que en la medida en que el PRD enarbole causas justas olvidadas y recupere su vinculación con sectores sociales que se ha alejado, mejorará su competitividad electoral. Pero aunado a ello debe hacer una política inteligente que le permita competir con posibilidades. Sería un terrible error dar por perdido el 2012 y contemplar el regreso de aquello que tanto trabajo costo vencer. Debilitar al PRI no significa favorecer a la continuidad panista, sino simplemente convertir lo que hoy es una carrera con un puntero solitario en una disputa entre tres.

      Reconozco el valor de tu crítica, Epigmenio, y considero muy saludable tus señalamientos de los errores de la campaña en 2006, de la falta de autocrítica, del sometimiento al marketing vacuo, del debilitamiento al compromiso de cambio, del apartamiento de valores y principios con el acceso al poder, etc. Contribución importante a un debate imprescindible.

      Te mando un fuerte abrazo y mis consideraciones


      Atentamente

      Fernando Belaunzarán"
      I love my attitude problem.

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      • Re: ¿Ser de Izquierda?

        Epigmenio Ibarra no es productor de telenovelas?
        Draw your own conclusion...

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        • Re: ¿Ser de Izquierda?

          Originalmente publicado por El Angu Ver post
          Epigmenio Ibarra no es productor de telenovelas?
          !Qué bruto!

          (Lea hasta aquí) (es sugerencia)


          !Siempre las mismas malas mañas!

          Manolete nos cita una "interesante respuesta" de Fernando Belaunzarán -quien "no resistió comentar el provocador artículo “El suicidio de la izquierda”, que publicó Ibarra en el periódico Milenio en fechas recientes

          Para empezar Belaunzarán ni siquiera cita bien el nombre del artículo, pero lo más cómico es que Manolete cite una "respuesta" !sin saber a qué le está "respondiendo"!

          Vamos a subsanar este "olvido" de Manolete para quien quiera saber por qué le pareció tan "provocador" el artículo que "no resistió comentarlo"

          Los artículos de Epigmenio Ibarra se pueden ver en:

          Crónica de un suicidio anunciado
          primera parte: http://impreso.milenio.com/node/8871277
          segunda parte: http://impreso.milenio.com/node/8875171
          tercera parte: http://impreso.milenio.com/node/8879084


          Ahora bien, para quienes no tienen idea de quien es el señor Fernando Belaunzarán que redactó esa "respuesta" tan mesurada, racional y bien peinada, podemos decirles que es un destacado Perredista, integrante de la corriente Nueva Izquierda... pero dicen que una imagen habla más que mil palabras.

          Pueden conocerlo en esta bonita foto:
          http://www.esmas.com/noticierostelev...co/720098.html

          O en esta otra, más reciente y en la que está mejor acompañado:
          http://michoacanenresistencia.~~~~~~...zaran-con.html


          Dime con quien andas y te diré por qué Manolete te lambisconea...

          Espero que esta información les sea de utilidad para entender lo que pretenden el señor Belaunzarán al escribir su "respuesta" y Manolete al venir a pegotearla.

          Y conste que no les estoy "matando al mensajero" ni "desprestigiando a sus ilustres"(se matan solos).

          Sabiendo a qué le está respondiendo y por qué, el artículo de Belaunzaraún es un buen texto para conocer el punto de vista de Los Chuchos, expresado por ellos mismos, no por sus detractores.

          Así explican -o así justifican- lo que está haciendo la actual dirigencia del PRD.

          Es bueno saberlo para contrastarlo con lo que dicen sus aplaudidores -partidarios de una izquierda bonita y bienpeinada- que no se oponga sino que "co-gobierne", apoye, legitime...


          .
          "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

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          • Re: ¿Ser de Izquierda?

            Belanzauran (que solo en su casa lo conocen), o como se llame no es mas que un mono cilindrero y el cilindrero es su dios el mesias asaltacunas y enajenado.
            Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
            Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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            • Re: ¿Ser de Izquierda?

              Originalmente publicado por kabrakan Ver post
              Belanzauran (que solo en su casa lo conocen), o como se llame no es mas que un mono cilindrero y el cilindrero es su dios el mesias asaltacunas y enajenado.
              La kabrakanada es como la manuelada, pero más barata

              Otro bonito ejemplo de cómo funciona la mente de los azulitos pacíficos:

              No tiene idea de quién es Fernando Belaunzarán...
              No tiene idea de qué piensa o qué ha dicho...
              Ahí tiene disponible información para por lo menos enterarse un poco, pero ni siquiera le interesa revisarla...

              No importa que sea uno de los principales detractores de Amlo y uno de los Chuchistas más dispuestos a colaborar con Calderón y los panistas...

              Es "izquierdoso" = Es "pejista, pejezombie, pejehólico"


              Así trabaja la calumnia, no necesita argumentos ni demostración, sólo difundirla y repetirla.

              Así reaccionan las mentalidades cándidas y predispuestas de los azulitos pacíficos.

              .
              JacoboCasal
              Forista Turquesa
              Last edited by JacoboCasal; 16-diciembre-2010, 07:40.
              "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

              Comment


              • Re: ¿Ser de Izquierda?

                Originalmente publicado por kabrakan Ver post
                Belanzauran (que solo en su casa lo conocen), o como se llame no es mas que un mono cilindrero y el cilindrero es su dios el mesias asaltacunas y enajenado.
                Kabrakan, aquí vamos a tener que diferir,ojalá la izquierda tuviera mas personas como Belauzaran, nada mas alejado de las enajenaciones dementes de AMLO y sus mariguanadas de país que desea... y de entes tan chancrosos como ePIGmenio
                Arack
                Forista Turquesa
                Last edited by Arack; 16-diciembre-2010, 16:10.
                I love my attitude problem.

                Comment


                • Re: ¿Ser de Izquierda?

                  ¿Padece la izquierda electoral mexicana de "fraccionismo" -Gramsci dixit. Citado con "permiso" del Jacobino, hermeneuta orgánico de cabecera en este foro :)- terminal?

                  Comment


                  • Re: ¿Ser de Izquierda?

                    Originalmente publicado por Manuel Vega Ver post
                    Kabrakan, aquí vamos a tener que diferir,ojalá la izquierda tuviera mas personas como Belauzaran, nada mas alejado de las enajenaciones dementes de AMLO y sus mariguanadas de país que desea... y de entes tan chancrosos como ePIGmenio
                    Dime con quién andas y te diré por qué Manolete te lambisconea

                    !Por supuesto que a los derechosos más retrógrados y antidemocráticos les encantaría que la "izquierda" tuviera más personas como Belaunzarán!

                    (A ver si viéndolo resaltado en negro unas 50 veces Manolete aprende a escribir el apellido correctamente).

                    Ya lo vimos conviviendo con Antonio Solá -el autor intelectual de las Campañas de Odio y de Miedo del PAN (finísima persona).

                    A los que simpatizan con la izquierda seguramente les encantaría que en el PAN hubiera más "Pancho Cachondos", o como Dania Puga, la candidata a Diputada a la que agarraron robándose unos cosméticos en una tienda en Colima, o como Rafael Quintero Curiel, subdirector de Coordinación y Avanzada de la Coordinación de Logística de la Presidencia de la República, famoso por conejearse 7 Blackberrys de Congresistas gringos en una gira de Calderón, o como... bueno, como todos esos panistas ilustres.

                    Por eso es risible el empeño de los azulitos por decir "lo que la izquierda debería hacer", "la izquierda que necesita el país" (la que necesitan ellos), y todas esas sandeces.

                    Por eso es cómico verlos adular soezmente a personajes como Belaunzarán, como adulaban a Juanito o a Alejandro Muñoz.

                    Por eso Manolete -para justificar su propia porquería- pronosticó que "toda la izquierda" iba a adular a Manuel Espino... y hasta ahora nadie lo ha hecho.

                    Así son, por eso dan risa.

                    .
                    "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

                    Comment


                    • Re: ¿Ser de Izquierda?

                      Originalmente publicado por cubo Ver post
                      ¿Padece la izquierda electoral mexicana de "fraccionismo" -Gramsci dixit. Citado con "permiso" del Jacobino, hermeneuta orgánico de cabecera en este foro :)- terminal?
                      Don Cubetas, Líder moral de la recua piadosa:

                      ¿Y yo cuándo le di "permiso" para hacer el ridículo de citar cosas que no ha leído ni conoce?

                      No trate de buscar excusas, cuando lo conocí, usted ya tenía todas las malas mañas y vicios que le conocemos, como esta de calumniar y la de pegotear cuaquier cosa que encuentra por ahí y le parece útil para aparentar una cultura que -notoriamente- no tiene.

                      En el caso de El Mago Septién -narrador de beisbol- cuando dice: "Recuerdo aquel juego de la Serie Mundial de 1937 cuando en la séptima entrada "Fulanito" bateó un hit triple por el jardín central..."

                      A ver ¿Quién le va a decir que miente? Nadie sabe de eso ni estuvo ahí, de modo que si es puro cuento ni quién pueda demostrarlo.

                      Pero si usted se pone a citar autores clásicos y no tiene ni idea de lo que está diciendo porque sólo se encontró la "frase célebre" por ahí... corre el riesgo de que alguien que sí conozca un poco el tema lo exhiba y se mofe de usted.

                      ¿O no es gracioso sorprender a un farsante que quiere lucirse y no puede sostener su chapuza? Claro que si.

                      Resignación, don Cubetas. Esta ya no se la quita "ni dios padre". Más cuidado a la próxima.

                      Le envío un cordial saludo.

                      .
                      JacoboCasal
                      Forista Turquesa
                      Last edited by JacoboCasal; 16-diciembre-2010, 18:32.
                      "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

                      Comment


                      • Re: ¿Ser de Izquierda?

                        Ser de izquierda es ser como el gallo enano que en querer y no alcanzar se la pasa todo el año.
                        Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                        Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                        • Re: ¿Ser de Izquierda?

                          -----
                          Carlos Ramírez,
                          Indicador político.

                          + Izquierda: el tiempo perdido
                          + Agendas políticas sin destino

                          La decisión de Andrés Manuel López Obrador de solicitar licencia a su militancia en el PRD por la decisión perredistas de aliarse con el PAN en la candidatura a gobernador para el Estado de México representa una severa crisis de la izquierda mexicana. Pero en realidad por otras razones: los pleitos y las alianzas revelan, parafraseando a José Revueltas, la inexistencia histórica de una izquierda mexicana.

                          El problema no es semántico sino de definiciones ideológicas. López Obrador nada tiene que ver con la izquierda, su definición carece realmente de ideas y se conforma con un posicionamiento a favor de los sectores desprotegidos a los que acurruca con presupuestos asistencialistas que consolidan la estructura de apropiación privada de la riqueza social y el acarreo de las masas.

                          Marcelo Ebrard tampoco es de izquierda y su discurso político es acomodaticio, mucho más coincidente con las propuestas programáticas del PRI salinista al cual sirvió y al cual ayudó a construir. La posición política de Ebrard es estrictamente elitista, de control de masas vía beneficios, sin ninguna educación ideológica y aspira al control corporativo y neocorporativo también al estilo priísta.

                          Cuauhtémoc Cárdenas carece de una definición de izquierda, aunque lo ayuda la reconfiguración del discurso de la política social cardenista, aplicada por su padre en los años treinta aunque basado en la organización social corporativa y el control vía el partido. Lázaro Cárdenas fue el fundador del PRI con la creación de los cuatro sectores como pilares de la representación social y del control político sectorial. Eso sí, Cárdenas delineó una política de beneficio social, con tintes populares.

                          La izquierda, en realidad, es otra cosa. La izquierda se identifica con el marxismo. Y no, por cierto con la Unión Soviética o con Cuba, sino con el marxismo que estudió la apropiación privada de la riqueza social, pero sobre todo su propuesta de nuevo sistema social a partir de un modo de producción sin participación privada. La izquierda en México ha estado asociada al Partido Comunista Mexicano, disuelto pero cuyo registro legal dio nacimiento al PRD.

                          Al país le hace falta una izquierda socialista, moderna y sobre todo democrática. Pero ni López Obrador ni Ebrard ni Cárdenas ni el PRD representan la izquierda. En 1962 el escritor y ensayista José Revueltas, dos veces expulsado del PCM, demostró en un ensayo deslumbrante y analítico la inexistencia histórica del PCM por la inexistencia también histórica en México de un partido de la clase obrera.

                          El pelito en el PRD, por tanto, tiene que ver con la disputa en las élites por una franquicia. No asustan las alianza izquierda-derecha, pero ni el PRD es de izquierda ni el PAN es de derecha. El PRD representa lo que desde 1912 analizó con frialdad y escepticismo el estudioso alemán de los partidos políticos Robert Michels al concluir que los dirigentes de los partidos derivan siempre en una oligarquía que representa los intereses de la burocracia, no de militantes ni sectores.

                          De ahí que el PRD, Ebrard, López Obrador y Cárdenas sean representantes de un neopopulismo bonapartista, construido sobre un lumpenproletariado desclasado y sin destino histórico, sin brújula ideológica, aunque todos se digan de izquierda.

                          Agendas políticas al garete

                          Los temas de seguridad y enfrentamientos entre grupos y líder traen agobiado al país. Y no es para menos. La falta de entendimiento en las élites impide la definición de los problemas de fondo y por tanto de la posibilidad de las soluciones. Lo malo es que ya van diez años de alternancia y México parece estancado todavía en el 2000.

                          Todos los años cada grupo parlamentario da a conocer lo que pomposamente llama “agenda legislativa”. Pero más que una verdadera agenda, se trata del listado de buenas intenciones. Si se lograra que todas las agendas confluyeran en un debate programado para las grandes reformas, desde cuando que el país hubiera salido de los problemas.

                          Pero no. Al final no se consideran agendas sino sólo los puntos que cada partido no va a negociar. Y ahí está la clave de la crisis: los actores políticos se niegan a negociar y sólo buscan maniobrar para imponer sus propios intereses.

                          La crisis nacional es producto del agotamiento del proyecto de desarrollo del PRI. Y no nada más por la derrota presidencial en el 2000, sino porque las dos grandes crisis --la de 1976 y la de 1982-- terminaron por desmoronar los acuerdos constitucionales para el desarrollo. La alternancia partidista en el 2000 fue producto justamente de la falta de acuerdos sobre la crisis y no nada más de la crisis.

                          El país tiene tres puntos decisivos en la agenda nacional, la que interesa a la sociedad: la reforma del régimen político, la reforma del modelo de desarrollo y la reforma constitucional para el nuevo futuro. Las cosas ya no están la reformitas de corto plazo, mezquinas, sin profundidad. Pero nadie quiere ceder. Ahí está la iniciativa de reforma fiscal de la bancada del PRI en el Senado y ocurre que esa propuesta fue repudiada por la bancada del PRI en la Cámara de Diputados.

                          Del otro lado hay iniciativas del gobierno federal panista, pero también padecen la falta de capacidad de negociación, además de que se trata de iniciativas de reformas chiquitas. Y ello extraña porque el PAN tuvo históricamente claro que el modelo de nación del PRI albergaba en su seno las semillas del autoritarismo, el populismo y la corrupción. Pero ya en el poder, el PAN ha decidido por los ajustes cosméticos.

                          Lo grave de todo es que la prioridad nacional debe ser la reforma del proyecto nacional de desarrollo, pero cada partido trae su rollo aparte y sin ninguna posibilidad de cruzar agendas parciales para llegar a la gran agenda nacional. Al parecer, las élites políticas han decidido olvidarse de la crisis nacional y prepararse para la lucha por el poder en el 2012, aunque puedan tener entonces un país sin horizonte histórico.

                          El papel del ejército

                          No debe resultar extraño que el avance militar sobre los diezmados cárteles de la droga encuentre un rechazo de grupos interesados. Pero lo que debe quedar claro es que las fuerzas militares son la primera línea de combate contra los enemigos de la soberanía y la última línea de combate.

                          No es posible imaginar al país --o a un país-- un día sin ejército. Las labores no son sólo de defensa sino de apoyo a la población civil. El programa DN-III para auxilio a poblaciones afectadas por fenómenos naturales es un ejemplo para el mundo.

                          Las fuerzas armadas --no hay que olvidarlo-- fueron convocadas a labores no de seguridad pública --no son policías-- sino de seguridad interior, considerando a ésta como parte sustancial de la seguridad nacional. Los cárteles de la droga se apoderaron a lo largo de más de veinticinco años de espacios territoriales y los convirtieron en zonas francas donde los gobiernos civiles son inexistentes.

                          Tamaulipas, Ciudad Juárez, la zona metropolitana de Monterrey, Michoacán, ciudades enteras de Sinaloa, Guadalajara, y amenazas latentes sobre Veracruz, Puebla, Morelos y Estado de México son hasta ahora zonas dominadas por presencia criminal. La dimensión de la violencia debe analizarse no en función de los saldos sangrientos sino del hecho de que el Estado ha comenzado a recuperar soberanía territorial.

                          Los que piden atacar el narcotráfico con empleo y educación --variables secundarias-- no quieren ver la realidad: 120 mil delincuentes detenidos, 30 mil delincuentes muertos, miles de armas decomisadas, y una red de poder determinada por la complicidad de policías, políticos y funcionarios.

                          No debe resultar extraño, por ejemplo, que haya una campaña contra el ejército por daños a civiles en operaciones de choque contra bandas criminales. Y sí debe resultar extraño el silencio político por casos de complicidad probada como la del diputado perredista Julio César Godoy, quien fue desaforado por pruebas contundentes de relaciones peligrosas con el cártel de La Familia Michoacana.

                          Lo que le ha faltado al gobierno federal es extender los programas de salud, educación y empleo a las zonas contaminadas. Ante el vacío de comunicación gubernamental, las informaciones de la violencia ocupan los rincones de las preocupaciones sociales.

                          La intervención del ejército en la seguridad interior no fue un capricho sino un asunto de soberanía del Estado. A menos, claro, que se quiera entregar el país a los cárteles del crimen organizado.
                          -----

                          http://www.indicadorpolitico.com.mx/2011/CF/27f.php

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                          • Re: ¿Ser de Izquierda?

                            sigpic INSERT RANDOM BULLSHIT HERE.

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                            • Re: ¿Ser de Izquierda?

                              La perspectiva de las izquierdas en el 2012
                              Octavio Rodríguez Araujo* /I

                              En términos sencillos, más o menos aceptados por especialistas autorizados, izquierda y derecha son conceptos relativos y cada uno de ellos hace referencia al otro, especialmente el primero, puesto que la esencia de la derecha, para decirlo con Kolakowski, es la afirmación de las condiciones existentes –un hecho y no una utopía–, cuando no el deseo de volver a un estado que ya fue realizado, a un hecho ya cumplido.

                              De aquí que a las derechas las llamemos conservadoras, cuando no reaccionarias, y a las izquierdas progresistas, en el sentido de luchar por mejorar las condiciones de vida de la sociedad mayoritaria y disminuir la brecha entre quienes tienen y los que no tienen nada o casi nada. La izquierda tiende al igualitarismo no sólo en el orden jurídico sino en lo social y lo político.

                              No merece llamarse de izquierda quien no hace nada por disminuir la injusticia social ni por distribuir la riqueza, entre países, y dentro de un país, entre su población. Cualquier persona o partido que con sus actos, más que sus declaraciones, afirme las condiciones existentes, no es de izquierda.

                              El centro, me adelanto a decirlo, significa un no compromiso, una ambigüedad que, aunque sea por omisión, tiende a afirmar las condiciones existentes en un universo dado. Es, pues, de derecha, aunque no se reconozca como tal. De aquí que ahora se hable de centro izquierda y de centro derecha, conceptos que no significan otra cosa que cercanía a la izquierda o a la derecha. Por cercanía entiendo precisamente un no compromiso directo y explícito con las posiciones de izquierda o de derecha, o sea ambigüedad, como ya lo he dicho.

                              Durante más de 100 años la izquierda fue identificada con el socialismo, con una corriente ideológica de la sociedad que luchaba por el socialismo. En la actualidad, debe decirse, la izquierda no es sólo la que aspira al socialismo. El derrumbe de los países mal llamados socialistas ha hecho que el concepto sea cuestionado o que se trate de redefinirlo, en principio por lo que no debió ser en la Unión Soviética y sus satélites. Habrá que pensar en otra cosa sin que por ello se abandonen las ideas fundamentales que hicieron del socialismo un objetivo a alcanzar. Esas ideas son vigentes, sobre todo porque son las que proponen un mundo alternativo al capitalista, un mundo mejor del que vivimos.

                              Los partidos políticos no siempre fueron como son ahora. Al principio eran corrientes de interés parlamentario o clases sociales más o menos específicas. En esos antiguos casos los partidos no contaban con una estructura organizacional. Para finales del siglo XIX comenzaron a tener una organización, dirigentes e ideología. Ésta diferenciaba a unos de otros, por ejemplo, conservadores y progresistas, de izquierda y de derecha, proletarios y burgueses, reformistas y revolucionarios. Durante décadas, como ya hemos dicho, los partidos de izquierda eran o se decían socialistas; los más radicales, especialmente a partir del triunfo de la revolución rusa, comunistas. Una parte de la población se afiliaba o votaba por éstos, otra por los partidos conservadores.

                              Las ideas socialistas, en sus diversas interpretaciones incluso estratégicas, eran vistas hasta hace poco como propias de la izquierda. Hoy esta percepción ha cambiado, pero nunca tanto como para pensar que no hay diferencias entre las izquierdas y las derechas.

                              En México, particularmente en los tiempos en que las izquierdas se distinguían por su lucha por el socialismo, las izquierdas fueron más o menos marginales y, por lo mismo, de reducido tamaño. Incluso cuando un partido de izquierda obtenía 400 mil o 900 mil votos, en un país de 90 millones de habitantes, se consideraba una gran victoria, pese a que esos sufragios no llegaban a 10 por ciento de la votación total.

                              En Europa esta realidad de marginación, que no era exclusiva de México, llevó a los partidos comunistas, por ejemplo, a adoptar las posiciones de la socialdemocracia, menos radical en sus planteamientos y no necesariamente anticapitalista, para intentar competir electoralmente con los partidos del establishment, es decir con los partidos que afirmaban en sus declaraciones y en los hechos la conservación de lo existente. No lo lograron. El reformismo y el gradualismo de los partidos socialdemócratas fue el que mejor competía con la derecha, a veces dividiéndose casi por mitades el voto popular.

                              Muy pronto se descubrió, aunque no se reconociera al principio, que cuando un partido de izquierda se corre al centro gana más votos que si mantiene posiciones más o menos extremistas o en defensa de una clase social en particular.

                              A pesar de que la mayoría de la población en cualquier país del mundo está compuesta por trabajadores del campo y la ciudad, un partido que se autodenominara explícitamente de los trabajadores o de la burguesía corría el riesgo de perder competitividad electoral, de quedarse marginado. La reforma electoral de 1977 en México facilitó la conversión de partidos marginales en partidos electorales, y con este simple hecho sus ideologías y sus programas se corrieron hacia posiciones menos izquierdistas y más cercanas al centro político. La idea era ganar votos, hacerse competitivos.

                              El surgimiento del Partido de la Revolución Democrática debe verse en esta lógica: nació como un partido para competir por el poder por la vía electoral, y todo partido que quiera aumentar sus probabilidades de triunfo tiene que correrse al centro, pues de no hacerlo puede perder el voto de millones de personas que en muchos aspectos son conservadoras o, si se prefiere, que tienen temor a los cambios.

                              * Ponencia presentada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM, el 28 de febrero de 2011, durante la mesa redonda La izquierda y el 2012

                              http://www.jornada.unam.mx/2011/03/0...ticle=023a1pol


                              Interesante explicación de Rodríguez Araujo acerca de lo que significa ser de "izquierda", de "derecha" o de "centro".

                              Porque a pesar de que la URSS se acabó hace más de 20 años, nuestros fanáticos derechosos se quedaron atrapados en la Guerra Fría y siguen aterrorizados con el cuento del "comunismo".

                              Interesante también su definición de lo que significa ser "de centro" como un NO comprometerse explícitamente. De esos que abundan por aquí y a los que llamo "El Clan ni Chicha ni Limoná".

                              En esencia son de derecha -conservadores, timoratos, agachones- pero ni siquiera tienen la mínima honestidad para reconocerlo y tratan de disimularlo, inútilmente porque lo azulitos se los nota una hermana de la caridad a 400 metros de distancia. Como el perrito llorón, la cotorra adiestrada, Angulete el angustiado y tantos más, que "dicen que no son" pero opinan como si lo fueran; no engañan a nadie pero les encanta hacerse tontos solos.

                              Habrá que esperar la segunda entrega de esta ponencia para saber qué dijo acerca de las perspectivas de la izquierda para el 2012.


                              .
                              JacoboCasal
                              Forista Turquesa
                              Last edited by JacoboCasal; 05-marzo-2011, 14:47.
                              "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

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                              • Re: ¿Ser de Izquierda?

                                El aplaudidor de Díaz Ordaz siempre ha rebuznado porque se sabe la tonada:

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                                Carlos Ramírez,
                                Indicador político.

                                + PML: 68, “madurez revolucionaria”
                                + Y “supremacía del poder público”

                                El Porfirio Muñoz Ledo que en estos días ataca al ejército por su papel en la lucha contra los cárteles de la droga y que se opone a “iniciativas militaroides” como la ley de seguridad nacional, es el mismo político priísta-cardenista-salinista-perredista-parmista-panista-foxista-lopezobradorista-petista --más lo que se acumule esta semana-- que en 1968 fue uno de los que apoyó, avaló, legitimó las acciones de represión del presidente Díaz Ordaz contra estudiantes.

                                En 1969, como una de las estrellas nacientes en el horizonte del PRI y jilguero político de Díaz Ordaz y Luis Echeverría, Muñoz Ledo dijo que la represión en Tlatelolco fue un acto de “madurez revolucionaria” del Estado y una decisión política para imponer la “supremacía del poder político”. Desde dos tribunas, Muñoz Ledo exaltó hasta las lágrimas a Díaz Ordaz por su informe de 1969 en el que asumió la responsabilidad de las decisiones de poder de 1968.

                                De ahí que Muñoz Ledo aparezca hoy como cómplice moral de la represión y político carente de autoridad moral y política para hablar de la ley de seguridad nacional y su nombre debería estar en los expedientes de investigación de cualquier comisión de la verdad sobre el tlatelolcazo de 1968 y el halconazo de 1971. Los textos de los dos discursos de elogio impúdico, desmedido e infame a Díaz Ordaz están en www.indicadorpolitico.com.mx/docs/index5.php. Y de ahí entresacamos algunos párrafos del Muñoz Ledo que hoy se quiere lavar el rostro de la complicidad represiva con su rechazo a la ley de seguridad nacional:

                                “Hace nueve años, en esta misma tribuna (el Monumento a la Revolución), el ciudadano Gustavo Díaz Ordaz afirmó que a su generación correspondía buscar la concordia entre quienes pudieran hallarse todavía separados por el recuerdo de la lucha, con el fin de conjugar todos los esfuerzos en torno a las grandes metas nacionales."

                                “Hemos vivido una de las coyunturas más cargadas de sentido dentro de nuestra historia contemporánea (el 68): momento que separaba y que ha vinculado finalmente tres decenios de desarrollo con los tres que le faltan a la revolución para cumplir su obra durante este siglo.

                                “Al cabo de un prolongado periodo de crecimiento, fuerzas e intereses ajenos a la voluntad del pueblo pretendieron divorciarlo de las instituciones de la República y los más antiguos trasfondos reaccionarios vinieron a condensarse en la idea de que el deber más imperioso para los mexicanos es disminuir la autoridad del Estado e inventar un nuevo régimen constitucional.

                                “Hoy, en pocos países como el nuestro, los jóvenes encuentran mejores posibilidades de identificación y de servicio dentro de la sociedad civil. En muy pocos podría escucharse verazmente la promesa que formuló aquí, hace casi dos lustros, el actual jefe de nuestra nación cuando afirmó que a sus contemporáneos correspondía ser el macizo puente por el que habrían de pasar las nuevas generaciones para hacerse cargo de sus responsabilidades con la patria.

                                “En todo el mundo existe la convicción de que los últimos movimientos de rebeldía y de protesta han dejado como secuela inmediata el aumento de poder de los enemigos del cambio social. Con la más estricta objetividad podemos afirmar que los conflictos sociales que tuvieron lugar en México y que llegaron a poner en peligro la paz pública no dejaron como saldo el más mínimo incremento de poder o de influencia en favor de quienes se oponen a la transformación acelerada y a la autonomía del país.

                                “El Jefe del Estado mexicano ha puesto en este informe (el V) especial acento a los actos de su administración que atestiguan la posición soberana de México frente al exterior y que propician vías de desarrollo económico cada vez más independientes…

                                “Díaz Ordaz dijo, reiteradamente, que ninguna presión obligaría al gobierno a “mediatizar la soberanía de la nación” y, podernos añadir con justicia, que no permitió tampoco que se deteriorara la autoridad que el Estado ejerce sobre los intereses particulares que componen la comunidad mexicana. Con esta intención ha dicho que “ningún grupo, ningún sector, ninguna clase tiene el derecho de imponerse a los demás. La voluntad mayoritaria del pueblo mexicano es la que decide”. En ejercicio de ese mandato, el Poder Ejecutivo tomó sus decisiones y la responsabilidad que asume, es —al mismo tiempo— la reafirmación de la soberanía externa del Estado y de la supremacía del poder público en el interior del país.

                                “Como miembro de este partido (el PRI) y como mexicano que confía honestamente en el destino de la nueva generación, nada me ha conmovido más hondamente en el texto del V Informe que el valor moral y la lucidez histórica con que el Presidente de México reitera su confianza en la “limpieza de ánimo y en la pasión de justicia de los jóvenes mexicanos”.

                                “Nuestra Revolución Nacional es obra de sucesivas generaciones (…). Por eso nos dolemos ante la expectativa de que nuestros jóvenes naufraguen en la desilusión o frustren sus empeños por no poder o no querer descifrar las estructuras de la civilización que están llamados a transformar.

                                “Nunca como ahora la educación ha sido una dimensión de la política. El porvenir que ambicionamos depende en gran medida de las fórmulas que encontramos conjuntamente, las dos generaciones, para preservar la continuidad esencial de nuestra historia y para afirmar un México nuevo fundados en la realidad y en la imaginación creadora. Esta es, la última lección que recojo de un informe ejemplar.”
                                -----

                                http://www.indicadorpolitico.com.mx/2011/CAg/04ag.php

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