Un [1] asesinato de un [1] chiquillo estimula a una ciudad a enfrentar secuestradores

Luis Olivares/El Universal
El presidente Felipe Calderón de México, el calvito de lentes que ocupa el segundo lugar de izquierda a derecha asistió al funeral de Fernando Martí, cuyo cadáver fue encontrado semamas después e haber sido secuestrado
Escrito por MARC LACEY y ANTONIO BETANCOURT
Traducido por Rafael Norma Méndez
Publicado en The New York Times el 13 de agosto de 2008-08-21
CIUDAD DE MÉXICO.- Supuestamente, Fernando Martí estaba a salvo. El hijito de uno de los más exitosos empresarios de México, contaba con chofer privado para llevarlo de prisa al cole,
a través de las caóticas calles de la capital de México. Un macizo y robusto escolta estaba también a la mano, escaneando el horizonte para observar algo fuera de lugar. Pero todo el velo d e protección le falló en una mañana de Junio cuando el sedán de la familia llegó a
un retén de seguridad operado por hombres armados vestidos como oficiales de la policía federal.

Luis Olivares/El Universal
EL cadáver de Fernando Martí se encontró dentro de un automóvil, semanas después del secuestro
Tanto al chiquillo como a su chofer y escolta se les ordenó salir del vehículo. Al chofer lo torturaron, extrayéndole todos sus dientes, de acuerdo con una narración noticiosa, y posteriormente fue asesinado. Al guardaespaldas se le asfixió y se le aboandonó, pensando que había fallecido. Mientras que a Frnandito, se le mantuvo con vida lo suficiente para que los secuestradores llamaran a sus padres, lo pusieran en la línea brevemente y demandaran una gran cantidad de dinero en efectivo.
El padre del chiquillo de 14 años, Alejandro Martí, fundador de una cadena de tiendas de artículos deportivos de la Ciudad de México y de Clubs para realizar ejercicio, respondió a la forma como los Mexicanos acaudalados que se encuentran en tales situaciones catastróficas. Contrató a un consultor de seguridad privado para negociar con los secuestradores y sacó su talonario de cheques.
Hay menos secuestros en México hoy que en el vértice de la ola de secuestros de la década de los noventa. Peor nuevamente están incrementándose y el aumento mayor, según dicen los funcionarios parece estar en el secuestro de criaturas, con 15 niños secuestrados en la Ciudad de México durante el año pasado y 22 en lo que va de éste 2008.
En total hubo 438 raptos en todo México durante 2007, 35% más que en el 2006, según los reportes oficiales federales, un alza definitoria
Pero esos son sólo de los que se saben.
Las mismas autoridades reconocen que la mayoría de los casos de secuestro jamás se reportan a las autoridades y en vez de ello, se manejan de acuerdo con las demandas de siempre de los secuestradores, en forma privada. Eso fue lo que hizo la familia Martí , y que no le sirvió para nada .
Toda una industria no regulada ha crecido en torno a los secuestros, con consultores que negocian el efectivo a dar, las políticas de seguro para cubrir cualquier perdida y un arreglo de medidas de seguridad, disponibles sólo para quien pueda pagar, escoltas con preparación militar con ropa y automóviles blindados.
Dado el involucramiento de algunos funcionarios públicos en el negocio del secuestro, es fácil ver porqué los parientes de las víctimas buscan por afuera de las fuerzas policíacas del orden, para tratar de dar término a tales pesadillas.
Pero Luis Cárdenas Palomino, director de inteligencia de la policía federal, dice que los negociadores privados no tienen la misma experiencia como sus agentes veteranos quienes según su dicho, han capturado más secuestradores y liberado más víctimas en años recientes.
“Nosotros sabemos que la víctima no es la única secuestrada. comentó. “Este crimen secuestra a todos los familiares que quieren a la víctima, a todos los que lo rodean en su vida, a toda la sociedad.”
Presuntamente la familia Martí pagó millones de dólares a los secuestradores millones de dólares, pero Fernando, su hijito más pequeño, que le gustaba el futbol soccer y el canto y que asistía a la prestigiosa escuela Británica americana, todavía no se le regresó.
Después de mantener en secreto el asunto durante semanas, los Martí se alarmaron y cambiaron de estrategia. Dieron a conocer su situación anunciando una mayor cantidad de dinero si Fernando era retornado sano y salvo.
“Nosotros hemos estado esperando durante dos meses el retorno de nuestro hijo” dijeron, “Tenemos dos millones de razones para que nos lo devuelvan. Comuníquense con nosotros.”
la espera continuó hasta el 1 de agosto, cuando los residentes del vecindario de Coyoacán percibieron un olor a podredumbre dentro de un auto estacionado en la calle. La policía descubrió el cadáver de Fernando dentro de la cajuela del vehículo. Tenía cuando menos un mes de muerto, dijeron los policías.
Desde el descubrimiento del cadáver, cada día ha proporcionado más alarmantes sucesos.
El escolta, Cristián Salmones, a quien inicialmente reportaron como muerto, se las arregló para recuperarse y ahora es (presuntamente: nota del traductor) un testigo clave, que provee a los investigadores con una mirada hacia adentro del crimen.
Se han detenido a tres sospechosos, dos de ellos funcionarios de la policía. Los otros oficiales también están bajo investigación.
Una flor amarilla junto al cuerpo de Fernando, así como en el cadáver del chofer, indica que la banda conocida como de la flor es la responsable del secuestro. Sus miembros son veteranos impredecibles, según dice la policia. Junto al cadáver de Fernando había una nota que decir, “por no pagar.” Los Martí si pagaron, según dicen las autoridades, y enviaron a un empleado con una bolsa llena de efectivo, que dejó en un auto estacionado, tal como se le instruyó, Peor quizás los secuestradores penaron que los Martí negoiaron demasiado la cantidad. No hay manera de decirlo.

Luis Olivares/El Universal
El presidente Felipe Calderón de México, el calvito de lentes que ocupa el segundo lugar de izquierda a derecha asistió al funeral de Fernando Martí, cuyo cadáver fue encontrado semamas después e haber sido secuestrado
Escrito por MARC LACEY y ANTONIO BETANCOURT
Traducido por Rafael Norma Méndez
Publicado en The New York Times el 13 de agosto de 2008-08-21
CIUDAD DE MÉXICO.- Supuestamente, Fernando Martí estaba a salvo. El hijito de uno de los más exitosos empresarios de México, contaba con chofer privado para llevarlo de prisa al cole,





Luis Olivares/El Universal
EL cadáver de Fernando Martí se encontró dentro de un automóvil, semanas después del secuestro
Tanto al chiquillo como a su chofer y escolta se les ordenó salir del vehículo. Al chofer lo torturaron, extrayéndole todos sus dientes, de acuerdo con una narración noticiosa, y posteriormente fue asesinado. Al guardaespaldas se le asfixió y se le aboandonó, pensando que había fallecido. Mientras que a Frnandito, se le mantuvo con vida lo suficiente para que los secuestradores llamaran a sus padres, lo pusieran en la línea brevemente y demandaran una gran cantidad de dinero en efectivo.
El padre del chiquillo de 14 años, Alejandro Martí, fundador de una cadena de tiendas de artículos deportivos de la Ciudad de México y de Clubs para realizar ejercicio, respondió a la forma como los Mexicanos acaudalados que se encuentran en tales situaciones catastróficas. Contrató a un consultor de seguridad privado para negociar con los secuestradores y sacó su talonario de cheques.
Hay menos secuestros en México hoy que en el vértice de la ola de secuestros de la década de los noventa. Peor nuevamente están incrementándose y el aumento mayor, según dicen los funcionarios parece estar en el secuestro de criaturas, con 15 niños secuestrados en la Ciudad de México durante el año pasado y 22 en lo que va de éste 2008.
En total hubo 438 raptos en todo México durante 2007, 35% más que en el 2006, según los reportes oficiales federales, un alza definitoria
Pero esos son sólo de los que se saben.

Toda una industria no regulada ha crecido en torno a los secuestros, con consultores que negocian el efectivo a dar, las políticas de seguro para cubrir cualquier perdida y un arreglo de medidas de seguridad, disponibles sólo para quien pueda pagar, escoltas con preparación militar con ropa y automóviles blindados.
Dado el involucramiento de algunos funcionarios públicos en el negocio del secuestro, es fácil ver porqué los parientes de las víctimas buscan por afuera de las fuerzas policíacas del orden, para tratar de dar término a tales pesadillas.
Pero Luis Cárdenas Palomino, director de inteligencia de la policía federal, dice que los negociadores privados no tienen la misma experiencia como sus agentes veteranos quienes según su dicho, han capturado más secuestradores y liberado más víctimas en años recientes.
“Nosotros sabemos que la víctima no es la única secuestrada. comentó. “Este crimen secuestra a todos los familiares que quieren a la víctima, a todos los que lo rodean en su vida, a toda la sociedad.”
Presuntamente la familia Martí pagó millones de dólares a los secuestradores millones de dólares, pero Fernando, su hijito más pequeño, que le gustaba el futbol soccer y el canto y que asistía a la prestigiosa escuela Británica americana, todavía no se le regresó.
Después de mantener en secreto el asunto durante semanas, los Martí se alarmaron y cambiaron de estrategia. Dieron a conocer su situación anunciando una mayor cantidad de dinero si Fernando era retornado sano y salvo.
“Nosotros hemos estado esperando durante dos meses el retorno de nuestro hijo” dijeron, “Tenemos dos millones de razones para que nos lo devuelvan. Comuníquense con nosotros.”
la espera continuó hasta el 1 de agosto, cuando los residentes del vecindario de Coyoacán percibieron un olor a podredumbre dentro de un auto estacionado en la calle. La policía descubrió el cadáver de Fernando dentro de la cajuela del vehículo. Tenía cuando menos un mes de muerto, dijeron los policías.
Desde el descubrimiento del cadáver, cada día ha proporcionado más alarmantes sucesos.
El escolta, Cristián Salmones, a quien inicialmente reportaron como muerto, se las arregló para recuperarse y ahora es (presuntamente: nota del traductor) un testigo clave, que provee a los investigadores con una mirada hacia adentro del crimen.
Se han detenido a tres sospechosos, dos de ellos funcionarios de la policía. Los otros oficiales también están bajo investigación.
Una flor amarilla junto al cuerpo de Fernando, así como en el cadáver del chofer, indica que la banda conocida como de la flor es la responsable del secuestro. Sus miembros son veteranos impredecibles, según dice la policia. Junto al cadáver de Fernando había una nota que decir, “por no pagar.” Los Martí si pagaron, según dicen las autoridades, y enviaron a un empleado con una bolsa llena de efectivo, que dejó en un auto estacionado, tal como se le instruyó, Peor quizás los secuestradores penaron que los Martí negoiaron demasiado la cantidad. No hay manera de decirlo.
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