Ya vienen las elecciones intermedias, con el consabido derroche de recursos, así como la impactante contaminación auditiva, en la forma de campañas y discursos irrelevantes y patéticos, pagados con nuestros impuestos; así como la visual, vía la propagación inclemente de bardas rayoneadas, pendones de plástico contaminante, y por supuesto los chorrocientosmil spots por radio y televisión.
Que flojera, carajo.
Que flojera, carajo.
Los narcos tendrían que aprender de otros gremios que sí saben cómo hacerla. Ahí tenemos a la Nueva Banda TimbirIFE que nos ofrecen un dato tan estremecedor que parece una tatema encontrada en una bolsa de pan: durante las campañas electorales del 2009, los mexicanos estarán sometidos a un bombardeo, virtual, claro, de 23 millones de spots políticos que salen más caros que los buquetanques de Pemex. Claro, habrá quien diga que de qué nos espantamos, que Obama y McCain gastaron en agosto nomás tres millones de dólares al día en sus campañas. Sí, pero por lo menos no lo hacen a costillas de los contribuyentes.
No me preocupa tanto el derroche para que los partidos políticos nos den rumbo y certidumbre, sino que esos 220 mil promocionales diarios con los que iluminarán nuestras grises existencias, sean, como es previsible, regurgitantes, dispépsicos, melifluos, vivérridos, elementales, ordinarios y faltos de aunque sea una embarradita de agricultura, no hay que ser. Los creativos de los despachos de publicidad política, tendrían que saber que hay vida más allá de la lógica de lógica New’s Divine y que aunque lo parezcan, Acosta Naranjo, Leonel Godoy, Beatriz Paredes, Germy Martínez, Mouriño, don Beltrone, El Ninio Verde, Kahwagi y el Instituto Chuchístico de Verano, no son estadistas sino aspirantes a formar parte del Show de los sueños, sangre de mi sangre. Jairo Calixto Albarrán. Milenio, Sep. 22/2008
No me preocupa tanto el derroche para que los partidos políticos nos den rumbo y certidumbre, sino que esos 220 mil promocionales diarios con los que iluminarán nuestras grises existencias, sean, como es previsible, regurgitantes, dispépsicos, melifluos, vivérridos, elementales, ordinarios y faltos de aunque sea una embarradita de agricultura, no hay que ser. Los creativos de los despachos de publicidad política, tendrían que saber que hay vida más allá de la lógica de lógica New’s Divine y que aunque lo parezcan, Acosta Naranjo, Leonel Godoy, Beatriz Paredes, Germy Martínez, Mouriño, don Beltrone, El Ninio Verde, Kahwagi y el Instituto Chuchístico de Verano, no son estadistas sino aspirantes a formar parte del Show de los sueños, sangre de mi sangre. Jairo Calixto Albarrán. Milenio, Sep. 22/2008
Comment