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Por si fuera poco, otra sabandija multicolor más, aparte del pejestorio
Indicador Político Carlos Ramírez Miércoles, 24 de septiembre de 2008
• Camacho: regreso de su 1994.
• ¿Calderón va a ser Salinas?.
Sin cuidar las formas y apelando a la desmemoria de la sociedad, Manuel Camacho Solís ha comenzado a construir su 1994: montarse sobre una crisis que de alguna manera contribuyó a estallar y ofrecerse como la instancia de salvación.
En 1994, Camacho rompió las reglas del sistema al estallar un berrinche porque su "hermano" Carlos Salinas no le legó la presidencia de la República, como estaba pactado, y con ello contribuyó a debilitar a un debilitado Luis Donaldo Colosio. Cuando ocurrió el alzamiento zapatista, Camacho se ofreció como negociador y usar esa posición para construir una candidatura independiente a la presidencia.
Hoy Camacho repite el numerito: primero se alió a López Obrador y formó parte de la junta golpista para derrocar al presidente de la República. Y estallada una versión de la crisis política, Camacho se ofrece ahora como el salvador. El artículo de Camacho el lunes en El Universal utiliza los mismos argumentos que esgrimió con Salinas para utilizar Chiapas como catapulta política y también los idénticos argumentos que le presentó a Colosio en marzo para lograr la promesa de la Secretaría de Gobernación.
El artículo de Camacho del lunes es prácticamente un guiño al presidente Calderón para buscar su designación como secretario de Gobernación de un nuevo gabinete de salvación nacional. La primera parte del texto dibuja no una crisis, sino el colapso de la República, establece las prioridades que debiera de asumir el gobierno de Calderón, desliza la posibilidad de un gobierno de coalición PAN-PRD con él mismo -obviamente, faltaba más- como el enlace y aconseja "cinco decisiones". Pero a su estilo, Camacho presenta el plan de salvación nacional... de López Obrador, con Camacho -por supuesto, faltaba menos- como el operador de la salvación de la patria.
El Camacho del artículo del lunes es la otra cara del Camacho que anunció la insurrección, la confrontación y la movilización callejera si Calderón no aceptaba sumisamente la reforma petrolera del Frente AMLO. El Camacho articulista se toma la libertad de "proteger" y "cuidar" ¡¡¡al Ejecutivo federal!!!, el mismo que el Camacho del Frente AMLO puso en la mira para su derrocamiento.
Camacho pide "una estrategia de protección de los pilares del Estado. Cuidar al Ejército, la Suprema Corte. El Congreso, el Ejecutivo". Pero Camacho, como miembro del Frente AMLO, ha sido cómplice de la maniobra de López Obrador para el debilitamiento del Estado y sus instituciones: López Obrador ha dicho que el ejército es de "soldaditos de chocolate", ha insultado a la Corte tachándola de cómplice del "golpe de Estado de Calderón", avaló la introducción lopezobradorista de bombas molotov al Congreso para impedir la toma de posición de Calderón y se burla del jefe del Ejecutivo federal con insultos degradantes del lenguaje político.
Por tanto, Camacho debiera primero enviarle su artículo a López Obrador o él mismo separarse del Frente AMLO -a cuya dirección política pertenece- para tener la autoridad moral a la hora de los consejos. Porque Camacho pertenece a ese 17 por ciento de base lopezobradorista que ha impedido con violencia callejera el funcionamiento de la mayoría política, que ha violentado las instituciones, que ha minado las bases mínimas del Estado y que ha llamado a la insurrección para romper con el método democrático de las elecciones e impedir que el gobierno de Calderón termine su sexenio.
Pero se trata, en realidad, del mismo Camacho que contribuyó al clima de desestabilización e inestabilidad de 1994, que se ofreció como negociador de la paz para chamaquear al subcomandante Marcos y obligarlo a retirar su exigencia de renuncia de Carlos Salinas por ilegítimo y que utilizó el cargo "sin sueldo" de negociador de la paz en Chiapas para obstaculizar a Colosio y suspirar por la candidatura independiente o la candidatura sustituta priista.
En su artículo del lunes, Camacho parece ser más asesor áulico -es decir, cortesano, palaciego- del presidente de la República que dirigente de un movimiento de oposición. Pero son conductas que no deben sorprender. Se trata del mismo Camacho que utilizaba los conflictos en el salinismo para aparecerse como el solucionador de problemas. Por eso su texto parece ser un reporte de un jefe de asesores políticos del presidente de la República, cargo que por cierto Camacho tuvo como operador y arquitecto, junto con Joseph-Marie Córdoba Montoya, del proyecto salinista transexenal que -sorpresa- viene por sus fueros en el PRI, en el PRD con Camacho, Ebrard y Muñoz Ledo y en el PAN.
El regreso del Camacho salinista ahora con López Obrador no debe de extrañar. La alternancia partidista en la presidencia se ha topado con el Muro de Berlín del Estado priista que defienden precisamente el PRI y el Frente AMLO y con las estatuas de Lenin de las complicidades del viejo régimen priista. Si el dilema del país con Calderón es empujar la alternancia y la transición para construir un Estado democrático, Camacho se aparece con los dinosaurios priistas y lopezobradoristas para restaurar el viejo Estado priista sostenido justamente por un pensamiento político de Camacho.
Así que Calderón ya lo sabe: para enfrentar su 1994, Camacho se ofrece como secretario de Gobernación. Igual que hizo con Colosio.
Www.indicadorpolitico.com.mx cramirez@indicadorpolitico.com.mx
Indicador Político Carlos Ramírez Miércoles, 24 de septiembre de 2008
• Camacho: regreso de su 1994.
• ¿Calderón va a ser Salinas?.
Sin cuidar las formas y apelando a la desmemoria de la sociedad, Manuel Camacho Solís ha comenzado a construir su 1994: montarse sobre una crisis que de alguna manera contribuyó a estallar y ofrecerse como la instancia de salvación.
En 1994, Camacho rompió las reglas del sistema al estallar un berrinche porque su "hermano" Carlos Salinas no le legó la presidencia de la República, como estaba pactado, y con ello contribuyó a debilitar a un debilitado Luis Donaldo Colosio. Cuando ocurrió el alzamiento zapatista, Camacho se ofreció como negociador y usar esa posición para construir una candidatura independiente a la presidencia.
Hoy Camacho repite el numerito: primero se alió a López Obrador y formó parte de la junta golpista para derrocar al presidente de la República. Y estallada una versión de la crisis política, Camacho se ofrece ahora como el salvador. El artículo de Camacho el lunes en El Universal utiliza los mismos argumentos que esgrimió con Salinas para utilizar Chiapas como catapulta política y también los idénticos argumentos que le presentó a Colosio en marzo para lograr la promesa de la Secretaría de Gobernación.
El artículo de Camacho del lunes es prácticamente un guiño al presidente Calderón para buscar su designación como secretario de Gobernación de un nuevo gabinete de salvación nacional. La primera parte del texto dibuja no una crisis, sino el colapso de la República, establece las prioridades que debiera de asumir el gobierno de Calderón, desliza la posibilidad de un gobierno de coalición PAN-PRD con él mismo -obviamente, faltaba más- como el enlace y aconseja "cinco decisiones". Pero a su estilo, Camacho presenta el plan de salvación nacional... de López Obrador, con Camacho -por supuesto, faltaba menos- como el operador de la salvación de la patria.
El Camacho del artículo del lunes es la otra cara del Camacho que anunció la insurrección, la confrontación y la movilización callejera si Calderón no aceptaba sumisamente la reforma petrolera del Frente AMLO. El Camacho articulista se toma la libertad de "proteger" y "cuidar" ¡¡¡al Ejecutivo federal!!!, el mismo que el Camacho del Frente AMLO puso en la mira para su derrocamiento.
Camacho pide "una estrategia de protección de los pilares del Estado. Cuidar al Ejército, la Suprema Corte. El Congreso, el Ejecutivo". Pero Camacho, como miembro del Frente AMLO, ha sido cómplice de la maniobra de López Obrador para el debilitamiento del Estado y sus instituciones: López Obrador ha dicho que el ejército es de "soldaditos de chocolate", ha insultado a la Corte tachándola de cómplice del "golpe de Estado de Calderón", avaló la introducción lopezobradorista de bombas molotov al Congreso para impedir la toma de posición de Calderón y se burla del jefe del Ejecutivo federal con insultos degradantes del lenguaje político.
Por tanto, Camacho debiera primero enviarle su artículo a López Obrador o él mismo separarse del Frente AMLO -a cuya dirección política pertenece- para tener la autoridad moral a la hora de los consejos. Porque Camacho pertenece a ese 17 por ciento de base lopezobradorista que ha impedido con violencia callejera el funcionamiento de la mayoría política, que ha violentado las instituciones, que ha minado las bases mínimas del Estado y que ha llamado a la insurrección para romper con el método democrático de las elecciones e impedir que el gobierno de Calderón termine su sexenio.
Pero se trata, en realidad, del mismo Camacho que contribuyó al clima de desestabilización e inestabilidad de 1994, que se ofreció como negociador de la paz para chamaquear al subcomandante Marcos y obligarlo a retirar su exigencia de renuncia de Carlos Salinas por ilegítimo y que utilizó el cargo "sin sueldo" de negociador de la paz en Chiapas para obstaculizar a Colosio y suspirar por la candidatura independiente o la candidatura sustituta priista.
En su artículo del lunes, Camacho parece ser más asesor áulico -es decir, cortesano, palaciego- del presidente de la República que dirigente de un movimiento de oposición. Pero son conductas que no deben sorprender. Se trata del mismo Camacho que utilizaba los conflictos en el salinismo para aparecerse como el solucionador de problemas. Por eso su texto parece ser un reporte de un jefe de asesores políticos del presidente de la República, cargo que por cierto Camacho tuvo como operador y arquitecto, junto con Joseph-Marie Córdoba Montoya, del proyecto salinista transexenal que -sorpresa- viene por sus fueros en el PRI, en el PRD con Camacho, Ebrard y Muñoz Ledo y en el PAN.
El regreso del Camacho salinista ahora con López Obrador no debe de extrañar. La alternancia partidista en la presidencia se ha topado con el Muro de Berlín del Estado priista que defienden precisamente el PRI y el Frente AMLO y con las estatuas de Lenin de las complicidades del viejo régimen priista. Si el dilema del país con Calderón es empujar la alternancia y la transición para construir un Estado democrático, Camacho se aparece con los dinosaurios priistas y lopezobradoristas para restaurar el viejo Estado priista sostenido justamente por un pensamiento político de Camacho.
Así que Calderón ya lo sabe: para enfrentar su 1994, Camacho se ofrece como secretario de Gobernación. Igual que hizo con Colosio.
Www.indicadorpolitico.com.mx cramirez@indicadorpolitico.com.mx
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