Maestros: ¿nuevo intento golpista?
¿De quién es la mano que mece la cuna magisterial?
¿Asistimos al derrumbe del control de Gordillo?
Los intentos golpistas contra el gobierno de Calderón mudaron de rostro. Hoy la desestabilización viene del magisterio dizque disidente, de Morelos, Oaxaca, Michoacán…
Y es que no se puede llegar a otra conclusión —que a la de un nuevo intento desestabilizador contra el gobierno de Calderón—, si se analiza el fondo de la forzada rebelión magisterial incubada en Morelos y otras entidades, y cuya demanda riñe con principios básicos de educación: negar la evaluación de capacidades y defender el “derecho” de vender al mejor postor las plazas magisteriales.
En todo caso, lo importante pudiera localizarse en el papel que juegan en esa rebelión los aliados magisteriales de Calderón, como Elba Esther Gordillo, quien frente a la crisis magisterial parece incapaz de contener a un puñado de verdaderos vándalos provenientes de distintas secciones que dicen luchar contra la Alianza por la Calidad de la Educación. Pero pocos han reparado en un pequeño detalle. Que salvo con los maestros de Morelos, en Michoacán y en Oaxaca —que son los más activos y violentos— no se ha puesto en marcha la alianza.
Aparecen entonces dos interrogantes: ¿Qué hay detrás de la creciente rebelión del magisterio? ¿De quién es “la mano que mece la cuna”, y que parece empujar un nuevo intento golpista contra el gobierno de Felipe Calderón?
Primero debemos recordar que una aliada fundamental del gobierno de Calderón —desde la candidatura presidencial— es Gordillo, quien por décadas ha mantenido un férreo control del sindicato más numeroso de América Latina, además de que creó equilibrios fundamentales con opositores y disidentes del magisterio. Es decir, siempre ha jugado a los equilibrios, al toma y daca, pero siempre con el control.
La alianza Calderón-Gordillo dio como resultado que la profesora fuera premiada con posiciones como el ISSSTE, Lotería Nacional, una subsecretaría en la SEP, y un puesto clave en el Consejo Nacional de Seguridad, que ocupaba Roberto Campa. Además de un trato de privilegio para el “partido hermano” del PAN, el desprestigiado Nueva Alianza, también propiedad de la señora Gordillo.
Pues bien, a pesar de esa condición de privilegio y de una guerra de meses entre la lideresa magisterial y la titular de la SEP, a mediados de 2008 fue posible la firma de la Alianza por la Calidad de la Educación, primer instrumento que en sus partes sustantivas dispone evaluar a los maestros —para mejorar el nivel de la enseñanza— y acabar con la vergonzosa venta de plazas, que según la propia Gordillo es una práctica denigrante para maestros y, sobre todo, maestras.
Pues bien, cuando se firmó la alianza —de suyo la figura de alianza no hacía obligatorio su contenido—, ninguna de las dirigencias sindicales se opuso. Y es que en realidad era un cambio mínimo, de ética, compromiso, responsabilidad, y vergüenzas básicas de un gremio como el magisterial. ¿Quién en su sano juicio puede estar en contra de que los maestros sean evaluados en su capacidad, y por ello capacitados y/o sustituidos? ¿Quién en congruencia con mejorar la educación estaría en contra de que termine la inmoral venta de plazas al mejor postor?
En Morelos se firmó la alianza y no pasó nada; ningún liderazgo se opuso. Se llevaron a cabo los procesos de evaluación y no pasó nada… pero repentinamente se hizo el milagro. Sí, sin más parecieron “crecer los enanos” del SNTE de la profesora Gordillo. Y entonces —al tiempo que se desbarrancaba uno de los pilares de la alianza Calderón-Gordillo, el de Roberto Campa—, el magisterio de Morelos, entidad gobernada por el PAN, pareció sacudirse todas las tutelas posibles y rompió la Alianza, no inició el ciclo escolar, dispuso de todo el dinero necesario para una locuaz movilización y, con ello dio forma a una “estrategia espejo”, la que todos vimos en Oaxaca en 2006.
Y como se produjo en Oaxaca, en Morelos el germen salió de los maestros, hoy como ayer buscan mártires, y en Morelos ya aparecieron los maestros vinculados con grupos extremistas. La evidencia aparece en la violencia táctica contra todo signo de autoridad, y no se diga la policía. Violencia idéntica a la desplegada por la APPO, que también ya está en Morelos.
Si no está detrás de esa rebelión la profesora Gordillo, podemos suponer que la profesora vive el principio del fin de su liderazgo. Aún así, sigue latente la pregunta ¿De quién es la mano que mece la cuna? Es la misma que pretende “tirar a Calderón”. ¿Hasta cuando lo permitirán?
Ricardo Alemán.
El universal.
Hasta cuando ?
¿De quién es la mano que mece la cuna magisterial?
¿Asistimos al derrumbe del control de Gordillo?
Los intentos golpistas contra el gobierno de Calderón mudaron de rostro. Hoy la desestabilización viene del magisterio dizque disidente, de Morelos, Oaxaca, Michoacán…
Y es que no se puede llegar a otra conclusión —que a la de un nuevo intento desestabilizador contra el gobierno de Calderón—, si se analiza el fondo de la forzada rebelión magisterial incubada en Morelos y otras entidades, y cuya demanda riñe con principios básicos de educación: negar la evaluación de capacidades y defender el “derecho” de vender al mejor postor las plazas magisteriales.
En todo caso, lo importante pudiera localizarse en el papel que juegan en esa rebelión los aliados magisteriales de Calderón, como Elba Esther Gordillo, quien frente a la crisis magisterial parece incapaz de contener a un puñado de verdaderos vándalos provenientes de distintas secciones que dicen luchar contra la Alianza por la Calidad de la Educación. Pero pocos han reparado en un pequeño detalle. Que salvo con los maestros de Morelos, en Michoacán y en Oaxaca —que son los más activos y violentos— no se ha puesto en marcha la alianza.
Aparecen entonces dos interrogantes: ¿Qué hay detrás de la creciente rebelión del magisterio? ¿De quién es “la mano que mece la cuna”, y que parece empujar un nuevo intento golpista contra el gobierno de Felipe Calderón?
Primero debemos recordar que una aliada fundamental del gobierno de Calderón —desde la candidatura presidencial— es Gordillo, quien por décadas ha mantenido un férreo control del sindicato más numeroso de América Latina, además de que creó equilibrios fundamentales con opositores y disidentes del magisterio. Es decir, siempre ha jugado a los equilibrios, al toma y daca, pero siempre con el control.
La alianza Calderón-Gordillo dio como resultado que la profesora fuera premiada con posiciones como el ISSSTE, Lotería Nacional, una subsecretaría en la SEP, y un puesto clave en el Consejo Nacional de Seguridad, que ocupaba Roberto Campa. Además de un trato de privilegio para el “partido hermano” del PAN, el desprestigiado Nueva Alianza, también propiedad de la señora Gordillo.
Pues bien, a pesar de esa condición de privilegio y de una guerra de meses entre la lideresa magisterial y la titular de la SEP, a mediados de 2008 fue posible la firma de la Alianza por la Calidad de la Educación, primer instrumento que en sus partes sustantivas dispone evaluar a los maestros —para mejorar el nivel de la enseñanza— y acabar con la vergonzosa venta de plazas, que según la propia Gordillo es una práctica denigrante para maestros y, sobre todo, maestras.
Pues bien, cuando se firmó la alianza —de suyo la figura de alianza no hacía obligatorio su contenido—, ninguna de las dirigencias sindicales se opuso. Y es que en realidad era un cambio mínimo, de ética, compromiso, responsabilidad, y vergüenzas básicas de un gremio como el magisterial. ¿Quién en su sano juicio puede estar en contra de que los maestros sean evaluados en su capacidad, y por ello capacitados y/o sustituidos? ¿Quién en congruencia con mejorar la educación estaría en contra de que termine la inmoral venta de plazas al mejor postor?
En Morelos se firmó la alianza y no pasó nada; ningún liderazgo se opuso. Se llevaron a cabo los procesos de evaluación y no pasó nada… pero repentinamente se hizo el milagro. Sí, sin más parecieron “crecer los enanos” del SNTE de la profesora Gordillo. Y entonces —al tiempo que se desbarrancaba uno de los pilares de la alianza Calderón-Gordillo, el de Roberto Campa—, el magisterio de Morelos, entidad gobernada por el PAN, pareció sacudirse todas las tutelas posibles y rompió la Alianza, no inició el ciclo escolar, dispuso de todo el dinero necesario para una locuaz movilización y, con ello dio forma a una “estrategia espejo”, la que todos vimos en Oaxaca en 2006.
Y como se produjo en Oaxaca, en Morelos el germen salió de los maestros, hoy como ayer buscan mártires, y en Morelos ya aparecieron los maestros vinculados con grupos extremistas. La evidencia aparece en la violencia táctica contra todo signo de autoridad, y no se diga la policía. Violencia idéntica a la desplegada por la APPO, que también ya está en Morelos.
Si no está detrás de esa rebelión la profesora Gordillo, podemos suponer que la profesora vive el principio del fin de su liderazgo. Aún así, sigue latente la pregunta ¿De quién es la mano que mece la cuna? Es la misma que pretende “tirar a Calderón”. ¿Hasta cuando lo permitirán?
Ricardo Alemán.
El universal.
Hasta cuando ?
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