Decía Manuel hace unos días que los gobernantes, todos, sufren el desgaste natural de estar en el cargo. Esa, me parece a mi, es una verdad indubitable. Es cierto, en la medida en que un gobernante está expuesto al escrutinio público, a que se confronten los hechos contra las promesas, a que se evidencíen sus corruptelas, indolencia, autoritarismo, o mano laxa, sus negligencias, sus aciertos (si los hubiera), reitero, en esa medida el gobernante en turno tendrá una mayor aprobación o desaprobación, dependiendo de su habilidad o ineficiencia en la conducción de los asuntos que son materia de su trabajo cotidiano, bajo la lupa pública.
Es verdad, por otro lado, que a veces la percepción de la ciudadanía puede variar a la alza, cuando sucede un acontecimiento que haga aflorar la solidaridad popular, o que contribuya a que la sociedad en su conjunto se una en torno a su gobernante si tiene la impresión de que hay algún factor externo que amenaza la seguridad de la población. Recordemos a Bush cuando el atentado contra las torres gemelas, o al generalote presidente de Argentina cuando el asunto de las Malvinas. Tal vez, y sólo aventuro un tal vez, el caso lamentable de la muerte de Mouriño ayudó a paliar, momentaneamente, la caída sin retorno del chaparro.
En el caso particular de México, no recuerdo a ningún otro presidente que haya caído tan rápido y tan contundentemente en los dos últimos años de su administración en la aprobación general, como el BaBotas. Ese batió récord. Marrullero, tramposo, demagogo, mentiroso, banal, incompetente, mandilón, ineficiente, y rata. Ese fue Fox, y así lo identificó la gente. Claro, habría una salvedad, y se trataría de Salinas en su último año de gobierno.
No obstante, el enano de tapanco ha mantenido por menos tiempo que Fox la aceptación general.
Si consideramos que apenas estamos a unos días de que se cumplan dos años de la toma de posesión del enanito, las cosas le pintan mal y de malas. Sin prisa, pero sin pausa, la aprobación hacia su administración declina irremediablemente.
Hoy se publica la encuesta de El Universal. Y lamento decirle a las focas aplaudidoras que su ídolo de pies de barro va en picada, como Learjet.
Dice Fulcanelli que tenemos los gobernantes que nos merecemos. Eso puede ser cierto, y aparentemente no lo podemos rebatir, pero mi pregunta sería ¿de verdad, en serio, México no merece algo mas que presidentes y gabinetes inexpertos, improvisados, taimados, negligentes, triviales, sin rumbo, sin visión de futuro, sin objetivos y metas a largo plazo?. Vaya, para acabar pronto, ¿no merecemos algo mas que lo que tenemos?. ¿No nos merecemos un verdadero patriota?
Es verdad, por otro lado, que a veces la percepción de la ciudadanía puede variar a la alza, cuando sucede un acontecimiento que haga aflorar la solidaridad popular, o que contribuya a que la sociedad en su conjunto se una en torno a su gobernante si tiene la impresión de que hay algún factor externo que amenaza la seguridad de la población. Recordemos a Bush cuando el atentado contra las torres gemelas, o al generalote presidente de Argentina cuando el asunto de las Malvinas. Tal vez, y sólo aventuro un tal vez, el caso lamentable de la muerte de Mouriño ayudó a paliar, momentaneamente, la caída sin retorno del chaparro.
En el caso particular de México, no recuerdo a ningún otro presidente que haya caído tan rápido y tan contundentemente en los dos últimos años de su administración en la aprobación general, como el BaBotas. Ese batió récord. Marrullero, tramposo, demagogo, mentiroso, banal, incompetente, mandilón, ineficiente, y rata. Ese fue Fox, y así lo identificó la gente. Claro, habría una salvedad, y se trataría de Salinas en su último año de gobierno.
No obstante, el enano de tapanco ha mantenido por menos tiempo que Fox la aceptación general.
Si consideramos que apenas estamos a unos días de que se cumplan dos años de la toma de posesión del enanito, las cosas le pintan mal y de malas. Sin prisa, pero sin pausa, la aprobación hacia su administración declina irremediablemente.
Hoy se publica la encuesta de El Universal. Y lamento decirle a las focas aplaudidoras que su ídolo de pies de barro va en picada, como Learjet.
Dice Fulcanelli que tenemos los gobernantes que nos merecemos. Eso puede ser cierto, y aparentemente no lo podemos rebatir, pero mi pregunta sería ¿de verdad, en serio, México no merece algo mas que presidentes y gabinetes inexpertos, improvisados, taimados, negligentes, triviales, sin rumbo, sin visión de futuro, sin objetivos y metas a largo plazo?. Vaya, para acabar pronto, ¿no merecemos algo mas que lo que tenemos?. ¿No nos merecemos un verdadero patriota?
Comment