Muy poco es lo que queda de aquel comediante de humor ingenioso, ágil e irreverente, que redondeaba muy bien sus programas con secciones y sketches en los que la clase política eran objeto de su extraordinaria habilidad para la sátira.
Lo que queda es un remedo de si mismo, la insulsa leperada y el albur fácil que festejan su estúpido coro de patiños.
Y es una pena porque con esto no queda nada valioso en la escena de la comedia televisiva mexicana.
¿O me equivoco?
Lo que queda es un remedo de si mismo, la insulsa leperada y el albur fácil que festejan su estúpido coro de patiños.
Y es una pena porque con esto no queda nada valioso en la escena de la comedia televisiva mexicana.
¿O me equivoco?
Comment