19-May-2009
Archivos del poder
Martín Moreno
Secuestros: la impunidad continúa
Otra vez el fracaso que lleva al miedo a todo un país. Es la historia del terror: nadie está exento de ser plagiado o ejecutado.
Esta semana se cumplen nueve meses de la firma del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad. Para la incompetencia de las autoridades, la impunidad con la que operan los secuestradores y la indefensión de los mexicanos no hay mejor manera para recordarlo que mostrando el cadáver de Antonio Equihua Peralta, de 16 años de edad, sacrificado por sus plagiarios.
¿Dónde están quienes firmaron ese Acuerdo para explicar a los padres de Antonio que su hijo murió porque no pueden contra la inseguridad?
¿Acaso el presidente Felipe Calderón se ha referido a este caso?
¿Ya se ocupó del asunto el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard?
Hoy, la muerte de Equihua, la ausencia de quienes secuestraron y mataron a Alejandro Martí y a Silvia Vargas, la falta de castigo contra quienes siguen plagiando y asesinando a mexicanos y la impunidad con la que operan las bandas, muchas veces coludidas con policías, nos lleva a decir que dicho acuerdo está prácticamente muerto.
Otra vez el fracaso que lleva al miedo a todo un país. Es la historia del terror: nadie está exento de ser secuestrado o ejecutado.
¿Y nuestros gobernantes? Unos consintiendo a Elba Esther Gordillo; otros promoviéndose para 2012; la mayoría de los estatales —principalmente de los sitios más inseguros: el Edomex, Sinaloa, Tamaulipas o Chihuahua—, más preocupados por su futuro político que por una cruzada antisecuestros.
¿Y los legisladores? Bien, gracias. Esperando las elecciones del 5 de julio o, como el coordinador del PRI en San Lázaro, Emilio Gamboa, dedicado a atender a Carlos Salinas y operar el desmentido denigrante contra Miguel de la Madrid, quien cometió el grave pecado de acusar a los Salinas de corruptos, ladrones y siniestros. A De la Madrid nada más faltó que Salinas, Gamboa y hasta los hijos, Federico y Enrique, lo declararan públicamente loco. El colmo del cinismo.
Pero no sólo los diputados priistas muestran hipocresía. ¿Por qué? Por el caso de Gina Suheim Terán Torres, acusada de encubrimiento en un caso de secuestro y que fue consignada por ese delito. Pertenecía al círculo de César Freyre Morales, Jacobo Tagle, Juana Hilda González Lomelí, Rugiero Martínez BáezTony, Jael Antonio Malagón Uscanga y Antonio Castillo Cruz, peligrosa banda de secuestradores quienes, entre muchos otros casos, plagiaron y desaparecieron a Hugo Alberto Wallace Miranda.
¿Qué tiene que ver Gina con los legisladores?
[COLOR="red"]Pues casi nada: que es esposa del diputado local del Partido Verde, Leonardo Álvarez[/COLOR], quien seguramente ocupará una curul federal y ha utilizado todas sus herramientas políticas y legales para evitar el castigo que merece su pareja sentimental. ¿No que pena de muerte a los secuestradores, diputado?
Álvarez sabe que Gina estuvo arraigada, encubrió un caso de secuestro, andaba con peligrosos delincuentes y, aún así, la defiende como si nada debiera.
El diputado Álvarez niega tener algo que ver con esta mujer. Sin embargo, nunca lo ha probado de manera pública. Inclusive, hace pocos meses, tuvieron a su segunda hija.
De acuerdo con la declaración ministerial de Gina, la historia es la siguiente: Terán Torres era novia de Martínez Báez, quien le confió que, por órdenes de Freyre Morales, secuestraron a la señora BárbaraCindy y a su pequeño hijo.
De la declaración textual de Gina Terán, según consta en expedientes, ella confirma que:
“Noté que Tony o Rugiero iba bastante nervioso, motivo por el cual le pregunté qué era lo que pasaba, contestándome que tenía un problema; al preguntarle cuál era, me empezó a contar que Freyre había secuestrado a una amiga de él, y a un hijo de esta señora, diciéndome además que a esta señora y a su menor hijo se los habían llevado a la casa de Jacobo Tagle… diciéndome que la mujer que había secuestrado César era amiga de la familia de mi novio, Rugiero, que tenía restaurantes y mucho dinero y que vivía por Arboledas, en el Estado de México…”
¿Qué ocurrió después?
La familia de Bárbara Cindy pagó el rescate y la mujer y su hijo fueron liberados. Desde 2006 se encuentran en Estados Unidos, aterrados por la inseguridad que se vive en México.
De acuerdo con Gina, su novio, Rugiero, discutió en varias ocasiones con Freyre por cómo se repartirían el dinero del rescate.
En una ocasión se fueron a Cuernavaca, a la casa de Paola Romero, esposa de Malagón Uscanga, y ahí, Freyre y Martínez Báez comenzaron nuevamente a pelear por el dinero producto del rescate de Bárbara y su hijo. También iba Jacobo Tagle. De pronto, salieron del lugar, tardaron unas horas y regresaron sin Tony.
Ya lo habían asesinado y enterrado en un terreno propiedad de César, en Cuernavaca.
Durante las investigaciones del caso Wallace, el cuerpo de Rugiero fue encontrado. Lo ejecutaron sus cómplices.
Gina supo del secuestro y no hizo nada.
Se enteró del asesinato de su novio y también calló.
Así lo establece su caso, asentado en la Causa Penal 13/2007. Se le giró orden de aprehensión y fue consignada el 15 de enero de ese año.
Sin embargo, se relacionó con el diputado Leonardo Álvarez quien, gracias a sus influencias, mantiene libre a una mujer implicada en un secuestro.
Valientes diputados. Por eso estamos tan mal.
El diputado Leonardo Álvarez, gracias a sus influencias, mantiene libre a una mujer implicada en un secuestro.
http://www.exonline.com.mx/diario/columna/604873
Archivos del poder
Martín Moreno
Secuestros: la impunidad continúa
Otra vez el fracaso que lleva al miedo a todo un país. Es la historia del terror: nadie está exento de ser plagiado o ejecutado.
Esta semana se cumplen nueve meses de la firma del Acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad. Para la incompetencia de las autoridades, la impunidad con la que operan los secuestradores y la indefensión de los mexicanos no hay mejor manera para recordarlo que mostrando el cadáver de Antonio Equihua Peralta, de 16 años de edad, sacrificado por sus plagiarios.
¿Dónde están quienes firmaron ese Acuerdo para explicar a los padres de Antonio que su hijo murió porque no pueden contra la inseguridad?
¿Acaso el presidente Felipe Calderón se ha referido a este caso?
¿Ya se ocupó del asunto el jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard?
Hoy, la muerte de Equihua, la ausencia de quienes secuestraron y mataron a Alejandro Martí y a Silvia Vargas, la falta de castigo contra quienes siguen plagiando y asesinando a mexicanos y la impunidad con la que operan las bandas, muchas veces coludidas con policías, nos lleva a decir que dicho acuerdo está prácticamente muerto.
Otra vez el fracaso que lleva al miedo a todo un país. Es la historia del terror: nadie está exento de ser secuestrado o ejecutado.
¿Y nuestros gobernantes? Unos consintiendo a Elba Esther Gordillo; otros promoviéndose para 2012; la mayoría de los estatales —principalmente de los sitios más inseguros: el Edomex, Sinaloa, Tamaulipas o Chihuahua—, más preocupados por su futuro político que por una cruzada antisecuestros.
¿Y los legisladores? Bien, gracias. Esperando las elecciones del 5 de julio o, como el coordinador del PRI en San Lázaro, Emilio Gamboa, dedicado a atender a Carlos Salinas y operar el desmentido denigrante contra Miguel de la Madrid, quien cometió el grave pecado de acusar a los Salinas de corruptos, ladrones y siniestros. A De la Madrid nada más faltó que Salinas, Gamboa y hasta los hijos, Federico y Enrique, lo declararan públicamente loco. El colmo del cinismo.
Pero no sólo los diputados priistas muestran hipocresía. ¿Por qué? Por el caso de Gina Suheim Terán Torres, acusada de encubrimiento en un caso de secuestro y que fue consignada por ese delito. Pertenecía al círculo de César Freyre Morales, Jacobo Tagle, Juana Hilda González Lomelí, Rugiero Martínez BáezTony, Jael Antonio Malagón Uscanga y Antonio Castillo Cruz, peligrosa banda de secuestradores quienes, entre muchos otros casos, plagiaron y desaparecieron a Hugo Alberto Wallace Miranda.
¿Qué tiene que ver Gina con los legisladores?
[COLOR="red"]Pues casi nada: que es esposa del diputado local del Partido Verde, Leonardo Álvarez[/COLOR], quien seguramente ocupará una curul federal y ha utilizado todas sus herramientas políticas y legales para evitar el castigo que merece su pareja sentimental. ¿No que pena de muerte a los secuestradores, diputado?
Álvarez sabe que Gina estuvo arraigada, encubrió un caso de secuestro, andaba con peligrosos delincuentes y, aún así, la defiende como si nada debiera.
El diputado Álvarez niega tener algo que ver con esta mujer. Sin embargo, nunca lo ha probado de manera pública. Inclusive, hace pocos meses, tuvieron a su segunda hija.
De acuerdo con la declaración ministerial de Gina, la historia es la siguiente: Terán Torres era novia de Martínez Báez, quien le confió que, por órdenes de Freyre Morales, secuestraron a la señora BárbaraCindy y a su pequeño hijo.
De la declaración textual de Gina Terán, según consta en expedientes, ella confirma que:
“Noté que Tony o Rugiero iba bastante nervioso, motivo por el cual le pregunté qué era lo que pasaba, contestándome que tenía un problema; al preguntarle cuál era, me empezó a contar que Freyre había secuestrado a una amiga de él, y a un hijo de esta señora, diciéndome además que a esta señora y a su menor hijo se los habían llevado a la casa de Jacobo Tagle… diciéndome que la mujer que había secuestrado César era amiga de la familia de mi novio, Rugiero, que tenía restaurantes y mucho dinero y que vivía por Arboledas, en el Estado de México…”
¿Qué ocurrió después?
La familia de Bárbara Cindy pagó el rescate y la mujer y su hijo fueron liberados. Desde 2006 se encuentran en Estados Unidos, aterrados por la inseguridad que se vive en México.
De acuerdo con Gina, su novio, Rugiero, discutió en varias ocasiones con Freyre por cómo se repartirían el dinero del rescate.
En una ocasión se fueron a Cuernavaca, a la casa de Paola Romero, esposa de Malagón Uscanga, y ahí, Freyre y Martínez Báez comenzaron nuevamente a pelear por el dinero producto del rescate de Bárbara y su hijo. También iba Jacobo Tagle. De pronto, salieron del lugar, tardaron unas horas y regresaron sin Tony.
Ya lo habían asesinado y enterrado en un terreno propiedad de César, en Cuernavaca.
Durante las investigaciones del caso Wallace, el cuerpo de Rugiero fue encontrado. Lo ejecutaron sus cómplices.
Gina supo del secuestro y no hizo nada.
Se enteró del asesinato de su novio y también calló.
Así lo establece su caso, asentado en la Causa Penal 13/2007. Se le giró orden de aprehensión y fue consignada el 15 de enero de ese año.
Sin embargo, se relacionó con el diputado Leonardo Álvarez quien, gracias a sus influencias, mantiene libre a una mujer implicada en un secuestro.
Valientes diputados. Por eso estamos tan mal.
El diputado Leonardo Álvarez, gracias a sus influencias, mantiene libre a una mujer implicada en un secuestro.
http://www.exonline.com.mx/diario/columna/604873
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