Carlos Loret de Mola
En octubre de 2008, en Historias de reportero lanzamos esta pregunta: ¿Confía el presidente Felipe Calderón en el gobernador Leonel Godoy? ¿Dónde ha puesto los informes de sus servicios de inteligencia que le señalan que la campaña política del perredista aceptó financiamiento de La Familia?.
Ayer en Michoacán, 10 alcaldes, una asesora del gobernador, un juez, tres funcionarios de la Procuraduría local, tres directores de Seguridad Pública municipales, dos jefas de grupo de la Judicial, en total, 27 funcionarios públicos fueron detenidos por el Ejército y la PGR por presuntos vínculos con el narcotráfico. Leonel Godoy no fue informado, y sólo hay una razón: no le tienen confianza.
Desde el año pasado, y especialmente a raíz de los granadazos contra civiles el 15 de septiembre en Morelia, las instancias de seguridad federales (Ejército, CISEN, PGR, SSP, Gobernación) recibieron informes de inteligencia que mostraban que el narco era la fuerza política más importante de Michoacán: había logrado comprar siglas de distintos partidos (los alcaldes detenidos son de PAN, PRI, PRD y PVEM) para postular candidatos leales que les permitieran seguir operando.
Por eso, a pesar de la declaración presidencial, seguían y siguen existiendo lugares en México en los que no se puede transitar libremente, en donde no manda el Estado sino los cárteles. Si los reportes oficiales de inteligencia son los que marcan la pauta, después de las detenciones de ayer en Michoacán, tienen que seguir Veracruz y Tamaulipas.
En Michoacán hay zonas impenetrables, empresarios tienen que pagar una cuota para que no aparezcan sus negocios balaceados, no hay habitante que no conozca la historia de un cercano al que secuestraron los mafiosos, hay cargos públicos concesionados a los narcos y la no violencia no descansa en el imperio del Estado sino en la tranquilidad con que puedan operar los criminales. Lo mismo en Tamaulipas y Veracruz.
El gabinete de seguridad federal no le tiene confianza a Fidel Herrera y levanta las cejas cuando descubre la penetración del cártel del Golfo en Veracruz. Y de Eugenio Hernández piensan que ha preferido “nadar de muertito” ante la narcotización que le dejaron en Tamaulipas sus antecesores, los ex gobernadores Cavazos Lerma y Tomás Yarrington.
Ya dieron un primer paso en la tierra del Presidente, a ver si se animan con los otros dos estados para los que ya han acumulado pruebas.
En octubre de 2008, en Historias de reportero lanzamos esta pregunta: ¿Confía el presidente Felipe Calderón en el gobernador Leonel Godoy? ¿Dónde ha puesto los informes de sus servicios de inteligencia que le señalan que la campaña política del perredista aceptó financiamiento de La Familia?.
Ayer en Michoacán, 10 alcaldes, una asesora del gobernador, un juez, tres funcionarios de la Procuraduría local, tres directores de Seguridad Pública municipales, dos jefas de grupo de la Judicial, en total, 27 funcionarios públicos fueron detenidos por el Ejército y la PGR por presuntos vínculos con el narcotráfico. Leonel Godoy no fue informado, y sólo hay una razón: no le tienen confianza.
Desde el año pasado, y especialmente a raíz de los granadazos contra civiles el 15 de septiembre en Morelia, las instancias de seguridad federales (Ejército, CISEN, PGR, SSP, Gobernación) recibieron informes de inteligencia que mostraban que el narco era la fuerza política más importante de Michoacán: había logrado comprar siglas de distintos partidos (los alcaldes detenidos son de PAN, PRI, PRD y PVEM) para postular candidatos leales que les permitieran seguir operando.
Por eso, a pesar de la declaración presidencial, seguían y siguen existiendo lugares en México en los que no se puede transitar libremente, en donde no manda el Estado sino los cárteles. Si los reportes oficiales de inteligencia son los que marcan la pauta, después de las detenciones de ayer en Michoacán, tienen que seguir Veracruz y Tamaulipas.
En Michoacán hay zonas impenetrables, empresarios tienen que pagar una cuota para que no aparezcan sus negocios balaceados, no hay habitante que no conozca la historia de un cercano al que secuestraron los mafiosos, hay cargos públicos concesionados a los narcos y la no violencia no descansa en el imperio del Estado sino en la tranquilidad con que puedan operar los criminales. Lo mismo en Tamaulipas y Veracruz.
El gabinete de seguridad federal no le tiene confianza a Fidel Herrera y levanta las cejas cuando descubre la penetración del cártel del Golfo en Veracruz. Y de Eugenio Hernández piensan que ha preferido “nadar de muertito” ante la narcotización que le dejaron en Tamaulipas sus antecesores, los ex gobernadores Cavazos Lerma y Tomás Yarrington.
Ya dieron un primer paso en la tierra del Presidente, a ver si se animan con los otros dos estados para los que ya han acumulado pruebas.
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