DENUNCIA TORTURA EN CUARTEL MORELOS
Sufrí 80 días de infierno,dice 'DJ' del Mezzanine
EDGAR JUÁREZ USCANGA
E L M E X I C A N O Jun 04 2009
TIJUANA.- “Fueron 80 días de infierno para mí y mi familia, donde sufrí tortura
psicológica y física en el cuartel Morelos por parte de los militares y en
la casa de arraigo en la Ciudad de México me encerraron en un cuarto con secuestradores e integrantes de cárteles del narcotráfi co”, expresó Ricardo Cruz García, de 33 años.
Él fue detenido “injustamente” , dijo, en el operativo de la fi esta del Mezzanine donde trabajaba como animador de las fiestas, y apenas el sábado pasado fue liberado por las autoridades federales, quienes sólo le dijeron: ya te puedes ir.
“Esa noche en la fiesta estaba trabajando, yo soy 'DJ', uno de los militares
habló por el micrófono y dijo que eran del Ejército y que nos juntáramos en la
pista de baile. Allí un soldado me encañonó con su fusil, en la frente, luego me dijo que me diera la vuelta, lo hice y me dijo que caminara hacia la pista mientras me empujaba en la espalda con el cañón de su arma, en eso me metió el pie para que me tropezara, caí al piso e inmediatamente
me aplastó la cara con su bota, y me preguntó: ¿para quién trabajas?,
yo sólo dije que estaba trabajando en el salón, sacaron como un catálogo
de fotografías y los militares dijeron no, no es, para después subirme al camión y llevarme al cuartel”, narró Ricardo, después de haber vivido la pesadilla del arraigo.
En compañía de su esposa Alejandra y su bebé de apenas 8 meses, Ricardo dio su versión del calvario que vivió al ser detenido y reveló las prácticas que utilizan los militares con los asegurados, en el cuartel Morelos.
“Cuando estuve en el cuartel Morelos,nos tenían encerrados en un cuarto,
a muchos inocentes y culpables por igual los pasaron a otro cuartito, donde
los torturaban, no lo ví, pero sí me tocó escuchar gritos, los golpes, ver cómo salían ensangrentados para que les dieran información, en el cuartel los militares aplican lo que ellos llaman cuotas. Para ir al baño todos teníamos que pagar la cuota, ésta consistía en que al salir nos recibían con un puñetazo en la cara, y nos daban de zapes en la cabeza”, comentó Ricardo.
El viernes 13 de marzo, Ricardo, con el resto de los detenidos, fueron trasladados a la casa de arraigo en la colonia Doctores en la Ciudad de México, que en realidad mes un hotel que se decomisó al secuestrador
Daniel Arizmendi el “mochaorejas”. “La casa de arraigo es de cuatro pisos,
nos tenían encerrados en cuartos a 9 detenidos, ahí estuve con gente inocente, pero también con secuestradores que reconocían sus delitos, que mutilaban a la gente; con narcotrafi cantes, mientras a mi esposa y mi hijo recién nacido no los podía ver, para mí eso fue un infierno, nos levantaban a las 5:00 de la mañana para pasar lista, a las 7:00 desayunábamos,
y las visitas eran de las 10:00 a.m. a la 1:00 de la tarde.
Al estar arraigado, primero por 40 días, pensaba en que no volvería ver a
mi familia, no tenía un abogado, sólo el de ofi cio, sin dinero, aunque ahí nunca nos golpearon, los días eran eternos, era un infierno”, comentó Ricardo.
“Desde que estábamos en el cuartel y después en la casa de arraigo, las autoridades, a los que estábamos trabajando en la fi esta como los meseros, nos tenían identifi cados, sabían que no teníamos nada que ver con la delincuencia, pero ahí nos tenían según ellos para investigarnos.
En el arraigo a los detenidos los identificaban con camisetas de distintos
colores, a mí me tocó la amarilla, que significa delincuencia organizada; los
que traían la roja, son secuestradores; la naranja terroristas; la blanca, tratantes de blancas; verde, lavado de dinero; y la vino, era para quienes son acusados de asalto a bancos o delitos cibernéticos”,
reveló Ricardo Cruz.
“El día que salí, el pasado sábado a las 5:00 de la tarde, sin dinero, ni nadie,
sólo me dijeron ya puedes salir, sólo no te quedes aquí frente a la casa, vete; así salimos varios de aquella noche en el Mezanine”, recordó Ricardo.
A pocos días de su liberación, Ricardo Cruz, lanzó un llamado a las autoridades para que se acabe con estas prácticas de detener y luego investigar, porque así como él, dijo, hay cientos de familias que pasan este infierno. Detienen a gente inocente en aras del combate al narcotráfico, al estar en el lugar equivocado y en el momento equivocado.
“Ahora estoy con deudas por el arraigo,sólo espero volver al trabajo,amenizar
fi estas, y regresaría a esto, porquede esto vivo, tengo un bebé que mantener
http://ed.grandiarioregional.com/imp...%20TIJ_01A.pdf
Sufrí 80 días de infierno,dice 'DJ' del Mezzanine
EDGAR JUÁREZ USCANGA
E L M E X I C A N O Jun 04 2009
TIJUANA.- “Fueron 80 días de infierno para mí y mi familia, donde sufrí tortura
psicológica y física en el cuartel Morelos por parte de los militares y en
la casa de arraigo en la Ciudad de México me encerraron en un cuarto con secuestradores e integrantes de cárteles del narcotráfi co”, expresó Ricardo Cruz García, de 33 años.
Él fue detenido “injustamente” , dijo, en el operativo de la fi esta del Mezzanine donde trabajaba como animador de las fiestas, y apenas el sábado pasado fue liberado por las autoridades federales, quienes sólo le dijeron: ya te puedes ir.
“Esa noche en la fiesta estaba trabajando, yo soy 'DJ', uno de los militares
habló por el micrófono y dijo que eran del Ejército y que nos juntáramos en la
pista de baile. Allí un soldado me encañonó con su fusil, en la frente, luego me dijo que me diera la vuelta, lo hice y me dijo que caminara hacia la pista mientras me empujaba en la espalda con el cañón de su arma, en eso me metió el pie para que me tropezara, caí al piso e inmediatamente
me aplastó la cara con su bota, y me preguntó: ¿para quién trabajas?,
yo sólo dije que estaba trabajando en el salón, sacaron como un catálogo
de fotografías y los militares dijeron no, no es, para después subirme al camión y llevarme al cuartel”, narró Ricardo, después de haber vivido la pesadilla del arraigo.
En compañía de su esposa Alejandra y su bebé de apenas 8 meses, Ricardo dio su versión del calvario que vivió al ser detenido y reveló las prácticas que utilizan los militares con los asegurados, en el cuartel Morelos.
“Cuando estuve en el cuartel Morelos,nos tenían encerrados en un cuarto,
a muchos inocentes y culpables por igual los pasaron a otro cuartito, donde
los torturaban, no lo ví, pero sí me tocó escuchar gritos, los golpes, ver cómo salían ensangrentados para que les dieran información, en el cuartel los militares aplican lo que ellos llaman cuotas. Para ir al baño todos teníamos que pagar la cuota, ésta consistía en que al salir nos recibían con un puñetazo en la cara, y nos daban de zapes en la cabeza”, comentó Ricardo.
El viernes 13 de marzo, Ricardo, con el resto de los detenidos, fueron trasladados a la casa de arraigo en la colonia Doctores en la Ciudad de México, que en realidad mes un hotel que se decomisó al secuestrador
Daniel Arizmendi el “mochaorejas”. “La casa de arraigo es de cuatro pisos,
nos tenían encerrados en cuartos a 9 detenidos, ahí estuve con gente inocente, pero también con secuestradores que reconocían sus delitos, que mutilaban a la gente; con narcotrafi cantes, mientras a mi esposa y mi hijo recién nacido no los podía ver, para mí eso fue un infierno, nos levantaban a las 5:00 de la mañana para pasar lista, a las 7:00 desayunábamos,
y las visitas eran de las 10:00 a.m. a la 1:00 de la tarde.
Al estar arraigado, primero por 40 días, pensaba en que no volvería ver a
mi familia, no tenía un abogado, sólo el de ofi cio, sin dinero, aunque ahí nunca nos golpearon, los días eran eternos, era un infierno”, comentó Ricardo.
“Desde que estábamos en el cuartel y después en la casa de arraigo, las autoridades, a los que estábamos trabajando en la fi esta como los meseros, nos tenían identifi cados, sabían que no teníamos nada que ver con la delincuencia, pero ahí nos tenían según ellos para investigarnos.
En el arraigo a los detenidos los identificaban con camisetas de distintos
colores, a mí me tocó la amarilla, que significa delincuencia organizada; los
que traían la roja, son secuestradores; la naranja terroristas; la blanca, tratantes de blancas; verde, lavado de dinero; y la vino, era para quienes son acusados de asalto a bancos o delitos cibernéticos”,
reveló Ricardo Cruz.
“El día que salí, el pasado sábado a las 5:00 de la tarde, sin dinero, ni nadie,
sólo me dijeron ya puedes salir, sólo no te quedes aquí frente a la casa, vete; así salimos varios de aquella noche en el Mezanine”, recordó Ricardo.
A pocos días de su liberación, Ricardo Cruz, lanzó un llamado a las autoridades para que se acabe con estas prácticas de detener y luego investigar, porque así como él, dijo, hay cientos de familias que pasan este infierno. Detienen a gente inocente en aras del combate al narcotráfico, al estar en el lugar equivocado y en el momento equivocado.
“Ahora estoy con deudas por el arraigo,sólo espero volver al trabajo,amenizar
fi estas, y regresaría a esto, porquede esto vivo, tengo un bebé que mantener
http://ed.grandiarioregional.com/imp...%20TIJ_01A.pdf
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