El mantener vivos los sueños de un megalomano cuesta mucho dinero, "nuestro proyecto sigue vivo", dice, y lo dice por todos lados a costillas de nuestros impuestos....y nadie dice nada...
Y al respuesta de los pejezoombies sera "¿y apoco los demas no roban???"...
Por eso estamos como estamos...
¿Puedo votar por ese señor que está en todas partes?
Si uno sale a recorrer las calles de una ciudad como la nuestra, descomunal, puede comprobar que no hay esquina sin fotografías de Andrés Manuel López Obrador. En radio, todas las estaciones dicen que estaríamos mejor con el caudillo tabasqueño; muchos candidatos del PRD se apoyan en él. El PT y Convergencia lo promueven con todos sus recursos. Escuchamos, pues, su voz dándonos recetas populistas y criticando al sistema e instituciones que antes arropaba y ahora ataca con especial rabia. En la televisión es igual. Ello significa que es el hombre más visto del país porque el fenómeno se repite en cada estado, en cada ciudad, en cada municipio. ¿De qué es candidato, a qué aspira desde pendones, mantas y spots televisivos? ¿Por qué tanta propaganda?
Para redondear el asunto, los medios le dedicamos notas, reportajes, entrevistas, críticas o elogios. Es el eje de nuestra actividad; es noticia. Sus gruesas palabras, su tosco populismo, su rudimentario lenguaje, son citados una y otra vez. Se ha convertido en una manía nacional. Puede llamarse pejemanía o pejefobia, pero allí está, dividiendo familias, rompiendo amistades, acabando partidos, inventando otros. Vicente Fox lo detesta tanto como Felipe Calderón. A uno, Andrés Manuel le llama chachalaca, al otro usurpador o ilegítimo; ambos han sido incapaces de frenar su acción demencial. Los priistas, más sabios, lo ven como un huracán que se aleja.
Toda esta desmesurada publicidad vale millones y millones de pesos, ¿quién la paga?, ¿el IFE lleva control de ese gasto? Pareciera que está en campaña, mejor dicho, AMLO está en campaña muy anticipada para ser de nuevo candidato presidencial. Lo más grave es la destrucción que hizo del PRD. Jesús Ortega dice que están estudiando las posibilidades de expulsarlo ¡después del 5 de julio! Como con agudeza señalaba “La Esquina” de ayer: ¿qué sentido tiene? Sólo prolongar la agonía de un proyecto que Cuauhtémoc Cárdenas llevó a cabo para mejorar la democracia nacional.
La conducta de lo que resta en el PRD (los pejistas ya tienen los dos pies fuera) no es pusilánime sino torpe: siguen abonados a los votos de AMLO en lugar de considerar la refundación del partido, darle un proyecto de envergadura dejando de lado la corrupción, que tanto daño le ha hecho. Decirle traidor a López Obrador es un error. Se trata de un hombre de absoluta fidelidad a sí mismo y él jamás se ha traicionado. Lo demás no le importa, como a Hitler, que en su dramática caída arrastró a toda una nación. No le importó el PRI donde se formó, tampoco Enrique González Pedrero, quien le dio su primera andadera política. No le importó Cárdenas, quien lo puso en la ruta del caudillismo, mucho menos le interesa el PRD, ¿por qué?: le dio lo que necesitaba; deja un cascarón. Al PT y Convergencia los utiliza y desprecia. ¿Alguien cree que le importa México? A López sólo le interesa su biografía de víctima y salvador.
El patético candidato Rafael Acosta al que ahora llaman con franqueza Juanito Pelele, es una prueba de los sentimientos reales de López Obrador, y cómo mueve sus fichas. Es un aventurero sin escrúpulos, una máquina para falsificar los hechos y ajustar la historia a sus necesidades momentáneas. Se ha equiparado a Jesucristo, pero no es un hombre de paz. Es violento a pesar de que en su propaganda alguien dice “Me choca la violencia”, y enseguida López Obrador, en lugar de mandarnos al carajo o al demonio, según sus costumbres, habla de lo bien que estaría México bajo su conducción justa.
En este momento, Cárdenas, Ortega, Arce y los militantes más serios del PRD tendrían que hacer un ejercicio de política inteligente y audaz para impedir la destrucción. De lo contrario, su destino es el fracaso, fue otro intento más por darle al país una organización de izquierda, coherente, seria, basada en proyectos, no en líderes más o menos carismáticos. Cuando Armando Quintero o Alejandra Barrales amenazan con irse y dicen hablar por todos los militantes y simpatizantes del PRD, sólo blofean. ¿Irán al PT con Juanito Pelele, o a Convergencia con Dante Delgado hoy convertido en mártir jarocho? Tienen menos posibilidades de sobrevivir con AMLO. ¿Cuánto durará el aprecio antes de que cometa una nueva locura política? Es como imaginar que Porfirio Muñoz Ledo tiene alguna función dentro de un país que busca nuevos caminos, vertientes distintas a las que hemos conocido hasta hoy.
Los que llegaron al PRD buscando riquezas ya las tienen; hicieron fortuna como Guillermo Sánchez Torres, Eliseo Moyao, René Bejarano, Dolores Padierna, Carlos Ímaz, El Pino, y otros. Pueden ya vivir de sus “ahorros”. Es el tiempo de enfrentar con valor y decisión a un caudillo cuya esquizofrenia es por demás evidente.
Para redondear el asunto, los medios le dedicamos notas, reportajes, entrevistas, críticas o elogios. Es el eje de nuestra actividad; es noticia. Sus gruesas palabras, su tosco populismo, su rudimentario lenguaje, son citados una y otra vez. Se ha convertido en una manía nacional. Puede llamarse pejemanía o pejefobia, pero allí está, dividiendo familias, rompiendo amistades, acabando partidos, inventando otros. Vicente Fox lo detesta tanto como Felipe Calderón. A uno, Andrés Manuel le llama chachalaca, al otro usurpador o ilegítimo; ambos han sido incapaces de frenar su acción demencial. Los priistas, más sabios, lo ven como un huracán que se aleja.
Toda esta desmesurada publicidad vale millones y millones de pesos, ¿quién la paga?, ¿el IFE lleva control de ese gasto? Pareciera que está en campaña, mejor dicho, AMLO está en campaña muy anticipada para ser de nuevo candidato presidencial. Lo más grave es la destrucción que hizo del PRD. Jesús Ortega dice que están estudiando las posibilidades de expulsarlo ¡después del 5 de julio! Como con agudeza señalaba “La Esquina” de ayer: ¿qué sentido tiene? Sólo prolongar la agonía de un proyecto que Cuauhtémoc Cárdenas llevó a cabo para mejorar la democracia nacional.
La conducta de lo que resta en el PRD (los pejistas ya tienen los dos pies fuera) no es pusilánime sino torpe: siguen abonados a los votos de AMLO en lugar de considerar la refundación del partido, darle un proyecto de envergadura dejando de lado la corrupción, que tanto daño le ha hecho. Decirle traidor a López Obrador es un error. Se trata de un hombre de absoluta fidelidad a sí mismo y él jamás se ha traicionado. Lo demás no le importa, como a Hitler, que en su dramática caída arrastró a toda una nación. No le importó el PRI donde se formó, tampoco Enrique González Pedrero, quien le dio su primera andadera política. No le importó Cárdenas, quien lo puso en la ruta del caudillismo, mucho menos le interesa el PRD, ¿por qué?: le dio lo que necesitaba; deja un cascarón. Al PT y Convergencia los utiliza y desprecia. ¿Alguien cree que le importa México? A López sólo le interesa su biografía de víctima y salvador.
El patético candidato Rafael Acosta al que ahora llaman con franqueza Juanito Pelele, es una prueba de los sentimientos reales de López Obrador, y cómo mueve sus fichas. Es un aventurero sin escrúpulos, una máquina para falsificar los hechos y ajustar la historia a sus necesidades momentáneas. Se ha equiparado a Jesucristo, pero no es un hombre de paz. Es violento a pesar de que en su propaganda alguien dice “Me choca la violencia”, y enseguida López Obrador, en lugar de mandarnos al carajo o al demonio, según sus costumbres, habla de lo bien que estaría México bajo su conducción justa.
En este momento, Cárdenas, Ortega, Arce y los militantes más serios del PRD tendrían que hacer un ejercicio de política inteligente y audaz para impedir la destrucción. De lo contrario, su destino es el fracaso, fue otro intento más por darle al país una organización de izquierda, coherente, seria, basada en proyectos, no en líderes más o menos carismáticos. Cuando Armando Quintero o Alejandra Barrales amenazan con irse y dicen hablar por todos los militantes y simpatizantes del PRD, sólo blofean. ¿Irán al PT con Juanito Pelele, o a Convergencia con Dante Delgado hoy convertido en mártir jarocho? Tienen menos posibilidades de sobrevivir con AMLO. ¿Cuánto durará el aprecio antes de que cometa una nueva locura política? Es como imaginar que Porfirio Muñoz Ledo tiene alguna función dentro de un país que busca nuevos caminos, vertientes distintas a las que hemos conocido hasta hoy.
Los que llegaron al PRD buscando riquezas ya las tienen; hicieron fortuna como Guillermo Sánchez Torres, Eliseo Moyao, René Bejarano, Dolores Padierna, Carlos Ímaz, El Pino, y otros. Pueden ya vivir de sus “ahorros”. Es el tiempo de enfrentar con valor y decisión a un caudillo cuya esquizofrenia es por demás evidente.
Y al respuesta de los pejezoombies sera "¿y apoco los demas no roban???"...
Por eso estamos como estamos...
¿Puedo votar por ese señor que está en todas partes?
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