La estupidez y la pregunta que no se vale hacer
La historia en breve
Ciro Gómez Leyva
El martes, minutos después de la siete de la noche, llamó a MILENIO Televisión la encargada de comunicación de la Secretaría de Seguridad Pública. Solicitó que dejáramos de transmitir la imagen de los 12 cadáveres de los policías federales torturados y apiñados por La Familia en algún desgraciado andurrial de Michoacán.
La imagen daba vueltas en nuestra pantalla desde media tarde. Pulcra, quiso darnos una explicación sobre las negociaciones que a esas horas llevaban a cabo con los familiares de los policías masacrados. Le dijimos que no era necesario, que sólo manejaríamos una toma breve en el noticiero de las diez. La sacamos también de milenio.com.
Fue la noche previa a La Tuta. Dos días después del inicio de la contraofensiva del narco, del Tet michoacano, y el día posterior de la encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica en que una aterradora mayoría de mexicanos pensaban que los criminales iban ganando la guerra.
No había lugar, pues, para pedanterías periodísticas. Hay ocasiones, contadas pero las hay, en que uno tiene que bajarle la persiana a esa máxima que tanto gusta a los fariseos, de que sobre la nota no debe haber nada, nunca.
El sábado leí la crónica-columna de Carlos Puig sobre los jovencísimos policías federales que el jueves aterrizaron en Michoacán con pasamontañas, porque se saben amenazados de muerte. Y subrayé el párrafo final, en donde pregunta “desde la estupidez a uno de ellos”, si cree que se va ganando o perdiendo la guerra.
El joven policía le respondió: “Es una pregunta que no se vale, aquí hay muchos compañeros que han caído cumpliendo su deber”.
En nuestro Medellín, nuestro Bagdad, el periodismo se va aprendiendo episodio por episodio.
Artículo en Milenio.
Es un hecho que los criminales van ganando la guerra y que el gobierno no tiene una estrategia clara y está fracasando. Mencionar que "muchos han caído cumpliendo su deber" es decir "No importan los hechos, sólo las intenciones". Es una falacia.
Cómo me indignó este artículo. Ciro Gómez Leyva es como Bill O'Reilly, toda esa mentalidad de "Estamos en una guerra y tan siquiera mencionar hechos que no son favorables para el gobierno es antipatriótico" no es periodismo. Queda claro el rol de Milenio como propagandistas, al igual que otros medios nacionales.
Su función ya no es informar, sino echarle porras al gobierno y omitir todo aquello que pueda dañar su - frágil - imagen.
Me asusta que gente como Ciro Gómez Leyva sean "líderes de opinión".
Pero encuentro alivio en el hecho de que no dependemos de "periodistas" como él para saber lo que pasa realmente. Las imágenes están en Internet.
Señores periodistas: Su trabajo es informar, dar a conocer los hechos. No decidir por nosotros qué nos conviene ver y qué no (mucho menos dejar que el gobierno lo haga). Dejen sus sentimientos a un lado y hagan su trabajo. O cambien su título a "propagandista oficial".
La historia en breve
Ciro Gómez Leyva
El martes, minutos después de la siete de la noche, llamó a MILENIO Televisión la encargada de comunicación de la Secretaría de Seguridad Pública. Solicitó que dejáramos de transmitir la imagen de los 12 cadáveres de los policías federales torturados y apiñados por La Familia en algún desgraciado andurrial de Michoacán.
La imagen daba vueltas en nuestra pantalla desde media tarde. Pulcra, quiso darnos una explicación sobre las negociaciones que a esas horas llevaban a cabo con los familiares de los policías masacrados. Le dijimos que no era necesario, que sólo manejaríamos una toma breve en el noticiero de las diez. La sacamos también de milenio.com.
Fue la noche previa a La Tuta. Dos días después del inicio de la contraofensiva del narco, del Tet michoacano, y el día posterior de la encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica en que una aterradora mayoría de mexicanos pensaban que los criminales iban ganando la guerra.
No había lugar, pues, para pedanterías periodísticas. Hay ocasiones, contadas pero las hay, en que uno tiene que bajarle la persiana a esa máxima que tanto gusta a los fariseos, de que sobre la nota no debe haber nada, nunca.
El sábado leí la crónica-columna de Carlos Puig sobre los jovencísimos policías federales que el jueves aterrizaron en Michoacán con pasamontañas, porque se saben amenazados de muerte. Y subrayé el párrafo final, en donde pregunta “desde la estupidez a uno de ellos”, si cree que se va ganando o perdiendo la guerra.
El joven policía le respondió: “Es una pregunta que no se vale, aquí hay muchos compañeros que han caído cumpliendo su deber”.
En nuestro Medellín, nuestro Bagdad, el periodismo se va aprendiendo episodio por episodio.
Artículo en Milenio.
Es un hecho que los criminales van ganando la guerra y que el gobierno no tiene una estrategia clara y está fracasando. Mencionar que "muchos han caído cumpliendo su deber" es decir "No importan los hechos, sólo las intenciones". Es una falacia.
Cómo me indignó este artículo. Ciro Gómez Leyva es como Bill O'Reilly, toda esa mentalidad de "Estamos en una guerra y tan siquiera mencionar hechos que no son favorables para el gobierno es antipatriótico" no es periodismo. Queda claro el rol de Milenio como propagandistas, al igual que otros medios nacionales.
Su función ya no es informar, sino echarle porras al gobierno y omitir todo aquello que pueda dañar su - frágil - imagen.
Me asusta que gente como Ciro Gómez Leyva sean "líderes de opinión".
Pero encuentro alivio en el hecho de que no dependemos de "periodistas" como él para saber lo que pasa realmente. Las imágenes están en Internet.
Señores periodistas: Su trabajo es informar, dar a conocer los hechos. No decidir por nosotros qué nos conviene ver y qué no (mucho menos dejar que el gobierno lo haga). Dejen sus sentimientos a un lado y hagan su trabajo. O cambien su título a "propagandista oficial".
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