Ana María Salazar
Diario presidencial, julio 2009
31 de julio de 2009
Querido diario: No hay más que hacer excepto reconocer que mi sexenio se
convirtió en un trienio. Simple y llanamente soy, como llaman los gringos, un
lame duck, un pato rengo en términos democráticos; sigo siendo el
Presidente, pero como van las cosas, más que mandatario soy como la reina
del baile, tengo corona pero al terminar la pachanga nadie me hace caso.
Dejé de gobernar la noche del 5 de julio, y aunque tengo la banda
presidencial, y vaya que me encanta usarla, ya no intimida como antes. Ahora, un atuendo indígena o un colorido huipil a la “Paredes” infunde más
admiración o temor en los corazones de los ratoncitos de la clase política.
Sí, querido diario, como todos los demás esperaban menos nosotros, el PRI
arrasó en las elecciones intermedias. Me lleva la que me trajo. ¿Qué tiene
Beatriz Paredes que no tengo yo? ¡Lo que tiene es pelo! Cada día me quedo
más pelón y ella tiene más melena. Yo entro a un recinto, y los comensales
apenas se paran para recibirme, algunos salen corriendo del salón. Ahora que
Beatriz es la reina electa del baile, todos corren hacia ella…
Puedes creer que en este momento que tenemos los índices de desempleo más altos en la historia reciente del país, gracias a mis excelentes políticas públicas, ¡muchos me exigen que agrave estos índices con relevos en mi gabinetazo! Quieren que mande a volar a varios de mis cuates, perdón, secretarios… ¿acaso creen que la lealtad ciega y obediencia sumisa se puede suplir con conocimientos técnicos y capacidad profesional?
Seguramente los siguientes tres años van a ser muy aburridos si no empiezo a agendar actividades. Tal vez debería aprender a bucear, a tejer o tomar yoga. Y aunque mi México necesita urgentemente reformas, ya me resigné a que gracias al PRI y mi disfuncional partido el PAN, no vamos a poder avanzar en ninguna reforma urgente, especialmente la fiscal.
http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/45075.html
Analista política
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