Quien
no recuerda cuando nuestros mayores nos inquirían:
¿Quieres que te cuente el cuento de la pipa de nunca acabar?
Contestara el infante lo que contestara, la respuesta era
no quiero que me digas que NO/SI, sino ¿si quieres que te cuente el cuento de la pipa de nunca acabar....?
LOS TRAFICANTES DE DROGA CONTINÚAN SU COMERCIALIZACIÓN DESDE LA CÁRCEL

En una imagen de un video de vigilancia, los reclusos se fugan de sus celdas de la prisión en Cieneguillas, México, en el mes de Mayo.
Por MARC LACEY
Publicado por The New York Times el 10 de agosto de 2009.
Traducido por Rafael Norma Méndez
Ciudad de México.- las cámaras de vigilancia registraron absolutamente todo: guardias mirones mientras 53 prisioneros, muchos de ellos asociados con uno de los más notorios carteles de la droga en México, salían de sus celdas y se apresuraban a abordar vehículos que ya los estaban esperando para su escape.
Hombres con uniforme policíaco ayudaron a escapar a 53 reos, en la prisión de Cieneguillas, México en Mayo. Tal como se ve en la filmación de una cámara de vigilancia. Los vehículos para su escape, fuera de la cárcel, estaban pintados como carros de la policía..
El video muestra que los guardias de la prisión sólo sacaron sus armas después de que los reos se habían fugado. La descarada escapatoria de mayo en el estado norteño de Zacatecas, llevada a cabo en unos cuantos minutos sin un solo disparo, es tan sólo uno de los muchos ejemplos evidentes de cómo el sistema de atestadas y crueles prisiones representan un débil eslabón en la guerra contra las drogas.
Las cárceles mexicanas, tal como las describen los reos y las personas enteradas y miradas durante varias visitas, sino lugares donde los traficantes de drogas encuentran una nueva base de operaciones para un imperio criminales, reclutan vistas subordinados, y sobornan su escapatoria al precio correcto. El sistema está tan defectuoso, que de hecho, el gobierno Mexicano está extraditando cifra récord de traficantes de drogas, hacia los Estados Unidos, donde ellos encuentran mucho más difícil intimidar a testigos, y desempeñar su operación de drogas, o escaparse.
La fuga de la cárcel aconteció este fin de semana, cuando un presunto traficante de drogas se desvaneció de una cárcel del Estado de Sinaloa, durante una fiesta para los reos, caracterizada por una banda de música campirana Mexicana. El gobierno mexicano está considerando aislar a los reos relacionados con la droga de los reos comunes y corrientes para reducir las oportunidades de abusos.
El gobierno de los Estados Unidos, como parte de un programa de asistencia en contra de los narcóticos, está comprometiendo U. S. Cy. $ 4 millones este año, para ayudar al arreglo de las prisiones Mexicanas quebrantadas, según dijeron funcionarios . Los expertos de prisiones Estatales americanas, han empezado a dar tutoriales a los guardias Mexicanos, para asegurarse que haya claras directrices éticas y prácticas profesionales que los distingan s de los hombres y mujeres que custodien. No tiene ningún caos que se atrapen a estos tipos, si se van a escapar, “comentó un oficial americano involucrado en el entrenamiento, quien no estaba autorizado para hablar sobre el tema.
A pesar de que las cárceles Mexicanas se denominan Centros de Readaptación Social (CERESOS),” un nombre más apegado a la realidad sería “Universidades del Crimen” comentó Pedro Héctor Arellano, quien opera un programa que excede la prisión para la Iglesia Episcopal
Las prisiones Mexinacas están descosiéndose por todos lados, con espacio para 172,151 internos en toda la nación, pero con 50,000 más atestados. Y llegan más por día como parte de la guerra del gobierno contra las drogas, que ha mandado a decenas de miles a prisión desde que Felipe Calderón tomó el cargo hace tres años.
Dentro de las elevadas paredes de concreto, coronadas con alambrada de púas, pasan los hombres fuertemente armados en uniformes negros con expresión adusta, pero los internos mandan en este corral. Algunos prisioneros de altos vuelos, pagan por tener las llaves de sus celdas. Cuando se vuelve la vida adentro de la cárcel demasiado confinante, con sus entregas de pizza, de parrandas y prostitutas, drogas y alcohol los reos algunas veces les pagan a sus guardias para un permiso o para simplemente escaparse de la cárcel
[ i] “Nuestras cárceles son un negocio más que otra cosa,” dijo Pedro Arellano Aguilar, un experto en prisiones. Él ha visitado muchas en México y ha salido con una visión terrible de lo que sucede adentro. Todo está a la venta y todo puede comprarse”
Los custodios trabajan para los reos
Para los traficantes de drogas, inundados en dinero, la vida adentro es a menudo una continuación de la existencia de libre espíritu que conducen en el exterior Los custodios se vuelven sus empleados.
Por más de una década, Enrique, un corpulento hombre de mirada perdida, trabajó en una de las cárceles más duras de México imponiendo su voluntad . El asignaba los prisioneros a los bloques de celdas , basado en el tamaño del soborno que le daban. Castigaba a aquellos que se le salían del huacal
“Yo era el jefe” declaraba. No exactamente. Enrique cuya historia fue corroborada por un grupo de abogados de los prisioneros, era en realidad un recluso , que pegaba pena corporal al interior del Reclusorio Oriente en La Ciudad de México, por tráfico de cocaína. “ no debía funcionar de la manera como lo hace" comenta Enrique ahora ya liberado, quien pidió permanecer en el anonimato de manera que pueda recobrar su vida después de una sentencia de 12 años....
Continúa...

¿Quieres que te cuente el cuento de la pipa de nunca acabar?
Contestara el infante lo que contestara, la respuesta era

LOS TRAFICANTES DE DROGA CONTINÚAN SU COMERCIALIZACIÓN DESDE LA CÁRCEL

En una imagen de un video de vigilancia, los reclusos se fugan de sus celdas de la prisión en Cieneguillas, México, en el mes de Mayo.
Por MARC LACEY
Publicado por The New York Times el 10 de agosto de 2009.
Traducido por Rafael Norma Méndez
Ciudad de México.- las cámaras de vigilancia registraron absolutamente todo: guardias mirones mientras 53 prisioneros, muchos de ellos asociados con uno de los más notorios carteles de la droga en México, salían de sus celdas y se apresuraban a abordar vehículos que ya los estaban esperando para su escape.
Hombres con uniforme policíaco ayudaron a escapar a 53 reos, en la prisión de Cieneguillas, México en Mayo. Tal como se ve en la filmación de una cámara de vigilancia. Los vehículos para su escape, fuera de la cárcel, estaban pintados como carros de la policía..
El video muestra que los guardias de la prisión sólo sacaron sus armas después de que los reos se habían fugado. La descarada escapatoria de mayo en el estado norteño de Zacatecas, llevada a cabo en unos cuantos minutos sin un solo disparo, es tan sólo uno de los muchos ejemplos evidentes de cómo el sistema de atestadas y crueles prisiones representan un débil eslabón en la guerra contra las drogas.
Las cárceles mexicanas, tal como las describen los reos y las personas enteradas y miradas durante varias visitas, sino lugares donde los traficantes de drogas encuentran una nueva base de operaciones para un imperio criminales, reclutan vistas subordinados, y sobornan su escapatoria al precio correcto. El sistema está tan defectuoso, que de hecho, el gobierno Mexicano está extraditando cifra récord de traficantes de drogas, hacia los Estados Unidos, donde ellos encuentran mucho más difícil intimidar a testigos, y desempeñar su operación de drogas, o escaparse.
La fuga de la cárcel aconteció este fin de semana, cuando un presunto traficante de drogas se desvaneció de una cárcel del Estado de Sinaloa, durante una fiesta para los reos, caracterizada por una banda de música campirana Mexicana. El gobierno mexicano está considerando aislar a los reos relacionados con la droga de los reos comunes y corrientes para reducir las oportunidades de abusos.
El gobierno de los Estados Unidos, como parte de un programa de asistencia en contra de los narcóticos, está comprometiendo U. S. Cy. $ 4 millones este año, para ayudar al arreglo de las prisiones Mexicanas quebrantadas, según dijeron funcionarios . Los expertos de prisiones Estatales americanas, han empezado a dar tutoriales a los guardias Mexicanos, para asegurarse que haya claras directrices éticas y prácticas profesionales que los distingan s de los hombres y mujeres que custodien. No tiene ningún caos que se atrapen a estos tipos, si se van a escapar, “comentó un oficial americano involucrado en el entrenamiento, quien no estaba autorizado para hablar sobre el tema.
A pesar de que las cárceles Mexicanas se denominan Centros de Readaptación Social (CERESOS),” un nombre más apegado a la realidad sería “Universidades del Crimen” comentó Pedro Héctor Arellano, quien opera un programa que excede la prisión para la Iglesia Episcopal
Las prisiones Mexinacas están descosiéndose por todos lados, con espacio para 172,151 internos en toda la nación, pero con 50,000 más atestados. Y llegan más por día como parte de la guerra del gobierno contra las drogas, que ha mandado a decenas de miles a prisión desde que Felipe Calderón tomó el cargo hace tres años.
Dentro de las elevadas paredes de concreto, coronadas con alambrada de púas, pasan los hombres fuertemente armados en uniformes negros con expresión adusta, pero los internos mandan en este corral. Algunos prisioneros de altos vuelos, pagan por tener las llaves de sus celdas. Cuando se vuelve la vida adentro de la cárcel demasiado confinante, con sus entregas de pizza, de parrandas y prostitutas, drogas y alcohol los reos algunas veces les pagan a sus guardias para un permiso o para simplemente escaparse de la cárcel
[ i] “Nuestras cárceles son un negocio más que otra cosa,” dijo Pedro Arellano Aguilar, un experto en prisiones. Él ha visitado muchas en México y ha salido con una visión terrible de lo que sucede adentro. Todo está a la venta y todo puede comprarse”
Los custodios trabajan para los reos
Para los traficantes de drogas, inundados en dinero, la vida adentro es a menudo una continuación de la existencia de libre espíritu que conducen en el exterior Los custodios se vuelven sus empleados.
Por más de una década, Enrique, un corpulento hombre de mirada perdida, trabajó en una de las cárceles más duras de México imponiendo su voluntad . El asignaba los prisioneros a los bloques de celdas , basado en el tamaño del soborno que le daban. Castigaba a aquellos que se le salían del huacal
“Yo era el jefe” declaraba. No exactamente. Enrique cuya historia fue corroborada por un grupo de abogados de los prisioneros, era en realidad un recluso , que pegaba pena corporal al interior del Reclusorio Oriente en La Ciudad de México, por tráfico de cocaína. “ no debía funcionar de la manera como lo hace" comenta Enrique ahora ya liberado, quien pidió permanecer en el anonimato de manera que pueda recobrar su vida después de una sentencia de 12 años....
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