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Re: FeCal manda su informe por "e-mail"
De: handler-6-307663-2-72-1-314230@s1.informe3.com en nombre de Presidente Felipe Calderón Hinojosa
Algunos no saben leer. La dirección es de una empresa en Texas, cualquiera puede mandar mails a nombre de otra persona. Hasta puede ser phishing. El remitente del correo, no es gob.mx
De: handler-6-307663-2-72-1-314230@s1.informe3.com en nombre de Presidente Felipe Calderón Hinojosa
Algunos no saben leer. La dirección es de una empresa en Texas, cualquiera puede mandar mails a nombre de otra persona. Hasta puede ser phishing. El remitente del correo, no es gob.mx
no manches...
... naaaa, ta muy verde el chavo.
escribe un artículo 
no está disfrutando en lo más mínimo que suene el teléfono, que descuelgue uno y de inmediato escuchar a la mujer tarabilla que suelta un interminable chorizo de los logros de la gestión calderonista. No creo que nadie haya alcanzado ni los diez segundos antes de colgar de modo muy malhumorado. No lo soporto. Bueno, no soportaría que me llamara de larga distancia (porque no habita en la Capital) mi amada ideal en quien he puesto todas mis complacencias y se arrancara diciendo: en este último año me he comprado seis juegos de ropa interior, varias faldas de diversos colores, tres vestidos prete a porter, dos moñitos paTMmis trenzas... aquí le colgaría no con enojo, sino con la tristeza de comprobar que ya se volvió loca y ya habita el cielo de los apaches. Creo, Don Felipe, que la estrategia es pésima. Me gustaría también que leyera los correos que me envían los burócratas que tienen que chutarse diario cuatro minutos de felípico choro. Tan desesperados están que hasta están dispuestos a trabajar y a dar buen servicio con tal de que les suspendan el tormento auditivo. Yo no sé qué ocurre en otros países, pero en México la propaganda política suele ser un contraproducente desastre. Y en este rubro, Calderón no está solo. Yo supongo, lectora lector querido, que ya miraste esos fluidos diálogos entre Lucerito y Enrique Peña Nieto que superan por mucho a los que sostuvieron Sócrates y Platón, Tomás Moro y Desiderio Erasmo. Yo no le conocía a Lucerito esa veta de Simone de Beauvoir, ni mucho menos le conocía a la acémila copetona ese talante de Bertrand Peña Russell Nieto.
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