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Aldo Moro: polvos de aquellos lodos.

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  • Aldo Moro: polvos de aquellos lodos.

    El expresidente norteamericano James Earl Carter -el cacahuatero demócrata de Georgia e insigne observador internacional de elecciones variopintas- habría avalado la operación que culminó con la muerte de Aldo Moro, hace 30 años.

    http://www.milenio.com/mexico/mileni...d=603261&sec=4

  • #2
    Re: Aldo Moro: polvos de aquellos lodos.

    "Lamentablemente, ahora lo de menos es Diego Fernández de Cevallos. Diego sería el Aldo Moro mexicano: el pretexto de una crisis. El problema radica es ver si el gobierno de Calderón va a optar por la transición pactada o reproducirá el fenómeno político que llevó al PRI a la derrota".

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    Carlos Ramírez,
    Indicador político.

    + Diego: mensaje para el 2012
    + Crisis por falta de transición

    En medio de un sinnúmero de hipótesis planteadas en los medios, el caso de Diego Fernández de Cevallos se localiza en el espacio de una sola certeza: las crisis políticas suelen provocar rupturas en los sistemas políticos cerrados.

    La lista de sucesos similares ayuda a la comprensión de la crisis política actual.

    1.- El secuestro del suegro del presidente Luis Echeverría inició el conflicto de ruptura con los empresarios y modificó la sucesión presidencial de 1976.

    2.- El intento de secuestro de Margarita López Portillo, hermana del entonces presidente electo José López Portillo, determinó una lucha por el poder en las élites, azuzadas por el aumento de la guerrilla.

    3.- Los asesinatos del columnista Manuel Buendía en 1984 y del agente antinarcóticos estadunidense Enrique Camarena en 1985 por el asunto del narco fueron producto del intervencionismo estadunidense que decidió la sucesión presidencial de 1988.

    4.- Los asesinatos del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo y del candidato presidencial Luis Donaldo Colosio cambiaron el sentido de la sucesión presidencial de 1994.

    5.- El secuestro espectacular de Fernando Gutiérrez Barrios, también producto de una disputa violenta en las élites, fue el preludio de la alternancia. Liberado, Gutiérrez Barrios fue el encargado del proceso de selección del candidato presidencial priísta que perdió las elecciones.

    En este contexto, el presunto secuestro de Diego Fernández de Cevallos tiene un contexto muy especial:

    1.- La guerra contra las drogas y el arresto y casi inmediata liberación de la esposa de Joaquín El Chapo Guzmán Loera. A ello se agrega el dato de la influencia de Diego en la designación del equipo de seguridad del gobierno federal.

    2.- El papel de Diego en el grupo político del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, ahora de regreso para impulsar al PRI en la recuperación de la presidencia de la república. Diego estaría en la lógica de mantener al PAN en la presidencia.

    3.- La circulación del nombre de Diego como candidato presidencial del PAN en el 2012 como el único panista capaz de mantener la presidencia en poder del PAN y evitar el regreso del PRI.

    4.- El proceso de designación de consejeros nacionales del PAN como el camino para establecer el grupo dominante que tendría a su cargo la designación del candidato presidencial panista para el 2012.

    5.- La incapacidad de los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón para impulsar la verdadera transición mexicana a la democracia y la construcción de instituciones democráticas.

    A ello se agrega un escenario inédito: ¿por qué el gobierno de Fox no enfrentó un escenario de confrontación violenta? Porque decidió no romper con el PRI y porque el PRI llegó fracturado a la definición de su candidato presidencial. Calderón, en cambio, tomó la determinación de combatir a las mafias del narcotráfico que ya se habían incrustado en instancias institucionales del viejo régimen priísta. Ahí Calderón tocó nervios sensibles: la persistencia de viejos pactos del PRI con estructuras paralelas del crimen organizado. De ahí la respuesta violenta de las mafias, la falta de solidaridad del PRI legislativo y el escenario de debilidad política de Calderón.

    El desafío del presidente Calderón es similar al que enfrentó Salinas con el tratado de comercio libre y la liberación de fuerzas sociales: las cinco crisis de toda transición sin plan de vuelo y sin acuerdo plural.

    1.- La inestabilidad: cuando las estructuras del sistema político son incapaces de canalizar movilizaciones radicales.

    2.- La desestabilización: cuando el sistema político es afectado por organizaciones de fuera del mismo régimen.

    3.- La ingobernabilidad: cuando las ofertas de modernización institucional son menores a las demandas de grupos radicales de todo tipo.

    4.- El vacío de poder: cuando las estructuras de gobierno quedan paralizadas por falta de reglas o iniciativas de adecuación de demandas.

    5.- La restauración del viejo orden: cuando la sociedad decide interrumpir la experiencia de la alternancia y opta por regresar al partido anterior.

    La situación actual de México es bastante parecida a la vivida en el país en los sexenios de Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas y Zedillo y que plantearon un deterioro progresivo de la capacidad política para gobernar, además de la pérdida de la iniciativa política de los gobiernos, la polarización de la sociedad y la ausencia de acuerdos de gobernabilidad con los grupos radicales. Si en esos años la salida inducida fue la alternancia partidista en la presidencia de la república, ahora la falta de un proyecto de transición pactada a un nuevo régimen y a otro sistema político lleva las contradicciones a la restauración del viejo orden.

    Lamentablemente, ahora lo de menos es Diego Fernández de Cevallos. Diego sería el Aldo Moro mexicano: el pretexto de una crisis. El problema radica es ver si el gobierno de Calderón va a optar por la transición pactada o reproducirá el fenómeno político que llevó al PRI a la derrota.
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    • #3
      Re: Aldo Moro: polvos de aquellos lodos.

      Originalmente publicado por cubo Ver post
      el expresidente norteamericano james earl carter -el cacahuatero demócrata de georgia e insigne observador internacional de elecciones variopintas- habría avalado la operación que culminó con la muerte de aldo moro, hace 30 años.

      http://www.milenio.com/mexico/mileni...d=603261&sec=4
      de verdad leiste la nota.
      las sorprendentes declaraciones del psiquiatra estadunidense steve pieczenik al diario la stampa, de milán, en el sentido de que 30 años atrás manipuló al grupo terrorista brigadas rojas para que asesinara al político democristiano aldo moro, podrían ser una densa cortina de humo para ocultar a los verdaderos autores intelectuales de aquel crimen que conmovió a italia y que, según investigaciones recientes, fue planificado por la organización anticomunista conocida como gladio.

      pieczenik, quien es autor de algunas novelas de espionaje de dudosa calidad y se presenta como experto en antiterrorismo, sostuvo que tres décadas atrás viajó a roma como enviado del entonces presidente james carter para negociar con los secuestradores y que se encontró con un país “a punto de desestabilizarse”, pero la muerte de moro evitó que “la economía italiana se hundiera”.

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      • #4
        Re: Aldo Moro: polvos de aquellos lodos.

        El cuerpo de Aldo Moro apareció en la cajuela de un carro a medio camino entre la sede de la Democracia Cristiana y la del Partido Comunista Italiano:

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        • #5
          Re: Aldo Moro: polvos de aquellos lodos.

          La PGR suspendió las investigaciones del caso.

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          Carlos Ramírez,
          Indicador político.

          + Diego: ¿caso Moro mexicano?
          + Parte de polarización política

          Aunque los hechos históricos no se calcan por sí mismos, sí ofrecen posibilidades de ampliar el análisis político. En este contexto, el caso Diego Fernández de Cevallos podría tener otro referente: el secuestro y asesinato en 1978 del líder democristiano Aldo Moro por promover un pacto con el partido Comunista Italiano.

          El trasfondo del caso Moro se localizó en la negativa de la Casa Blanca a permitir el acceso al poder de la izquierda marxista europea. En 1977, el PCI había ganado el 34.4% de los votos y su presencia en el poder era garantía de estabilidad. Pero al no poder obtener la mayoría, el PCI se alió a la Democracia Cristiana vaticana en un “compromiso histórico” que estuvo a punto de cambiar la historia. En 1978, Moro fue asesinado por el grupo terrorista Brigadas Rojas y con ello frenó la alianza PDC-PCI.

          En México existe un escenario similar. La tendencia electoral del PRI en las encuestas como favorito en las elecciones presidenciales del 2012 llevó a una alianza electoral del derechista PAN con la autodenominadas izquierda en el PRD, heredera, eso sí, del Partido Comunista Mexicano. Como la estrategia no se agotaba en las elecciones de gobernador de 2010 y 2011, la alianza real es la que permitiría un candidato PAN-PRD para la presidencia 2012.

          El secuestro de Moro fue un acto político pero sobre todo una provocación. De 1975 a 1978 la CIA operó abiertamente en Europa abierta y clandestinamente para impedir la participación de la izquierda comunista en cualquier gobierno. En 1981 se logró en Francia una alianza Partido Socialista-Partido Comunista para llevar a François Mitterrand a la presidencia de la república y con ello colocar a dos ministros comunistas en el gobierno, provocando la ira del recién encumbrado gobierno de Ronald Reagan y su director de la CIA, William Casey. En Italia, el compromiso histórico no pudo concretarse en el gobierno por el asesinato de Moro.

          Las razones del secuestro y asesinato de Moro nunca pudieron aclararse, como ahora existe confusión por la desaparición --secuestro, hasta ahora, en realidad-- del líder panista Diego Fernández de Cevallos. Las Brigadas Rojas actuaron como un grupo terrorista, sin filiación ideológica, al margen de las operaciones de alianzas políticas. El caso Diego como una versión del caso Moro se retroalimentó con el enigmático comunicado del EPR casi acusando a una facción eperrista recientemente separada del grupo.

          En los conflictos políticos importan los efectos, no las causas. Y más cuando se dan en un escenario de lucha sin reglas por el poder político. La posible colombianización de la realidad criminal mexicana no tiene que ver tanto con la escalada de violencia, sino por la participación de un grupo guerrillero como aliado del crimen organizado del narcotráfico. Y por ahí podría apuntar la línea de investigación que deslizó el comando central del EPR en su comunicado del pasado lunes 17 de mayo. La alianza FARC-mafias del narco en Colombia creó el fenómeno conocido como colombianización.

          Otras líneas de efecto político del caso Diego estarían ya presentes en las primeras indagatorias: una ofensiva del narco para fijar su propio territorio de batalla, los casos anteriores de secuestros o asesinatos de figuras vinculadas al poder central para provocar una escalada en la violencia del Estado y el hecho de que el sistema político mexicano enfrente varias guerras entre grupos que se disputan el poder. Independientemente de las motivaciones de la desaparición-secuestro, el efecto del caso Diego sacudió los espacios políticos del poder institucional.

          Hubo otro detalle en el caso Moro: el Estado italiano, el Vaticano como grupo dominante en la democracia cristiana y el Partido Demócrata Cristiano se negaron a negociar con los secuestradores. El asunto político fue asumido por el propio Moro en algunas de sus cartas --inteligentemente leídas por Leonardo Sciascia, el autor de la línea de la literatura judicial-criminal-mafiosa-- en el ensayo El caso Moro. En una de sus cartas, Moro mismo habla de su caso como de un “asesinato de Estado”: cuando el Estado se salió del escenario político, se negó a negociar con los secuestradores y condenó a muerte a Moro. La no-negociación de su libertad se convirtió, diría con amargura el propio Moro en otra carta, en una “razón de Estado”, concepto con lecturas disímbolas en el país de Maquiavelo.

          El contexto del caso Moro da para lecturas adicionales del caso Diego: la izquierda marxista del PCI, bajo la dirección estratégica de uno de los grandes líderes marxistas, Enrico Berlinguer, apostaba a un “gobierno de emergencia” para enfrentar la ofensiva terrorista de la ultraizquierda. Pero los planes fueron truncados por el secuestro de Moro. El PDC, el Vaticano y el PCI se negaron a negociar con los terroristas, pese a las cartas enigmáticas de Moro señalando el contexto político de su salvación. Aunque el gobierno italiano realizó una profunda búsqueda de Moro, al final se negó a negociar y asumió el suceso como un asunto criminal, no un tema político del Estado.

          Faltan por conocerse los efectos políticos finales del efecto político del caso Diego. Y se sabrá en el 2012 porque la desaparición-secuestro del líder panista, aún siendo crimen común, marcará el rumbo político del país.
          -----

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          • #6
            Re: Aldo Moro: polvos de aquellos lodos.

            El cacahuatero de Georgia enferma:

            "Jimmy Carter, ingresado en un hospital de Cleveland"

            http://www.abc.es/20100928/internaci...009281758.html

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            • #7
              Re: Aldo Moro: polvos de aquellos lodos.

              A poco Aldo Moro era tan transa como el jefe Di ego
              saluditos a todas las braguetas persignadas azules.

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              • #8
                Re: Aldo Moro: polvos de aquellos lodos.

                Todo político accidentado es un accidente político. Cae el Jefe Diego de una motocicleta:

                "Hospitalizan a ‘El Jefe’ Diego; cae cuando viajaba en moto"

                http://www.excelsior.com.mx/index.ph...id_nota=743001

                -----
                Carlos Ramírez,
                Indicador político.

                + Secuestros: el síndrome Diego
                + Los pactos secretos, dormidos

                El secuestro de Diego Fernández de Cevallos aún no ha terminado. El comunicado del martes y la revelación de un acuerdo secreto entre el político y sus plagiarios recuerda con mucho el modelo de los espías dormidos del régimen comunista soviético. Y los misteriosos desaparecedores se acercan a reproducir el Ejército Simbionés de Liberación que plagió a la millonaria Patty Hearst en 1973.

                En este sentido, Fernández de Cevallos aparece como un peligro para la seguridad nacional, para la seguridad política del Estado y para el proceso político 2011-2012. La revelación de una solicitud de conmutación de la pena de muerte abrió las dudas sobre qué otras cartas-compromiso por escrito dejó Diego a sus captores y si en ellas hay datos de la política secreta del poder, como dejaron entrever los desaparecedores en algunos de sus comunicados.

                El diálogo público entre Diego, sus secuestradores y los medios después de la liberación ha dejado sembradas dudas en expertos en el tema porque implicaría una relación de secuestro a posteriori. En 1973, la hija del multimillonario periodístico William Hearst fue secuestrada. Los plagiarios exigieron que el magnate --prototipo de la película El ciudadano Kane, de Orson Wells-- repartiera entre pobres 6 millones de dólares de canasta de comida, con pavos incluidos. Diego se comprometió a un discurso contra la pobreza.

                Luego de una severa tortura sicológica y de control mental --similar a la de la CIA y parecida a la revelada en la película El candidato de Manchuria--, Patty Hearst se unió a la guerrilla urbana y cambio su nombre al de Tania, igual a la de la compañera del Che Guevara. Pero fue capturada y encarcelada, aunque beneficiada por el poder de su padre y sus relaciones con los presidentes Jimmy Carter y Bill Clinton. El ESL fue destruido.

                El modelo de los espías dormidos fue diseñado por los comunistas soviéticos: plantar, vía tratamiento sicológico, a rusos preparados en el lenguaje, acento y cultura estadunidense y dejarlos ahí durante años, hasta ser puestos en movimientos para presuntos atentados. Durante años hicieron mofa de esta estrategia pero algunos libros de ex espías rusos le han dado cierta credibilidad a la historia.

                Lo que ha abierto el interés de expertos en el caso Diego ha sido el diálogo entre secuestrado y secuestradores después de la liberación. No se tienen datos si Diego ha contado a las autoridades mexicanas todo lo ocurrido en su secuestro, las conversaciones con sus secuestradores y la información que dio a los secuestradores a cambio de su liberación. Las dudas en los medios sobre las fechas de liberación provocaron la intervención de los misteriosos desaparecedores.

                En este contexto, la tesis que manejan expertos es que el secuestro de Diego no ha terminado y su liberación pudiera ser vista como una forma del grupo plagiario de sembrar un informante en el sistema político. Aquí se ubica también el hecho de que el PAN ha hecho a un lado a Diego de la política. La carta sobre la pena de muerte conmutada fue el recordatorio a Diego de que hay mucho más latente en el secuestro. Por tanto, Diego es un peligro para la seguridad política del Estado.

                El martes que se recicló el secuestro porque a los misteriosos desaparecedores no les gustó el tono de las declaraciones de Diego ni el escepticismo de los medios, el propio político dio a conocer un acuerdo secreto para conmutar la pena de muerte --que no era tal sino vil asesinato porque la pena de muerte debe estar reglamentada por las leyes-- y reveló el compromiso de su liberación a cambio de asumir un “discurso por los pobres”. Por eso no está tan desencaminado quien se refiera a Diego como el Patty Hearst mexicano.

                El secuestro de Diego hace recordar también la misteriosa desaparición del político en 1994 después de su aplastante victoria en el debate entre candidatos presidenciales y la forma en que apabulló a Ernesto Zedillo y a Cuauhtémoc Cárdenas. Pero luego de haber repuntado en las encuestas y abrir posibilidades de victoria, Diego desapareció de la escena y le dejó el camino abierto a Zedillo. En aquel entonces se atribuyó es maniobra al presidente Carlos Salinas, amigo personal de Diego. Zedillo ganó las elecciones. Hasta la fecha, la desaparición de Diego en 1994 sigue en el misterio pero el secuestro de ahora puede existir alguna correlación con aquél.

                Fernández de Cevallos no es un improvisado. Ha participado en negociaciones políticas de enorme dimensión. Los misteriosos desaparecedores dijeron que el político había confesado muchas cosas durante el plagio: unas impresionantes redes de poder y complicidad. Por eso el análisis del caso Diego va más allá del síndrome de Estocolmo --prisioneros que por sí mismo confesaron simpatías con secuestradores en un asalto a un banco en agosto de 1973-- y se localiza más bien en el escenario del síndrome Patty Hearst, secuestrada en febrero de 1974, sometida a técnicas sicológicas de control mental tipo CIA y transformada a guerrillera; luego de la cárcel, regreso a su propia realidad. Hay que comparar el contenido de los comunicados del Ejército Simbionés de Liberación (SLA por su nombre en inglés) con los de los misteriosos desaparecedores y en ambos hay un tono similar de siquiatría.

                Si bien el secuestro de Diego no ha terminado, habrá que revisar otros dos casos: el secuestro y asesinato de Aldo Moro en marzo de 1978 cuando se dirigía a firmar el compromiso histórico de alianza de la Democracia Cristiana con el Partido Comunista. Y el secuestro de la política colombiana Ingrid Betancourt, plagiada durante seis años pero con la decisión de ella de no ceder ni un palmo, lo que llevó al llamado síndrome Betancourt o el de la dignidad humana al sobreponerse al chantaje de los secuestradores.
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                http://www.indicadorpolitico.com.mx/2011/CE/27e.php

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