Ser trabajador en México es rentable, sino preguntenle a Martín Esparza:
Un líder charro
Por Alejandro Envila Fisher
El dirigente del SME, Martín Esparza, organiza costosos eventos de jaripeo en una fastuosa hacienda de Hidalgo.
Martín Esparza es un auténtico líder charro, pues más allá de su labor en el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), es el presidente vitalicio de Hacienda Vieja de Tetepango, una impresionante propiedad en el estado de Hidalgo que a su vez, alberga una asociación de charros que, presidida por su hijo, Martín Esparza, es tan próspera que se permite organizar encuentros y competencias de charrería de alcances nacionales, con premios en efectivo de 50 mil pesos, y en especie de autos compactos y camionetas Pick up último modelo.
El más reciente de los magnos eventos de charrería que el “dirigente” del Sindicato Mexicano de Electricistas organizó y encabezó, se celebró el 16 de marzo pasado, con motivo del IV Aniversario de los Charros Hacienda Vieja de Tetepango. Con todo y cobertura televisiva local a través del programa Desde la Mirandilla, además de la presencia del presidente municipal de Tetepango, Marco Aurelio Estrada Flores, la asociación de charros presidida por el hijo del líder sindical literalmente echó la casa por la ventana para mostrar no sólo su capacidad de convocatoria en el mundo de la charrería, también los inmensos recursos de que dispone.
Caballos de pura sangre, trajes de charro a todo lujo y bellas mujeres, además de organizaciones de charros de distintas regiones del país, se dieron cita en la hacienda para competir entre ellos y con los propios charros de Esparza, en una fiesta que opacaría las celebraciones oficiales de cualquier gobierno estatal, y que sin duda nunca verá ninguno de los trabajadores del SME.
Con un salario aproximado de 12 mil 500 pesos mensuales como empleado de Luz y Fuerza del Centro, más una cantidad similar de compensación derivada de su comisión sindical y cubierta por el mismo gremio, parece imposible darse el gusto no sólo de dedicar el tiempo libre a la charrería, sino presidir una organización de charro de reconocimiento nacional y con posibilidades económicas suficientes para sufragar la organización de eventos como el que ofreció Martín Esparza a los charros de México el 16 de marzo.
OSTENTOSO
Los habitantes de Tetepango no se hacen bolas. Hablan entre sí y también con los visitantes de la Hacienda Vieja Tetepango y de su propietario, Don Martín Esparza, el aguerrido dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas que no hace ningún esfuerzo por ocultar, ni su origen, ni mucho menos la escandalosa riqueza que posee desde que se hizo cargo de la organización de los trabajadores. El rancho es suyo, dicen los lugareños cuando se les pregunta por la propiedad de la Hacienda Vieja, y como éste tiene otros, autos de lujo y caballos, sobre todo caballos pura sangre que, según quienes aseguran conocerlo un poco más en la comunidad, provienen generalmente de Estados Unidos, del estado de Texas, a donde dicen, el señor gusta ir de shopping para elevar el valor de sus cuadras.
De dónde salen los recursos es una pregunta para muchos en Tetepango, pero también en el SME, resulta obvia: las cuotas sindicales son, mientras la ley no cambie, absolutamente inauditables, por lo que hoy Martín, como en otro tiempo su antecesor y el antecesor de su antecesor, tiene en ellas una ilimitada disposición de fondos para agasajarse con un nivel de gastos que seguramente nunca imaginó que estaría a su alcance cuando ingresó al sindicato.
Un líder charro
Por Alejandro Envila Fisher
El dirigente del SME, Martín Esparza, organiza costosos eventos de jaripeo en una fastuosa hacienda de Hidalgo.
Martín Esparza es un auténtico líder charro, pues más allá de su labor en el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), es el presidente vitalicio de Hacienda Vieja de Tetepango, una impresionante propiedad en el estado de Hidalgo que a su vez, alberga una asociación de charros que, presidida por su hijo, Martín Esparza, es tan próspera que se permite organizar encuentros y competencias de charrería de alcances nacionales, con premios en efectivo de 50 mil pesos, y en especie de autos compactos y camionetas Pick up último modelo.
El más reciente de los magnos eventos de charrería que el “dirigente” del Sindicato Mexicano de Electricistas organizó y encabezó, se celebró el 16 de marzo pasado, con motivo del IV Aniversario de los Charros Hacienda Vieja de Tetepango. Con todo y cobertura televisiva local a través del programa Desde la Mirandilla, además de la presencia del presidente municipal de Tetepango, Marco Aurelio Estrada Flores, la asociación de charros presidida por el hijo del líder sindical literalmente echó la casa por la ventana para mostrar no sólo su capacidad de convocatoria en el mundo de la charrería, también los inmensos recursos de que dispone.
Caballos de pura sangre, trajes de charro a todo lujo y bellas mujeres, además de organizaciones de charros de distintas regiones del país, se dieron cita en la hacienda para competir entre ellos y con los propios charros de Esparza, en una fiesta que opacaría las celebraciones oficiales de cualquier gobierno estatal, y que sin duda nunca verá ninguno de los trabajadores del SME.
Con un salario aproximado de 12 mil 500 pesos mensuales como empleado de Luz y Fuerza del Centro, más una cantidad similar de compensación derivada de su comisión sindical y cubierta por el mismo gremio, parece imposible darse el gusto no sólo de dedicar el tiempo libre a la charrería, sino presidir una organización de charro de reconocimiento nacional y con posibilidades económicas suficientes para sufragar la organización de eventos como el que ofreció Martín Esparza a los charros de México el 16 de marzo.
OSTENTOSO
Los habitantes de Tetepango no se hacen bolas. Hablan entre sí y también con los visitantes de la Hacienda Vieja Tetepango y de su propietario, Don Martín Esparza, el aguerrido dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas que no hace ningún esfuerzo por ocultar, ni su origen, ni mucho menos la escandalosa riqueza que posee desde que se hizo cargo de la organización de los trabajadores. El rancho es suyo, dicen los lugareños cuando se les pregunta por la propiedad de la Hacienda Vieja, y como éste tiene otros, autos de lujo y caballos, sobre todo caballos pura sangre que, según quienes aseguran conocerlo un poco más en la comunidad, provienen generalmente de Estados Unidos, del estado de Texas, a donde dicen, el señor gusta ir de shopping para elevar el valor de sus cuadras.
De dónde salen los recursos es una pregunta para muchos en Tetepango, pero también en el SME, resulta obvia: las cuotas sindicales son, mientras la ley no cambie, absolutamente inauditables, por lo que hoy Martín, como en otro tiempo su antecesor y el antecesor de su antecesor, tiene en ellas una ilimitada disposición de fondos para agasajarse con un nivel de gastos que seguramente nunca imaginó que estaría a su alcance cuando ingresó al sindicato.
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