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Calderón enojón
Jelipillo Grumpy Calderón
escrito por Sergio Sarmiento
16 Nov. 09
"El que se enoja pierde". Popular
Las actitudes y declaraciones del presidente Felipe Calderón cada vez me recuerdan más las de Luis Echeverría y José López Portillo, quienes al igual que él culparon a los empresarios de los problemas del país. En el vuelo que lo llevó a Singapur para participar en la cumbre de la APEC, el presidente tuvo este 12 de noviembre una rara plática con los reporteros de la fuente. Se quejó de que los empresarios habían sido "muy críticos" con su propuesta de aumentar impuestos. "El sector empresarial... descalificó ampliamente el paquete -señaló-. La descalificación fue genérica, intensa, continua... La campaña en contra del paquete... debilitó mucho las posibilidades".
El 9 de noviembre el Presidente estuvo en la Cumbre de Negocios que organiza Miguel Alemán Velasco en Monterrey. Los miembros del Estado Mayor Presidencial se mostraron airados y prepotentes cuando las edecanes pretendieron alistar micrófonos para las preguntas y respuestas usuales en este foro. "Aquí
no hay preguntas y respuestas", gritó un militar enfurecido. En la presentación el Presidente se mostró imperial y regañón. Los aplausos de los participantes fueron pocos y sólo al final del discurso. La distancia crece de ambos lados.
Ya el 29 de octubre el Presidente había arremetido contra los empresarios. "Lo que me parece inaceptable -dijo- es que haya grandes corporativos que le exigen al gobierno que recorte su gasto, y el gobierno lo recorta... pero que a la hora de ver sus cifras, en promedio, pagan el 1.7 por ciento de impuestos durante varios años. Eso yano puede ser... No les estoy pidiendo a las empresas de México que paguen más que un dentista o lo que paga un empleado. Estoy pidiendo que pongan su parte, que cumplan la ley".
Un día antes, el 28 de octubre, también en tono de regaño, el Presidente declaró que si pagar impuestos "es obligado para cualquier ciudadano", es "más obligado para quien más tiene y más ha recibido", "es más obligado para las empresas que más ganan y que rara, rara vez pagan impuestos en el país".
El Presidenteno supo o no quiso saber que la cifra de "1.7 por ciento" es -si acaso es cierta, porque las declaraciones de las empresas que cotizan en Bolsa muestran una cifra mucho mayor- un cálculo del impuesto sobre las ventas totales y no sobre las utilidades. En México, y en cualquier lugar del mundo, hay que deducir los gastos de las ventas totales para obtener el ingreso gravable. Quizá el hecho de que el Presidente haya vivido tanto tiempo del erario ha impedido que se entere de que el impuesto sobre la renta se cobra sobre las utilidades y no sobre las ventas.
Más que los detalles, como decía la abuela, "lo que preocupa es el modito". En el aislamiento de Los Pinos, un panista que cuando estaba fuera del poder se preciaba de su cercanía con la gente, y sobre todo con esos empresarios mexicanos que hacen milagros para sobrevivir en un país hostil a la iniciativa privada, adopta cada vez más el tono intolerante de un Echeverría o de un López Portillo. También ellos culparon a los empresarios de los errores económicos que ellos mismos cometieron.
Echeverría nunca se arrepintió de su posición.
López Portillo terminó por llorar en la tribuna del Congreso mientras pedía disculpas a los pobres por haberlos hecho más pobres y expropiaba la banca privada.
¿Hasta dónde llegará Calderón en su airado intento por volver a los empresarios los chivos expiatorios de sus errores económicos?
La historia es la ironía en marcha y la sociedad, un infierno de 'salvadores'
Emil Michel Cioran
Jelipillo Grumpy Calderón
escrito por Sergio Sarmiento
16 Nov. 09
"El que se enoja pierde". Popular
Las actitudes y declaraciones del presidente Felipe Calderón cada vez me recuerdan más las de Luis Echeverría y José López Portillo, quienes al igual que él culparon a los empresarios de los problemas del país. En el vuelo que lo llevó a Singapur para participar en la cumbre de la APEC, el presidente tuvo este 12 de noviembre una rara plática con los reporteros de la fuente. Se quejó de que los empresarios habían sido "muy críticos" con su propuesta de aumentar impuestos. "El sector empresarial... descalificó ampliamente el paquete -señaló-. La descalificación fue genérica, intensa, continua... La campaña en contra del paquete... debilitó mucho las posibilidades".
El 9 de noviembre el Presidente estuvo en la Cumbre de Negocios que organiza Miguel Alemán Velasco en Monterrey. Los miembros del Estado Mayor Presidencial se mostraron airados y prepotentes cuando las edecanes pretendieron alistar micrófonos para las preguntas y respuestas usuales en este foro. "Aquí
no hay preguntas y respuestas", gritó un militar enfurecido. En la presentación el Presidente se mostró imperial y regañón. Los aplausos de los participantes fueron pocos y sólo al final del discurso. La distancia crece de ambos lados.Ya el 29 de octubre el Presidente había arremetido contra los empresarios. "Lo que me parece inaceptable -dijo- es que haya grandes corporativos que le exigen al gobierno que recorte su gasto, y el gobierno lo recorta... pero que a la hora de ver sus cifras, en promedio, pagan el 1.7 por ciento de impuestos durante varios años. Eso ya
no puede ser... No les estoy pidiendo a las empresas de México que paguen más que un dentista o lo que paga un empleado. Estoy pidiendo que pongan su parte, que cumplan la ley".Un día antes, el 28 de octubre, también en tono de regaño, el Presidente declaró que si pagar impuestos "es obligado para cualquier ciudadano", es "más obligado para quien más tiene y más ha recibido", "es más obligado para las empresas que más ganan y que rara, rara vez pagan impuestos en el país".
El Presidente
no supo o no quiso saber que la cifra de "1.7 por ciento" es -si acaso es cierta, porque las declaraciones de las empresas que cotizan en Bolsa muestran una cifra mucho mayor- un cálculo del impuesto sobre las ventas totales y no sobre las utilidades. En México, y en cualquier lugar del mundo, hay que deducir los gastos de las ventas totales para obtener el ingreso gravable. Quizá el hecho de que el Presidente haya vivido tanto tiempo del erario ha impedido que se entere de que el impuesto sobre la renta se cobra sobre las utilidades y no sobre las ventas.Más que los detalles, como decía la abuela, "lo que preocupa es el modito". En el aislamiento de Los Pinos, un panista que cuando estaba fuera del poder se preciaba de su cercanía con la gente, y sobre todo con esos empresarios mexicanos que hacen milagros para sobrevivir en un país hostil a la iniciativa privada, adopta cada vez más el tono intolerante de un Echeverría o de un López Portillo. También ellos culparon a los empresarios de los errores económicos que ellos mismos cometieron.
Echeverría nunca se arrepintió de su posición.
López Portillo terminó por llorar en la tribuna del Congreso mientras pedía disculpas a los pobres por haberlos hecho más pobres y expropiaba la banca privada.
¿Hasta dónde llegará Calderón en su airado intento por volver a los empresarios los chivos expiatorios de sus errores económicos?
La historia es la ironía en marcha y la sociedad, un infierno de 'salvadores'
Emil Michel Cioran