


La lana se escurre hacia el Norte, mientras los Mexicanos ayudan a su parentela

Sirenia Avendaño lloró mientras hablaba del dinero que tiene que enviar a sus hijos en los Estados Unidos.
por MARC LACEY
Publicado dentro del periódico del gordo ladrón de "Don" Carlos Slim Helú,mejor conocido como The New York Times
Traducido por Rafael Norma Méndez
MIAHUATLÁN, México —Durante sus mejores pasadas épocas, el hijo de Miguel Salcedo, un alienígeno ilegal en San Diego, estaría enviando dinerito (cientos de dólares al mes) para mantener a su familia que lucha por un mendrugo de pan en México pero en momentos como éstos, con la economía Americana vapuleada, y su hijo sin empleo, el Sr. Salcedo se encuentra haciendo lo que él jamás en toda su existencia podría haberse figurado hacer: tiene que mandar remesas de pesitos mexicanos hacia el norte.

Mapa que indica la ubicación de Miahuatlán, México
Adriana Zehbrauskaspara The New York Times

Inés Juárez, en el paupérrimo Estado de Oaxaca,dijo que su marido quiere regresar desde los Estados Unidos, pero no cuenta con los recursos para hacerlo
El desempleo[i] ha golpeado tan duro a las comunidades de inmigrantes ilegales [/b]en los Estados Unidos, que se ha detectado un sorprendente nuevo fenómeno.
En lugar de recibir remesas de sus parientes que viven ilegalmente [b]en el país más rico de toda la redonda tierra, algunas familias Mexicanas están rascando y arañando dinero de donde puedan, para mantener a sus amados desempleados del otro lado del Río Bravo.
“Les enviamos algo siempre que tenemos muy poquito extra al menos lo suficiente para que él pueda comer.” dijo el Sr. Salcedo, oriundo de un pueblito en el rural y pobre Estado de Oaxaca, y trabaja en varios empleos para mantener a su esposa, a sus dos hijos más pequeños y [b] ahora hasta para su hijo desempleado en California.
Pero no es el veinti único: Leonardo Herrera, un ranchero de las afueras de Tuxtla Gutiérrez, en el sureño y paupérrimo estado de Chiapas, tuvo que vender una vaquita de ésas que dan lechita, para poder juntar u. S. $ 1,000.00 para enviárselos a su desempleado sobrino hasta el norte de California, EE. UU.
También en Chiapas, un Estado en la pobreza que manda muchos inmigrantes ilegales hacia los Estados Unidos, María del Carmen Montufar tiene que juntar dinero con su esposo y otros miembros de la familia para cablear ayuda financiera a su hijita Candelaria en Carolina del Norte. Durante el último año la familia ha enviado dinero [i] pequeñas cantidades , en un rango de U. S. Cy. $40.00 a U. S. Cy. $ 80.00 en ocho ocasiones para ayudar a Candelaria y a su esposo , quienes ambos están sin chamba y quienes han procreado a un niñito.
“Cuando tiene trabajo nos envía dinero a nosotros.” comenta la mamá de Candelaria. “Pero ahora como [b]naranja dulce, limón partido nosotros le mandamos a ella la lana.”
Las estadísticas que miden [b][i]la extensión de lo que designan como remesas en sentido contrario es difícil que aparezcan. Pero las entrevistas en México con funcionarios de gobierno (si esos que perciben sueldos insultantes, para los que ni a empleo llegan: nota del traductor) así como a los operadores de transferencias de dinero y expertos en inmigración y parientes desempleados muestran que una transacción que pocas veces se notaba está incrementándose.
“Es algo sorprendente, un síntoma de la crisis económica,” comentó Martín Zuvire Lucas, quien encabeza una red de bancos comunitarios que operan en comunidades miserables en Oaxaca y otros estados similares de México. “No hemos podido medirlo, pero cada vez escuchamos de más casos en donde el dinero fluye hacia el norte.”
En un pequeño banco de Chiapas, que solí ver dinero fluyendo desde los estados unidos, ahora el dinero sale de allí hacia el norte..
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