Mucha publicidad antidrogas. El brazalete blanco, los spots en la tele. Hemos llegado a creer que México sólo tiene un enemigo, el narcotráfico. Que es el malo de la película.
Ayer apareció la nota en la prensa del líder agrario que había tenido problemas por su activismo político, que había estado preso y que posteriormente al continuar sus actividades políticas había sido asesinado.
El hecho de que alguien quiera alterar su estado de conciencia y su estado de ánimo usando sustancias ilegales ha sido catalogado como la peor de las desgracias.
Pero el que esto escribe ha señalado que la falta de una garantía de vida para todos sin excepción, y un sistema que niega el conocimiento de lo que ocurre dentro del mismo, es un problema más grave que ubica el sistema en que vivimos en la categoría de tiránico. Y al ser tiránico tenemos el derecho constitucional de modificarlo.
La gente sigue haciéndose el antidoping y esforzándose por ser aceptable a los demás, pero de seguro este líder agrario no era consumidor de drogas. Sin embargo la actividad política de la tendencia que sea es derecho de todos, no es un delito. Si hay delito se procede en contra, ataque a las vías de comunicación, por ejemplo, pero ¿pero dónde, en qué capítulo, en qué artículo de qué código está contemplada la ejecución anónima sin juicio público previo?
Seguimos creyendo que el gobierno trabaja en la solución de los problemas por el empeño que pone en la lucha contra el narcotráfico y en las campañas contra el consumo. Pero no se ha visto como un problema político la falta de una garantía de vida para todos sin excepción. La oferta electoral no ha ofrecido al votante un gobierno donde las acciones no sean secretas, donde las acciones no sean extraoficiales y pueda el mismo sistema lavarse las manos y quedar como un santo ante la opinión pública.
Los que dicen sí al a cooperación e interacción con el sistema, en realidad están diciendo sí a que les sigan viendo la cara de pendejos, y que los sigan utilizando en la única labor adecuada para ellos, de peleles.
saludos
http://www.jornada.unam.mx/2008/03/1...ticle=033n1est
Ayer apareció la nota en la prensa del líder agrario que había tenido problemas por su activismo político, que había estado preso y que posteriormente al continuar sus actividades políticas había sido asesinado.
El hecho de que alguien quiera alterar su estado de conciencia y su estado de ánimo usando sustancias ilegales ha sido catalogado como la peor de las desgracias.
Pero el que esto escribe ha señalado que la falta de una garantía de vida para todos sin excepción, y un sistema que niega el conocimiento de lo que ocurre dentro del mismo, es un problema más grave que ubica el sistema en que vivimos en la categoría de tiránico. Y al ser tiránico tenemos el derecho constitucional de modificarlo.
La gente sigue haciéndose el antidoping y esforzándose por ser aceptable a los demás, pero de seguro este líder agrario no era consumidor de drogas. Sin embargo la actividad política de la tendencia que sea es derecho de todos, no es un delito. Si hay delito se procede en contra, ataque a las vías de comunicación, por ejemplo, pero ¿pero dónde, en qué capítulo, en qué artículo de qué código está contemplada la ejecución anónima sin juicio público previo?
Seguimos creyendo que el gobierno trabaja en la solución de los problemas por el empeño que pone en la lucha contra el narcotráfico y en las campañas contra el consumo. Pero no se ha visto como un problema político la falta de una garantía de vida para todos sin excepción. La oferta electoral no ha ofrecido al votante un gobierno donde las acciones no sean secretas, donde las acciones no sean extraoficiales y pueda el mismo sistema lavarse las manos y quedar como un santo ante la opinión pública.
Los que dicen sí al a cooperación e interacción con el sistema, en realidad están diciendo sí a que les sigan viendo la cara de pendejos, y que los sigan utilizando en la única labor adecuada para ellos, de peleles.
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