Este articulo la verdad no tiene desperdicio...
Codearnos alegremente con dictadores
Al enano cabeza de foco de repente se le borro el caset y ya no se acuerda de que asi poco menos de un año el satrapa cubano fidel castro le escupio la cara a mexico MINTIENDO VILMENTE en el asunto de la mentada influenza del marrano ¿que rebuznaba el satrapa??? era algo como esto;
México no cambia, sólo el virus: Castro
Y eso no fue todo, ora que fueron algunos legisladores mexicas a cuba a darle una lambida de patas al satrapa los ningunio de manera vergonzosa, estos lambewebos limosneaban una entrevista con el satrapa, un saludo y la foto, pero los mando a la gaver, y aun asi, el pendejo calderon aun planea ir a cuba, y cuando viene el titere de fidel, su hermano raul, ahi va el enano a recibirlo de abrazo beso, a veces creo que en asuntos como este si extraño a fox, tenia una dignidad por su persona y por el pais que por lo visto el enano del mal no conoce...
Comienza algo torcida la Gran Hermandad de Latinoamericanos y Caribeños: por lo pronto, el presidente de Honduras no ha sido requerido para posar en la foto oficial de los conjurados. A éstos, por lo visto, no les gustó que don Zelaya, antecesor del actual mandatario centroamericano, fuera tan abruptamente destituido por el Congreso, el Poder Judicial y sus propios camaradas del Partido Liberal. Es cierto que los ejecutores del destronamiento fueron un tanto rudos, es decir, la gente de uniforme no tenía por qué sacarlo de su cama a medianoche y subirlo en pijama a un avión pero, en principio, cumplían simplemente con una orden de destitución decretada por el mismísimo Tribunal Supremo de su país. Y aunque el señor Micheletti, el sustituto directo del presidente expulsado, ya no gobierna en Honduras, los mandatarios latinoamericanos, y forzosamente latinoamericanistas, reunidos en la Riviera Maya decidieron que el nuevo presidente, Porfirio Lobo, elegido democráticamente como cualquier hijo de vecino, no se sentara a su mesa. Es más, ni siquiera el hecho de que Lobo destituyera al general Romeo Vásquez, responsable del “golpe” cívico-militar, le ganó las simpatías de los asistentes a la gran cumbre. Honduras, y los hondureños, fuera.
Pero, ¿quién sí estuvo en la suprema reunión de jefes regionales? Ah, pues llegó, tan orondo y tan campante, Raúl Castro. A ese personaje, por Dios, que ni se te ocurra cuestionarle el color de la vestimenta o lo hábitos alimentarios —por no hablar de asuntos más lúgubres tales que la ausencia total de libertades ciudadanas en su isla— porque puedes acabar muy mal, digo, te va a asaltar primeramente una turba “revolucionaria” en las calles, vas a perder el empleo, te van a acusar de ser un agente al servicio del imperialismo yanqui y, por último, te pueden hasta enjaular en una cárcel donde, créeme, las condiciones son tan atroces que hay tipos que han preferido morir de hambre que seguir viviendo parecido infierno (justamente, mientras los latinoamericanistas departían alegremente en las playas del Caribe mexicano, Orlando Zapata, un modesto trabajador encarcelado por exigir justicia y derechos reales para el pueblo cubano, terminaba de consumirse luego de haber padecido brutales palizas y aislamiento en una celda inmunda, maltratos perpetrados por los esbirros del régimen a los que respondió, de manera absolutamente quijotesca, con una huelga de hambre que, mira tú, se lo acaba de llevar a la tumba).
Y también estuvo el inefable comandante Chávez, que respeta de forma tan taimada la legalidad democrática que, faltaría más, se mandó a hacer un Congreso a modo, una Suprema Corte al gusto y un aparato oficial a la medida para no tener que afrontar las molestias de que no se le cumplan hasta sus más esperpénticos caprichos. Por cierto —y ya que hablamos de caudillos con incurables instintos reeleccionistas— ciertos comentaristas llegaron a comparar las ansias de perpetuación del gorila venezolano con el propósito manifiesto de Álvaro Uribe de buscar un tercer mandato presidencial. Pues bien, no sabemos si el presidente colombiano deseaba convertirse en un dictador pero, por lo pronto, la Suprema Corte de su país le ha impedido celebrar el referéndum que proponía para modificar la Constitución. El Poder Judicial, en Colombia, no está al servicio del gran mandamás. No se puede decir lo mismo, desgraciadamente, de Venezuela.
Pues bien, no importa que no seas realmente un demócrata para poder alternar con los miembros de la nueva cofradía. Y, por lo que parece, al Gobierno de México tampoco le importa demasiado que los disidentes cubanos se pudran en las cárceles y que las estaciones de televisión se cierren en Caracas. Raúl Castro y Hugo Chávez recibieron cariñosas palmaditas en la espalda por cortesía del anfitrión mexicano. Nos queda muy claro, a todos, que ya no estamos en tiempos de Fox y de Castañeda. De paso, el Partido Acción Nacional mira hacia el otro lado y parece avalar esta excitante incursión en los territorios latinoamericanos. Vamos a hermanarnos gustosamente con los argentinos, los ecuatorianos y los peruanos —entre otros que no recuerdo— a pesar de que fueron los primerísimos en cerrarnos las puertas cuando tuvimos el problema de la influenza. El orgullo nacional puede quedar discretamente aparcado, lo que importa es la retórica latinoamericanista. Estamos, de tal manera, mucho más cerca de la Alternativa Bolivariana que de la Democracia Cristiana. Parece que nos gobierna el PRI, no el PAN. Y vaya beneficios, encima, que vamos a obtener de pertenecer a un club donde no será admitido Estados Unidos (de América), el gran vecino y principal socio comercial de Estados Unidos (Mexicanos). Pero, eso sí, somos latinoamericanos hasta la muerte. A ver si se enteran esos yanquis.
Naturalmente, del tratado migratorio mejor ni hablamos. Y de los derechos humanos, mucho menos.
Pero, ¿quién sí estuvo en la suprema reunión de jefes regionales? Ah, pues llegó, tan orondo y tan campante, Raúl Castro. A ese personaje, por Dios, que ni se te ocurra cuestionarle el color de la vestimenta o lo hábitos alimentarios —por no hablar de asuntos más lúgubres tales que la ausencia total de libertades ciudadanas en su isla— porque puedes acabar muy mal, digo, te va a asaltar primeramente una turba “revolucionaria” en las calles, vas a perder el empleo, te van a acusar de ser un agente al servicio del imperialismo yanqui y, por último, te pueden hasta enjaular en una cárcel donde, créeme, las condiciones son tan atroces que hay tipos que han preferido morir de hambre que seguir viviendo parecido infierno (justamente, mientras los latinoamericanistas departían alegremente en las playas del Caribe mexicano, Orlando Zapata, un modesto trabajador encarcelado por exigir justicia y derechos reales para el pueblo cubano, terminaba de consumirse luego de haber padecido brutales palizas y aislamiento en una celda inmunda, maltratos perpetrados por los esbirros del régimen a los que respondió, de manera absolutamente quijotesca, con una huelga de hambre que, mira tú, se lo acaba de llevar a la tumba).
Y también estuvo el inefable comandante Chávez, que respeta de forma tan taimada la legalidad democrática que, faltaría más, se mandó a hacer un Congreso a modo, una Suprema Corte al gusto y un aparato oficial a la medida para no tener que afrontar las molestias de que no se le cumplan hasta sus más esperpénticos caprichos. Por cierto —y ya que hablamos de caudillos con incurables instintos reeleccionistas— ciertos comentaristas llegaron a comparar las ansias de perpetuación del gorila venezolano con el propósito manifiesto de Álvaro Uribe de buscar un tercer mandato presidencial. Pues bien, no sabemos si el presidente colombiano deseaba convertirse en un dictador pero, por lo pronto, la Suprema Corte de su país le ha impedido celebrar el referéndum que proponía para modificar la Constitución. El Poder Judicial, en Colombia, no está al servicio del gran mandamás. No se puede decir lo mismo, desgraciadamente, de Venezuela.
Pues bien, no importa que no seas realmente un demócrata para poder alternar con los miembros de la nueva cofradía. Y, por lo que parece, al Gobierno de México tampoco le importa demasiado que los disidentes cubanos se pudran en las cárceles y que las estaciones de televisión se cierren en Caracas. Raúl Castro y Hugo Chávez recibieron cariñosas palmaditas en la espalda por cortesía del anfitrión mexicano. Nos queda muy claro, a todos, que ya no estamos en tiempos de Fox y de Castañeda. De paso, el Partido Acción Nacional mira hacia el otro lado y parece avalar esta excitante incursión en los territorios latinoamericanos. Vamos a hermanarnos gustosamente con los argentinos, los ecuatorianos y los peruanos —entre otros que no recuerdo— a pesar de que fueron los primerísimos en cerrarnos las puertas cuando tuvimos el problema de la influenza. El orgullo nacional puede quedar discretamente aparcado, lo que importa es la retórica latinoamericanista. Estamos, de tal manera, mucho más cerca de la Alternativa Bolivariana que de la Democracia Cristiana. Parece que nos gobierna el PRI, no el PAN. Y vaya beneficios, encima, que vamos a obtener de pertenecer a un club donde no será admitido Estados Unidos (de América), el gran vecino y principal socio comercial de Estados Unidos (Mexicanos). Pero, eso sí, somos latinoamericanos hasta la muerte. A ver si se enteran esos yanquis.
Naturalmente, del tratado migratorio mejor ni hablamos. Y de los derechos humanos, mucho menos.
Al enano cabeza de foco de repente se le borro el caset y ya no se acuerda de que asi poco menos de un año el satrapa cubano fidel castro le escupio la cara a mexico MINTIENDO VILMENTE en el asunto de la mentada influenza del marrano ¿que rebuznaba el satrapa??? era algo como esto;
En una nueva reflexión, Castro aseguró que en México “nada ha cambiado durante los últimos ocho años, excepto el virus”, y, al igual que hace un par de días, sugirió que la información no se difundió ante la cercanía de la visita del presidente de Estados Unidos a México, Barack Obama, quien estuvo en la ciudad de México en gira de trabajo los días 16 y 17 de abril.
“¿Sería posible que en México, los días 16 y 17 de abril nadie conociera una palabra del obsequio que desde ese país se le haría al mundo seis días después? ¿Ni siquiera los organismos de inteligencia de Estados Unidos, expertos en información, conocían lo que estaba a punto de ocurrir?”, se pregunta Castro en su escrito.
Después de la primera acusación hecha por Castro al gobierno de México, acerca de que se escondió la existencia de la epidemia, tanto el presidente Felipe Calderón como la titular de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, aseguraron que el gobierno informó de manera oportuna sobre el brote y añadieron que esa información ayudó a otras naciones y evitó que se diera un mayor número de muertes tanto en el territorio nacional como en otros países.
“¿Sería posible que en México, los días 16 y 17 de abril nadie conociera una palabra del obsequio que desde ese país se le haría al mundo seis días después? ¿Ni siquiera los organismos de inteligencia de Estados Unidos, expertos en información, conocían lo que estaba a punto de ocurrir?”, se pregunta Castro en su escrito.
Después de la primera acusación hecha por Castro al gobierno de México, acerca de que se escondió la existencia de la epidemia, tanto el presidente Felipe Calderón como la titular de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, aseguraron que el gobierno informó de manera oportuna sobre el brote y añadieron que esa información ayudó a otras naciones y evitó que se diera un mayor número de muertes tanto en el territorio nacional como en otros países.
Y eso no fue todo, ora que fueron algunos legisladores mexicas a cuba a darle una lambida de patas al satrapa los ningunio de manera vergonzosa, estos lambewebos limosneaban una entrevista con el satrapa, un saludo y la foto, pero los mando a la gaver, y aun asi, el pendejo calderon aun planea ir a cuba, y cuando viene el titere de fidel, su hermano raul, ahi va el enano a recibirlo de abrazo beso, a veces creo que en asuntos como este si extraño a fox, tenia una dignidad por su persona y por el pais que por lo visto el enano del mal no conoce...
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