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Ricky ran,
los maderos de san Juan,
piden pan y no les dan
Piden queso
y les dan un hueso
que se les atora en el pescuezo
¡OHH MAMÁ RICKY RAN ME HA BESADO!
por Jairo Calixto Albarrán.
¿Qué clase de vacaciones de Semama Santa fueron éstas? En vez de arrojarse a la administración bárbara del tiempo libre en antros, albercas, palapas a manera de saludable receso después de un trimestre brutal de actividades, aquellos que debieron darnos tregua trabajaron horas extra. Así son los ávidos de notoriedad. Lo mismo el secretario del Trabajo; ese antihéroe del sindicalismo que predicó en el desierto sobre las bondades de su reforma laboral donde el derecho de huelga es pecado; que los sicarios de los diversos cárteles que en vez de aprovechar esos momentos de solaz y esparcimiento de la semana mayor, se dedicaron a matar, descabezar, amenazar y ensabanar. O sea, de Lozano se entiende porque está en campaña (en vez de defender su empeño en robotizar al proletariado, pudo haber hecho lo que Gomezpunk, que anunció que se quedaría en Bucareli a chambear y, en medio de las matazones,
ni sus luces), pero del crimen organizado se podía esperar que, en vez de explotar a sus matones, les daría unos días de asueto para dejar descansar sus AK-47.
Pero no, incluso El Mayo Zambada, el verdadero malo de malolandia, le dio una entrevista desangelada a Julio Scherer, donde el compadre del Chapo Guzmán contó la increíble y triste historia del cándido narco y el Ejército desalmado. Cómo estaría la cosa que junto al Mayo, la Tuta era Winston Churchill.
Como quiera que sea, uno hubiera esperado tener la calma necesaria para soplarse las clásicas transmisiones de El mártir del Calvario, Ben Hur y Marcelino, pan y vino, pero no: al nada talentoso Mr. Martin se le ocurrió salir del clóset para desatar a toda la bola de oportunistas que, como Pablito Ruiz, salieron a gritar “¡Oh, mamá, Ricky me ha besado!; al gran Juanito le dio por injertarse en romano y Barrabás para encarnar su propia crucifixión en la Iztapalapa rebelde; no se diga el caso de la niña Paulette que, en medio de la tragedia y gracias a la errática intervención de la procuraduría mexiquense que se ha comportado como la polecía china (¿no sería mejor que al señor Bazbaz lo manden a buscar al JJ?), se ha transformado en un espectáculo circense.
Y qué decir de la altísima jerarquía católica que salió a decir que los escándalos de pederastia no lastimarían la egregia figura del Papa. O sea, ¿qué se metieron? Lo mejor, que Norbeto Rivera, defensor del padre Maciel, ya anunció su guerra contra los curas pederastas.
los maderos de san Juan,
piden pan y no les dan
Piden queso
y les dan un hueso
que se les atora en el pescuezo
¡OHH MAMÁ RICKY RAN ME HA BESADO!
por Jairo Calixto Albarrán.
¿Qué clase de vacaciones de Semama Santa fueron éstas? En vez de arrojarse a la administración bárbara del tiempo libre en antros, albercas, palapas a manera de saludable receso después de un trimestre brutal de actividades, aquellos que debieron darnos tregua trabajaron horas extra. Así son los ávidos de notoriedad. Lo mismo el secretario del Trabajo; ese antihéroe del sindicalismo que predicó en el desierto sobre las bondades de su reforma laboral donde el derecho de huelga es pecado; que los sicarios de los diversos cárteles que en vez de aprovechar esos momentos de solaz y esparcimiento de la semana mayor, se dedicaron a matar, descabezar, amenazar y ensabanar. O sea, de Lozano se entiende porque está en campaña (en vez de defender su empeño en robotizar al proletariado, pudo haber hecho lo que Gomezpunk, que anunció que se quedaría en Bucareli a chambear y, en medio de las matazones,
ni sus luces), pero del crimen organizado se podía esperar que, en vez de explotar a sus matones, les daría unos días de asueto para dejar descansar sus AK-47.Pero
no, incluso El Mayo Zambada, el verdadero malo de malolandia, le dio una entrevista desangelada a Julio Scherer, donde el compadre del Chapo Guzmán contó la increíble y triste historia del cándido narco y el Ejército desalmado. Cómo estaría la cosa que junto al Mayo, la Tuta era Winston Churchill.Como quiera que sea, uno hubiera esperado tener la calma necesaria para soplarse las clásicas transmisiones de El mártir del Calvario, Ben Hur y Marcelino, pan y vino, pero
no: al nada talentoso Mr. Martin se le ocurrió salir del clóset para desatar a toda la bola de oportunistas que, como Pablito Ruiz, salieron a gritar “¡Oh, mamá, Ricky me ha besado!; al gran Juanito le dio por injertarse en romano y Barrabás para encarnar su propia crucifixión en la Iztapalapa rebelde; no se diga el caso de la niña Paulette que, en medio de la tragedia y gracias a la errática intervención de la procuraduría mexiquense que se ha comportado como la polecía china (¿no sería mejor que al señor Bazbaz lo manden a buscar al JJ?), se ha transformado en un espectáculo circense.Y qué decir de la altísima jerarquía católica que salió a decir que los escándalos de pederastia
no lastimarían la egregia figura del Papa. O sea, ¿qué se metieron? Lo mejor, que Norbeto Rivera, defensor del padre Maciel, ya anunció su guerra contra los curas pederastas.
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