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juicio civi a militares por angel Pujalte Piñeiro

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  • juicio civi a militares por angel Pujalte Piñeiro

    Juicio civil a militares

    Por el Ing. Civil Angel Pujalte Piñeiro

    Cómo empeorar el subdesarrollo

    El subdesarrollo subsana la deficiencia de una parte desgraciando a otra, que no es perfecta pero si corregible. A falta de policía fastidia al ejército. Incongruentes dogmáticos con lógica simple, desconociendo fondos y formas, pretenden “domesticar” (aún más) a nuestro desconcertado y ya de por si subdesarrollado ejercito, sometiéndolo a juicios civiles, en los que ignaros “bien intencionados” pretenden homologar naturalezas distintas, nivelar capacidades diferentes y erradicar virtudes valiosas y necesarias. Es interesante revisar un mecanismo por el que una sociedad tercermundista, con ansias ramplonas, pretensiones de modernización, humanización o cualquier otro candoroso “sueño deseable” acrecienta su subdesarrollo y desordena aún más la ya de por si maltrecha organización social.

    El dislate lo generan e impulsan legos cuya ceguera los hace ver todo igual, sencillo y fácil. Mucho sabe el que conoce su ignorancia. Los militares, policías y civiles son y deben ser muy distintos entre si. Los irracionales bregan por regresar a la irracionalidad y basan su estrategia en borrar diferencias para homologar y nivelar todo. Mientras la inteligencia distingue diferencias para separar lo desigual, conocer y aceptar las diversidades como son para aprovecharlas a su favor. Los componentes de todo sistema deben ser distintos de acuerdo a su diferente cometido.

    Los militares y policías comparten el monopolio legítimo de la violencia y los civiles carecen de derecho a ella. El objeto militar es resolver a cualquier costo. Y mientras cumpla, no importa cómo lo hagan, están autorizados para matar. Los militares eliminan los problemas. Mientras que los policías deben resolver al menor costo posible. Los policías deben arrestar, herir y solo en casos extremos eliminar. Los civiles no tienen derecho a la violencia, pero, el gobierno esta obligado a proteger su vida y propiedades. Para eso cuenta con ejército y policía. Los empleados de la sociedad (militares y policías) se rigen por el Derecho Público, los civiles por el Privado. Son tres esencias distintas.

    Los militares son un estamento. Tienen una estructura conceptual organizacional del mundo, compleja, sofisticada y refinada. Depurada y pulida en incontables generaciones, que lo hace mucho más que una profesión: una forma de vida con visión y objetivos propios. De todos los componentes de la sociedad son, si no los únicos, que tienen más claro su papel y misión social. Donde su compromiso no es ser manso, dulce y tierno, sino lo más malo posible con los enemigos de la sociedad. Nuestra milicia, aunque están un poco aguados, creo que deben ser más malos, porque a ellos todavía le teme el crimen organizado y creo que es a lo único. Si los desgraciamos, ¿a quién llamamos en nuestro auxilio?, ¿al chapulín colorado? Las voces indignadas que reclaman domesticar al ejército son de ignaros descastados, bravos con los de casa y dóciles con los de fuera. Cuando afloran la consecuencia de sus errores echan la culpa a otros y esconden bajo las piedras en espera que otros resuelvan sus tarugadas y al calmarse las aguas vuelvan a aparecer para pavonearse.

    Los militares no deben ser mansos ni pueden someterse a improvisados. El problema que pretenden resolver lo causa el error de poner al Ejército en contacto directo con la población. Es como arrojar acido a la población y concluir que como el acido quema, el acido es el malo. Pifia que conduce a la “genial” solución de transformar al acido en agua (total los dos son incoloros). El acido, lo cáustico, venenoso y tóxico son sustancias útiles y valiosas para el que las sabe usar,pero peligrosas para ignorantes. Tanto las sustancias como las instituciones tienen que ser lo que deben ser Toda organización social requiere para su buen funcionamiento un catálogo de sustancias e instituciones, cuyas diferencias en cualidades y características sirvan para resolver problemas de diversa naturaleza. Pretender “amansar” a los militares es tan absurdo como cambiar el acido por agua y muy subdesarrollado y demencial pretender que aún es ácido y que actúe como tal cuando así se requiera. (En esa condición ya tenemos varias instituciones). Estos delirios ejemplifican la estulticia característica del subdesarrollo y el caso expone un mecanismo de retroceso que ahonda el subdesarrollo. La deficiencia que causa el 99.99 % de nuestros problemas es la ausencia de inteligencia. Es falla grave en instituciones y legisladores que desgracian el orden por desplantes viscerales.


    En principio el Ejército debe participar en la lucha contra el crimen organizado, porque son los únicos capacitados para atajar armas y uniformes militares. Se me ocurre considerar el uso de armas castrenses como declaración de guerra a la sociedad y espía al que se disfrace de militar o policía. Ya bajo esos términos que los militares apliquen a los delincuentes la ley militar. Lo que quizás en alguna medida regrese la confrontación a armamentos más civilizados (piedras, palos y resorteras). Por eso en vez de buscar que los militares den menos miedo se debe buscar que den más a los antisociales y que se ganen el respeto de la población.

    Así como no es racional degradar a un Ejército transformándolo en policial, tampoco lo es armar “ejércitos” con policías. Es fácil habilitar a un aluminero de un carpintero pero es imposible al revés. Es fácil hacer policías de militares e imposible hacer militares de policías. Que es lo que pasa si se equipara el armamento policial al del crimen organizado. Los policías no están capacitados, ni deben estarlo en el manejo de armas de guerra. La mayoría no maneja ni las de policía.

    Continua...
    Rafael Norma
    Forista Turquesa
    Last edited by Rafael Norma; 27-abril-2010, 14:06.

  • #2
    Re: juicio civi a militares por angel Pujalte Piñeiro

    Juicio civil a militares

    Por el Ing. Civil Angel Pujalte Piñeiro

    Cómo empeorar el subdesarrollo


    CONTINUACIÓN....


    El error de poner en contacto directo al Ejército con la población se resuelve intercalando un elemento intermedio. Un aislante que resulta ser la policía. Noten el mecanismo subdesarrollador, como una institución falla se desbarata otra, que es lo que va a pasar si someten a los militares a juicio de legos del estamento militar. Lo lógico es al revés.

    Los civiles y militares están mejor normados y medio funcionan, lo fuera de control es la policía. Lo lógico es modificar lo que no funciona y no tocar lo que funciona, aunque sea a medias. Se requiere ganar control y no ahondar el descontrol. Si lo que está mal regulado, organizado y peor manejado es lo policial, porque entonces no los ponemos bajo la férula de los militares. En vez que civiles juzguen a militares, por que mejor no los militares controlan y juzgan a los policías (judiciales incluidos).

    Comparten el monopolio de la violencia, pero uno en forma plena y el otro acotado. Los militares contienen a los policías y ni los policías ni los civiles abarcan a los militares. (Es más fácil que los militares entiendan a los policías y civiles que al revés). Lo que posibilita que los militares metan en cintura a los policías. Aclarando la condición, ya vigente, que lo que no logren que haga la policía, lo tendrán que hacer ellos. Y a ver que pasa.


    Mejor fortalecer al Ejército. En vez de pretender que los juzguen quienes no entienden el estamento militar, es mejor que se vuelvan tan malos como deben ser para que representen una amenaza seria para los enemigos de la sociedad. Pero si ya son malos, agresivos y violentos, ¿que les falta? Por encima de la capacidad destructiva a un ejército lo distingue su inteligencia. Algo ausente tanto en milicia, policía como el resto del gobierno. (Uno descerebrado). Que aparezca la inteligencia militar que es el factor que falta para brindar resultados exitosos (lo que bien se tira no se falla) y que desaparezca la improvisación e ingenuidad de “espantapájaro” o “galgo de hipódromo”.

    El diseño de la estructura gubernamental a principios del siglo pasado le quitó balas e ingeniería militar al ejército. Para que esa pieza crucial reaparezca los calculistas que lo suplantan deben sublimarse en algo que desconocen. El mismo problema que tienen los ingenieros civiles. Si éste pobre país en los últimos quinientos años hubiera contado con alguna de las dos ingenierías, seríamos otros.

    Los criminales con toda premeditación, alevosía y ventaja se mezclan entre la inerme población, para ocultarse y parapetarse tras ella. De allí que para no exponer a la población los militares deben distinguir las misiones policiales de las militares. De entrada el Ejército no puede actuar en reacción inmediata en centros urbanos, sino que debe escoger el qué, cuando, cómo y donde. Cuando así ha sido su precisión y limpieza impresiona. Lo deplorable lo causa jugar al “corre que te alcanzo”, donde se dejan manipular, llevar y acomodar donde los enemigos sociales escogen momento, lugar y forma, para que suceda lo que querían. Como causar victimas inocentes para que sus cabilderos y la población clamen por la salida del ejercito.

    La ingeniería militar hace por la fortificación lo mismo que su hija, la ingeniería civil, por el asentamiento. Las dos son planeación física del territorio pero con diverso enfoque. Si nuestro ejército contara con ingenieros militares auténticos y no calculistas, a estas alturas ya tendrían detectado en cada asentamiento invadido de delincuentes: los centros de operación, almacenes, casas de seguridad, refugios de sicarios, accesos, salidas, líneas de abastecimiento, halcones y todos los patrones geográficos de comportamiento determinados por la actividad ilícita. No es espionaje, que los legos confunden con inteligencia, sino de la verdadera, ingeniería auténtica que haga que eclosione un ejército verdadero. Que lo complete con la herramienta suprema del hombre faltante en la milicia, policía, legisladores, todo el gobierno y población civil: la razón.

    Es vergonzoso que un ejército no fumigue de un plumazo a una gavilla de facinerosos. No enfrentan otro ejército. Con el compromiso de ser el paradigma de la lucha armada, llevan rato padroteando el presupuesto y resulta que unos vulgares criminales exhiben que se han dedicado a cobrar y perder el tiempo. ¿Donde están los generales?, ¿Qué pasa con el Estado Mayor? ¿Con la ingeniería militar?

    Puede ser que pierda el tiempo y nuestro ejército resulte otra insalvable burocracia monopólica y parasitaria. De las que estamos plagados. Por lo que si en un plazo razonable no exhiben la tan necesaria y ausente inteligencia, tendremos que aceptar las cosas como son y dejar de llamarlas por otro nombre y esperar de ellas cosas que no pueden dar. Peor que cambiarles el verde del uniforme por el rosa y el águila por una pantera (también rosa para que no espanten), habrá que revisar la necesidad de seguir manteniendo inútiles. (En todo el sector público).


    Autor de ¿A dónde vamos, México? ¡Fe de erratas del desarrollo nacional!
    Rafael Norma
    Forista Turquesa
    Last edited by Rafael Norma; 27-abril-2010, 14:06.

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