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México Estado Fallido

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  • Re: México Estado Fallido

    Cierran negocios por extorsiones en Mazatlán

    ***

    Balean ocho casas en pueblo de Mazatlán

    ***

    Ejecutan y descuartizan a tres personas en Acapulco

    ***

    Gobernador de Chihuahua pretende enrolar a "ninis" en el Ejército



    Esa es la cara del hijo de puta que pretende iniciar con el reclutamiento forzado.

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    • Re: México Estado Fallido

      Arrojan una granada contra sede policiaca en Saltillo

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      Con narcopintas, amenazan a federales en Durango

      ***

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      • Re: México Estado Fallido

        A Brasil le preocupa el narcotráfico en México

        ***

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        • Re: México Estado Fallido

          Sicarios toman hospital de Guamúchil; ocho horas de pánico

          ***

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          • Re: México Estado Fallido

            compadre buenos dias

            oye una pregunta , espero no quitarte tu tiempo ...

            fijate que el jueves secuetraron a la gata , segun yo fue el CDG, el viernes lo llevan a una avenida en guadalupe nuevo leon y alli lo ejecutan , lo encuentran los civiles y llegan los ministeriales y la municipal , en eso llegan hombres armados ( creo z) y se llevan el cadaver de la gata y lo abandonan posteriormente......etcetcetc

            la pregunta es ¿ para que se llevan el cuerpo ? si lo van a abandonar mas tarde....


            saludos
            ARMAOS LOS UNOS A LOS OTROS...

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            • Re: México Estado Fallido

              Si me hablas a mi, yo no tengo compadres, ni quiero tener.

              Pudo ser que les avisaron que había algún mensaje dentro del cuerpo.

              O una demostración de fuerza y de quien manda.

              Nadie se atrevió a impedirles que se llevarán el cuerpo.

              Los sicarios son pendejos y andan drogados. No esperes que actúen con lógica.

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              • Re: México Estado Fallido

                no nadie se atrevio a impedir que se llevaran el cuerpo , y eso que alli estaban 5 municipales y 10 ministeriales...
                ARMAOS LOS UNOS A LOS OTROS...

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                • Re: México Estado Fallido

                  Leer de abajo hacia arriba.

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                  • Re: México Estado Fallido

                    Efectivamente lo entregaron en un mercedes benz de lujo

                    muchas gracias y perdona la molestia

                    saludos cordiales
                    ARMAOS LOS UNOS A LOS OTROS...

                    Comment


                    • Re: México Estado Fallido

                      Amenazan al diario El Sur de Acapulco

                      ***

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                      • Re: México Estado Fallido

                        Medios: la mordaza se gestó en Los Pinos

                        ***

                        La "guerra interna" toma forma...

                        ***

                        México ya esta en una GUERRA CIVIL.

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                        • Re: México Estado Fallido

                          La frustración de Calderón

                          ***

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                          • Re: México Estado Fallido

                            "Para ganar una batalla tienes que ir a por ella"

                            JAVIER MORENO 27/03/2011

                            1 LOS MUERTOS.

                            Fue un día en Los Pinos, la residencia oficial del presidente de México, muy al principio de su mandato, cuando Felipe Calderón mantuvo la siguiente conversación con uno de los 30 gobernadores del país:

                            -Oiga presidente, por favor, ayúdeme a sacar a los criminales que están metidísimos en mi Estado.

                            -Mira gobernador, te lo digo con afecto y con respeto. Un día tú dejas entrar a tres muchachos a la cochera de tu casa, y le dices a tu esposa: mira, me han dicho que se van a portar divinamente, van a bolear algunos zapatos de la cuadra, no se van a meter. Luego pasa el tiempo, y te le encuentras a uno de ellos abriéndote el refrigerador, comiéndose el sándwich que te venías antojando desde que saliste de tu oficina, y dice, perdón, buenas noches. Y luego te lo encuentras justo un día que estás cansado y te quieres echar un baño, en la bañera. Ah perdón, no quise interrumpir. Y un buen día que ya te lo encontraste con tu ropa y en tu recámara, ya no lo cuentes más. Vienes y me dices: oye, por favor, ayúdame a sacarlo. ¿No te parece que es un poco tarde?

                            Mientras escucho a Calderón relatar la anécdota, a la que no le ahorra un punto de negro sarcasmo, no puedo dejar de recordar que la última vez que le entrevisté en Madrid, con ocasión de una visita oficial en 2008, la cifra de muertos por la violencia de las bandas criminales asociadas al narcotráfico rondaba los 4.000. Llevaba él dos años al frente del Gobierno. Ahora van ya más de 30.000, y su progresión es geométrica: el año pasado fueron el doble que el anterior, y el triple que el ejercicio precedente.

                            ¿Qué significan 30.000 muertos para una sociedad democrática y moderna como el México del siglo XXI? ¿Cómo aprehender la tragedia en términos puramente humanos? Camus explica en La Peste que la única forma de hacerse una idea cabal, de no dejarse degradar por la inhumanidad de las estadísticas, consistiría en arrastrar los cadáveres víctimas de la plaga, la gran metáfora de la violencia del siglo pasado, a una playa cercana a Orán, colocarlos en un único túmulo y recubrirlo con los rostros de conocidos y amigos.

                            No me cabe duda de que a Calderón le incomoda el asunto, y uno puede entender la razón. Declaró una lucha sin cuartel contra los criminales nada más tomar posesión, convirtió la batalla contra los narcotraficantes en la prioridad de su gobierno y hoy, entrando ya en la fase final de su mandato, los resultados todavía no reflejan el esfuerzo realizado, los ciudadanos se han hartado de las balaceras, de los decapitados, de los muertos sin sentido, de la sensación de inseguridad en algunas ciudades, del estado de angustia permanente.

                            La diplomacia mexicana se topa con dificultades para explicar en el resto del mundo que se trata de un fenómeno limitado geográficamente a determinadas zonas del país, cuyo territorio en general resulta más seguro que muchos otros en América Latina. Los críticos le acusan de haber metido al país en un avispero sin medir sus fuerzas, sin conocer bien al enemigo ni calibrar las consecuencias. Los abusos y las violaciones de los derechos humanos y las garantías constitucionales menudean. Dos excelentes estudiantes del Tecnológico de Monterrey, probablemente la mejor y más avanzada universidad del país, cayeron abatidos por error el año pasado a manos del Ejército, que luego trató de hacerlos pasar por narcotraficantes.

                            Y finalmente, el presidente comienza a intuir que el juicio último de los ciudadanos sobre la guerra contra el narco determinará su posición en la historia como presidente de México, independientemente de sus otros logros, que no son pocos: una recuperación económica brillante después de la crisis financiera global, una consolidación de la imagen de estabilidad económica de México en los mercados internacionales, avances notables en sanidad, educación y en general, en la mayoría de indicadores sociales, pese a la enorme desigualdad social que aún lastra el país.

                            Todas esas razones hacen de la violencia un asunto espinoso para el presidente. Calderón, sin embargo, no rehúye la discusión. Justo al contrario: se extiende de forma deliberada en las respuestas sin alterarse en ningún momento, y ofrece una explicación sentida y exhaustiva a todas mis cuestiones. De alguna manera, siente que la razón de la historia se encuentra de su lado. Y lo que sigue constituye probablemente el relato más honesto que yo haya escuchado en público de un alto cargo mexicano sobre la responsabilidad del Estado, actual o pasada, en la extensión de la violencia. Un discurso inaudito en muchos aspectos, especialmente en labios del presidente de la República.

                            Estamos sentados en la biblioteca situada junto a su despacho, en su residencia oficial en Ciudad de México, conocida como Los Pinos, donde se celebró esta entrevista el lunes de la semana pasada. La biblioteca, espaciosa y solemne, con elevadas paredes recubiertas de anaqueles de maderas de calidad, también tiene nombre. Se llama biblioteca José Vasconcelos, en memoria del político mexicano del siglo pasado al que se venera como el gran impulsor de la educación pública en el país, y contiene mayormente libros personales de Calderón, abogado de formación, que este consulta con frecuencia.

                            ¿Por qué decide el presidente, nada más asumir el poder, el 1 de diciembre de 2006, centrarse en el combate a la violencia organizada? ¿Qué elementos le llevan a apretar el detonador que, cuatro años y pico después ha dejado un rastro inabarcable de muertos, una orgía de violencia a la que no se atisba fin? He leído declaraciones suyas, le digo, en las que sugiere que recibió advertencias antes de tomar la decisión, recomendaciones de "ahí no te metas", alusiones a chantajes, menciones a supuestas traiciones. Le pido al presidente, pues, que aclare esas alusiones veladas. ¿Hubo parte de su equipo, o del Gobierno, o de la Administración que le sugiriese, que le incitase a no afrontar esta batalla de la manera en que lo hizo?

                            -No, de mi Administración no.

                            -¿Y de Administraciones anteriores?

                            -Prefiero dejarlo así.

                            -Presidente, yo entiendo que la pregunta sobre si el Gobierno del presidente Vicente Fox

                            [su antecesor en el cargo y de su mismo partido, el PAN] hizo lo suficiente o no, no es cómoda, entre otras cosas, porque...

                            -La pregunta es bastante buena y cómoda, la que es incómoda es la respuesta.

                            Por un instante, el silencio parece inundar la biblioteca José Vasconcelos. Se alcanza a distinguir por primera vez el ligerísimo zumbido del aire acondicionado. Luego el presidente continúa su relato, sin aspaviento alguno.

                            -El hecho es que cuando yo llego a la presidencia me doy cuenta del enorme poder que han adquirido los criminales, y también entiendo que una parte medular del poder que adquirieron fue por omisión. O por asumir que puede haber cierto tipo de entendimiento con ellos. El problema es que en los lugares donde imperaba esa cultura es donde no solo más avanzaron, sino también donde resultan más violentos. Usted puede examinar y las cifras de mayor tasa de homicidios y delitos en México están en Chihuahua, en Tamaulipas y en Sinaloa, por lo menos en 2010. Estoy convencido de que de haber actuado antes el Gobierno como tal en todos los frentes, no solo combatiendo a los criminales sino reconstruyendo sus instituciones, revisando las policías, aplicando las pruebas de control de confianza o creando unidades especiales para delitos específicos como el secuestro hace rato que este problema se hubiera resuelto, o no hubiera alcanzado la magnitud que ha alcanzado.

                            -¿Existe alguna posibilidad de que México acabe siendo un Estado fallido?

                            -Pues por ahora no, afortunadamente. Cuando salió este tema nos hizo muchísimo daño. Muchos medios de comunicación, muchos, lo retomaron y eso dibujó a México como un Estado al borde de la catástrofe, que no tenía futuro.

                            -El origen fue un informe oficial de Estados Unidos

                            [del Pentágono, publicado el 25 de noviembre de 2008].

                            -Sí, que fue muy irresponsable y eso causó un daño brutal. Yo veo ahora el mundo y pregunto dónde están los que dijeron que México era un Estado fallido. Veo lo que está ocurriendo en Egipto, veo lo que está ocurriendo en todo el Norte de África, veo lo que está ocurriendo en Asia, veo lo que está ocurriendo en África, veo lo que está ocurriendo hace mucho tiempo en Somalia, veo lo que está ocurriendo en algunos de nuestros países de América Latina. En este país todos los días van a la escuela 36 millones de alumnos, puntualmente. El país funciona. Tenemos poderes muy fuertes separados, independientes: el Ejecutivo, el Legislativo, el Judicial. Es un país que tiene elecciones regulares. Se gana y se pierde; se debate muy fuerte, no se persigue a la prensa. Hay absoluta libertad de publicar, de presentar todos los temas en un ambiente de libertad sin precedentes en México. Es un país que funciona y que incluso en el tema más grave que tiene, que es el de la delincuencia, se le enfrenta, se le golpea severamente y a la vez se construyen instituciones. La verdad es que México está realmente muy, muy lejos de ello.

                            -¿Es posible que alguien en la política albergue la tentación de llegar a algún tipo de pacto de coexistencia con los criminales? Antes o después de las próximas elecciones.
                            Sigue................

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