Recuerdo tan vivamente cuando alguien me hizo el favor de
acordarse de mi cumpleaños, y me convirtió en padre adoptivo
de una bella perra "pastor alemán", de inmediato, esa misma
noche descubrí el amor, a pesar de venir acompañado de unas
"cacas" repartidas por varias partes de mi pequeño habitáculo.
Este octubre se cumplen ocho años de eso, que rápido, pero
mi hija ya entró a la tercera edad, y yo no lo quería creer,
hasta que la doctora me lo dijo, creí que estaba enferma,
y no, es que la edad se empieza a notar, bueno, ahora tendré
que tener mas cuidado en su alimentación, y uno que otro
medicamento.
No puedo negar que al escribir esto me embarga la tristeza,
trataré de disfrutar el tiempo que nos queda juntos,
la abrazaré mas, no la regañaré cuando se beba mi café con
leche, cada que me descuido, ni cuando desaparece la comida
de mi plato, o cuando me regala rasguños con sus garras, ni
cuando me obliga a cepillar su pelambre de mi traje, tampoco
cuando me despierta con su lengua, impregnando con la fragancia
de su aliento, mis labios, ojos y mejillas, y cuando mi boca está
abierta....me demuestra mas su amor.
Ahora hasta me alegra cuando ladra, aunque sea después de
que la doctora le inyectó un analgésico.
Si alguien sabe algo o ya vivió esta situación, nueva para mi,
le agradeceré cualquier consejo.
Bueno, me despido, mi hija requiere mis caricias y por supuesto
que todo mi amor, ¡Ah!, su nombre es Tercicore, y le digo Terci
de cariño.
acordarse de mi cumpleaños, y me convirtió en padre adoptivo
de una bella perra "pastor alemán", de inmediato, esa misma
noche descubrí el amor, a pesar de venir acompañado de unas
"cacas" repartidas por varias partes de mi pequeño habitáculo.
Este octubre se cumplen ocho años de eso, que rápido, pero
mi hija ya entró a la tercera edad, y yo no lo quería creer,
hasta que la doctora me lo dijo, creí que estaba enferma,
y no, es que la edad se empieza a notar, bueno, ahora tendré
que tener mas cuidado en su alimentación, y uno que otro
medicamento.
No puedo negar que al escribir esto me embarga la tristeza,
trataré de disfrutar el tiempo que nos queda juntos,
la abrazaré mas, no la regañaré cuando se beba mi café con
leche, cada que me descuido, ni cuando desaparece la comida
de mi plato, o cuando me regala rasguños con sus garras, ni
cuando me obliga a cepillar su pelambre de mi traje, tampoco
cuando me despierta con su lengua, impregnando con la fragancia
de su aliento, mis labios, ojos y mejillas, y cuando mi boca está
abierta....me demuestra mas su amor.
Ahora hasta me alegra cuando ladra, aunque sea después de
que la doctora le inyectó un analgésico.
Si alguien sabe algo o ya vivió esta situación, nueva para mi,
le agradeceré cualquier consejo.
Bueno, me despido, mi hija requiere mis caricias y por supuesto
que todo mi amor, ¡Ah!, su nombre es Tercicore, y le digo Terci
de cariño.
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