Re: Solo a los 40
Volviendo con eso de estar solo a los cuarenta...
Pienso que el agobio que nos produce ir pasando de una a otra década tiene mucho que ver con la pérdida de la lozanía (que no del atractivo), lo cual es inherente al paso del tiempo. Y más en una sociedad como la nuestra en que se le rinde verdadero culto al cuerpo joven y al sexo, que llegan a mediatizar casi todo nuestro vivir.
Se puede decir que hasta los cuarenta -por poner un punto de inflexión- gran parte de lo que hacemos y somos gira en torno al cuerpo y al sexo. Pero llega un momento en el que su papel empieza a perder protagonismo, y llega la hora de desplegar y poner el acento en otros encantos que ya no le deben tanto a la naturaleza como a lo que, al margen de ella, hayamos sido capaces de ir construyendo a lo largo de nuestra vida.
Un patán joven, guapo y bien dotado empieza a tener problemas cuando, perdida la lozanía, se queda en simple patán. De ahí que sea tan importante hacerle ver a los jóvenes -tan mediatizados por la publicidad y las modas- que hay vida más allá del sexo. Una vida que hay que ir cultivando cada día.
No sé quién decía que hasta los cuarenta teníamos la cara que nos había dado la naturaleza; pero que a partir de entonces empezábamos a tener la que habíamos sido capaces de construir nosotros mismos, la que nos merecemos.
Volviendo con eso de estar solo a los cuarenta...
Pienso que el agobio que nos produce ir pasando de una a otra década tiene mucho que ver con la pérdida de la lozanía (que no del atractivo), lo cual es inherente al paso del tiempo. Y más en una sociedad como la nuestra en que se le rinde verdadero culto al cuerpo joven y al sexo, que llegan a mediatizar casi todo nuestro vivir.
Se puede decir que hasta los cuarenta -por poner un punto de inflexión- gran parte de lo que hacemos y somos gira en torno al cuerpo y al sexo. Pero llega un momento en el que su papel empieza a perder protagonismo, y llega la hora de desplegar y poner el acento en otros encantos que ya no le deben tanto a la naturaleza como a lo que, al margen de ella, hayamos sido capaces de ir construyendo a lo largo de nuestra vida.
Un patán joven, guapo y bien dotado empieza a tener problemas cuando, perdida la lozanía, se queda en simple patán. De ahí que sea tan importante hacerle ver a los jóvenes -tan mediatizados por la publicidad y las modas- que hay vida más allá del sexo. Una vida que hay que ir cultivando cada día.
No sé quién decía que hasta los cuarenta teníamos la cara que nos había dado la naturaleza; pero que a partir de entonces empezábamos a tener la que habíamos sido capaces de construir nosotros mismos, la que nos merecemos.
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