LA PANDEMIA CELULAR
En aras del eterno progreso primero vino la llamada revolución industrial a principios del siglo XX, y al final del mismo se inventó el teléfono inalámbrico. Pero todo lo anterior ha sido para la mayor comodidad del hombre, sin darse cuenta, que con eso solo se perjudicaba a la especie humana en el uso de sus propias facultades, debilitando sus defensas naturales y su elemental potencia de supervivencia.
Sin embargo ya entrando al siglo XXI y con el perfeccionamiento de la computación, en rápida sucesión se amplificó la televisión, se perfeccionaron los primeros teléfonos inalámbricos y gracias a los satélites artificiales, también aparecieron los primeros teléfonos celulares.
Estos de inmediato causaron, que como depredadores oliendo dinero se multiplicaron no solo los fabricantes de estos aparatos, sino que se adicionaron una enorme cantidad de facultades de alta tecnología. Estas iban más allá de una simple conversación de viva voz o un chat, pues bien pronto apareció una pantalla estilo computadora, una cámara fotográfica y hasta un micrófono, con el cual se podía enviar un mensaje hablado a cualquier otro celular, sin tener que teclear o hasta posiblemente ser analfabeta.
Como una pandemia cundió la expansión de ese aparatito, que cómodamente se podía ocultar en la palma de la mano y que hoy se identifica como simplemente “CELULAR”, omitiendo la palabra “teléfono”, porque es mucho más que eso.
Igualmente y como hienas y chacales hambrientos del consumismo mundial, el celular se presta como una gigantesca plataforma promocional para la voracidad comercial y la venta no solo de múltiples productos y marcas de fábricas, sino que igualmente y mediante la clave respectiva, se ofrecen desde fotos de personajes de la farándula o del deporte, o el horóscopo del zodiaco, o una canción, o hasta una sexoservidora o fotos pornográficas o billetes de lotería… y mil cosas más de utilidad dudosa.
La calidad y capacidad de almacenar una infinidad de datos de lo celulares casi no tiene límites, y desde luego también existen otros tantos modelos de celulares a muy diferentes precios, pero no es ese el problema, sino lo que en verdad le produce una millonada de dinero a los fabricantes y concesionarios de celulares, es el TIEMPO que transcurre durante el uso del mismo.
Es asombroso el hecho, de que en muchos comercios o supermercados se ofrece la VENTA DE TIEMPO para recargar los celulares y mantenerlos en uso, pues se calcula que solo en México, con 120 millones habitantes, hay como 50 millones de celulares, y lo mismo lo usa el modesto repartidor o cartero en su oficio, como también el más encumbrado ejecutivo empresarial o la ama de casa o su servidora doméstica… pero también la mafia y los miembros del crimen organizado, y para entrar en los múltiplas formas criminales no es aquí el lugar indicado.
¡Solo hay que imaginarse la suma estratosférica de dinero que producen no 50, sino solo 30 millones de celulares al cobrar equis suma de dinero POR MINUTO…! (el día tiene 1440 minutos)
Pero como yo no tengo celular y solo tengo mi teléfono fijo y alámbrico, éste me proporciona una constante intercomunicación con mis amistades hasta por 100 llamadas gratis y sin límite de tiempo, a cambio de una sola cuota mensual sumamente barata.
Pero y después de que el celular se convirtió en digital y al estar entrelazado con el servicio satelital, casi cualquier indigente puede manejarlo con solo pasar la mano por la pantalla… ¡¡una tremenda comodidad!! Ya que en la memoria de su celular tiene absolutamente todo… y hasta su propia individualidad como persona, pues solo vive a través de su celular.
De esta manera el mundo, que crea en la mente del usuario del celular, ofrece un ámbito totalmente diferente y le facilita la tan ansiada fuga de la realidad. Ese encadenamiento mental es tan fuerte, que se convierte en esclavitud.
Muchas veces he tenido la sensación, de que la gente habla sola, ya sea caminando por la calle, o formando fila o al escoger un artículo para comprarlo sin que el vendedor esté presente… y es que esa gente habla con alguien por celular. La gente se aísla y se aleja de la realidad, ya que no comprenden al mundo que los rodea y que les causa temor…frecuentemente suele ser más importante hablar por el celular, que hablar con alguien, que esta físicamente presente…
********
En eso de pronto escucho en la lejanía un rítmico retumbar, semejante al que hace un enorme martillo hidráulico cuando pretende plantar en el subsuelo grandes postes o troncos para formar una sólida plataforma para la construcción de un edificio de varios pisos. Pero luego cesa el ritmo, seguido de gritos y aplausos… pero solo para cambar de frecuencia y en forma sincopada. Afinando mi oído me doy cuenta de mi error, pues en realidad se trata de una fiesta en una casa particular con música de la época. En la lejanía solo se escucha el estampido del tambor, ya que el sonido de la melodía se lo lleva el viento…
Pero curiosamente escucho el diálogo entre una pareja de enamorados, poniéndose de acuerdo cada quien a través de su celular, para reunirse de nuevo, pero esta vez en persona. El hombre es Carlos y ella es Graciela y la cita es en el hotel Cielo del Caribe y además en el cuarto 25. Ambos siguen chateando por su celular, al informar donde se encuentran en ese momento y me voy dando cuenta, que ya los dos están en el lobby, pero como no se conocen, lo ignoran, y se tratan como extraños, que casualmente buscan un cuarto… y los voy siguiendo en su camino sin que nadie como esclavo del celular lo retira de sus respectiva orejas… juntos entran al elevador y juntos, con el celular pegados, sin levantar la vista, tratan de localizar en el largo pasillo del segundo piso el número del cuarto. Pero el hombre propone separarse para ir en una dirección, indicándole a la mujer, que vaya en la dirección opuesta y que el primero que encuentra el cuarto 25 entra para esperar al otro.
Veo que Carlos entra primero, esclavizado por el celular en la oreja y se sienta en un cómodo sillón. Al poco rato entra Gabriela, también como esclava celular y éste en la mano enfrente de su boca, igualmente se sienta en otro sillón. Ahora y sin soltar el celular, levantan la vista y se cruzan sus miradas.
Al mirarse mutuamente por primera vez en realidad, se deshacen de sus respectivos celulares y sucede lo siguiente:
Mentalmente recuerdan algún dato y característica de cada quien almacenados en su celular, pero como ya lo dejaron a un lado, se sienten desnudos e inseguros. Carlos solo se acuerda de que ella iba a llevar una blusa amarilla, y Gabriela solo recuerda, que él iba a usar un pantalón mezclilla azul y camisa del mismo color.
Ambos llegaron a la conclusión, que ya estaban reunidos juntos y se presentó un gran silencio…. Un terrible y atormentador silencio… pues carecían de la facultad de hablar libremente, de expresar sus deseos y temores sus ilusiones y sentimientos humanos…
********
En eso desperté de mi sueño, porque un pajarito madrugador me daba con su canto los buenos días. La naturaleza había despertado y el cielo azul, con algunas nubes blancas se vislumbraba entre las ramas u hojas de las puntas de árboles de un gran bosque, libre de alta tecnología y de millones de celulares, los cuales solo condenan a sus esclavos a ser un cascarón de huevo vacío, o una nuez vana, o un zombi caminando como un muerto en vida si no usa su celular… o peor aún, si lo pierde, pero ¡cuidado, porque podría caer en manos de enemigos desconocidos para acabar en un infierno.
Así como todos los cuadrúpedos tienen en realidad 5 extremidades y que cuenta con la cola, el pitecantropus erectus tiene como quinta extremidad el celular.
Pero ese aparatito, que sigue saliendo como hongos del fértil suelo de los consumidores, ahora puede comunicarte con las redes sociales como lo son el face book, el twitter y hasta el Google, que es la puerta de entrada de un mundo nuevo, tiene la facultad de gobernar el centro de mando del usuario convertido en su esclavo, no solo ordenando las facultades físicas, sino igualmente gobierna el alma y sus manifestaciones de simpatía y antipatía…hasta llegar a la impotencia, tristeza y melancolía y llegar hasta el suicidio… una muerte de la pandemia del virus llamado celular.…..
En nuestro mundo, constantemente evolutivo, existe el fenómeno de que los órganos del cuerpo, que se usan constantemente tienden a fortalecerse y a crecer a tal grado, que su rendimiento puede aumentar hasta el doble de lo normal. Esa es la fórmula del entrenamiento para el deporte de alto o extremo rendimiento. Pero esta particularidad también funciona al revés, ya que órganos que no se usan, se atrofian y se mutilan hasta desaparecer.
Entre humanos, la alta tecnología destinada para nuestra mayor comodidad provoca ésta última evolución negativa, y lo más inusitado es, que mucho contribuye a este fenómeno el multimencionado celular, que es tan pequeño, que cabe en una de nuestras manos.
Pero como yo no tengo celular, no soy esclavo de éste y solo tengo mi teléfono alámbrico, el cual cubre totalmente mis necesidades y conservo mi memoria y mis facultades mentales y emocionales de manera natural. Cuando tengo que salir de compras, el comercio y las tiendas de autoservicio y sus anuncios y ofertas de promoción me ofrecen lo suficiente para estar informado y compro lo que necesito, y todo eso SIN CELULAR.
En aras del eterno progreso primero vino la llamada revolución industrial a principios del siglo XX, y al final del mismo se inventó el teléfono inalámbrico. Pero todo lo anterior ha sido para la mayor comodidad del hombre, sin darse cuenta, que con eso solo se perjudicaba a la especie humana en el uso de sus propias facultades, debilitando sus defensas naturales y su elemental potencia de supervivencia.
Sin embargo ya entrando al siglo XXI y con el perfeccionamiento de la computación, en rápida sucesión se amplificó la televisión, se perfeccionaron los primeros teléfonos inalámbricos y gracias a los satélites artificiales, también aparecieron los primeros teléfonos celulares.
Estos de inmediato causaron, que como depredadores oliendo dinero se multiplicaron no solo los fabricantes de estos aparatos, sino que se adicionaron una enorme cantidad de facultades de alta tecnología. Estas iban más allá de una simple conversación de viva voz o un chat, pues bien pronto apareció una pantalla estilo computadora, una cámara fotográfica y hasta un micrófono, con el cual se podía enviar un mensaje hablado a cualquier otro celular, sin tener que teclear o hasta posiblemente ser analfabeta.
Como una pandemia cundió la expansión de ese aparatito, que cómodamente se podía ocultar en la palma de la mano y que hoy se identifica como simplemente “CELULAR”, omitiendo la palabra “teléfono”, porque es mucho más que eso.
Igualmente y como hienas y chacales hambrientos del consumismo mundial, el celular se presta como una gigantesca plataforma promocional para la voracidad comercial y la venta no solo de múltiples productos y marcas de fábricas, sino que igualmente y mediante la clave respectiva, se ofrecen desde fotos de personajes de la farándula o del deporte, o el horóscopo del zodiaco, o una canción, o hasta una sexoservidora o fotos pornográficas o billetes de lotería… y mil cosas más de utilidad dudosa.
La calidad y capacidad de almacenar una infinidad de datos de lo celulares casi no tiene límites, y desde luego también existen otros tantos modelos de celulares a muy diferentes precios, pero no es ese el problema, sino lo que en verdad le produce una millonada de dinero a los fabricantes y concesionarios de celulares, es el TIEMPO que transcurre durante el uso del mismo.
Es asombroso el hecho, de que en muchos comercios o supermercados se ofrece la VENTA DE TIEMPO para recargar los celulares y mantenerlos en uso, pues se calcula que solo en México, con 120 millones habitantes, hay como 50 millones de celulares, y lo mismo lo usa el modesto repartidor o cartero en su oficio, como también el más encumbrado ejecutivo empresarial o la ama de casa o su servidora doméstica… pero también la mafia y los miembros del crimen organizado, y para entrar en los múltiplas formas criminales no es aquí el lugar indicado.
¡Solo hay que imaginarse la suma estratosférica de dinero que producen no 50, sino solo 30 millones de celulares al cobrar equis suma de dinero POR MINUTO…! (el día tiene 1440 minutos)
Pero como yo no tengo celular y solo tengo mi teléfono fijo y alámbrico, éste me proporciona una constante intercomunicación con mis amistades hasta por 100 llamadas gratis y sin límite de tiempo, a cambio de una sola cuota mensual sumamente barata.
Pero y después de que el celular se convirtió en digital y al estar entrelazado con el servicio satelital, casi cualquier indigente puede manejarlo con solo pasar la mano por la pantalla… ¡¡una tremenda comodidad!! Ya que en la memoria de su celular tiene absolutamente todo… y hasta su propia individualidad como persona, pues solo vive a través de su celular.
De esta manera el mundo, que crea en la mente del usuario del celular, ofrece un ámbito totalmente diferente y le facilita la tan ansiada fuga de la realidad. Ese encadenamiento mental es tan fuerte, que se convierte en esclavitud.
Muchas veces he tenido la sensación, de que la gente habla sola, ya sea caminando por la calle, o formando fila o al escoger un artículo para comprarlo sin que el vendedor esté presente… y es que esa gente habla con alguien por celular. La gente se aísla y se aleja de la realidad, ya que no comprenden al mundo que los rodea y que les causa temor…frecuentemente suele ser más importante hablar por el celular, que hablar con alguien, que esta físicamente presente…
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En eso de pronto escucho en la lejanía un rítmico retumbar, semejante al que hace un enorme martillo hidráulico cuando pretende plantar en el subsuelo grandes postes o troncos para formar una sólida plataforma para la construcción de un edificio de varios pisos. Pero luego cesa el ritmo, seguido de gritos y aplausos… pero solo para cambar de frecuencia y en forma sincopada. Afinando mi oído me doy cuenta de mi error, pues en realidad se trata de una fiesta en una casa particular con música de la época. En la lejanía solo se escucha el estampido del tambor, ya que el sonido de la melodía se lo lleva el viento…
Pero curiosamente escucho el diálogo entre una pareja de enamorados, poniéndose de acuerdo cada quien a través de su celular, para reunirse de nuevo, pero esta vez en persona. El hombre es Carlos y ella es Graciela y la cita es en el hotel Cielo del Caribe y además en el cuarto 25. Ambos siguen chateando por su celular, al informar donde se encuentran en ese momento y me voy dando cuenta, que ya los dos están en el lobby, pero como no se conocen, lo ignoran, y se tratan como extraños, que casualmente buscan un cuarto… y los voy siguiendo en su camino sin que nadie como esclavo del celular lo retira de sus respectiva orejas… juntos entran al elevador y juntos, con el celular pegados, sin levantar la vista, tratan de localizar en el largo pasillo del segundo piso el número del cuarto. Pero el hombre propone separarse para ir en una dirección, indicándole a la mujer, que vaya en la dirección opuesta y que el primero que encuentra el cuarto 25 entra para esperar al otro.
Veo que Carlos entra primero, esclavizado por el celular en la oreja y se sienta en un cómodo sillón. Al poco rato entra Gabriela, también como esclava celular y éste en la mano enfrente de su boca, igualmente se sienta en otro sillón. Ahora y sin soltar el celular, levantan la vista y se cruzan sus miradas.
Al mirarse mutuamente por primera vez en realidad, se deshacen de sus respectivos celulares y sucede lo siguiente:
Mentalmente recuerdan algún dato y característica de cada quien almacenados en su celular, pero como ya lo dejaron a un lado, se sienten desnudos e inseguros. Carlos solo se acuerda de que ella iba a llevar una blusa amarilla, y Gabriela solo recuerda, que él iba a usar un pantalón mezclilla azul y camisa del mismo color.
Ambos llegaron a la conclusión, que ya estaban reunidos juntos y se presentó un gran silencio…. Un terrible y atormentador silencio… pues carecían de la facultad de hablar libremente, de expresar sus deseos y temores sus ilusiones y sentimientos humanos…
********
En eso desperté de mi sueño, porque un pajarito madrugador me daba con su canto los buenos días. La naturaleza había despertado y el cielo azul, con algunas nubes blancas se vislumbraba entre las ramas u hojas de las puntas de árboles de un gran bosque, libre de alta tecnología y de millones de celulares, los cuales solo condenan a sus esclavos a ser un cascarón de huevo vacío, o una nuez vana, o un zombi caminando como un muerto en vida si no usa su celular… o peor aún, si lo pierde, pero ¡cuidado, porque podría caer en manos de enemigos desconocidos para acabar en un infierno.
Así como todos los cuadrúpedos tienen en realidad 5 extremidades y que cuenta con la cola, el pitecantropus erectus tiene como quinta extremidad el celular.
Pero ese aparatito, que sigue saliendo como hongos del fértil suelo de los consumidores, ahora puede comunicarte con las redes sociales como lo son el face book, el twitter y hasta el Google, que es la puerta de entrada de un mundo nuevo, tiene la facultad de gobernar el centro de mando del usuario convertido en su esclavo, no solo ordenando las facultades físicas, sino igualmente gobierna el alma y sus manifestaciones de simpatía y antipatía…hasta llegar a la impotencia, tristeza y melancolía y llegar hasta el suicidio… una muerte de la pandemia del virus llamado celular.…..
En nuestro mundo, constantemente evolutivo, existe el fenómeno de que los órganos del cuerpo, que se usan constantemente tienden a fortalecerse y a crecer a tal grado, que su rendimiento puede aumentar hasta el doble de lo normal. Esa es la fórmula del entrenamiento para el deporte de alto o extremo rendimiento. Pero esta particularidad también funciona al revés, ya que órganos que no se usan, se atrofian y se mutilan hasta desaparecer.
Entre humanos, la alta tecnología destinada para nuestra mayor comodidad provoca ésta última evolución negativa, y lo más inusitado es, que mucho contribuye a este fenómeno el multimencionado celular, que es tan pequeño, que cabe en una de nuestras manos.
Pero como yo no tengo celular, no soy esclavo de éste y solo tengo mi teléfono alámbrico, el cual cubre totalmente mis necesidades y conservo mi memoria y mis facultades mentales y emocionales de manera natural. Cuando tengo que salir de compras, el comercio y las tiendas de autoservicio y sus anuncios y ofertas de promoción me ofrecen lo suficiente para estar informado y compro lo que necesito, y todo eso SIN CELULAR.
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