Re: El último libro que has leido.
Hablar de una obra de encargo es, en ocasiones, adjetivarla como de poca calidad o advertir a quien la tiene ante sí que sepa disculpar su menor valía. Esta es una obra de encargo, así lo refiere el autor en el introito. Su editor le reta a que se atreva a con una obra que hable sobre los españoles y el fornicio desde mediados del XIX a la actualidad y Eslava acota su final en los primeros tiempos de la transición democrática, hasta le pone fecha: el 2 de septiembre de 1976, una día memorable que marca la pérdida definitiva de la inocencia y la entrada de lleno en la liberación y el desenfreno, pues fue aquella en la que Marisol apareció desnuda en la portada de Interviú, la fecha en la que alguien quitó el tapón del estanque donde las represiones de los españoles se habían envasado durante cuarenta años y el sexo se adueñó de la calle, los libros, los espectáculos y el cine.
El editor, si estamos hablando de un buen profesional, es fácil que conozca al autor mejor que él mismo, sobre todo cuando ha estado ligado a una editorial durante unos años, así que, supongo, cuando este hombre encargó a Eslava que escribiera el libro que nos ocupa, sabía de sobra con quien se jugaba los cuartos. Porque la idea no es nueva, libros hay que tratan sobre ella, sin ir más lejos el conocido de Guillermo Díaz-Plaja El español y los siete pecados capitales, pero aquí Destino ha querido darle una vuelta de tuerca al asunto de los pecados capitales patrios y en lugar de un libro único se propone editar una serie, con un volumen para cada título; por cierto, el siguiente, que ya está escrito, también ha sido encargado a Eslava Galán y versará sobre la avaricia (ahí hay tela que cortar).
Creo que el asunto de la lujuria le viene pintiparado al autor jienense, su forma de escribir es bastante adecuada para atraer al lector e invitarle a navegar por las páginas del libro. Con esa mezcla de gracejo que maneja como nadie y seriedad, representada aquí por lo bien documentado que está, como de costumbre, Eslava nos lleva de la mano a recorrer la historia del España del último siglo y medio centrándose en este apartado tan sicalíptico, pero que refleja también los anhelos, penurias, avances, retrocesos, pequeñas conquistas y grandes derrotas que marcan nuestro devenir de los últimos ciento cincuenta años.
Y es que, como nos hace ver el autor, el sexo y lo que le rodea no es sino reflejo de lo que ocurre en el país y los vientos que soplan en él, desde las época en que las queridas eran exhibidas como un «objeto» de posición social, hasta la relativa libertad sin tapujos con que la nueva generación vive su sexualidad, han ocurrido muchas cosas que han tenido su reflejo en el sexo en general y en la vida de pareja o conyugal en particular, con la Iglesia velando de forma obsesiva (¡qué fijación!) para que el rebaño no se desmadrara (como dice el autor, «lo hacía por nuestro bien»), siendo responsables de no pocas frustraciones de las que si Dios existe debería pedirles cuenta; pastoreo en el que el brazo secular, como en tiempos de la Inquisición, era el encargado del castigo y correspondiente escarnio público, en un ejercicio de hipocresía que pocas veces habrá sido superado.
Un libro muy divertido para quienes ahora podemos leerlo, pero que nos habla de un tiempo, no tan lejano, en el que hubiera sido imposible publicarlo y en el que la gente de las clases menos pudientes vivía con frustración los asuntos que con el sexo tenían relación. Afortunadamente para el lector, ahí está Eslava para poner el contrapunto de ironía y humor que tan bien maneja y que el platillo de la tristeza y la pena que, si bien lo miramos, supone acordarse de la gente que vivió aquellos tiempos de represión y beatería, y quede equilibrado en la balanza y podamos hacer el repaso de aquellos oscuros tiempos con una sonrisa en los labios.(trecce-Hislibris)
Con este sigo, al rato, me voy a trabajar.
Saludos
Hablar de una obra de encargo es, en ocasiones, adjetivarla como de poca calidad o advertir a quien la tiene ante sí que sepa disculpar su menor valía. Esta es una obra de encargo, así lo refiere el autor en el introito. Su editor le reta a que se atreva a con una obra que hable sobre los españoles y el fornicio desde mediados del XIX a la actualidad y Eslava acota su final en los primeros tiempos de la transición democrática, hasta le pone fecha: el 2 de septiembre de 1976, una día memorable que marca la pérdida definitiva de la inocencia y la entrada de lleno en la liberación y el desenfreno, pues fue aquella en la que Marisol apareció desnuda en la portada de Interviú, la fecha en la que alguien quitó el tapón del estanque donde las represiones de los españoles se habían envasado durante cuarenta años y el sexo se adueñó de la calle, los libros, los espectáculos y el cine.
El editor, si estamos hablando de un buen profesional, es fácil que conozca al autor mejor que él mismo, sobre todo cuando ha estado ligado a una editorial durante unos años, así que, supongo, cuando este hombre encargó a Eslava que escribiera el libro que nos ocupa, sabía de sobra con quien se jugaba los cuartos. Porque la idea no es nueva, libros hay que tratan sobre ella, sin ir más lejos el conocido de Guillermo Díaz-Plaja El español y los siete pecados capitales, pero aquí Destino ha querido darle una vuelta de tuerca al asunto de los pecados capitales patrios y en lugar de un libro único se propone editar una serie, con un volumen para cada título; por cierto, el siguiente, que ya está escrito, también ha sido encargado a Eslava Galán y versará sobre la avaricia (ahí hay tela que cortar).
Creo que el asunto de la lujuria le viene pintiparado al autor jienense, su forma de escribir es bastante adecuada para atraer al lector e invitarle a navegar por las páginas del libro. Con esa mezcla de gracejo que maneja como nadie y seriedad, representada aquí por lo bien documentado que está, como de costumbre, Eslava nos lleva de la mano a recorrer la historia del España del último siglo y medio centrándose en este apartado tan sicalíptico, pero que refleja también los anhelos, penurias, avances, retrocesos, pequeñas conquistas y grandes derrotas que marcan nuestro devenir de los últimos ciento cincuenta años.
Y es que, como nos hace ver el autor, el sexo y lo que le rodea no es sino reflejo de lo que ocurre en el país y los vientos que soplan en él, desde las época en que las queridas eran exhibidas como un «objeto» de posición social, hasta la relativa libertad sin tapujos con que la nueva generación vive su sexualidad, han ocurrido muchas cosas que han tenido su reflejo en el sexo en general y en la vida de pareja o conyugal en particular, con la Iglesia velando de forma obsesiva (¡qué fijación!) para que el rebaño no se desmadrara (como dice el autor, «lo hacía por nuestro bien»), siendo responsables de no pocas frustraciones de las que si Dios existe debería pedirles cuenta; pastoreo en el que el brazo secular, como en tiempos de la Inquisición, era el encargado del castigo y correspondiente escarnio público, en un ejercicio de hipocresía que pocas veces habrá sido superado.
Un libro muy divertido para quienes ahora podemos leerlo, pero que nos habla de un tiempo, no tan lejano, en el que hubiera sido imposible publicarlo y en el que la gente de las clases menos pudientes vivía con frustración los asuntos que con el sexo tenían relación. Afortunadamente para el lector, ahí está Eslava para poner el contrapunto de ironía y humor que tan bien maneja y que el platillo de la tristeza y la pena que, si bien lo miramos, supone acordarse de la gente que vivió aquellos tiempos de represión y beatería, y quede equilibrado en la balanza y podamos hacer el repaso de aquellos oscuros tiempos con una sonrisa en los labios.(trecce-Hislibris)
Con este sigo, al rato, me voy a trabajar.
Saludos
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