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Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

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  • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

    El asesino
    Cadetes de Linares

    Me dicen el asesino por ahí
    y dicen me anda buscando la ley
    por que mate de manera legal
    la que burló mi querer .

    En un momento de celos maté
    cegado de sentimiento y dolor
    la que burlaba mi honra y mi ser
    mi vida y mi corazón .

    ya está en el cielo juzgada de Dios
    de allá de lo alto si acaso me ve
    sabrá la ingrata que tuve razón
    sabrá cuanto la adoré .

    20 años que de sentencia me den
    con gusto voy mi delito a pagar
    pero antes quiero vengarme también
    del que me hizo criminal .

    Va la justicia buscándome a mí
    mas no me entrego hasta ver la ocasión
    de ver a el otro que mizo infeliz
    y abrirle su corazón .

    Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
    Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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    • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

      El Canon Eterno
      No encontré al autor

      El momento pronto va a llegarme,
      mi tiempo ha de acabarse,
      no lo escucho, no trato de enfrentarme;
      Ya he vivido y llorado sangre.
      Lo mismo da pues morir es vivir
      y para reír se tiene que sufrir.

      No, nunca entendí porque así,
      siempre penar, siempre mentir.

      No perdona el tiempo,
      erosiona fuerte y constante el viento,
      he caminado tan lejos que mi mente
      olvidó ya aquel momento.
      En qué: mis propios pasos
      alejándome de sueños rodearon
      el abismo pronunciado de mi fe;
      para siempre estar en él,
      pero nunca jamás recaer.

      Caer, como has caído tanto
      y desde adentro no
      puedes tan sólo ver:
      Cómo tu silencio se desbarata
      en tus propios oídos,
      que no escuchan
      pues no quieres creer.

      Sin un labio saber mover,
      cantamos todos, somos de él,
      Metal y Viento siempre al marchar
      melodía sublime entonarán;
      Es el canon de la verdad.

      Vivo, trato de escucharlo,
      muero sin haber logrado
      hacer humano su suspiro,
      y nada entiendo.

      Así como la vida y la muerte existen,
      Son sólo acordes en su armonía,
      tan omnipresente que no puedes verlo,
      no querrás creerlo pero, este día:

      Canta el Canon Infinito
      tu tristeza y tu alegría,
      sigues de lejos un grito,
      que no entiendes todavía.
      Entre el coro de los Hombres.
      tu mirada siempre es tibia,
      tu espada sin honores,
      nuca más será blandida.
      No, jamás será blandida.
      ¡Muere ya!


      Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
      Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

      Comment


      • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

        Originalmente publicado por kabrakan Ver post
        Sin Título
        Navo

        Cabrón amor
        El que te traigo
        No se si te extraño más yo
        O el perfecto tendido de mi cama...
        Debería reinventarte
        a partir del sostén
        que olvidaste
        en lo desesperado que resulta la cocina
        Si no existieras
        fueras la foto tuya:
        las manchas de semen en la pared no mienten
        Solo tienes veinticuatro años
        Y dejaste huérfano a un hijo de veinticinco...
        Solo le en enseñaste a tender sábanas
        a que los ruidos más allá de la puerta
        podrían significar salirse o salirnos
        a que las manchas
        se endurecen
        en todo trapo
        y en poco tiempo
        Te extraño
        aunque jures y perjures
        que los maniacos no extrañan...
        Cabrón amor el que te traigo

        Wow me gustó, porque el amor también puede ser así realista, directo, mundano, cotidiano y muy, pero muy cabrón...
        Te extrañaría aunque no nos hubiéramos conocido...

        Comment


        • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

          MI IRA
          Katherine Castillo

          Hiciste que las tristezas vuelvan
          Sin intención, ya están aquí
          No dejaste que los dolores duerman,
          Sin intención, ya están aquí.

          La ira que siento dentro despierta,
          Todo el amor desaparece
          Todo el cariño se esconde detrás de una piedra,
          Nada de vida conmigo permanece.

          Lo que hiciste no tiene perdón,
          ¿Quién podría jugar con los sentimientos?
          Sólo tú, alma sin corazón,
          Que todo lo que dice se lo lleva el viento.

          ¿Cómo pude ser tan ilusa?
          Creer que tú también me amabas,
          Todas las lágrimas, ya difusas,
          Devuelven todo lo que tú me dabas.

          Me dijiste tantas cosas increíbles,
          Increíbles debían de ser,
          Incluso llegué a creer en imposibles,
          Pero imposibles llegaron a ser.

          Tanta ira reemplazó al amor,
          Ahora con tristeza y tantas lágrimas,
          Incluso ahora roto mi corazón,
          No importa, no importa ya nada.

          Te quiero fuera de mi vida,
          Te quiero fuera de mi mente,
          Te quiero fuera de mis días,
          Incluso ya no quiero verte.

          No importa de quien la culpa fue,
          Está claro que no fui sólo yo,
          Aquel miedo que tenías ahora es,
          Una realidad, me pierdes, nos perdemos los dos.

          Tantas ganas de gritar aquí adentro,
          Tantas ganas de llorar aquí afuera,
          Tanto tiempo malgastado en lamentos,
          Por ti, hubiera ido adonde fuera.

          Ahora comprendo quien eres,
          Al parecer nunca terminé de conocerte,
          Todo aquello que, supuestamente, tanto temes,
          Ahora se cumple, no me verás al no verte.

          Tantas horas te dediqué,
          Tantos días te lloré,
          Tantos años te busqué,
          Y ahora entiendo que amor nunca fue.

          Si de verdad me quieres entonces habla,
          Porque estás a punto de un error cometer,
          Si lo sientes de verdad, di que me extrañas,
          Porque si no lo haces nunca me volverás a ver.

          Me duele el darme cuenta,
          De quien me llegué a enamorar,
          De una persona totalmente ciega,
          Que dijo amarme y no era verdad.

          ¿Cómo sé que no me amas?
          Tu actitud lo demuestra todo,
          ¿Cómo sé que fueron sólo palabras?
          Porque mi corazón está totalmente solo.

          Si dos personas se quieren tanto,
          Juntas deben estar, sin importar nada,
          Por culpa de tu miedo, mi llanto
          Crece tanto, en vanidad vaga.

          No ha pasado tanto tiempo,
          Pero aún así te comportas infantil,
          Pones de excusas a tus miedos,
          Y no tomas en cuenta nuestro fin.

          Ya es tarde, ya me perdiste,
          Pero lo que sientes dime antes,
          No me perdonaré si me quisiste,
          Y arruiné todo por culpa de mi actitud pedante.

          Traté de darte todo, y eso hice,
          Más parece que a ti no te importó,
          Que no tomaste en cuenta lo que dije,
          Cuando el “te amo” de mis labios brotó.

          Diferente se tornó tu mirada,
          Al igual que todo tu ser,
          Ahora no te conozco, dices nada,
          Eres alguien a quien no quiero conocer.

          La verdad es que no sé que hacer,
          Dijiste tantas cosas,
          Estoy confundida, sin querer ser,
          La que todo de ti añora.

          Me enamoré de ti,
          ¿Qué puedo hacer si me enamoré?
          Pero tengo tanta ira dentro de mí,
          ¿Qué puedo hacer si me enamoré?

          Me acuerdo como te miraba hace años,
          Éramos dos niños apenas,
          No conocíamos de amor o de daños,
          Peor aún, no conocíamos de penas.

          Hasta el día en el que mi corazón,
          Latía más fuerte cuando te acercabas,
          No sé porque perdía la razón,
          Cada vez que la mano me dabas.

          Era un sentimiento tan puro,
          Lleno de claridad e inocencia,
          No había sentimiento alguno,
          En mi vida antes, estaba su ausencia.

          Así pasaba el tiempo,
          Al día de hoy llegamos,
          Ese sentimiento ya no cabe dentro,
          Pero lo destruyes con palabras de engaño.

          Ahora siento que ya no quiero verte,
          Que mis esperanzas han muerto,
          Pero al mismo tiempo junto a mí quiero tenerte,
          Porque tal vez lo que pienso no es cierto.

          Dijiste que yo era la única,
          La única que llegaba a tu corazón,
          La que con su alma búdica,
          Te tenía loco de pasión.

          Nadie sabe si tus palabras eran ciertas,
          Nadie sabe si de verdad me quieres,
          Si por mí tu alma tenías abierta,
          Nadie sabe si amor verdadero aún tienes.

          Quiero odiarte pero no puedo,
          La ira no es tan grande como el amor,
          Debo dejar de pensarte pero no quiero,
          Sigues dentro de mí, dentro del corazón.

          Aún así debo olvidarte,
          De mi mente debo arrancarte,
          Sé que duele el no amarte,
          Pero más dolerá si no te tengo aparte.

          No puedo recordar todo lo que dijiste,
          Se me pasa por la mente pero duele,
          Fue tan confuso y fue tan triste,
          El que junto a ti no quieras tenerme.

          Después de tantos años de insistencia,
          Debo resignarme de una vez,
          Dejar que la ira y la inocencia,
          Se unan para que esto no pase otra vez.

          La verdad es que no volveré a creer,
          No volveré a creer en la palabra de un hombre,
          Incluso he de llegar a temer,
          Cuando uno de ellos me diga su nombre.

          Gracias a ti por darme tanto,
          Me diste una valiosa lección,
          Gracias a ti no volverá el llanto,
          Y nadie volverá a entrar en mi corazón.

          Me lastimaste mucho, pero ha de pasar,
          Sólo debo escuchar a mi razón,
          Con el tiempo las cosas vuelven y van,
          Pero jamás volverá este eterno amor.

          Trataré de que esto no llame la atención,
          Ni lo que sufro ni lo mucho que te amo,
          Trataré de ocultar la eterna pasión,
          Para que luego no digan que todo fue en vano.


          Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
          Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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          • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

            A QUIÉN IRÁ MI DOLOROSO CANTO
            Miguel de Cervantes Saavedra.

            Al Ilustrísimo y Reverendísimo Cardenal don Diego de Espinosa

            ¿A quién irá mi doloroso canto,
            o en cúya oreja sonará su acento,
            que no deshaga el corazón en llanto?
            A ti, gran cardenal, yo le presento,
            pues vemos te ha cabido tanta parte
            del hado secutivo vïolento.
            Aquí verás qu'el bien no tiene parte:
            todo es dolor, tristeza y desconsuelo
            lo que en mi triste canto se reparte.
            ¿Quién dijera, señor, que un solo vuelo
            de una ánima beata al alta cumbre
            pusiera en confusión al bajo suelo?
            Mas, ¡ay!, que yace muerta nuestra lumbre:
            el alma goza de perpetua gloria,
            y el cuerpo de terrena pesadumbre.

            No se pase, señor, de tu memoria
            cómo en un punto la invincible muerte
            lleva de nuestras vidas la victoria.
            Al tiempo que esperaba nuestra suerte
            poderse mejorar, la sancta mano
            mostró por nuestro mal su furia fuerte.
            Entristeció a la tierra su verano,
            secó su paraíso fresco y tierno,
            el ornato añubló del ser cristiano.

            Volvió la primavera en frío invierno,
            trocó en pesar su gusto y alegría,
            tornó de arriba abajo su gobierno.
            Pasóse ya aquel ser que ser solía
            a nuestra obscuridad claro lucero,
            sosiego del antigua tiranía.
            A más andar el término postrero
            llegó, que dividió con furia insana
            del alma sancta el corazón sincero.
            Cuanto ya nos venía la temprana
            dulce fruta del árbol deseado,
            vino sobre él la frígida mañana.

            Quien detuvo el poder de Marte airado
            que no pasase más el alto monte,
            con prisiones de nieve aherrojado,
            no pisará ya más nuestro horizonte,
            que a los campos Elíseos es llevada
            sin ver la obscura barca de Caronte.
            A ti, fiel pastor de la manada
            seguntina, es justo y te conviene
            aligerarnos carga tan pesada.

            Mira el dolor que el gran Filipo tiene:
            allí tu discreción muestre el alteza
            que en tu divino ingenio se contiene.
            Bien sé que le dirás que a la bajeza
            de nuestra humanidad es cosa cierta
            no tener solo un punto de firmeza,
            y que, si yace su esperanza muerta
            y el dolor vida y alma le lastima,
            que a do la cierra, Dios abre otra puerta.

            Mas, ¿qué consuelo habrá, señor, que oprima
            algún tanto sus lágrimas cansadas
            si una prenda perdió de tanta estima?
            Y más si considera las amadas
            prendas que le dejó en la dulce vida
            y con su amarga muerte lastimadas.
            Alma bella, del cielo merescida,
            mira cuál queda el miserable suelo
            sin la luz de tu vista esclarescida:
            verás que en árbor verde no hace vuelo
            el ave más alegre, antes ofresce
            en su amoroso canto triste duelo.

            Contino en grave llanto se anochece
            el triste día que te imaginamos
            con aquella virtud que no perece;
            mas deste imaginar nos consolamos
            en ver que merescieron tus deseos
            que goces ya del bien que deseamos.
            Acá nos quedarán por tus trofeos
            tu cristiandad, valor y gracia estraña,
            de alma sancta sanctísimos arreos.
            De hoy más, la sola y afligida España,
            cuando más sus clamores levantare
            al summo Hacedor y alta compaña,
            cuando más por salud le importunare
            al término postrero que perezca
            y en el último trance se hallare,
            sólo podrá pedirle que le ofrezca
            otra paz, otro amparo, otra ventura
            qu'en obras y virtudes le parezca.

            El vano confiar y la hermosura,
            ¿de qué nos sirve si en pequeño instante
            damos en manos de la sepultura?
            Aquel firme esperar sancto y constante,
            que concede a la fe su cierto asiento
            y a la querida hermana ir adelante,
            adonde mora Dios en su aposento
            nos puede dar lugar dulce y sabroso,
            libre de tempestad y humano viento.

            Aquí, señor, el último reposo
            no puede perturbarse, ni la vida
            temer más otro trance doloroso;
            aquí con nuevo ser es conducida
            entre las almas del inmenso coro
            nuestra Isabela, reina esclarescida;
            con tal sinceridad guardó el decoro,
            do al precepto divino más se aspira,
            que meresce gozar de tal tesoro.
            ¡Ay muerte!, ¿contra quién tu amarga ira
            quesiste ejecutar para templarme
            con profundo dolor mi triste lira?
            Si nos cansáis, señor, ya descucharme,
            anudaré de nuevo el roto hilo,
            que la ocasión es tal que ha d'esforzarme;
            lágrimas pediré al corriente Nilo,
            un nuevo corazón al alto cielo,
            y a las más tristes musas triste estilo.
            Diré que al duro mal, al grave duelo
            que a España en brazos de la muerte tiene,
            no quiso Dios dejarle sin consuelo:
            dejóle al gran Filipo, que sostiene,
            cual firme basa al alto firmamento,
            el bien o desventura que le viene.

            De aquesto, vos lleváis el vencimiento,
            pues deja en vuestros hombros él la carga
            del cielo y de la tierra, y pensamiento.
            La vida que en la vuestra ansí se encarga
            muy bien puede vivir leda y segura,
            pues de tanto cuidado se descarga;
            gozando, como goza, tal ventura
            el gran señor del ancho suelo hispano,
            su mal es menos y nuestra desventura.
            Si el ánimo real, si el soberano
            tesoro le robó en un solo día
            la muerte airada con esquiva mano,
            regalos son qu'el summo Dios envía
            a aquél que ya le tiene aparejado
            sublime asiento en l'alta jerarquía.

            Quien goza quïetud siempre en su estado,
            y el efecto le acude a la esperanza
            y a lo que quiere nada le es trocado,
            argúyese que poca confianza
            se puede tener d'él que goce y vea
            con claros ojos bienaventuranza.
            Cuando más favorable el mundo sea,
            cuando nos ría el bien todo delante
            y venga al corazón lo que desea,
            tiénese de esperar que en un instante
            dará con ello la Fortuna en tierra,
            que no fue ni será jamás constante.

            Y aquel que no ha gustado de la guerra,
            a do se aflige el cuerpo y la memoria,
            paresce Dios del cielo le destierra,
            porque no se coronan en la gloria
            si no es los capitanes valerosos
            que llevan de sí mesmos la victoria.
            Los amargos sospiros dolorosos,
            las lágrimas sin cuento que ha vertido
            quien nos puede su vista hacer dichosos,
            el perder a su hijo tan querido,
            aquel mirarse y verse cuál se halla
            de todo su placer desposeído,
            ¿qué se puede decir sino batalla
            adonde l'hemos visto siempre armado
            con la paciencia, qu'es muy fina malla?
            Del alto cielo ha sido consolado
            [con] concederle acá vuestra persona,
            que mira por su honra y por su estado.

            De aquí saldrá a gozar de una corona
            más rica, más preciosa y muy más clara
            que la que ciñe al hijo de Latona.
            Con él vuestra virtud, al mundo rara,
            se tiene de estender de gente en gente,
            sin poderlo estorbar Fortuna avara;
            resonará el valor tan excelente
            que os ciñe, cubre, ampara y os rodea,
            de donde sale el sol hasta occidente,
            y allá en el alto alcázar do pasea
            en mil contentos nuestra reina amada,
            si puede desear, sólo desea
            que sea por mil siglos levantada
            vuestra grandeza, pues que se engrandece
            el valor de su prenda deseada,
            que [en] vuestro poderío se paresce
            del católico rey la summa alteza,
            que desde un polo al otro resplandesce.

            De hoy más, deje del llanto la fiereza
            el afligida España, levantando
            con verde lauro ornada la cabeza,
            que, mientra fuere el cielo mejorando
            del soberano rey la larga vida,
            no es bien que se consuma lamentando;
            y, en tanto que arribare a la subida
            de la inmortalidad vuestra alma pura,
            no se entregue al dolor tan de corrida;
            y más, qu'el grave rostro de hermosura,
            por cuya ausencia vive sin consuelo,
            goza de Dios en la celeste altura.
            ¡Oh trueco glorïoso, oh sancto celo,
            pues con gozar la tierra has merecido
            tender tus pasos por el alto cielo!
            Con esto cese el canto dolorido,
            magnánimo señor, que, por mal diestro,
            queda tan temeroso y tan corrido
            cuanto yo quedo, gran señor, por vuestro.






            Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
            Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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            • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

              SENTADO SOBRE LOS MUERTOS
              Miguel Hernandez

              Sentado sobre los muertos
              que se han callado en dos meses,
              beso zapatos vacíos
              y empuño rabiosamente
              la mano del corazón
              y el alma que lo sostiene.

              Que mi voz suba a los montes
              y baje a la tierra y truene,
              eso pide mi garganta
              desde ahora y desde siempre.

              Acércate a mi clamor,
              pueblo de mi misma leche,
              árbol que con tus raíces
              encarcelado me tienes,
              que aquí estoy yo para amarte
              y estoy para defenderte
              con la sangre y con la boca
              como dos fusiles fieles.

              Si yo salí de la tierra,
              si yo he nacido de un vientre
              desdichado y con pobreza,
              no fue sino para hacerme
              ruiseñor de las desdichas,
              eco de la mala suerte,
              y cantar y repetir
              a quien escucharme debe
              cuanto a penas, cuanto a pobres,
              cuanto a tierra se refiere.

              Ayer amaneció el pueblo
              desnudo y sin qué comer,
              y el día de hoy amanece
              justamente aborrascado
              y sangriento justamente.
              En su mano los fusiles
              leones quieren volverse:
              para acabar con las fieras
              que lo han sido tantas veces.

              Aunque le faltan las armas,
              pueblo de cien mil poderes,
              no desfallezcan tus huesos,
              castiga a quien te malhiere
              mientras que te queden puños,
              uñas, saliva, y te queden
              corazón, entrañas, tripas,
              cosas de varón y dientes.
              Bravo como el viento bravo,
              leve como el aire leve,
              asesina al que asesina,
              aborrece al que aborrece
              la paz de tu corazón
              y el vientre de tus mujeres.
              No te hieran por la espalda,
              vive cara a cara y muere
              con el pecho ante las balas,
              ancho como las paredes.

              Canto con la voz de luto,
              pueblo de mí, por tus héroes:
              tus ansias como las mías,
              tus desventuras que tienen
              del mismo metal el llanto,
              las penas del mismo temple,
              y de la misma madera
              tu pensamiento y mi frente,
              tu corazón y mi sangre,
              tu dolor y mis laureles.
              Antemuro de la nada
              esta vida me parece.

              Aquí estoy para vivir
              mientras el alma me suene,
              y aquí estoy para morir,
              cuando la hora me llegue,
              en los veneros del pueblo
              desde ahora y desde siempre.
              Varios tragos es la vida
              y un solo trago es la muerte.


              Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
              Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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              • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                NO QUISO SER
                Miguel Hernandez

                No conoció el encuentro
                del hombre y la mujer.
                El amoroso vello
                no pudo florecer.

                Detuvo sus sentidos
                negándose a saber
                y descendieron diáfanos
                ante el amanecer.

                Vio turbio su mañana
                y se quedó en su ayer.

                No quiso ser.
                Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                  CANCIÓN PRIMERA
                  Miguel Hernandez

                  Se ha retirado el campo
                  al ver abalanzarse
                  crispadamente al hombre.

                  ¡Qué abismo entre el olivo
                  y el hombre se descubre!

                  El animal que canta:
                  el animal que puede
                  llorar y echar raíces,
                  rememoró sus garras.

                  Garras que revestía
                  de suavidad y flores,
                  pero que, al fin, desnuda
                  en toda su crueldad.

                  Crepitan en mis manos.
                  Aparta de ellas, hijo.
                  Estoy dispuesto a hundirlas,
                  dispuesto a proyectarlas
                  sobre tu carne leve.

                  He regresado al tigre.
                  Aparta, o te destrozo.

                  Hoy el amor es muerte,
                  y el hombre acecha al hombre.
                  Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                  Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                  • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                    CANCIÓN ÚLTIMA
                    Miguel Hernandez

                    Pintada, no vacía:
                    pintada está mi casa
                    del color de las grandes
                    pasiones y desgracias.

                    Regresará del llanto
                    adonde fue llevada
                    con su desierta mesa
                    con su ruidosa cama.

                    Florecerán los besos
                    sobre las almohadas.
                    Y en torno de los cuerpos
                    elevará la sábana
                    su intensa enredadera
                    nocturna, perfumada.

                    El odio se amortigua
                    detrás de la ventana.

                    Será la garra suave.

                    Dejadme la esperanza.
                    Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                    Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                    • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                      Sólo en sueños.


                      Sólo en sueños,
                      sólo en el otro mundo del sueño te consigo,
                      a ciertas horas, cuando cierro puertas
                      detrás de mí.
                      ¡Con qué desprecio he visto a los que sueñan,
                      y ahora estoy preso en su sortilegio,
                      atrapado en su red!
                      ¡Con qué morboso deleite te introduzco
                      en la casa abandonada, y te amo mil veces
                      de la misma manera distinta!
                      Esos sitios que tú y yo conocemos
                      nos esperan todas las noches
                      como una vieja cama
                      y hay cosas en lo oscuro que nos sonríen.
                      Me gusta decirte lo de siempre
                      y mis manos adoran tu pelo
                      y te estrecho, poco a poco, hasta mi sangre.
                      Pequeña y dulce, te abrazas a mi abrazo,
                      y con mi mano en tu boca, te busco y te busco.
                      A veces lo recuerdo. A veces
                      sólo el cuerpo cansado me lo dice.
                      Al duro amanecer estás desvaneciéndote
                      y entre mis brazos sólo queda tu sombra.

                      Jaime Sabines


                      Por aquí ando, amigo Kabrakan.

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                      • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                        Suspiro de amor
                        de”Caricia de Mano fría”
                        de Gisela


                        Suspirar…amar…
                        una sorpresa, que se anida
                        en un extremo del alma,
                        una sonrisa, que vaga
                        por el paraje de una caricia.

                        ***

                        Insomnio plagado de duendes,
                        que te piden vueles,
                        brazos, que desplegados al aire,
                        todos ellos solo te mienten.

                        ***

                        Sentados en cuna de ensueños,
                        van creciendo más y más tus besos,
                        mientras ya temblando mi cuerpo,
                        imagino ese sublime embeleso,
                        pero es tu suspiro…amor…

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                        • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma


                          Ave y corazón
                          de”Caricia de Mano fría” de Gisela

                          Ave con las alas extendidas,
                          que sin darte cuenta emprendes
                          el vuelo, a pesar de las caídas,
                          que sufrirás en tanto aprendes.

                          ***
                          Corazón con traje de juventud,
                          que tiemblas al descubrir tu función
                          de amar todo lo que es color azul,
                          y no intentar controlar tu emoción.

                          ***
                          Ave de plumaje multicolor y brillante,
                          que cantas sentadita en tu rama,
                          y saludas con tus cantos la mañana,
                          nunca permitas, que tu color se opaque.

                          ***

                          Corazón, que nunca admites tu edad,
                          por no aceptar, que ya vives de milagro,
                          tejiendo sueños audaces, que ya no verás,
                          jamás dejes, que un solo día se te vaya en vano.

                          ***

                          Ave y corazón, amor y canción,
                          vuelo, que se parece a un milagro,
                          corazón y ave, color y emoción,
                          días que nunca se te pasen en vano…

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                          • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma



                            El primer bostezo
                            de”Caricia de Mano fría” de Gisela


                            Con el primer bostezo de la mañana,
                            el corazón corrió a saludar al sol,
                            mientras la alegría por tu recuerdo cantaba.



                            Todo parece teñido de ensueño,
                            el aire, la risa, que perdió la prisa,
                            y hasta una pobre alma, que cree tener dueño.



                            El ayer triste se rezagó en el camino,
                            pues hoy ese cuento se volvió realidad
                            en una orgía de luz entre mi vestido.

                            La memoria de tu cercanía me hace sonreír,
                            con la sonrisa tibia y callada
                            del que conoce la felicidad y se tiene que ir.


                            La casa, la calle y la ciudad entera,
                            parece que se ha quedado tan vacía,
                            aunque tenga mil almas…me aterra.


                            Con el primer bostezo de la mañana
                            en mi corazón se dibujó tu cara,
                            y mis pobres manos la acariciaron…

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                            • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                              ELEGÍA PRIMERA
                              Miguel Hernandez

                              Atraviesa la muerte con herrumbrosas lanzas,
                              y en traje de cañón, las parameras
                              donde cultiva el hombre raíces y esperanzas,
                              y llueve sal, y esparce calaveras.

                              Verdura de las eras,
                              ¿qué tiempo prevalece la alegría?
                              El sol pudre la sangre, la cubre de asechanzas
                              y hace brotar la sombra más sombría.

                              El dolor y su manto
                              vienen una vez más a nuestro encuentro.
                              Y una vez más al callejón del llanto
                              lluviosamente entro.

                              Siempre me veo dentro
                              de esta sombra de acíbar revocada,
                              amasado con ojos y bordones,
                              que un candil de agonía tiene puesto a la entrada
                              y un rabioso collar de corazones.

                              Llorar dentro de un pozo,
                              en la misma raíz desconsolada
                              del agua, del sollozo,
                              del corazón quisiera:
                              donde nadie me viera la voz ni la mirada,
                              ni restos de mis lágrimas me viera.

                              Entro despacio, se me cae la frente
                              despacio, el corazón se me desgarra
                              despacio, y despaciosa y negramente
                              vuelvo a llorar al pie de una guitarra.

                              Entre todos los muertos de elegía,
                              sin olvidar el eco de ninguno,
                              por haber resonado más en el alma mía,
                              la mano de mi llanto escoge uno.

                              Federico García
                              hasta ayer se llamó: polvo se llama.
                              Ayer tuvo un espacio bajo el día
                              que hoy el hoyo le da bajo la grama.

                              ¡Tanto fue! ¡Tanto fuiste y ya no eres!
                              Tu agitada alegría,
                              que agitaba columnas y alfileres,
                              de tus dientes arrancas y sacudes,
                              y ya te pones triste, y sólo quieres
                              ya el paraíso de los ataúdes.

                              Vestido de esqueleto,
                              durmiéndote de plomo,
                              de indiferencia armado y de respeto,
                              te veo entre tus cejas si me asomo.

                              Se ha llevado tu vida de palomo,
                              que ceñía de espuma
                              y de arrullos el cielo y las ventanas,
                              como un raudal de pluma
                              el viento que se lleva las semanas.

                              Primo de las manzanas,
                              no podrá con tu savia la carcoma,
                              no podrá con tu muerte la lengua del gusano,
                              y para dar salud fiera a su poma
                              elegirá tus huesos el manzano.

                              Cegado el manantial de tu saliva,
                              hijo de la paloma,
                              nieto del ruiseñor y de la oliva:
                              serás, mientras la tierra vaya y vuelva,
                              esposo siempre de la siempreviva,
                              estiércol padre de la madreselva.

                              ¡Qué sencilla es la muerte: qué sencilla,
                              pero qué injustamente arrebatada!
                              No sabe andar despacio, y acuchilla
                              cuando menos se espera su turbia cuchillada.

                              Tú, el más firme edificio, destruido,
                              tú, el gavilán más alto, desplomado,
                              tú, el más grande rugido,
                              callado, y más callado, y más callado.

                              Caiga tu alegre sangre de granado,
                              como un derrumbamiento de martillos feroces,
                              sobre quien te detuvo mortalmente.
                              Salivazos y hoces
                              caigan sobre la mancha de su frente.

                              Muere un poeta y la creación se siente
                              herida y moribunda en las entrañas.
                              Un cósmico temblor de escalofríos
                              mueve temiblemente las montañas,
                              un resplandor de muerte la matriz de los ríos.

                              Oigo pueblos de ayes y valles de lamentos,
                              veo un bosque de ojos nunca enjutos,
                              avenidas de lágrimas y mantos:
                              y en torbellino de hojas y de vientos,
                              lutos tras otros lutos y otros lutos,
                              llantos tras otros llantos y otros llantos.

                              No aventarán, no arrastrarán tus huesos,
                              volcán de arrope, trueno de panales,
                              poeta entretejido, dulce, amargo,
                              que al calor de los besos
                              sentiste, entre dos largas hileras de puñales,
                              largo amor, muerte larga, fuego largo.

                              Por hacer a tu muerte compañía,
                              vienen poblando todos los rincones
                              del cielo y de la tierra bandadas de armonía,
                              relámpagos de azules vibraciones.
                              Crótalos granizados a montones,
                              batallones de flautas, panderos y gitanos,
                              ráfagas de abejorros y violines,
                              tormentas de guitarras y pianos,
                              irrupciones de trompas y clarines.

                              Pero el silencio puede más que tanto instrumento.

                              Silencioso, desierto, polvoriento
                              en la muerte desierta,
                              parece que tu lengua, que tu aliento,
                              los ha cerrado el golpe de una puerta.

                              Como si paseara con tu sombra,
                              paseo con la mía
                              por una tierra que el silencio alfombra,
                              que el ciprés apetece más sombría.

                              Rodea mi garganta tu agonía
                              como un hierro de horca
                              y pruebo una bebida funeraria.
                              Tú sabes, Federico García Lorca,
                              que soy de los que gozan una muerte diaria.
                              Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                              Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                              • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                                ANTORCHAS Y LICOR
                                para Lali
                                Gerardo Fulleda León

                                Las cosas que esperé y he soñado
                                están sentadas frente a mí
                                y aguardan por mi aprobación.
                                Nada es más importante ahora
                                que las cosas que he hecho
                                en espera de este instante.

                                El camino recorrido aquella noche
                                cuando, antorchas y licor, cantábamos
                                canciones de doble filo.
                                Y las muchachas andaban descalzas,
                                riendo como las estrellas.

                                Y en un recodo nos detuvimos
                                y sentí el aroma de tu pelo
                                y nos hicimos firmes promesas
                                y nos regalamos la luna, decorada
                                como la viñeta de un libro,
                                antes de apagarse tras una nube.
                                Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                                Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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