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Poesias y rimas que aligeran el alma

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  • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

    Mi Mejor Lauro
    Juan de Dios Peza

    Con sus seis primaveras muy ufana,
    quebrando con sus pies las hojas secas,
    me recitó en el campo una mañana
    mi hija mayor : Fusiles y muñecas.

    Repitiendo mis versos no sabía
    que colmaba el mayor de mis antojos;
    no me culpéis si oyéndola sentía,
    lágrimas en el alma y en los ojos.

    ¡Bien! exclamé, mi niña me interpreta
    mejor que todos aunque a nadie cuadre;
    yo juzgarla creí como poeta,
    y la estaba juzgando como padre.

    Llegó la estrofa aquella en que la nombro
    y bajando hacia el suelo la mirada,
    vi de pronto ponerse, con asombro,
    su faz, más que una fresa, colorada.

    ¿Qué tienes? pregunté, ¿por qué haces eso?
    ¿Por qué ya nada de tu labio escucho?
    Y ella me respondió, dándome un beso:
    -Me callo aquí, porque te quiero mucho.

    Nada valdrá tan cándida respuesta
    para el que en altas concepciones fijo,
    medir no pueda, en ocasión cual ésta,
    a donde alcanza el corazón de un hijo.

    Puedo deciros la verdad desnuda:
    como en mis versos comprendió mi duelo,
    por no hacerme sufrir quedóse muda,
    por no verme llorar, miraba al suelo.

    Yo, alabando el poder de su memoria,
    comprendí, perdonadme lo indiscreto,
    que los mejores lauros de la gloria
    son los que se cosechan en secreto.

    Vale más a mis ojos, siempre fijos
    en la eterna verdad no en falsos nombres,
    la lágrima arrancada por mis hijos
    que todos los aplausos de los hombres.

    Negó a mi numen su fulgor el genio,
    en el drama veraz de mis dolores
    el fondo de mi hogar es el proscenio
    y mi padre y mis hijos los lectores.

    No busco un lauro que mi frente ciña
    ni pide aplausos mi laúd ingrato;
    pero... ¿por qué me olvido de la niña
    que suspendió turbada su relato?

    Pronto volvió su faz a estar serena
    y a brillar en sus labios la sonrisa,
    porque el placer lo mismo que la pena
    pasan sobre los niños muy de prisa.

    -Tus versos voy a continuar diciendo-
    y con más firme voz soltóse hablando;
    ¡inocente! los dijo sonriendo
    y entonces yo los escuché llorando.

    Al terminar, sintiendo hecho pedazos
    por el dolor mi corazón ardiente,
    me interrogó cruzándose de brazos
    y mirándome el rostro frente a frente.

    -¡Ay! dime padre, cuando tú escribiste
    los mismo versos que de oírme acabas
    ¿porqué estabas mirándome tan triste?
    Al mirarnos jugar ¿en qué pensabas?

    y ¿por qué? -respondí- tan preguntona
    ¿indagas los misterios de mi lira?
    -Porque soy, tú lo has dicho, una persona
    que charla, que comenta, y que suspira.

    -¡Brava razón! ¡Confórmame con eso!
    ¿No eres la que, si el duelo me avasalla,
    se me cuelga del cuello, me da un beso,
    se le saltan las lagrimas y calla?

    -¡Yo soy! ¡yo soy! me contestó orgullosa,
    y haciéndome olvidar penas y agravios,
    se me colgó del cuello cariñosa,
    cerró sus ojos y besó mis labios.

    Corrió alegre después tras otros niños
    quebrando con sus pies las hojas secas
    y dejándome besos y cariños
    en premio de Fusiles y muñecas.
    Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
    Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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    • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

      LA FIESTA BRAVA
      Vox Populi Indígena (final del siglo XVIII)

      -Indito en la plaza hay toros
      ahi tu ves si voy o no.
      +Yo no quiero que tu vayas
      porque no puedo ir yo.

      -Indito ya no te quero
      porque no me dejas ir.
      +No le hace que no me queras
      tu a los toros no has de ir.

      -Indio cara de tlacuache
      no tenemos que comer.
      +Si no tienes que comer
      empeñese su huarache.








      Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
      Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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      • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

        A UNA VECINA QUE NO USA PANTALETAS
        Sin Autor

        Vecina,
        usted ni se imagina
        -o tal vez sí-
        lo mucho que a mí me gusta verla
        cuando está en la cocina.

        Agarra los huevos con tal delicadeza
        y prueba cada cosa con tal gusto
        que eso de que usted no use pantaletas
        queda relegado.

        Sin embargo,
        de solo imaginarlo, vecina,
        me sobran los deseos de asomarme
        por la puertecilla por donde sale el perro
        y observar a mi antojo
        todo el tesoro que usted guarda
        entre sus piernas.

        Vecina,
        usted ni se imagina
        -o tal vez sí-
        porque cuando usted me mira
        hay un no sé qué
        que me hace temblar.
        Pierdo de inmediato
        la noción de espacio y tiempo y caigo
        en el sopor que me produce
        contemplarla.

        Vecina,
        usted es tan linda
        que ya hasta en sueños se le ve
        y de repente
        cuando al despertar en los brazos
        de mi amada esposa me encuentro y le hago el amor
        y me dice
        que qué rico estoy
        pienso en las mieles de mi vecina
        y agradecido
        por aquello de que no use pantaletas
        me dejo caer en el abismo
        de su cuerpo
        y arremeto
        con más ímpetu y ganas
        que un adolescente
        en su primera vez

        Vecina,
        usted ni se imagina
        -o tal vez sí-
        Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
        Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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        • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

          ODA A MIS PANTALETAS
          Por Ella

          Pantis rosas con encaje
          íntima prenda querida,
          de tanto andar sube y baje,
          ya se se te acabó la vida,
          hoy te veo muy jodida.

          Estas luida y manchada
          por atrás en la cajuela,
          la rajita de canela
          y en el cofre alguna meada,
          que te tiene desgastada.

          Mas, a olvidarte me resisto,
          o a botarte en un rincón,
          bellos recuerdos, insisto
          tienes que algún cabrón,
          dejó sin conmiseración.

          Lúdica prenda de antaño,
          al rato en la regadera
          mientras me doy un buen baño;
          la primer lavada fiera
          te daré con la manguera.

          Y te dejaré colgada en la llave
          que surte el agua caliente,
          y si Dios me da patente
          has de quedar limpia y suave
          después que te lave y lave.

          Pero sin con mi esfuerzo todo,
          veo que quedas percudida,
          de algún muy triste modo,
          sabré que estas bien jodida
          y hata ahí llegó tu vida.

          Y todos los recuerdos bellos
          y goces que juntas pasamos,
          serán tan solo destellos;
          tu vida aqui terminamos
          y a estrenar otras nos vamos.

          No se si tirarte a la basura
          o te quemo en un santuario;
          fuiste buena, una dulzura
          juntas fuimos casi a diario
          ajadas por algún temerario.

          Adios pantaleta mia,
          adiós amiga cercana;
          te encuentro muy manchada,
          se acabó tu compañía
          hoy te mando a la chingada.





          Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
          Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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          • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

            SOY EL MUCHACHO ENGREIDO
            Vox Populi


            Mucho me quiso Ernestina
            porque con ella me he criado,
            con una Dionisia he estado,
            jugando con Ceferina;
            ¡Como fui a dar con Lucina....!
            Con ella me he entretenido;
            Luz me tiene sin sentido
            porque se ha mostrado fina;
            pero al lado de Joaquina
            soy el muchacho engreido.

            Manuela es mi idolatría,
            todo mi querer, Ramona;
            pero donde está Simona....
            pues ella es la vida mia;
            yo quiero mucho a Lucia,
            a Alonsa y a Gertruditas,
            porque son presumiditas;
            no hay otra como Asunción,
            porque me dice que soy
            dueño de las tres garitas.


            Guadalupe es mi tesoro,
            mi buen querer es Antonia,
            yo me muero por Gorgonia,
            tambien por Timotea lloro;
            a Petra guardo el decoro
            porque la quiero de veras,
            Marcela, con sus flojeras,
            todo me suele pasar
            y a la fuerza me hace estar
            despreciado de las feas.

            En fin, yo por Andresita
            he de olvidar a Leonarda,
            y auque se enoje Ricarda
            me he de ir con Agapita,
            porque las quiero a toditas
            aunque se enoje Luisita,
            Severa y tambien Chuchita,
            Carmen, Rosita y María,
            porque me dicen que soy
            querido de las bonitas.
            Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
            Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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            • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

              “Don Quijote a Dulcinea”

              Cara señora de mis pensamientos,
              rendido el sufrimiento tomo lección
              del gran portento que vuestra visión,
              genera en mí tan dulce contento.

              Con cada mirada hacia Toboso,
              a mis brazos no consiento reposo;
              sí veleidoso fragor de batalla,
              que en honor de Dulcinea jamás calla.

              Cada reino do mi rocín me lleve,
              tu nombre hablará con eco leve,
              pues en tu ofrenda mi camino queda.

              Y no falta de Levante a Poniente,
              altiva dama o armado caballero,
              quien por Don Quijote te lleve en mente
              .

              Gonzalo Valdivia Dávila

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              • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                La paloma'
                Sara Montiel

                Cuando sali de La Habana
                valgame Dios.

                Nadie, me ha visto salir
                si no fui yo.

                Y una linda guachinanga
                alla voy. . . .

                Que se vino tras de mi
                que si señor.

                Si a tu ventana llega
                una paloma
                tratala con cariño
                que es mi persona.

                Cuentala tus amores
                bien de mi vida
                coronala de flores
                que es cosa mia.

                ¡Ay! Chinita que si
                ¡Ay! Que dame tu amor
                ¡Ay! que vente conmigo chinita
                a donde vivo yo.

                Ay! Chinita que si
                ¡Ay! Que dame tu amor
                ¡Ay! que vente conmigo chinita
                a donde vivo yo.



                Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                  YO PECADOR
                  (CONFITEOR)

                  Yo, pecador, me confieso a Dios todopoderoso,
                  a la bienaventurada siempre Virgen María,
                  al bienaventurado san Miguel Arcángel,
                  al bienaventurado san Juan Bautista,
                  a los santos Apóstoles Pedro y Pablo,
                  a todos los santos, y a vosotros, hermanos,
                  que pequé gravemente con el pensamiento,
                  palabra y obra; por mi culpa, por mi culpa,
                  por mi gravísima culpa.

                  Por tanto, ruego a la bienaventurada siempre Virgen María,
                  al bienaventurado san Miguel Arcángel,
                  al bienaventurado san Juan Bautista,
                  a los santos Apóstoles Pedro y Pablo,
                  a todos los santos, y a vosotros, hermanos,
                  que roguéis por mí a Dios nuestro Señor.
                  Amén.



                  __________
                  Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                  Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                  • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma





                    CANCIÓN DEL PIRATA
                    José de Espronceda

                    Con diez cañones por banda,
                    viento en popa, a toda vela,
                    no corta el mar, sino vuela
                    un velero bergantín.
                    Bajel pirata que llaman,
                    por su bravura, el Temido,
                    en todo mar conocido
                    del uno al otro confín.

                    La luna en el mar rïela,
                    en la lona gime el viento,
                    y alza en blando movimiento
                    olas de plata y azul;
                    y ve el capitán pirata,
                    cantando alegre en la popa,
                    Asia a un lado, al otro Europa,
                    y allá a su frente Stambul:

                    «Navega, velero mío,
                    sin temor,
                    que ni enemigo navío
                    ni tormenta,
                    ni bonanza
                    tu rumbo a
                    torcer alcanza,
                    ni a sujetar tu valor.

                    Veinte presas
                    hemos hecho
                    a despecho
                    del inglés,
                    y han rendido
                    sus pendones
                    cien naciones
                    a mis pies.

                    Que es mi barco mi tesoro,
                    que es mi dios la libertad,
                    mi ley, la fuerza y el viento,
                    mi única patria, la mar.

                    Allá muevan feroz guerra
                    ciegos reyes
                    por un palmo más de tierra;
                    que yo tengo aquí por mío
                    cuanto abarca el mar bravío,
                    a quien nadie impuso leyes.

                    Y no hay playa,
                    sea cualquiera,
                    ni bandera
                    de esplendor,
                    que no sienta
                    mi derecho
                    y dé pecho
                    a mi valor.

                    Que es mi barco mi tesoro,
                    que es mi dios la libertad,
                    mi ley, la fuerza y el viento,
                    mi única patria, la mar.

                    A la voz de «¡barco viene!»
                    es de ver
                    cómo vira
                    y se previene
                    a todo trapo a escapar;
                    que yo soy el rey del mar,
                    y mi furia es de temer.

                    En las presas
                    yo divido
                    lo cogido
                    por igual;
                    sólo quiero
                    por riqueza
                    la belleza
                    sin rival.

                    Que es mi barco mi tesoro,
                    que es mi dios la libertad,
                    mi ley, la fuerza y el viento,
                    mi única patria, la mar.

                    ¡Sentenciado estoy a muerte!
                    Yo me río;
                    no me abandone la suerte,
                    y al mismo que me condena,
                    colgaré de alguna entena,
                    quizá en su propio navío.

                    Y si caigo,
                    ¿qué es la vida?
                    Por perdida
                    ya la di,
                    cuando el yugo
                    del esclavo,
                    como un bravo,
                    sacudí.

                    Que es mi barco mi tesoro,
                    que es mi dios la libertad,
                    mi ley, la fuerza y el viento,
                    mi única patria, la mar.

                    Son mi música mejor
                    aquilones,
                    el estrépito y temblor
                    de los cables sacudidos,
                    del negro mar los bramidos
                    y el rugir de mis cañones.

                    Y del trueno
                    al son violento,
                    y del viento
                    al rebramar,
                    yo me duermo
                    sosegado,
                    arrullado
                    por el mar.

                    Que es mi barco mi tesoro,
                    que es mi dios la libertad,
                    mi ley, la fuerza y el viento,
                    mi única patria, la mar.»


                    Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                    Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                    • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                      A Jarifa, en una orgía
                      José de Espronceda

                      Trae, Jarifa, trae tu mano,
                      ven y pósala en mi frente,
                      que en un mar de lava hirviente
                      mi cabeza siento arder.
                      Ven y junta con mis labios
                      esos labios que me irritan,
                      donde aún los besos palpitan
                      de tus amantes de ayer.

                      ¿Qué la virtud, la pureza?
                      ¿qué la verdad y el cariño?
                      Mentida ilusión de niño,
                      que halagó mi juventud.
                      Dadme vino: en él se ahoguen
                      mis recuerdos; aturdida
                      sin sentir huya la vida;
                      paz me traiga el ataúd.

                      El sudor mi rostro quema,
                      y en ardiente sangre rojos
                      brillan inciertos mis ojos,
                      se me salta el corazón.
                      Huye, mujer; te detesto,
                      siento tu mano en la mía,
                      y tu mano siento fría,
                      y tus besos hielos son.

                      ¡Siempre igual! Necias mujeres,
                      inventad otras caricias,
                      otro mundo, otras delicias,
                      o maldito sea el placer.
                      Vuestros besos son mentira,
                      mentira vuestra ternura:
                      es fealdad vuestra hermosura,
                      vuestro gozo es padecer.
                      Yo quiero amor, quiero gloria,
                      quiero un deleite divino,
                      como en mi mente imagino,
                      como en el mundo no hay;
                      y es la luz de aquel lucero
                      que engañó mi fantasía,
                      fuego fatuo, falso guía
                      que errante y ciego me tray.

                      ¿Por qué murió para el placer mi alma,
                      y vive aún para el dolor impío?
                      ¿Por qué si yazgo en indolente calma,
                      siento, en lugar de paz, árido hastío?

                      ¿Por qué este inquieto, abrasador deseo?
                      ¿Por qué este sentimiento extraño y vago,
                      que yo mismo conozco un devaneo,
                      y busco aún su seductor halago?

                      ¿Por qué aún fingirme amores y placeres
                      que cierto estoy de que serán mentira?
                      ¿Por qué en pos de fantásticas mujeres
                      necio tal vez mi corazón delira,

                      si luego, en vez de prados y de flores,
                      halla desiertos áridos y abrojos,
                      y en sus sandios o lúbricos amores
                      fastidio sólo encontrará y enojos?

                      Yo me arrojé cual rápido cometa,
                      en alas de mi ardiente fantasía:
                      doquier mi arrebatada mente inquieta,
                      dichas y triunfos encontrar creía.

                      Yo me lancé con atrevido vuelo
                      fuera del mundo en la región etérea,
                      y hallé la duda, y el radiante cielo
                      vi convertirse en ilusión aérea.

                      Luego en la tierra la virtud, la gloria,
                      busqué con ansia y delirante amor,
                      y hediondo polvo y deleznable escoria
                      mi fatigado espíritu encontró.

                      Mujeres vi de virginal limpieza
                      entre albas nubes de celeste lumbre;
                      yo las toqué, y en humo su pureza
                      trocarse vi, y en lodo y podredumbre.

                      Y encontré mi ilusión desvanecida
                      y eterno e insaciable mi deseo:
                      palpé la realidad y odié la vida;
                      sólo en la paz de los sepulcros creo.

                      Y busco aún y busco codicioso,
                      y aún deleites el alma finge y quiere:
                      pregunto y un acento pavoroso
                      «¡Ay! me responde, desespera y muere.

                      Muere, infeliz: la vida es un tormento,
                      un engaño el placer; no hay en la tierra
                      paz para ti, ni dicha, ni contento,
                      sino eterna ambición y eterna guerra.

                      Que así castiga Dios el alma osada,
                      que aspira loca, en su delirio insano,
                      de la verdad para el mortal velada
                      a descubrir el insondable arcano.»

                      ¡Oh! cesa; no, yo no quiero
                      ver más, ni saber ya nada:
                      harta mi alma y postrada,
                      sólo anhela descansar.
                      En mí muera el sentimiento,
                      pues ya murió mi ventura,
                      ni el placer ni la tristura
                      vuelvan mi pecho a turbar.

                      Pasad, pasad en óptica ilusoria
                      y otras jóvenes almas engañad:
                      nacaradas imágenes de gloria,
                      coronas de oro y de laurel, pasad.

                      Pasad, pasad mujeres voluptuosas,
                      con danza y algazara en confusión;
                      pasad como visiones vaporosas
                      sin conmover ni herir mi corazón.

                      Y aturdan mi revuelta fantasía
                      los brindis y el estruendo del festín,
                      y huya la noche y me sorprenda el día
                      en un letargo estúpido y sin fin.

                      Ven, Jarifa; tú has sufrido
                      como yo; tú nunca lloras;
                      mas ¡ay triste! que no ignoras
                      cuán amarga es mi aflicción.
                      Una misma es nuestra pena,
                      en vano el llanto contienes...
                      Tú también, como yo, tienes
                      desgarrado el corazón.

                      Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                      Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                      • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                        Canción de la muerte
                        José de Espronceda

                        Débil mortal no te asuste
                        mi oscuridad ni mi nombre;
                        en mi seno encuentra el hombre
                        un término a su pesar.
                        Yo, compasiva, te ofrezco
                        lejos del mundo un asilo,
                        donde a mi sombra tranquilo
                        para siempre duerma en paz.

                        Isla yo soy del reposo
                        en medio el mar de la vida,
                        y el marinero allí olvida
                        la tormenta que pasó;
                        allí convidan al sueño
                        aguas puras sin murmullo,
                        allí se duerme al arrullo
                        de una brisa sin rumor.

                        Soy melancólico sauce
                        que su ramaje doliente
                        inclina sobre la frente
                        que arrugara el padecer,
                        y aduerme al hombre, y sus sienes
                        con fresco jugo rocía
                        mientras el ala sombría
                        bate el olvido sobre él.

                        Soy la virgen misteriosa
                        de los últimos amores,
                        y ofrezco un lecho de flores,
                        sin espina ni dolor,
                        y amante doy mi cariño
                        sin vanidad ni falsía;
                        no doy placer ni alegría,
                        más es eterno mi amor.

                        En mi la ciencia enmudece,
                        en mi concluye la duda
                        y árida, clara, desnuda,
                        enseño yo la verdad;
                        y de la vida y la muerte
                        al sabio muestro el arcano
                        cuando al fin abre mi mano
                        la puerta a la eternidad.

                        Ven y tu ardiente cabeza
                        entre mis manos reposa;
                        tu sueño, madre amorosa;
                        eterno regalaré;
                        ven y yace para siempre
                        en blanca cama mullida,
                        donde el silencio convida
                        al reposo y al no ser.

                        Deja que inquieten al hombre
                        que loco al mundo se lanza;
                        mentiras de la esperanza,
                        recuerdos del bien que huyó;
                        mentiras son sus amores,
                        mentiras son sus victorias,
                        y son mentiras sus glorias,
                        y mentira su ilusión.

                        Cierre mi mano piadosa
                        tus ojos al blanco sueño,
                        y empape suave beleño
                        tus lágrimas de dolor.
                        Yo calmaré tu quebranto
                        y tus dolientes gemidos,
                        apagando los latidos
                        de tu herido corazón.


                        Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                        Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                        • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                          Marchitas ya las juveniles flores
                          José de Espronceda

                          Marchitas ya las juveniles flores,
                          nublado el sol de la esperanza mía,
                          hora tras hora cuento, y mi agonía
                          crecen, y mi ansiedad y mis dolores.
                          Sobre terso cristal, ricos colores
                          pinta alegre, tal vez, mi fantasía,
                          cuando la dura realidad sombría
                          mancha el cristal y empaña sus fulgores.

                          Los ojos vuelvo en incesante anhelo,
                          y gira en torno indiferente el mundo
                          y en torno gira indiferente el cielo.

                          A ti las quejas de mi mal profundo,
                          hermosa sin ventura, yo te envío.
                          Mis versos son tu corazón y el mío


                          Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                          Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                          • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                            Soneto
                            José de Espronceda

                            Fresca, lozana, pura y olorosa,
                            gala y adorno del pensil florido,
                            gallarda puesta sobre el ramo erguido,
                            fragancia esparce la naciente rosa.

                            Mas si el ardiente sol lumbre enojosa
                            vibra, del can en llamas encendido,
                            el dulce aroma y el color perdido,
                            sus hojas lleva el aura presurosa.

                            Así brilló un momento mi ventura
                            en alas del amor, y hermosa nube
                            fingí tal vez de gloria y de alegría.

                            Mas, ay, que el bien trocóse en amargura,
                            y deshojada por los aires sube
                            la dulce flor de la esperanza mía.

                            Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                            Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                            • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                              Farolito de papel
                              Música: Mario Lespés / Teófilo Lespés
                              Letra: Francisco García Jiménez

                              En tus grupos me ensarté
                              y en tu arrullo me dormí
                              y dormido me quedé
                              solo, pato... y hecho un gil.
                              Esta noche me encontré
                              la cartita del adiós
                              en la almohada donde ayer
                              me juraste eterno amor.
                              Farolito de papel,
                              que alumbraste mi bulín
                              con la luz amiga y fiel
                              de amoroso berretín.
                              Otro lado alumbrás hoy,
                              te apagaste para mí.
                              Y yo a oscuras aquí estoy,
                              solo, pato... y hecho un gil.

                              Solo quedé...
                              ¡Yo no tenía más que a vos!...
                              Pato... porque
                              ¡eras mi mundo de ilusión!
                              Vuelvo a prender
                              el triste pucho del ayer,
                              para aliviar
                              esta amargura brava
                              que hoy me das...

                              Vos sos linda, vos tenés
                              pinta fina... y engrupís.
                              Vos un mundo prometés
                              y sin dar te despedís.
                              Vos el traje te adornás
                              con mi otario corazón,
                              y los de otros, que al pasar
                              tu reflejo encandiló...
                              Pero, al fin, apenas sos
                              Farolito de Papel
                              y una noche en lo mejor
                              chamuscada has de caer.
                              Cargarás también tu cruz
                              cuando sepan que tenés
                              mucho humo y poca luz,
                              Farolito de Papel...
                              Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                              Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                              • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                                EL beso
                                Vox Populi

                                Margarita dame un beso
                                tu mamá te lo mandó;
                                Mi mamá no manda en eso
                                en mi boca mando yo.

                                Mrgarita deme el beso
                                que tu madre te ordenó;
                                Mi mamá no manda en eso .. . .
                                vayase y no sea necio,
                                ya le dije a usté que no.
                                Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                                Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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