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Palabras de otros...

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  • Originalmente publicado por Pepis Ver post
    Hola Ranis, te mando un beso.

    Pepis
    Hago acuse de recibo de beso tan merecido

    HOLAAAAAAAAAAAAA Pepis LINDA

    UN ABRAZOTE pa'tú
    ¡Por un planeta verde el pueblo revolucionario unido! CRANEO

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    • CREDO

      México, creo en ti como en el vértice de un juramento,
      Tú hueles a tragedia tierra mía,
      y sin embargo ríes demasiado,
      acaso porque sabes que la risa,
      es la envoltura de un dolor callado.

      México, creo en ti sin que te represente en una forma,
      porque te llevo dentro,
      sin que sepa lo que tú eres en mí,
      pero presiento que mucho te pareces a mi alma,
      que sé que existe, pero no la veo.

      México, creo en ti, en el vuelo sutil de tus canciones,
      que nacen porque sí,
      en la plegaria que yo aprendí para llamarte Patria,
      algo que es mío en mí,
      como tu sombra que se tiende con vida sobre el mapa.

      México, creo en ti en forma tal que tienes de mi amada,
      la promesa y el beso que son míos,
      sin que sepa por qué se me entregaron,
      no sé si por ser bueno o por ser malo,
      o porque del perdón nazca el milagro.

      México, creo en ti sin preocuparme el oro de tu entraña,
      es bastante la vida de tu barro,
      que refresca lo claro de las aguas,
      en el jarro que llora por los poros,
      la opresión de la carne de tu raza.

      México, creo en ti porque creyendo te me vuelves ansia,
      y castidad y celo y esperanza,
      si yo conozco el cielo es por tu cielo,
      si conozco el dolor es por tus lágrimas,
      que están en mí aprendiendo a ser lloradas.

      México, creo en ti, en tus cosechas de milagrería,
      que sólo son deseo en las palabras,
      te contagias de auroras que te cantan,
      y todo el bosque se te vuelve carne,
      y todo el hombre se te vuelve selva.

      México, creo en ti, porque nací de tí,
      como la flama es compendio del fuego y de la brasa,
      porque me puse a meditar que existes,
      en el sueño y materia que me forman,
      y en el delirio de escalar montañas.

      México creo en ti, porque escribes tu nombre con la X,
      que algo tiene de cruz y de calvario,
      porque el águila brava de tu escudo,
      se divierte jugando a los volados,
      con la vida y a veces con la muerte.

      México, creo en ti, como creo en los clavos que te sangran,
      en las espinas que hay en tu corona,
      y en el mar que te aprieta la cintura,
      para que tomes en la forma humana,
      hechuras de sirena en las espumas.

      México creo en ti, porque si no creyera que eras mío,
      el propio corazón me lo gritara,
      y te arrebataría con mis brazos,
      a todo intento de volverte ajeno,
      sintiendo que a mí mismo me salvaba.

      México creo en ti, porque eres el alto de mi marcha,
      y el punto de partida de mi impulso,
      mi credo ¡PATRIA!, tiene que ser tuyo,
      como la voz que salva,
      y como el ancla.

      Ricardo López Méndez
      ¡Por un planeta verde el pueblo revolucionario unido! CRANEO

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      • Re: Palabras de otros...

        México creo que tí porque escribes tu nombre con la X.........Y sí, creo en tí !!


        Saludos Ranis.

        Comment


        • Originalmente publicado por Pepis Ver post
          Saludos Ranis.
          hola Pepis

          ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

          Dame la mano


          Dame la mano y danzaremos;
          dame la mano y me amarás.
          Como una sola flor seremos,
          como una flor, y nada más...

          El mismo verso cantaremos,
          al mismo paso bailarás.
          Como una espiga ondularemos,
          como una espiga, y nada más.

          Te llamas Rosa y yo Esperanza;
          pero tu nombre olvidarás,
          porque seremos una danza
          en la colina y nada más...
          Gabriela Mistral
          ¡Por un planeta verde el pueblo revolucionario unido! CRANEO

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          • SOL DE MONTERREY
            No cabe duda: de niño,
            a mí me seguía el sol.

            Andaba detrás de mí
            como perrito faldero;
            despeinado y dulce,
            claro y amarillo:
            ese sol con sueño
            que sigue a los niños.

            Saltaba de patio en patio,
            se revolcaba en mi alcoba.
            Aun creo que algunas veces
            lo espantaban con la escoba.
            Y a la mañana siguiente,
            ya estaba otra vez conmigo,
            despeinado y dulce,
            claro y amarillo:
            ese sol con sueño
            que sigue a los niños.

            (El fuego de mayo
            me armó caballero:
            yo era el niño andante,
            y el sol, mi escudero.)

            Todo el cielo era de añil;
            Toda la casa, de oro.
            ¡Cuánto sol se me metía
            por los ojos!
            Mar adentro de la frente,
            a donde quiera que voy,
            aunque haya nubes cerradas,
            ¡oh cuánto me pesa el sol!
            ¡Oh cuánto me duele, adentro,
            esa cisterna de sol
            que viaja conmigo!

            Yo no conocí en mi infancia
            sombra, sino resolana.-
            Cada ventana era sol,
            cada cuarto era ventanas.

            Los corredores tendían
            arcos de luz por la casa.
            En los árboles ardían
            las ascuas de las naranjas,
            y la huerta en lumbre viva
            se doraba.
            Los pavos reales eran
            parientes del sol. La garza
            empezaba a llamear
            a cada paso que daba.

            Y a mí el sol me desvestía,
            para pegarse conmigo,
            despeinado y dulce,
            claro y amarillo:
            ese sol con sueño
            que sigue a los niños.

            Cuando salí de mi casa
            con mi bastón y mi hato,
            le dije a mi corazón:
            -¡Ya llevas sol para rato!-
            Es tesoro – y no se acaba:
            no se acaba – y lo gasto.
            Traigo tanto sol adentro
            Que ya tanto sol me cansa.-
            Yo no conocí en mi infancia
            Sombra, sino resolana.

            Alfonso Reyes
            ¡Por un planeta verde el pueblo revolucionario unido! CRANEO

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            • de RENATO LEDUC

              PROMETEO
              ........(1934)
              ACTO I

              PROMETEO, CRATOS, HEFESTOS

              CRATOS
              (a Prometeo)

              Por fin hemos llegado
              al siniestro confín de Recabado.
              Tú, padrote de de putas miserables,
              quedarás enclavado en esta roca,
              un chancro fagedénico en tu boca
              dejará cicatrices imborrables.

              (a Hefestos)

              Y tú, cojo cabrón, ya palideces
              como si fueras a correr su suerte.
              Átalo pronto, que si no, mereces
              ¡oh! ¡pendejo inmortal, que te dé muerte!


              HEFESTOS
              (para sí)

              Yo no tengo la culpa de apreciarle,
              juntos corrimos memorable juerga.
              ¡Oh miseria! ¡Oh dolor! Tener que atarle
              de pies y manos, de pescuezo y verga.

              CRATOS

              ¿Acabarás por fin con la tarea
              que Zeus te encomendó...?

              HEFESTOS

              ¡Que yo no vea
              realizarse mis fúnebres temores...!

              CRATOS

              Déjate de lamentos y clamores
              y di ¿qué es lo que temes insensato?
              ¿acaso quieres que valor te preste?

              HEFESTOS
              (profético)

              Que no te llegue el doloroso rato
              que estás haciendo padecer a este;
              que tu pene inmortal no se convierta
              en huachinango con la boca abierta;
              que tu miembro viril erecto y seco
              no escurra nunca pasta de pebeco.

              CRATOS

              ¿Qué palabras fatídicas brotaron
              del cerco de tus dientes, desdichado?
              Jamás los vaticinios me asustaron
              porque el ánimo tengo bien templado.
              No cumplida verás tu predicción
              yo nunca voy con putas de a tostón.
              Además, en las aguas del Pocito
              invunerable se volvió mi pito.

              HEFESTOS

              No te jactes, ¡oh Cratos!, del telúrico
              miembro viril que te obsequió Natura,
              mira que hay chancros de ácido sulfúrico
              que polvo vuelven a la piedra dura.

              CRATOS

              No me asustas, no soy de tus pendejos;
              abstente de dictar nuevos consejos
              y acaba de forjar esas cadenas...

              HEFESTOS

              Bien forjadas están, mayores penas
              sufren quien forja que quien solo manda
              con duro acento...

              CRATOS
              (a Prometeo)
              ...Anda
              Titánida feroz, lleno de dolo,
              ¡decláranos la guerra!
              Desciende hasta la Tierra
              donde viven los hombres cual lombrices
              y enséñales placeres que tan solo
              reservados están a los felices.
              Si a las efímeras piedad te mueve,
              enséñalas a hacer sesenta y nueve.


              Titánida feroz, lleno de dolo,
              aquí te vas a ver jodido y solo,
              que las putas de lengua articulada
              nada pueden hacer, no pueden nada...
              (vanse)
              ¡Por un planeta verde el pueblo revolucionario unido! CRANEO

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              • Prometeo...

                ACTO II

                PROMETEO, HERMES, CORO DE OCEÁNIDAS


                PROMETEO
                (encadenado se dirige a los elementos)

                Éter sulfúrico, bebidas embriagantes,
                claros raudales de tequila Sauza;
                Vedme sujeto a pruebas torturantes
                y sin saber siquiera por qué causa!
                ¡Oh twenty dollars coin que ruedas mansamente
                por el tapete azul del infinito;
                vástago de Hiperión, dios igniscente
                apaga los ardores de mi pito!
                Tú, que brindas tu luz a los mortales
                cual cerúlea linterna,
                mírame padecer horrendos males...
                Como la Hidra de Lerna
                llevo en mi sangre gérmenes fatales.

                Tierra nutricia, asfalto de la calle,
                soñoliento gendarme de la esquina,
                impide que la inquina
                de Zeus Cronida sobre mí restalle
                (escuchando un batir de alas que se aproxima)
                Alguien viene. ¿quién es? ¿baja del cielo
                un inmortal para tomarme el pelo?

                CORO DE OCEÁNIDAS

                Desdichado titán, hemos venido
                veloces desde el fondo del Océano
                para tenderte una piadosa mano
                en el momento en que te ves jodido.

                Relátanos por qué quiso el Cronida
                tenerte así, con la cabeza erguida
                con los brazos en cruz y ¡oh cruel tirano!
                con un falo metido por el ano.

                Refiérenos también, uno por uno,
                los pormenores de tu cruel suplicio.
                ¿Por el chiquito te cogiste a Juno?
                ¿Rompiste sin querer el orificio
                ambrosiano y sutil, por donde mea,
                a la divina Palas Atenea...?

                PROMETEO

                ¡Oh, prole innumerable de Pánfilo Zendejas!
                Ya que piadosas escucháis mis quejas,
                ya que venís del fondo del Océano
                para tenderme una piadosa mano,
                os voy a referir por qué delito
                quiso el Cronida cercenarme el pito.

                Los hombres miserables por el monte
                vagaban, persiguiendo a las mujeres,
                y su coito tenía los caracteres
                que tiene el coito del iguanodonte.

                Yo los vi cohabitar en las cavernas
                sin un petate en que tender las piernas,
                sin otra almohada que la roca dura.
                Tan solo conocían una postura
                para efectuar el acto del amor...

                Transido de dolor
                yo enseñé a los mortales industriosos
                cuarentas y sesis maneras de joder.

                Sabiamente les hice comprender
                que en esto de los lances amorosos
                se llega al non plus ultra del placer
                dando cierta postura a la mujer.

                Por mí supieron que el sesenta y nueve
                obedece a las leyes del Clynamen
                porque yo lo enseñé, ahora mueve
                cualquier mujer el blando caderamen.

                Mi enseñanza cundió por el Urano
                y jodieron hermano con hermana
                y los dioses sintieron en el ano
                "una sensual hiperestesia humana".
                Tal es, dulces deidades, mi delito;
                tal es el crimen de que se me acusa;
                por él se quiere convertirme el pito
                en una inútil cafetera rusa.

                OCEÁNIDA

                Desdichado Titán, te he de decir
                que por falta de pene no habrás mengua.
                Confórmate que allá en le porvenir
                lo que habrás menester será la lengua.

                PROMETEO

                Si me hubiera tejido la puñeta
                no sintiera el dolor de que taladre
                mi canal uretral la espiroqueta...
                (a Hermes que llega)
                Mensajero fatal ¡Chinga a tu madre!

                HERMES
                (cantando)

                Tal parece que estás arrepentido...

                PROMETEO

                ¡Oh Zeus, tirano fermentido,
                sé que voy a sufrir y me conformo...!

                LAS OCEÁNIDAS
                (retirándose)

                ¡Qué olor tan espantoso a yodoformo...

                PROMETEO
                (bajo el bisturí de Hermes)

                ¡Ay...!

                OCEÁNIDAS
                (en la lejanía)

                ¡Que caray...! ¡Que caray...!

                Renato Leduc
                ¡Por un planeta verde el pueblo revolucionario unido! CRANEO

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                • GLOSA DE MI TIERRA

                  Amapolita morada
                  del valle donde nací:
                  sino estás enamorada,
                  enamórate de mi.

                  I

                  Aduerma el rojo clavel
                  o el blanco jazmín de las sienes;
                  que el cardo es sólo desdenes,
                  y sólo furia el laurel.
                  Dé el monacillo su miel,
                  y la naranja rugada
                  y la sedienta granada
                  zumo y sangre -oro y rubí;
                  que yo te prefiero a ti,
                  amapolita morada.

                  II

                  Al pie de la higuera hojosa
                  tiende el manto la alfombrilla;
                  crecen la anacua sencilla
                  y la cortesana rosa;
                  donde no la mariposa,
                  tornasola el colibrí.
                  Pero te prefiero a ti,
                  de quien la mano se aleja:
                  vaso en que duerme la queja
                  del valle donde nací.

                  III

                  Cuando, al renacer el día
                  y al despertar de la siesta,
                  hacen las urracas fiesta
                  y salvas de gritería,
                  ¿por qué, amapola, tan fría,
                  o tan pura, o tan callada?
                  ¿Por qué, sin decirme nada,
                  me infundes un ansia incierta
                  —copa exhausta, mano abierta—
                  si no estás enamorada?

                  IV

                  ¿Nacerán estrellas de oro
                  de tu cáliz tremulento
                  —norma para el pensamiento
                  o bujeta para el lloro?
                  No vale un canto sonoro
                  el silencio que te oí.
                  Apurando estoy en ti
                  cuánto la música yerra.
                  Amapola de mi tierra:
                  enamórate de mí.

                  Alfonso Reyes
                  Huellas, 1922
                  ¡Por un planeta verde el pueblo revolucionario unido! CRANEO

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                  • PLAYERA

                    Baje a la playa la dulce niña,
                    perlas hermosas buscaré,
                    deje que el agua durmiendo ciña
                    con sus cristales su blanco pie . . .

                    Venga la niña risueña y pura,
                    el mar su encanto reflejará
                    y mientras llega la noche oscura
                    cosas de amores le contará.

                    Cuando en levante despunte el día
                    verá las nubes blanco tul
                    - como los cisnes de la bahía -
                    rizar serenos el cielo azul.

                    Enlazaremos a las palmeras
                    la suave hamaca y en su vaivén
                    las horas tristes irán ligeras
                    y sueños de oro vendrán también.

                    Y si la luna sobre las olas
                    tiende de plata bello cendal,
                    oirá la niña mis barcarolas
                    al son del remo que hiende el mar,

                    mientras la noche prende en sus velos
                    broches de perlas y de rubí,
                    y exhalaciones cruzan los cielos
                    lágrimas de oro sobre el zafir!

                    El mar velado con tenue bruma
                    te dará su hálito arrullador,
                    que bien merece besos de espuma
                    la concha nácar, nido de amor.

                    Ya la marea, niña, comienza,
                    ven que ya sopla tibio terral,
                    ven y careyes tendrá tu trenza
                    y tu albo cuello rojo coral.

                    La dulce niña bajó temblando,
                    bañó en el agua su blanco pie,
                    después, cuando ella se fue llorando,
                    dentro las olas perlas hallé.


                    Justo Sierra
                    ¡Por un planeta verde el pueblo revolucionario unido! CRANEO

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                    • http://www.youtube.com/watch?v=w0ffw...eature=channel

                      http://www.youtube.com/watch?v=4rb8a...eature=channel

                      http://www.youtube.com/watch?v=w0ffw...eature=channel


                      ¡Por un planeta verde el pueblo revolucionario unido! CRANEO

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                      • ADÁN Y EVA IV

                        —Ayer estuve observando a los animales y me puse a pensar en ti. Las hembras son más tersas, más suaves y más dañinas. Antes de entregarse maltratan al macho, o huyen, se defienden. ¿Por qué? Te he visto a ti también, como las palomas, enardeciéndote cuando yo estoy tranquilo. ¿Es que tu sangre y la mía se encienden a diferentes horas?

                        Ahora que estás dormida debías responderme. Tu respiración es tranquilany tienes el rostro desatado y los labios abiertos. Podrías decirlo todo sin aflicción, sin risas.

                        ¿Es que somos distintos? ¿No te hicieron, pues, de mi costado, no me dueles?

                        Cuando estoy en ti, cuando me hago pequeño y me abrazas y me envuelves y te cierras como la flor con el insecto, sé algo, sabemos algo. La hembra es siempre más grande, de algún modo.

                        Nosotros nos salvamos de la muerte. ¿Por qué? Todas las noches nos salvamos. Quedamos juntos, en nuestros brazos, y yo empiezo a crecer como el día.

                        Algo he de andar buscando en ti, algo mío que tú eres y que no has de darme nunca.

                        ¿Por qué nos separaron? Me haces falta para andar, para ver, como un tercer ojo, como otro pie que sólo yo sé que tuve.



                        Jaime Sabines
                        ¡Por un planeta verde el pueblo revolucionario unido! CRANEO

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                        • Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

                          ¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado sobre la tierra y se les puede prender fuego. Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado. Y también el silencio. Porque las mejores palabras del amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

                          Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero cuando digo: «qué calor hace», «dame agua», «¿sabes manejar?», «se hizo de noche»... Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho «ya es tarde», y tú sabías que decía «te quiero»).

                          Una semana más para reunir todo el amor del tiempo. Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras: guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.



                          Jaime Sabines
                          ¡Por un planeta verde el pueblo revolucionario unido! CRANEO

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                          • LIED DE LA NOCHE
                            La nuit vient sur un char conduit par le silence.
                            La Fontaine
                            Y, de repente,
                            llega la noche
                            como un aceite
                            de silencio y pena.

                            A su corriente me rindo
                            armado apenas
                            con la precaria red
                            de truncados recuerdos y nostalgias
                            que siguen insistiendo
                            en recobrar el perdido
                            territorio de su reino.

                            Como ebrios anzuelos
                            giran en la noche
                            nombres, quintas,
                            ciertas esquinas y plazas,
                            alcobas de la infancia,
                            rostros del colegio,
                            potreros, ríos
                            y muchachas
                            giran en vano
                            en el fresco silencio de la noche
                            y nadie acude a su reclamo.

                            Quebrantado y vencido
                            me rescatan los primeros
                            ruidos del alba,
                            cotidianos e insípidos
                            como la rutina de los días
                            que no serán ya
                            la febril primavera
                            que un día nos prometimos.


                            Álvaro Mutis
                            ¡Por un planeta verde el pueblo revolucionario unido! CRANEO

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                            • http://www.youtube.com/watch?v=UbyOj5HrshQ
                              CAMBALACHE
                              Que el mundo fue y será una porquería
                              ya lo sé...
                              (¡En el quinientos seis
                              y en el dos mil también!).
                              Que siempre ha habido chorros,
                              maquiavelos y estafaos,
                              contentos y amargaos,
                              valores y dublé...
                              Pero que el siglo veinte
                              es un despliegue
                              de maldá insolente,
                              ya no hay quien lo niegue.
                              Vivimos revolcaos
                              en un merengue
                              y en un mismo lodo
                              todos manoseaos...

                              ¡Hoy resulta que es lo mismo
                              ser derecho que traidor!...
                              ¡Ignorante, sabio o chorro,
                              generoso o estafador!
                              ¡Todo es igual!
                              ¡Nada es mejor!
                              ¡Lo mismo un burro
                              que un gran profesor!
                              No hay aplazaos
                              ni escalafón,
                              los inmorales
                              nos han igualao.
                              Si uno vive en la impostura
                              y otro roba en su ambición,
                              ¡da lo mismo que sea cura,
                              colchonero, rey de bastos,
                              caradura o polizón!...

                              ¡Qué falta de respeto, qué atropello
                              a la razón!
                              ¡Cualquiera es un señor!
                              ¡Cualquiera es un ladrón!
                              Mezclao con Stavisky va Don Bosco
                              y "La Mignón",
                              Don Chicho y Napoleón,
                              Carnera y San Martín...
                              Igual que en la vidriera irrespetuosa
                              de los cambalaches
                              se ha mezclao la vida,
                              y herida por un sable sin remaches
                              ves llorar la Biblia
                              contra un calefón...

                              ¡Siglo veinte, cambalache
                              problemático y febril!...
                              El que no llora no mama
                              y el que no afana es un gil!
                              ¡Dale nomás!
                              ¡Dale que va!
                              ¡Que allá en el horno
                              nos vamo a encontrar!
                              ¡No pienses más,
                              sentate a un lao,
                              que a nadie importa
                              si naciste honrao!
                              Es lo mismo el que labura
                              noche y día como un buey,
                              que el que vive de los otros,
                              que el que mata, que el que cura
                              o está fuera de la ley...
                              Enrique Santos Discepolo
                              ¡Por un planeta verde el pueblo revolucionario unido! CRANEO

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                              • Re: Palabras de otros...




                                ¡Gracias por estar pendiente!
                                Eres un sol
                                LunaAzul disfrazada
                                La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz

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