Re: "Arráncame la vida", ¿qué opinan?
Al velorio en Puebla asistieron además personalidades como Mario Moreno “Cantinflas” y los toreros Silverio Pérez, Fermín Espinosa “Armillita” y Juan Silveti, además de los políticos más importantes de la época.
Lo mismo sucedió en Teziutlán, una multitud acompañó los restos de Maximino al panteón.
Alfonso Diez
En la novela, Catalina Guzmán (Ana Claudia Talancón interpreta el papel en la película) tiene tres amantes, Pablo Aventura, amigo desde la escuela; Carlos Vives, director de la Orquesta Sinfónica (representado en la película por José María de Tavira); y Alonso Quijano, director de cine.
Sólo los dos primeros aparecen en el filme, pero el tercero realmente existió, era productor y director de cine y al morir Maximino se casó con Margarita, se llamaba Jorge Vélez y sufrió dos atentados contra su vida. En el segundo iba acompañado por Margarita y por la cuñada de ésta. Así lo describió el autor de estas líneas en la columna Personajes del 12 de febrero de 2008: “…uno de los hijos de Maximino quiso matarlos a ella y a Vélez en la Ciudad de México cuando se dirigían al aeropuerto para ir a Roma (vía Nueva York) a casarse por la iglesia. Richardi y Vélez quedaron heridos (Vélez por segunda ocasión en 60 días) y Teresa Bonfilgli de Richardi, cuñada de Margarita que los acompañaba, falleció en el atentado. Interrogado Luis Ávila Binder (Octavio en la novela), el hijo de Maximino acusado como autor del atentado por la policía, declaró que Margarita se había adueñado de la fortuna de 25 millones (sin aclarar si pesos o dólares, pero la cifra real era muy superior) de Ávila Camacho sin hacer la repartición correspondiente. Otros participantes en el atentado fueron Juan Cañedo (Hugo Olvera Villafaña) y Manuel Prieto Crespo, que con el tiempo aparecerían al lado del "Negro" Durazo. La historia completa da material para otro libro..” Otro implicado sería Gabriel Ávila Camacho, hermano de Maximino.
Llaman la atención muchas cosas alrededor del atentado contra Margarita: Hugo Olvera era el esposo de la hija de Margarita, Gloria, y a la fecha (por lo menos hasta hace unos meses) vive en un rancho cercano a San Juan del Río, Querétaro, donde se dedica a comerciar con caballos. Fue también esposo de Dolores Olmedo, la musa de Diego Rivera fallecida hace poco. ¿Sabía Gloria con anticipación del atentado?.
Manuel Prieto Crespo, por su parte, fue esposo de una de las hijas de Maximino, a las que éste llevó a vivir con Margarita para que ella se encargara de criarlas: Adriana, (hija de Felisa Cazasa) madre de Juan Rafael Ávila Moro, preso todavía acusado del asesinato del periodista Manuel Buendía. ¿Sabía Adriana del atentado antes de que se realizara?.
El caso de Juan Rafael, a quien el que esto escribe entrevistó en el reclusorio y de Adriana, a quien decían “La Nena”, casada los últimos años de su vida con un editor, merecen también su propio Personajes y lo tendrán con la constancia de las entrevistas con la hija de Maximino y lo que dijo al que escribe.
Toña Peregrino es, obviamente, Toña La Negra y el personaje de Emilio Alatriste está basado en la figura de Rómulo O’Farril Jr., quien fue dueño del periódico Novedades y socio de los Azcárraga y los Alemán en Televisa.
Lilia, la hija de Catalina Guzmán que se va en el Ferrari contra los deseos de su nuevo esposo, Emilio Alatriste, es Hilda Ávila, hija también de Felisa Cazasa y hermana de Adriana y de Heldiza, esta última, por cierto, vive todavía, al igual que Alicia Antonieta, quien se casó con Justo F. Fernández y a la fecha vive en Jalapa dedicada a obras de caridad. Justo es conocido por haber sido el propietario del Hipódromo de las Américas en la Ciudad de México y del Fraccionamiento Las Ánimas, en Jalapa.
Un caso aparte es el de otra de las hijas de Maximino, llamada Pastora, cuya madre fue la cantante de flamenco Conchita Martínez. Pastora se ocupó de cuidar a sus hermanitos al morir su madre y uno de ellos es el cantante Emmanuel, quien nació en 1955, diez años después de la muerte de Maximino, tras la unión de su madre con el torero Raúl Acha Sáez “Rovira”.
Heiss, el socio gringo de Andrés Ascencio, era en realidad William Jenkins (socio efectivamente de Maximino), cónsul en México y dueño al morir de una inmensa fortuna que dicen quedó en poder de Gabriel Alarcón y de Manuel Espinoza Yglesias, poseedores, en su momento, el primero de una cadena de cines y del periódico El Heraldo y el segundo de Bancomer. Jenkins se hizo famoso, entre otras cosas, por fingir un secuestro que fue autosecuestro, según todas las fuentes, incluido el libro de Rafael Ruiz Harrell.
La señora que le da el té mortal de limón verde a Catalina Guzmán, que ésta le administra a Andrés Ascencio y le provoca la muerte, en la novela se llama Carmela Velásquez y es viuda debido a que Ascencio manda asesinar a su marido; en la película se trata de una adivina a la que interpreta Isela Vega. Ninguna de las dos tiene referente en la vida real.
Margarita Richardi murió en la miseria, ya nonagenaria, hace cerca de ocho años. Sus últimos años los pasó junto a Gloria “Goyita”, su hija. Vivían en casas de huéspedes. El Batán, la finca que Maximino tenía en San Jerónimo y Periférico, se les quedó a ellas y la vendieron a Dolores Olmedo, quien pagó por la misma veinte millones de pesos que dilapidó el yerno, Hugo Olvera Villafaña, a quien por lo visto perdonaron tras el atentado contra Margarita, porque Gloria, su esposa, lo adoraba y lo iba a ver a Peña de Bernal, Querétaro, donde se escondía prófugo de la justicia por haber asaltado la casa de Ramón Beteta, y le preparaba la comida.
La pobreza de Margarita era tal que cuando uno de sus nietos, Enrique, hijo de Hugo y Gloria, se casó en Peña de Bernal, la vieron llegar en un autobús de pasajeros. A Maximino “El Chacho”, su otro hijo, le dieron su parte de la herencia de Maximino, alrededor de siete millones, y se fue a vivir a Puebla.
En fin, decíamos que la realidad supera a la fantasía y muchas veces se confunde con ésta o se funde para configurar otra realidad. Ian Fleming, el autor de las novelas de James Bond decía en una de ellas que “sólo se vive dos veces, una en la realidad y otra en los sueños” y habría que añadir a la fabrica de ilusiones llamada cinematografía, junto con las novelas, en un punto medio porque a veces son realidad y otras son sueños o se funden para trazar Arráncame la Vida.
Alfonso Diez
diez@prodigy.net.mx
Al velorio en Puebla asistieron además personalidades como Mario Moreno “Cantinflas” y los toreros Silverio Pérez, Fermín Espinosa “Armillita” y Juan Silveti, además de los políticos más importantes de la época.
Lo mismo sucedió en Teziutlán, una multitud acompañó los restos de Maximino al panteón.
Alfonso Diez
En la novela, Catalina Guzmán (Ana Claudia Talancón interpreta el papel en la película) tiene tres amantes, Pablo Aventura, amigo desde la escuela; Carlos Vives, director de la Orquesta Sinfónica (representado en la película por José María de Tavira); y Alonso Quijano, director de cine.
Sólo los dos primeros aparecen en el filme, pero el tercero realmente existió, era productor y director de cine y al morir Maximino se casó con Margarita, se llamaba Jorge Vélez y sufrió dos atentados contra su vida. En el segundo iba acompañado por Margarita y por la cuñada de ésta. Así lo describió el autor de estas líneas en la columna Personajes del 12 de febrero de 2008: “…uno de los hijos de Maximino quiso matarlos a ella y a Vélez en la Ciudad de México cuando se dirigían al aeropuerto para ir a Roma (vía Nueva York) a casarse por la iglesia. Richardi y Vélez quedaron heridos (Vélez por segunda ocasión en 60 días) y Teresa Bonfilgli de Richardi, cuñada de Margarita que los acompañaba, falleció en el atentado. Interrogado Luis Ávila Binder (Octavio en la novela), el hijo de Maximino acusado como autor del atentado por la policía, declaró que Margarita se había adueñado de la fortuna de 25 millones (sin aclarar si pesos o dólares, pero la cifra real era muy superior) de Ávila Camacho sin hacer la repartición correspondiente. Otros participantes en el atentado fueron Juan Cañedo (Hugo Olvera Villafaña) y Manuel Prieto Crespo, que con el tiempo aparecerían al lado del "Negro" Durazo. La historia completa da material para otro libro..” Otro implicado sería Gabriel Ávila Camacho, hermano de Maximino.
Llaman la atención muchas cosas alrededor del atentado contra Margarita: Hugo Olvera era el esposo de la hija de Margarita, Gloria, y a la fecha (por lo menos hasta hace unos meses) vive en un rancho cercano a San Juan del Río, Querétaro, donde se dedica a comerciar con caballos. Fue también esposo de Dolores Olmedo, la musa de Diego Rivera fallecida hace poco. ¿Sabía Gloria con anticipación del atentado?.
Manuel Prieto Crespo, por su parte, fue esposo de una de las hijas de Maximino, a las que éste llevó a vivir con Margarita para que ella se encargara de criarlas: Adriana, (hija de Felisa Cazasa) madre de Juan Rafael Ávila Moro, preso todavía acusado del asesinato del periodista Manuel Buendía. ¿Sabía Adriana del atentado antes de que se realizara?.
El caso de Juan Rafael, a quien el que esto escribe entrevistó en el reclusorio y de Adriana, a quien decían “La Nena”, casada los últimos años de su vida con un editor, merecen también su propio Personajes y lo tendrán con la constancia de las entrevistas con la hija de Maximino y lo que dijo al que escribe.
Toña Peregrino es, obviamente, Toña La Negra y el personaje de Emilio Alatriste está basado en la figura de Rómulo O’Farril Jr., quien fue dueño del periódico Novedades y socio de los Azcárraga y los Alemán en Televisa.
Lilia, la hija de Catalina Guzmán que se va en el Ferrari contra los deseos de su nuevo esposo, Emilio Alatriste, es Hilda Ávila, hija también de Felisa Cazasa y hermana de Adriana y de Heldiza, esta última, por cierto, vive todavía, al igual que Alicia Antonieta, quien se casó con Justo F. Fernández y a la fecha vive en Jalapa dedicada a obras de caridad. Justo es conocido por haber sido el propietario del Hipódromo de las Américas en la Ciudad de México y del Fraccionamiento Las Ánimas, en Jalapa.
Un caso aparte es el de otra de las hijas de Maximino, llamada Pastora, cuya madre fue la cantante de flamenco Conchita Martínez. Pastora se ocupó de cuidar a sus hermanitos al morir su madre y uno de ellos es el cantante Emmanuel, quien nació en 1955, diez años después de la muerte de Maximino, tras la unión de su madre con el torero Raúl Acha Sáez “Rovira”.
Heiss, el socio gringo de Andrés Ascencio, era en realidad William Jenkins (socio efectivamente de Maximino), cónsul en México y dueño al morir de una inmensa fortuna que dicen quedó en poder de Gabriel Alarcón y de Manuel Espinoza Yglesias, poseedores, en su momento, el primero de una cadena de cines y del periódico El Heraldo y el segundo de Bancomer. Jenkins se hizo famoso, entre otras cosas, por fingir un secuestro que fue autosecuestro, según todas las fuentes, incluido el libro de Rafael Ruiz Harrell.
La señora que le da el té mortal de limón verde a Catalina Guzmán, que ésta le administra a Andrés Ascencio y le provoca la muerte, en la novela se llama Carmela Velásquez y es viuda debido a que Ascencio manda asesinar a su marido; en la película se trata de una adivina a la que interpreta Isela Vega. Ninguna de las dos tiene referente en la vida real.
Margarita Richardi murió en la miseria, ya nonagenaria, hace cerca de ocho años. Sus últimos años los pasó junto a Gloria “Goyita”, su hija. Vivían en casas de huéspedes. El Batán, la finca que Maximino tenía en San Jerónimo y Periférico, se les quedó a ellas y la vendieron a Dolores Olmedo, quien pagó por la misma veinte millones de pesos que dilapidó el yerno, Hugo Olvera Villafaña, a quien por lo visto perdonaron tras el atentado contra Margarita, porque Gloria, su esposa, lo adoraba y lo iba a ver a Peña de Bernal, Querétaro, donde se escondía prófugo de la justicia por haber asaltado la casa de Ramón Beteta, y le preparaba la comida.
La pobreza de Margarita era tal que cuando uno de sus nietos, Enrique, hijo de Hugo y Gloria, se casó en Peña de Bernal, la vieron llegar en un autobús de pasajeros. A Maximino “El Chacho”, su otro hijo, le dieron su parte de la herencia de Maximino, alrededor de siete millones, y se fue a vivir a Puebla.
En fin, decíamos que la realidad supera a la fantasía y muchas veces se confunde con ésta o se funde para configurar otra realidad. Ian Fleming, el autor de las novelas de James Bond decía en una de ellas que “sólo se vive dos veces, una en la realidad y otra en los sueños” y habría que añadir a la fabrica de ilusiones llamada cinematografía, junto con las novelas, en un punto medio porque a veces son realidad y otras son sueños o se funden para trazar Arráncame la Vida.
Alfonso Diez
diez@prodigy.net.mx
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