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Un tipo conquistó a una señora madura en un bar elegante, de primer nivel. Tenía buen aspecto para una mujer de 57 años. De hecho no estaba nada mal, era muy guapa, elegante, distinguida, carismatica y sin querer, se encontró pensando que quizá tendría una hija preciosa de unos 30 años.
Tomaron unas copas más, se hicieron algunas caricias fogosas y ella le preguntó si alguna vez había tenido un ‘Doble Deportivo’.
- ¿Qué es eso? le preguntó.
- Es un trío con madre e hija, contestó.
- ¡¡¡ME ENCANTA!!! Dijo muy excitado.
Siguieron bebiendo y él se decía: "Esta es mi noche de suerte" Camino a su departamento, pensaba: "No puedo creer que será realidad lo de la hija preciosa que imaginé". Ese solo pensamiento lo excitaba más.
Llegaron a su edificio, en un barrio muy elegante. En el estacionamiento había varios Mercedes Benz y BMW…
Subieron en un ascensor directo a su departamento, luego entraron (él con su ritmo cardiaco acelerado imaginando al monumento de hija que tendría)
-¡Desnúdate! Le dijo ella.
Se quitó toda su ropa dejándola en la alfombra.
La guapa mujer encendió la luz del vestíbulo, dejando ver la decoración de la sala. Era todo de muy buen gusto, los muebles, la vista…
Luego, ella empezó a desvestirse lentamente y gritó:
- ”Mamaaaaá, ¿todavía estás despiertaaaaaa?”
Tomaron unas copas más, se hicieron algunas caricias fogosas y ella le preguntó si alguna vez había tenido un ‘Doble Deportivo’.
- ¿Qué es eso? le preguntó.
- Es un trío con madre e hija, contestó.
- ¡¡¡ME ENCANTA!!! Dijo muy excitado.
Siguieron bebiendo y él se decía: "Esta es mi noche de suerte" Camino a su departamento, pensaba: "No puedo creer que será realidad lo de la hija preciosa que imaginé". Ese solo pensamiento lo excitaba más.
Llegaron a su edificio, en un barrio muy elegante. En el estacionamiento había varios Mercedes Benz y BMW…
Subieron en un ascensor directo a su departamento, luego entraron (él con su ritmo cardiaco acelerado imaginando al monumento de hija que tendría)
-¡Desnúdate! Le dijo ella.
Se quitó toda su ropa dejándola en la alfombra.
La guapa mujer encendió la luz del vestíbulo, dejando ver la decoración de la sala. Era todo de muy buen gusto, los muebles, la vista…
Luego, ella empezó a desvestirse lentamente y gritó:
- ”Mamaaaaá, ¿todavía estás despiertaaaaaa?”
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