De una manera formal
hablaban dos prostitutas,
de la reforma fiscal,
esa que Hacienda ejecuta.
Dijo una: Pues yo protesto,
nos quieren jalar la rienda,
quieren que demos impuesto
a la fastidiosa Hacienda.
La otra se vio decente
y le dijo sin revés:
“Yo con gusto le daré
la mitad de lo que me entre”.
hablaban dos prostitutas,
de la reforma fiscal,
esa que Hacienda ejecuta.
Dijo una: Pues yo protesto,
nos quieren jalar la rienda,
quieren que demos impuesto
a la fastidiosa Hacienda.
La otra se vio decente
y le dijo sin revés:
“Yo con gusto le daré
la mitad de lo que me entre”.