Interesante el tema del amor, en sus muchas encarnaciones en el foro, muy interesante pues los opinantes siguen redundando en sus opiniones, y no hay manera de que unos convenzan a otros, parece discusión del foro libre entre un bando y el otro, argumentos, razonamientos, pensamientos y deseos, pero al final nada, las ideas siguen firmes.
Yo, que no quiero enturbiar esa profundas discusiones con mi opinión, me lanzo a abrir un tema nuevo sobre el tema que tal parece a todos preocupa, y con justísimas razón a quien no le ocupa y preocupa el amor, no hay ser humano que pueda vivir sin él en alguna de sus muchas encarnaciones, (y desde aquí le mando un saludo cordial a mi prima Encarnación que de alguna manera es una de esas ídem).
El amor maternal, que conozco de sobra, el paternal que ejerzo bastante torpemente, y el filial, que en mi caso dura aproximadamente 15 minutos de tolerancia con mi querida hermana. A mí me parece que son mucho más fácil de explicar y de entender, uno ama a su familia y su familia lo ama a uno por el simple hecho de haber crecido juntos, por los amores compartidos y porque de alguna manera los seres humanos somos querendones (y muy perdonadores) con la familia, a veces no por mucho tiempo, a veces no con mucha efusividad, pero de que la familia se quiere, no hay duda.
Del amor de pareja, de ese que se busca y cuando se encuentra a veces se aprovecha a veces se desperdicia (la mayor parte de las veces) a veces hasta se comparte! De ese amor me parece que es la preocupación del mundo en que vivimos.
Hasta hace muy poco tiempo, (no saben que tan poco) yo pensaba que el amor de pareja consistía en entregar en cuerpo y alma el todo, el ser entero puesto a disposición de la pareja, obra y pensamiento las 24 horas del día, dedicadas a esa persona que en correspondencia haría lo mismo por nosotros, entregando sueños, ilusiones, planes y esperanzas con la única intención de recibir lo mismo a cambio, simplemente porque eso, nos hace sentir bien, será el tan primitivo sentido de la posesión? Será el muy egoísta sentimiento de propiedad? Es difícil saberlo, pero el caso es que yo, como muchos otros (hasta eso no soy tan original) entregue en dos ocasiones mi mente (primero, indiscutiblemente, pues tengo la debilidad de tener preferencia por las mujeres inteligentes) y luego mi cuerpo y poner en ello todo el empeño posible, todo con el ánimo de recibir lo mismo a cambio.
El terrible error (y no puedo saber si en ambos casos) es que esto no era suficiente, a fin de cuentas resulte menos de lo esperado, y lo que yo esperaba, con el incontenible avance de la cotidianeidad, no llegaba, por más esperanzas, ilusiones, sueños y planes puestos a los pies de la persona, y no llegaba simplemente por una sencilla razón, nunca iba a llegar.
El resultado fue la perdida de interés por ambos lados, el sentirse defraudado, impotente (en el sentido de no poder hacer nada, de la otra impotencia, no sé si afortunada o desafortunadamente nunca he sufrido) y sin armas para combatir por una guerra que ya se sabía perdida, se dieron poco a poco, y ahora que se cual era la solución, quizá solo ha hecho que esa derrota sea un poco más amarga.
Aquí va la tan prometida solución, debemos amar, si, con toda pasión, si, con todo el cariño y la ternura de la que seamos capaces (algunos tenemos unas capacidades inmensas en esos departamentos y no nos da pena admitirlo), PERO, sin esperar nada a cambio, a las personas las podemos amar, incluso en silencio, simplemente porque son amables y esto no quiere decir que sean gentiles y nos den las gracias cada vez que les abrimos la puerta.
Las personas son amables porque son dignas de amor, dignas de ser amadas simplemente por quien son y como son, cuando las conocemos nos muestran pequeñas partes de ellas mismas y si tenemos la suerte de “conocerlas más” pues simplemente hay mucho más que amar, y aquí viene la parte interesante de la historia, y que va a facilitar la comprensión de mi idea.
Nosotros todos, amamos por ejemplo la música, o el cine, o un libro, o un poema, o incluso a una figura pública como un artista, y no es que vayamos a hacer un gran sacrificio por ese objeto de nuestro amor, no, simplemente lo amamos por ser, por existir, porque en algún momento nos hizo sentir bien, sentirnos amados, sentirnos queridos, sentirnos que importábamos, de esta misma manera podemos amar a quien amamos sin esperar a que nos “amen” de regreso, porque los amamos por quien son y como son, porque en algún momento nos hicieron sentir importantes o incluso guapos (en mi caso).
Así pues proclamo que amo lo que amo, simplemente porque es, porque no me pide nada para seguir siendo lo que es, y porque en algún momento de mi vida me hizo sentir tan bien, que ahora puedo sonreír con gusto al celebrar ese sentimiento.
De paso le quiero agradecer a Serrat, a Patxi Andión, a Luis Eduardo Auté, a Jorge Drexler, a Benedetti, a Neruda, a Issac Asimov, a Frank Herbert, a Carlos Ruiz Zafón, y por supuesto a las personas que me los recomendaron, por ayudarme a enteder por fin y a mi edad, lo que es amar verdaderamente. . .
Gracias, de corazón. . .
PD perdón por lo largo del escrito pero ya era hora de hacerlo y que mejor que compartirlo con quien lo va a entender. . .
Yo, que no quiero enturbiar esa profundas discusiones con mi opinión, me lanzo a abrir un tema nuevo sobre el tema que tal parece a todos preocupa, y con justísimas razón a quien no le ocupa y preocupa el amor, no hay ser humano que pueda vivir sin él en alguna de sus muchas encarnaciones, (y desde aquí le mando un saludo cordial a mi prima Encarnación que de alguna manera es una de esas ídem).
El amor maternal, que conozco de sobra, el paternal que ejerzo bastante torpemente, y el filial, que en mi caso dura aproximadamente 15 minutos de tolerancia con mi querida hermana. A mí me parece que son mucho más fácil de explicar y de entender, uno ama a su familia y su familia lo ama a uno por el simple hecho de haber crecido juntos, por los amores compartidos y porque de alguna manera los seres humanos somos querendones (y muy perdonadores) con la familia, a veces no por mucho tiempo, a veces no con mucha efusividad, pero de que la familia se quiere, no hay duda.
Del amor de pareja, de ese que se busca y cuando se encuentra a veces se aprovecha a veces se desperdicia (la mayor parte de las veces) a veces hasta se comparte! De ese amor me parece que es la preocupación del mundo en que vivimos.
Hasta hace muy poco tiempo, (no saben que tan poco) yo pensaba que el amor de pareja consistía en entregar en cuerpo y alma el todo, el ser entero puesto a disposición de la pareja, obra y pensamiento las 24 horas del día, dedicadas a esa persona que en correspondencia haría lo mismo por nosotros, entregando sueños, ilusiones, planes y esperanzas con la única intención de recibir lo mismo a cambio, simplemente porque eso, nos hace sentir bien, será el tan primitivo sentido de la posesión? Será el muy egoísta sentimiento de propiedad? Es difícil saberlo, pero el caso es que yo, como muchos otros (hasta eso no soy tan original) entregue en dos ocasiones mi mente (primero, indiscutiblemente, pues tengo la debilidad de tener preferencia por las mujeres inteligentes) y luego mi cuerpo y poner en ello todo el empeño posible, todo con el ánimo de recibir lo mismo a cambio.
El terrible error (y no puedo saber si en ambos casos) es que esto no era suficiente, a fin de cuentas resulte menos de lo esperado, y lo que yo esperaba, con el incontenible avance de la cotidianeidad, no llegaba, por más esperanzas, ilusiones, sueños y planes puestos a los pies de la persona, y no llegaba simplemente por una sencilla razón, nunca iba a llegar.
El resultado fue la perdida de interés por ambos lados, el sentirse defraudado, impotente (en el sentido de no poder hacer nada, de la otra impotencia, no sé si afortunada o desafortunadamente nunca he sufrido) y sin armas para combatir por una guerra que ya se sabía perdida, se dieron poco a poco, y ahora que se cual era la solución, quizá solo ha hecho que esa derrota sea un poco más amarga.
Aquí va la tan prometida solución, debemos amar, si, con toda pasión, si, con todo el cariño y la ternura de la que seamos capaces (algunos tenemos unas capacidades inmensas en esos departamentos y no nos da pena admitirlo), PERO, sin esperar nada a cambio, a las personas las podemos amar, incluso en silencio, simplemente porque son amables y esto no quiere decir que sean gentiles y nos den las gracias cada vez que les abrimos la puerta.
Las personas son amables porque son dignas de amor, dignas de ser amadas simplemente por quien son y como son, cuando las conocemos nos muestran pequeñas partes de ellas mismas y si tenemos la suerte de “conocerlas más” pues simplemente hay mucho más que amar, y aquí viene la parte interesante de la historia, y que va a facilitar la comprensión de mi idea.
Nosotros todos, amamos por ejemplo la música, o el cine, o un libro, o un poema, o incluso a una figura pública como un artista, y no es que vayamos a hacer un gran sacrificio por ese objeto de nuestro amor, no, simplemente lo amamos por ser, por existir, porque en algún momento nos hizo sentir bien, sentirnos amados, sentirnos queridos, sentirnos que importábamos, de esta misma manera podemos amar a quien amamos sin esperar a que nos “amen” de regreso, porque los amamos por quien son y como son, porque en algún momento nos hicieron sentir importantes o incluso guapos (en mi caso).
Así pues proclamo que amo lo que amo, simplemente porque es, porque no me pide nada para seguir siendo lo que es, y porque en algún momento de mi vida me hizo sentir tan bien, que ahora puedo sonreír con gusto al celebrar ese sentimiento.
De paso le quiero agradecer a Serrat, a Patxi Andión, a Luis Eduardo Auté, a Jorge Drexler, a Benedetti, a Neruda, a Issac Asimov, a Frank Herbert, a Carlos Ruiz Zafón, y por supuesto a las personas que me los recomendaron, por ayudarme a enteder por fin y a mi edad, lo que es amar verdaderamente. . .
Gracias, de corazón. . .
PD perdón por lo largo del escrito pero ya era hora de hacerlo y que mejor que compartirlo con quien lo va a entender. . .
Comment