Re: EL PEOR PRESIDENTE (legítimo) DE MÉXICO HA SIDO EL PEJE LÓPEZ.
Para aquellas cabecitas calenturientas que siguen aferradas a buscar desde la farsa esa llamada “izquierda” un supuesto cambio que traerá a México igualdad y prosperidad para todos los ciudadanos sin distinción de clase (sí Chucha, toma mona tu canuta), ¡Cómo no!
¿Verdad que las comparaciones son odiosas? ¡Claro que son odiosas; pero a veces son convenientes por ilustrativas! Y si no lo creen, juzguen la actitud de Mijail Gorvachov, Presidente de la URSS en Diciembre de 1991, al dimitir a su cargo después del fracaso estrepitoso del socialismo, y la del peje López, presidente “legítimo” de México el 2 de julio de 2006 cuando no pudo llegar de a de veras a la presidencia.
Gorvachov (Estadista):
“El destino quiso que cuando me vi al frente del Estado fuera ya patente que nuestro país no marchaba bien. Teníamos mucho de todo: tierras, petróleo, gas y otros recursos naturales, por no hablar de la inteligencia y el talento del que nuestro pueblo ha sido dotado, pero vivíamos mucho peor que en los países desarrollados y cada vez íbamos más retrasados con respecto a ellos. La causa estaba clara: la sociedad se ahogaba en las garras de un sistema autoritario burocratizado. Condenada a servir a la ideología y a soportar el terrible peso de la carrera armamentista, había llegado al límite de lo soportable.
Todos los intentos de reformas parciales, y hubo muchos, habían fracasado uno tras otro. El país perdía la perspectiva. Así no se podía vivir. Había que cambiarlo todo radicalmente.
Comprendía que emprender reformas de tal envergadura en una sociedad como la nuestra era un asunto dificilísimo e, incluso, arriesgado. Pero también hoy estoy convencido de la razón histórica de las reformas que se iniciaron en la primavera de 1985.”
Peje López (Mesías farsante de la “izquierda”):
¡No lo dejaré gobernar (a Calderón), lo juro, lo juro! ¡Que me devuelvan mi presidencia! ¡A revisar otra vez voto por voto! ¡Los pobres al poder! ¡Hasta la victoria Siempre! ¡Venceremos! ¡Búúúú, júú, júú! ¡Búúúú, júú, júú! ¡Quiero mi presidencia! ¡Búúúú, júú, júú!
Para aquellas cabecitas calenturientas que siguen aferradas a buscar desde la farsa esa llamada “izquierda” un supuesto cambio que traerá a México igualdad y prosperidad para todos los ciudadanos sin distinción de clase (sí Chucha, toma mona tu canuta), ¡Cómo no!
¿Verdad que las comparaciones son odiosas? ¡Claro que son odiosas; pero a veces son convenientes por ilustrativas! Y si no lo creen, juzguen la actitud de Mijail Gorvachov, Presidente de la URSS en Diciembre de 1991, al dimitir a su cargo después del fracaso estrepitoso del socialismo, y la del peje López, presidente “legítimo” de México el 2 de julio de 2006 cuando no pudo llegar de a de veras a la presidencia.
Gorvachov (Estadista):
“El destino quiso que cuando me vi al frente del Estado fuera ya patente que nuestro país no marchaba bien. Teníamos mucho de todo: tierras, petróleo, gas y otros recursos naturales, por no hablar de la inteligencia y el talento del que nuestro pueblo ha sido dotado, pero vivíamos mucho peor que en los países desarrollados y cada vez íbamos más retrasados con respecto a ellos. La causa estaba clara: la sociedad se ahogaba en las garras de un sistema autoritario burocratizado. Condenada a servir a la ideología y a soportar el terrible peso de la carrera armamentista, había llegado al límite de lo soportable.
Todos los intentos de reformas parciales, y hubo muchos, habían fracasado uno tras otro. El país perdía la perspectiva. Así no se podía vivir. Había que cambiarlo todo radicalmente.
Comprendía que emprender reformas de tal envergadura en una sociedad como la nuestra era un asunto dificilísimo e, incluso, arriesgado. Pero también hoy estoy convencido de la razón histórica de las reformas que se iniciaron en la primavera de 1985.”
Peje López (Mesías farsante de la “izquierda”):
¡No lo dejaré gobernar (a Calderón), lo juro, lo juro! ¡Que me devuelvan mi presidencia! ¡A revisar otra vez voto por voto! ¡Los pobres al poder! ¡Hasta la victoria Siempre! ¡Venceremos! ¡Búúúú, júú, júú! ¡Búúúú, júú, júú! ¡Quiero mi presidencia! ¡Búúúú, júú, júú!
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