Re: sobrepoblacion
Fragmento del mensaje de Benedicto XVI, con ocasión del cuadragésimo aniversario de la encíclica "Humanae Vitae":
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La posibilidad de procrear una nueva vida humana está incluida en la donación integral de los cónyuges. En efecto, si toda forma de amor tiende a difundir la plenitud de la que vive, el amor conyugal tiene un modo propio de comunicarse: engendrar hijos. Así, no sólo se asemeja, sino que también participa en el amor de Dios, que quiere comunicarse llamando a la vida a las personas humanas. Excluir esta dimensión comunicativa mediante una acción que tienda a impedir la procreación significa negar la verdad íntima del amor esponsal, con el que se comunica el don divino: "Si no se quiere exponer al arbitrio de los hombres la misión de engendrar la vida, se deben reconocer necesariamente unos límites infranqueables a la posibilidad de dominio del hombre sobre su propio cuerpo y sus funciones; límites que a ningún hombre, privado o revestido de autoridad, es lícito quebrantar" (Humanae vitae, 17). Este es el núcleo esencial de la enseñanza que mi venerado predecesor Pablo vi dirigió a los cónyuges y que el siervo de Dios Juan Pablo ii, a su vez, reafirmó en muchas ocasiones, iluminando su fundamento antropológico y moral.
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http://www.vatican.va/holy_father/be...02_isi_sp.html
Fragmento del mensaje de Benedicto XVI, con ocasión del cuadragésimo aniversario de la encíclica "Humanae Vitae":
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La posibilidad de procrear una nueva vida humana está incluida en la donación integral de los cónyuges. En efecto, si toda forma de amor tiende a difundir la plenitud de la que vive, el amor conyugal tiene un modo propio de comunicarse: engendrar hijos. Así, no sólo se asemeja, sino que también participa en el amor de Dios, que quiere comunicarse llamando a la vida a las personas humanas. Excluir esta dimensión comunicativa mediante una acción que tienda a impedir la procreación significa negar la verdad íntima del amor esponsal, con el que se comunica el don divino: "Si no se quiere exponer al arbitrio de los hombres la misión de engendrar la vida, se deben reconocer necesariamente unos límites infranqueables a la posibilidad de dominio del hombre sobre su propio cuerpo y sus funciones; límites que a ningún hombre, privado o revestido de autoridad, es lícito quebrantar" (Humanae vitae, 17). Este es el núcleo esencial de la enseñanza que mi venerado predecesor Pablo vi dirigió a los cónyuges y que el siervo de Dios Juan Pablo ii, a su vez, reafirmó en muchas ocasiones, iluminando su fundamento antropológico y moral.
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http://www.vatican.va/holy_father/be...02_isi_sp.html
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