¿Cómo debería rediseñarse la actual organización social para planificar la superación de los embates del cambio climático? No se tiene precedente en toda la Historia Universal de cambios climáticos semejantes a los que podrían derivar del actual proceso de descongelamiento de los polos, habría que ir hasta la Prehistoria (hace entre 14 mil y 10 mil años antes del presente, en que los cataclismos climáticos iniciados por un calentamiento global marcaron el final del periodo geológico anterior o Pleistoceno, con la extinción de gran cantidad de especies animales) para identificar eventos similares y observar sus consecuencias en el medio ambiente en general y en nuestra especie humana en particular.
Ahora bien, existe una inesperada correlación entre la cronología de la Historia de los Soles o épocas cosmogónicas por las que ha pasado la población mesoamericana, del Códice Vaticano, con los últimos 14 mil años de la historia geológica en Mesoamérica y la producción cultural religiosa durante la Historia Universal.
Éste y otros indicios que existen por todo el mundo permiten formular la siguiente hipótesis: Existió una civilización mundial de finales del Pleistoceno que padeció sus cataclismos climáticos, cuyo traumatismo habría provocado en sus sobrevivientes y descendientes la creación de apocalípticas y mesiánicas religiones de sacrificios humanos, que parecen haber favorecido desde la prehistoria el desarrollo de la Civilización Occidental, al violentar a las razas europeas y motivar sus primeras guerras de conquista, evolucionando en las actuales religiones como el Cristianismo, que es la que más conserva una simbología sacrificial, para finalmente esperar la llegada de Occidente en América mediante las profecías de Quetzalcóatl, Kukulcán y Viracocha, que habrían de venir a reinar.
Con la pretensión de salvar a la humanidad de una nueva hecatombe ambiental mediante la creación de una nueva época o Quinto Sol a partir del sacrificio de sus mártires, ya que el sentido de esta prehistórica cultura del sacrificio habría sido la aceleración de la integración y desarrollo de las razas europeas, que se habrían mantenido aisladas de la civilización mundial de finales del Pleistoceno por efectos de la glaciación, con las razas de color del resto de los continentes, que habrían sido las protagonistas de dicha ancestral civilización.
Resulta hoy necesaria una reorganización de la sociedad civil estructurada en sus diversas comunidades locales y transnacionales, cuya diversidad de culturas y religiones resultan afines a la planeación de una economía comunitaria en coexistencia con el capitalismo para evadir y superar las amenazas ambientales del cambio climático y contribuir a la reconstrucción ambiental y el retorno a una relativa estabilidad climática.
Para lo que se requiere adoptar medidas como la eliminación de los salarios de los gobernantes electos popularmente, las cuotas obligatorias a sindicatos, los subsidios a partidos políticos y demás excesos financieros que tienen comprada a la democracia impidiéndole la concretización de un desarrollo sustentable.
Entre las raíces culturales del mundo moderno se encuentra particularmente arraigado el mesianismo, pero Mesías no significa más que rey, y corresponde a nuestros gobernantes, a quienes elegimos democráticamente, convertirse en los auténticos líderes morales y espirituales que la sociedad civil requiere.
Por lo pronto la sociedad civil puede utilizar recursos constitucionales como el plebiscito y el referéndum para consensar demandas como la eliminación de los salarios de los gobernantes electos popularmente, para exigir a los legisladores federales que la aprueben y eleven al nivel constitucional para entrar en vigor a partir del inicio de la siguiente legislatura federal. Así quienes presenten su candidatura en los siguientes períodos lo harán conscientes de que no contaran con este ingreso y por lo tanto con mayor probabilidad sus aspiraciones tendrán que estar más centradas en el bien colectivo.
A partir de lo cual podrá realizarse la construcción de un nuevo paradigma de éxito personal que no requiera del enriquecimiento material, sino de una participación social efectiva, que convierta al género humano de depredador en creador del medio ambiente natural.
Ahora bien, existe una inesperada correlación entre la cronología de la Historia de los Soles o épocas cosmogónicas por las que ha pasado la población mesoamericana, del Códice Vaticano, con los últimos 14 mil años de la historia geológica en Mesoamérica y la producción cultural religiosa durante la Historia Universal.
Éste y otros indicios que existen por todo el mundo permiten formular la siguiente hipótesis: Existió una civilización mundial de finales del Pleistoceno que padeció sus cataclismos climáticos, cuyo traumatismo habría provocado en sus sobrevivientes y descendientes la creación de apocalípticas y mesiánicas religiones de sacrificios humanos, que parecen haber favorecido desde la prehistoria el desarrollo de la Civilización Occidental, al violentar a las razas europeas y motivar sus primeras guerras de conquista, evolucionando en las actuales religiones como el Cristianismo, que es la que más conserva una simbología sacrificial, para finalmente esperar la llegada de Occidente en América mediante las profecías de Quetzalcóatl, Kukulcán y Viracocha, que habrían de venir a reinar.
Con la pretensión de salvar a la humanidad de una nueva hecatombe ambiental mediante la creación de una nueva época o Quinto Sol a partir del sacrificio de sus mártires, ya que el sentido de esta prehistórica cultura del sacrificio habría sido la aceleración de la integración y desarrollo de las razas europeas, que se habrían mantenido aisladas de la civilización mundial de finales del Pleistoceno por efectos de la glaciación, con las razas de color del resto de los continentes, que habrían sido las protagonistas de dicha ancestral civilización.
Resulta hoy necesaria una reorganización de la sociedad civil estructurada en sus diversas comunidades locales y transnacionales, cuya diversidad de culturas y religiones resultan afines a la planeación de una economía comunitaria en coexistencia con el capitalismo para evadir y superar las amenazas ambientales del cambio climático y contribuir a la reconstrucción ambiental y el retorno a una relativa estabilidad climática.
Para lo que se requiere adoptar medidas como la eliminación de los salarios de los gobernantes electos popularmente, las cuotas obligatorias a sindicatos, los subsidios a partidos políticos y demás excesos financieros que tienen comprada a la democracia impidiéndole la concretización de un desarrollo sustentable.
Entre las raíces culturales del mundo moderno se encuentra particularmente arraigado el mesianismo, pero Mesías no significa más que rey, y corresponde a nuestros gobernantes, a quienes elegimos democráticamente, convertirse en los auténticos líderes morales y espirituales que la sociedad civil requiere.
Por lo pronto la sociedad civil puede utilizar recursos constitucionales como el plebiscito y el referéndum para consensar demandas como la eliminación de los salarios de los gobernantes electos popularmente, para exigir a los legisladores federales que la aprueben y eleven al nivel constitucional para entrar en vigor a partir del inicio de la siguiente legislatura federal. Así quienes presenten su candidatura en los siguientes períodos lo harán conscientes de que no contaran con este ingreso y por lo tanto con mayor probabilidad sus aspiraciones tendrán que estar más centradas en el bien colectivo.
A partir de lo cual podrá realizarse la construcción de un nuevo paradigma de éxito personal que no requiera del enriquecimiento material, sino de una participación social efectiva, que convierta al género humano de depredador en creador del medio ambiente natural.
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