Los avatares de la cuántica
Siempre hemos tenido preguntas difíciles que tienen sabias respuestas
¿Cómo se generó el cosmos?
Dios lo creo en 7 días nos dijeron en la escuela, fueron los dioses gemelos le dijeron a los mayas, todas las culturas han tenido una explicación.
¿Cómo es el cosmos? ¿de que esta hecho?
Aristóteles tuvo la respuesta durante siglos.
Los elementos que la constituyen son agua, aire, tierra, fuego y mas allá la quinta esencia, la perfección.
Las estrellas eran perfectas e inamovibles como Dios, todo giraba en torno a la tierra donde estaba el rey de la creación, el hombre.
Pero luego vino Copérnico y resulta que no era cierto, la tierra giraba alrededor del sol y el sol alrededor de la galaxia y para colmo había ciento de galaxias.
Luego resultó que todo estaba constituido de átomos, indivisibles alrededor de 118 diferentes tipos, ahí estaba los elementos con lo que había sido construido todo.
Pero llegó la cuántica y dijo que los átomos estaba compuestos de partículas subatómicas denominadas quarks y apareció una nueva cosmogonía, el universo había surgido de una gran explosión, ¿que explotó? ¡Quien sabe¡ pero todo surgió de ese punto.
La cuántica no se detuvo, nos dijo que la física de Newton no era determinística sino estadística, un promedio de lo que ocurría con las partículas, los hombres éramos el resultado de las partículas que nos formaban.
Y empezamos a extrapolar los resultados de la cuántica, cada nuevo experimento de la física cuántica, sacudía la filosofía, la teología y todas las ciencias que se le atravesaban.
Vimos que el observador colapsaba la función de onda y dedujimos que la conciencia generaba realidad, todo el universo era mental, ¿en la mente de quien?.
Observábamos que las partículas entrelazadas se comunicaban en forma instantánea y concluimos que todo acontecía “aquí y ahora” no existía el tiempo ni el espacio.
Pero resulta que las partículas entrelazadas pierden el entrelazamiento, así que el “aquí y ahora” pasa a ser “Dónde y cuando”
También la función de onda se colapsa lo quiera el observador o no, por lo que no es la conciencia sino la presencia lo que colapsa y no es un cambio de energía por materia sino solo la forma en que se manifiesta la energía, así que la conciencia solo crea ilusiones dentro del cerebro.
Considerábamos que no era posible medir la posición y el par de una partícula y surgió la incertidumbre de Heinsemberg, se destruía el determinismo de la física clásica y con el surgían filosofías interesantes y rebuscadas, la metafísica regresaba.
Esta indeterminación se conectaba con el efecto túnel, la energía del punto cero, la existencia de las partículas virtuales, la energía del vacío, la radiación de Hawking, como dicen en mi pueblo “pa´tras los fielders” las cosas no eran como creíamos y aparecieron los magos.
En estos días la revista American Scientific publica que el físico John C. Howell y su equipo de la Universidad de Rochester se propusieron medir la posición y el momento de un fotón de una partícula de luz y lo lograron, lo cual nos lleva a una reflexión elemental, no es que no se pudiera medir la posición y el momento de forma simultánea ES QUE NO TENIAN LA TECNOLOGIA PARA HACERLO.
¡OH Dios¡ y ahora ¿que vamos a hacer con todas las filosofías y teorías chamanescas que se generaron de estos experimentos?
¿Se acabaran los neomagos, los chamanes, los adivinadores, los cieneciólogos?
¡NO¡ porque hay muchos fenómenos que no podemos explicar, ni reproducir pero sobre todo no podemos demostrar su inexistencia.
Así que habrá que replantear muchas cosas, seguir buscando causas y orígenes, perfeccionar los experimentos, generar nuevas tecnologías, reflexionar mucho, aceptar la inmensidad del conocimiento, la pequeñez de nuestras mentes y estar felices de que así sea.
Marcos Barraza Urquidi
Siempre hemos tenido preguntas difíciles que tienen sabias respuestas
¿Cómo se generó el cosmos?
Dios lo creo en 7 días nos dijeron en la escuela, fueron los dioses gemelos le dijeron a los mayas, todas las culturas han tenido una explicación.
¿Cómo es el cosmos? ¿de que esta hecho?
Aristóteles tuvo la respuesta durante siglos.
Los elementos que la constituyen son agua, aire, tierra, fuego y mas allá la quinta esencia, la perfección.
Las estrellas eran perfectas e inamovibles como Dios, todo giraba en torno a la tierra donde estaba el rey de la creación, el hombre.
Pero luego vino Copérnico y resulta que no era cierto, la tierra giraba alrededor del sol y el sol alrededor de la galaxia y para colmo había ciento de galaxias.
Luego resultó que todo estaba constituido de átomos, indivisibles alrededor de 118 diferentes tipos, ahí estaba los elementos con lo que había sido construido todo.
Pero llegó la cuántica y dijo que los átomos estaba compuestos de partículas subatómicas denominadas quarks y apareció una nueva cosmogonía, el universo había surgido de una gran explosión, ¿que explotó? ¡Quien sabe¡ pero todo surgió de ese punto.
La cuántica no se detuvo, nos dijo que la física de Newton no era determinística sino estadística, un promedio de lo que ocurría con las partículas, los hombres éramos el resultado de las partículas que nos formaban.
Y empezamos a extrapolar los resultados de la cuántica, cada nuevo experimento de la física cuántica, sacudía la filosofía, la teología y todas las ciencias que se le atravesaban.
Vimos que el observador colapsaba la función de onda y dedujimos que la conciencia generaba realidad, todo el universo era mental, ¿en la mente de quien?.
Observábamos que las partículas entrelazadas se comunicaban en forma instantánea y concluimos que todo acontecía “aquí y ahora” no existía el tiempo ni el espacio.
Pero resulta que las partículas entrelazadas pierden el entrelazamiento, así que el “aquí y ahora” pasa a ser “Dónde y cuando”
También la función de onda se colapsa lo quiera el observador o no, por lo que no es la conciencia sino la presencia lo que colapsa y no es un cambio de energía por materia sino solo la forma en que se manifiesta la energía, así que la conciencia solo crea ilusiones dentro del cerebro.
Considerábamos que no era posible medir la posición y el par de una partícula y surgió la incertidumbre de Heinsemberg, se destruía el determinismo de la física clásica y con el surgían filosofías interesantes y rebuscadas, la metafísica regresaba.
Esta indeterminación se conectaba con el efecto túnel, la energía del punto cero, la existencia de las partículas virtuales, la energía del vacío, la radiación de Hawking, como dicen en mi pueblo “pa´tras los fielders” las cosas no eran como creíamos y aparecieron los magos.
En estos días la revista American Scientific publica que el físico John C. Howell y su equipo de la Universidad de Rochester se propusieron medir la posición y el momento de un fotón de una partícula de luz y lo lograron, lo cual nos lleva a una reflexión elemental, no es que no se pudiera medir la posición y el momento de forma simultánea ES QUE NO TENIAN LA TECNOLOGIA PARA HACERLO.
¡OH Dios¡ y ahora ¿que vamos a hacer con todas las filosofías y teorías chamanescas que se generaron de estos experimentos?
¿Se acabaran los neomagos, los chamanes, los adivinadores, los cieneciólogos?
¡NO¡ porque hay muchos fenómenos que no podemos explicar, ni reproducir pero sobre todo no podemos demostrar su inexistencia.
Así que habrá que replantear muchas cosas, seguir buscando causas y orígenes, perfeccionar los experimentos, generar nuevas tecnologías, reflexionar mucho, aceptar la inmensidad del conocimiento, la pequeñez de nuestras mentes y estar felices de que así sea.
Marcos Barraza Urquidi
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