Participé en una conferencia auspiciada por la empresa, donde nos pusieron un video con una historia muy interesante.
Está "traducida" al "mexicano" por mí, así que espero no haber perdido la esencia:
Está "traducida" al "mexicano" por mí, así que espero no haber perdido la esencia:
Ese día había visitado el supermercado un importante conferencista, presentando el tema “La importancia de generar un cambio en nuestra organización”.
Todos los empleados, incluyendo los cerillitos empacadores, habían sido invitados.
A los pocos días, el conferencista recibió una llamada de Juanito, un empacador con Síndrome de Down que había quedado impactado con el mensaje; pero estaba muy triste porque, según le dijo al conferencista “Es que… yo tengo muchas ganas de hacer algo por que la gente que viene a nuestro súper esté feliz de hacerlo; pero solo soy el cerillito, y no creo que pueda hacer nada”.
Al conferencista le dio ternura la sinceridad de Juanito, y con un nudo en la garganta solo atinó a decirle: “Juanito, no te preocupes, algo se te ocurrirá. Piensa en que eres talentoso y seguro se te ocurrirá algo”.
Esa noche, Juanito llegó a su casa y se recostó pensando... De pronto, una idea vino a su mente. “¡Ya sé! Escribiré diferentes pensamientos en papelitos y cuando la gente recoja su mandado, echaré un papelito en sus bolsas…”.
A partir de ese día, todas las noches Juanito escribía montón de pensamientos que encontraba en revistas, libros o veía en la tele o escuchaba en el radio, o incluso se le ocurrían a él mismo; y con mucho cuidado los recortaba y apilaba para su uso al día siguiente en el súper. Ahí, cada cliente recibía un “Que tenga un buen día” junto con sus bolsas de mandado y el pensamiento que Juanito siempre depositaba en las mismas.
Al paso del tiempo, el encargado del súper notó que la fila de Juanito era la que más gente tenía, por lo que mandó abrir otras cajas e invitó a los clientes a formarse en ellas; pero se sorprendió al ver que nadie quería moverse de la caja donde Juanito empacaba.
Días después, poco después de descubrir el motivo, el encargado encontró que otros empacadores comenzaron a hacer lo mismo y eventualmente las visitas al súper crecieron y así mismo creció el negocio.
El encargado reflexionó que, no importa que papel desempeñe cualquier persona; basta con que desee ser parte del cambio para que las cosas mejoren.
Y tú, ¿qué harás hoy para que mejoren las cosas en tu organización, escuela, empresa, casa, país?
Todos los empleados, incluyendo los cerillitos empacadores, habían sido invitados.
A los pocos días, el conferencista recibió una llamada de Juanito, un empacador con Síndrome de Down que había quedado impactado con el mensaje; pero estaba muy triste porque, según le dijo al conferencista “Es que… yo tengo muchas ganas de hacer algo por que la gente que viene a nuestro súper esté feliz de hacerlo; pero solo soy el cerillito, y no creo que pueda hacer nada”.
Al conferencista le dio ternura la sinceridad de Juanito, y con un nudo en la garganta solo atinó a decirle: “Juanito, no te preocupes, algo se te ocurrirá. Piensa en que eres talentoso y seguro se te ocurrirá algo”.
Esa noche, Juanito llegó a su casa y se recostó pensando... De pronto, una idea vino a su mente. “¡Ya sé! Escribiré diferentes pensamientos en papelitos y cuando la gente recoja su mandado, echaré un papelito en sus bolsas…”.
A partir de ese día, todas las noches Juanito escribía montón de pensamientos que encontraba en revistas, libros o veía en la tele o escuchaba en el radio, o incluso se le ocurrían a él mismo; y con mucho cuidado los recortaba y apilaba para su uso al día siguiente en el súper. Ahí, cada cliente recibía un “Que tenga un buen día” junto con sus bolsas de mandado y el pensamiento que Juanito siempre depositaba en las mismas.
Al paso del tiempo, el encargado del súper notó que la fila de Juanito era la que más gente tenía, por lo que mandó abrir otras cajas e invitó a los clientes a formarse en ellas; pero se sorprendió al ver que nadie quería moverse de la caja donde Juanito empacaba.
Días después, poco después de descubrir el motivo, el encargado encontró que otros empacadores comenzaron a hacer lo mismo y eventualmente las visitas al súper crecieron y así mismo creció el negocio.
El encargado reflexionó que, no importa que papel desempeñe cualquier persona; basta con que desee ser parte del cambio para que las cosas mejoren.
Y tú, ¿qué harás hoy para que mejoren las cosas en tu organización, escuela, empresa, casa, país?
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