Mientras la gente está en México horrorizada por el cadáver encontrado de Fernando Martí, hijo del otrora dueño de las tiendas Martí y los deportivos "exclusivos" Sport City (todavía recuerdo cuando hace 15 años, el que abrieron en San Antonio, me quería cobrar 8 mil pesos... no estoy seguro si anuales o menusales pero para ese entonces para mí era simplemente un montón; por lo que al final obviamente ni me inscribí); y lo más escandaloso es que esto haya sucedido aún después de haber pagado el rescate de cinco millones de pesos; por otro lado hay funcionarios mexicanos que cuestionan que mañana será ejecutado un tipo mexicano que fue violador y que asesinó a sus víctimas en Texas.
Me pregunto: ¿el que sea mexicano es suficiente para que nos cause lástima? ¿En qué cabeza cabe que, por ser "paisano" nos de por pedir que sea indultado?
¿Pues en qué país vivimos?
Aquellos puritanos que digan "hay mucho inocente condenado injustamente" que se abstenga de venir a rasgarse las vestiduras. Cierto, si el tipo es inocente; es totalmente injusto que le quieran aplicar la pena capital.
Pero por lo que he escuchado, nadie cuestiona su culpabilidad.
Y aquellos que vengan a canturrear que "la pena de muerte no resuelve nada". Cierto, la pena de muerte en sí misma no es la solución, y no es que yo la apoye. Pero ese no es el caso.
Lo que nadamás no cabe en mi cabeza es que haya gente que considere la posibilidad de que este individuo, por muy mexicano que sea, merezca ser indultado.
Me pregunto: ¿el que sea mexicano es suficiente para que nos cause lástima? ¿En qué cabeza cabe que, por ser "paisano" nos de por pedir que sea indultado?
¿Pues en qué país vivimos?
Aquellos puritanos que digan "hay mucho inocente condenado injustamente" que se abstenga de venir a rasgarse las vestiduras. Cierto, si el tipo es inocente; es totalmente injusto que le quieran aplicar la pena capital.
Pero por lo que he escuchado, nadie cuestiona su culpabilidad.
Y aquellos que vengan a canturrear que "la pena de muerte no resuelve nada". Cierto, la pena de muerte en sí misma no es la solución, y no es que yo la apoye. Pero ese no es el caso.
Lo que nadamás no cabe en mi cabeza es que haya gente que considere la posibilidad de que este individuo, por muy mexicano que sea, merezca ser indultado.
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