Hace algunos años me inserté en una de esas jaurías. Todavía no terminaba la escuela y la promesa de pertenecer a la clase política era tentadora. No voy a decir nombres, pero a los pocos meses, me di cuenta que era un cochinero chingón. Anecdotas tengo varias y de muchos tipos y entre esas tengo las de los escándalos sexuales. Todos tenemos compulsiones sexuales, pero es obvio que no las llevamos a cabo acotados por la moral, la decencia, la familia o la ley. Pero los políticos, impunes, con dineros fáciles es común que le den rienda suelta a sus filias sexuales.
En aquel tiempo, el 90% de los asuntos importantes se arreglaban empezando en el Angus y siguiendo en el Men´s Club. Esos lugares eran y creo, siguen siendo, una especie de Oficina y más allá de los precios escandalosos, no hay mucho de qué espantarse. Iba entre 3 y 4 veces a la semana con mi jefe a arreglar asuntos y ya de ahí, la cosa podía ir in cresendo hasta terminar en otros Estados de la República y en otros estados de conciencia y de moral. En varias ocasiones después de "arreglar el asunto", acompañé a mi jefe a otros lugares ahí en la zona rosa en los que con un fajo de billetes en la mano, cerraban un lugar completo y sacaban a todos los que estaban adentro para evitar fotos e indiscresiones.
Entre ellos, el que tenía casa chica y más chica era el común y el que no se estaba "cogiendo" por lo menos a la secretaria y a dos tres edecanes era porque le faltaba testosterona, no se le paraba o era un pendejo. De los dichos dichos comunes que se decían eran:
-Yo voy a llegar a presidente aunque el pito me huela a caca.
-El amor más barato es el amor comprado.
-Mientras tenga pelos y apriete, aunque sea oreja de puerco.
-No importa que sea pobre y esté bien naquita, con que esté limpia..
Hay escandalitos famosos. Pero famosos por accidente, porque generalmente se cubren todo entre todos. El asunto de la madrota que regenteaba a las edecanes en el Congreso, el Helicóptero del Amor, el Gober Precioso.
Llevo años lejos del asunto y hasta se me habían olvidado los excesos que vi, pero ayer, exactamente ayer, fui a desayunar al Four Points by Sheraton que está sobre Periférico un poco antes de Satélite. Antes era el María Bárbara, pero llevo algunos años desayunando ahí los sábados o los domingos.
La cosa es que cunado llegué, había por lo menos una decena de patrullas entre Estatales, Municipales y Ministeriales. Cuando le pregunté al capitán del restaurante que con los años se ha vuelto mi amigo, me dijo lo siguiente:
Es que llegó el Secretario del Presidente Municipal de Tlalnepantla en la noche con una chavita menor de edad, muy guapita. Venían hasta la madre, pedísimos y bien cocos. Agarraron la fiesta hasta la mañana y hace rato este guey madreó a la chavita y le sacó una pistola. Ella se encerró en el baño y le habló a sus papás. Sus papás le hablaron a la policía y se armó el desmadre. Parece que la chavita está muy madreada y muy pasada también. Ya llamaron a un doctor pero el doctor dice que se la van a tener que llevar porque le puede dar un infarto.
Seguí desayunando y desde el restaurant se ven las habitaciones. Se veía entrada y salida de muchas personas. Es restaurant se llenó de esos personajes sombríos. Pantalón de vestir, camisa y chamarra, muchos con pistolas al cinto.
En aquel tiempo, el 90% de los asuntos importantes se arreglaban empezando en el Angus y siguiendo en el Men´s Club. Esos lugares eran y creo, siguen siendo, una especie de Oficina y más allá de los precios escandalosos, no hay mucho de qué espantarse. Iba entre 3 y 4 veces a la semana con mi jefe a arreglar asuntos y ya de ahí, la cosa podía ir in cresendo hasta terminar en otros Estados de la República y en otros estados de conciencia y de moral. En varias ocasiones después de "arreglar el asunto", acompañé a mi jefe a otros lugares ahí en la zona rosa en los que con un fajo de billetes en la mano, cerraban un lugar completo y sacaban a todos los que estaban adentro para evitar fotos e indiscresiones.
Entre ellos, el que tenía casa chica y más chica era el común y el que no se estaba "cogiendo" por lo menos a la secretaria y a dos tres edecanes era porque le faltaba testosterona, no se le paraba o era un pendejo. De los dichos dichos comunes que se decían eran:
-Yo voy a llegar a presidente aunque el pito me huela a caca.
-El amor más barato es el amor comprado.
-Mientras tenga pelos y apriete, aunque sea oreja de puerco.
-No importa que sea pobre y esté bien naquita, con que esté limpia..
Hay escandalitos famosos. Pero famosos por accidente, porque generalmente se cubren todo entre todos. El asunto de la madrota que regenteaba a las edecanes en el Congreso, el Helicóptero del Amor, el Gober Precioso.
Llevo años lejos del asunto y hasta se me habían olvidado los excesos que vi, pero ayer, exactamente ayer, fui a desayunar al Four Points by Sheraton que está sobre Periférico un poco antes de Satélite. Antes era el María Bárbara, pero llevo algunos años desayunando ahí los sábados o los domingos.
La cosa es que cunado llegué, había por lo menos una decena de patrullas entre Estatales, Municipales y Ministeriales. Cuando le pregunté al capitán del restaurante que con los años se ha vuelto mi amigo, me dijo lo siguiente:
Es que llegó el Secretario del Presidente Municipal de Tlalnepantla en la noche con una chavita menor de edad, muy guapita. Venían hasta la madre, pedísimos y bien cocos. Agarraron la fiesta hasta la mañana y hace rato este guey madreó a la chavita y le sacó una pistola. Ella se encerró en el baño y le habló a sus papás. Sus papás le hablaron a la policía y se armó el desmadre. Parece que la chavita está muy madreada y muy pasada también. Ya llamaron a un doctor pero el doctor dice que se la van a tener que llevar porque le puede dar un infarto.
Seguí desayunando y desde el restaurant se ven las habitaciones. Se veía entrada y salida de muchas personas. Es restaurant se llenó de esos personajes sombríos. Pantalón de vestir, camisa y chamarra, muchos con pistolas al cinto.
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