La producción y el intercambio de bienes y servicios es lo que determina el desarrollo de las personas y pueblos.
Normalmente uno da un producto o servicio y recibe al similar a cambio en dinero, bienes o servicios la forma puede ser libre o forzada, esto determina en gran medida el desarrollo de las sociedades y países, hoy me gustaría analizar el caso donde una persona no recibe nada a cambio de sus bienes o servicios.
Esto se podría dividir y simplificar en dos cuando la persona da y cuando se lo quitan y a su vez cada uno de estos actos los podemos dividir en dos cada uno, cuando damos por amor y cuando damos por vanidad, cuando nos quitan “legalmente” y cuando nos roban.
Hablar de la caridad es hablar del cambio que generó nuestra actual civilización y encuentra su máxima expresión en el sermón de la montaña, donde se da la bienaventuranza a los misericordiosos “dad de beber al sediento”, “dar de comer al hambriento”, “visitar al enfermo”
La doctrina del amaos los unos a los otros, el perdón por las ofensas, la misericordia cambió a la humanidad, el dar con amor fusiona una sociedad, genera solidaridad y consolida a un pueblo.
Pero también habló de la hipocresía del que da para sentirse liberado de culpas o para parecer mejor que otros.
La caridad como todo acto de amor, viene de la libertad y la espontaneidad, jamás se puede imponer.
Caridad nunca podrá ser disponer de lo bienes de otros para socorrer a un tercero, el robar a unos para dar a otros no es parte del evangelio, es un acto hostil que genera violencia.
Del amaos los unos a los otros jamás se podrá deducir el robaos los unos a los otros y si el efecto de la caridad es la solidaridad y la unión de las sociedades, el robar a unos para dar a otros es la siembra de odio y desgarramiento de toda sociedad.
No importa cuanto tenga uno y cuanto carezca el otro, el arrebatarle a alguien el producto de su trabajo genera odio y desunión, desalienta el trabajo y divide a la sociedad.
El solo hecho de plantearlo, de predicarlo genera desconfianza y división y es la tragedia del pueblo mexicanos, siempre estamos envidiando al que tiene un poco mas que nosotros, porque así nos han educado en el odio a los que tienen como si ellos nos hubieran quitado lo que nunca hemos generado.
Celebraremos este año la revolución mexicana, la caída de los hacendados, de los “ricos” malos y el arribo al poder de los pobres “buenos”.
Una de las primeras grandes hazañas del centauro del norte, nuestro máximo héroe, fue asaltar a un par de rancheros que venían de haber vendido sus quesos en Parral, sus cuerpos quedaron colgando de un árbol, miles de pequeños comerciantes perdieron su patrimonio y muchos sus vidas, en este ajuste de cuentas que celebraremos con pompa y circunstancia.
Carrancear y robar se volvieron sinónimos, los generales que se fueron pasando el poder robaban en nombre de los pobres volviéndose inmensamente ricos y al subir al poder los civiles siguieron el mismo camino, las hordas echeverriasticas recorrieron el país invadiendo ranchos y haciendas saqueando todo en nombre de los pobres.
Los perredistas, se roban predios, amenazan y realizan compras hostiles para construir para los pobrecitos y hacerse millonarios.
La ideología robinhoodezca sigue siendo el motor de la ideología zurda en México y lamentablemente está en el discurso de la mayor parte de los políticos, consideran hacer justicia en quitarle al que tiene para darle al que carece, desalentando al que trabaja.
Como nos hace falta una ideología de solidaridad, de perdón, de reconciliación, de respeto, ¿cuando saldrá el discurso que prescinda de la lucha de clases como motor principal?
Se ha sembrado el odio suficiente para otra revolución, la semilla esta en el campo pendiente de que se le riegue con sangre ¿será este año el inicio de otro genocidio mexicano?
Normalmente uno da un producto o servicio y recibe al similar a cambio en dinero, bienes o servicios la forma puede ser libre o forzada, esto determina en gran medida el desarrollo de las sociedades y países, hoy me gustaría analizar el caso donde una persona no recibe nada a cambio de sus bienes o servicios.
Esto se podría dividir y simplificar en dos cuando la persona da y cuando se lo quitan y a su vez cada uno de estos actos los podemos dividir en dos cada uno, cuando damos por amor y cuando damos por vanidad, cuando nos quitan “legalmente” y cuando nos roban.
Hablar de la caridad es hablar del cambio que generó nuestra actual civilización y encuentra su máxima expresión en el sermón de la montaña, donde se da la bienaventuranza a los misericordiosos “dad de beber al sediento”, “dar de comer al hambriento”, “visitar al enfermo”
La doctrina del amaos los unos a los otros, el perdón por las ofensas, la misericordia cambió a la humanidad, el dar con amor fusiona una sociedad, genera solidaridad y consolida a un pueblo.
Pero también habló de la hipocresía del que da para sentirse liberado de culpas o para parecer mejor que otros.
La caridad como todo acto de amor, viene de la libertad y la espontaneidad, jamás se puede imponer.
Caridad nunca podrá ser disponer de lo bienes de otros para socorrer a un tercero, el robar a unos para dar a otros no es parte del evangelio, es un acto hostil que genera violencia.
Del amaos los unos a los otros jamás se podrá deducir el robaos los unos a los otros y si el efecto de la caridad es la solidaridad y la unión de las sociedades, el robar a unos para dar a otros es la siembra de odio y desgarramiento de toda sociedad.
No importa cuanto tenga uno y cuanto carezca el otro, el arrebatarle a alguien el producto de su trabajo genera odio y desunión, desalienta el trabajo y divide a la sociedad.
El solo hecho de plantearlo, de predicarlo genera desconfianza y división y es la tragedia del pueblo mexicanos, siempre estamos envidiando al que tiene un poco mas que nosotros, porque así nos han educado en el odio a los que tienen como si ellos nos hubieran quitado lo que nunca hemos generado.
Celebraremos este año la revolución mexicana, la caída de los hacendados, de los “ricos” malos y el arribo al poder de los pobres “buenos”.
Una de las primeras grandes hazañas del centauro del norte, nuestro máximo héroe, fue asaltar a un par de rancheros que venían de haber vendido sus quesos en Parral, sus cuerpos quedaron colgando de un árbol, miles de pequeños comerciantes perdieron su patrimonio y muchos sus vidas, en este ajuste de cuentas que celebraremos con pompa y circunstancia.
Carrancear y robar se volvieron sinónimos, los generales que se fueron pasando el poder robaban en nombre de los pobres volviéndose inmensamente ricos y al subir al poder los civiles siguieron el mismo camino, las hordas echeverriasticas recorrieron el país invadiendo ranchos y haciendas saqueando todo en nombre de los pobres.
Los perredistas, se roban predios, amenazan y realizan compras hostiles para construir para los pobrecitos y hacerse millonarios.
La ideología robinhoodezca sigue siendo el motor de la ideología zurda en México y lamentablemente está en el discurso de la mayor parte de los políticos, consideran hacer justicia en quitarle al que tiene para darle al que carece, desalentando al que trabaja.
Como nos hace falta una ideología de solidaridad, de perdón, de reconciliación, de respeto, ¿cuando saldrá el discurso que prescinda de la lucha de clases como motor principal?
Se ha sembrado el odio suficiente para otra revolución, la semilla esta en el campo pendiente de que se le riegue con sangre ¿será este año el inicio de otro genocidio mexicano?
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