Gerardo, desde el principio cuando el hombre toma conciencia del universo y de sí mismo, intuye que el universo es mas que un montón de piedras y energía y que el mismo por consecuencia es mas que un costal de huesos.
Percibe que hay cosas que se escapan de sus sentidos y su mente se llena de interrogantes
Y ante estas preguntas surgen multitud de respuestas difíciles de demostrar por su esencia propia.
El trato diario con semejantes les lleva a intuir que hay algo mas en cada persona y empiezan a darles nombre y adjetivos, surge el concepto de ser humanos y ser supremo.
Abstracciones no muy fáciles de comprender. Cada persona tiene sus propias percepciones, su esencia particular, su relación con los demás seres y en especial con el ser supremo.
No todos tenemos la misma capacidad de abstracción y en los pueblos primitivos que tenían que dedicar casi todo su tiempo a trabajos manuales de supervivencia, dedicaban poco tiempo a la reflexión y asumían como propias las reflexiones de la pequeña elite que solo se dedicaba al estudio, de ahí surgen las religiones, con sus dogmas, morales y culto.
La religión perfecta no ha aparecido, como tampoco el hombre perfecto, la perfección le quitaría el sentido a la vida.
La Iglesia Católica ha perdurado por dos mil años y ha albergado en su seno gente muy brillante, también a la no brillante, al hombre bueno y al hombre malo, es la cuna de la civilización occidental actual, motivo de cohesión y de división, aliada del pobre y del poderoso, del hombre común y del soberbio.
En México, es la fundadora de nuestra cultura y sociedad, es la Iglesia del cura sufriendo con el pueblo y el obispo disfrutando con el poderoso, la Iglesia de los fieles y de los apóstatas, de los creyentes y de los no creyentes.
Porque en las eternas paradojas de los mexicanos, sus más grandes detractores fueron formados por ella.
A pesar de los errores de sus ministros y miembros, la Iglesia prevalecerá porque se sustenta en una idea poderosa e imprescindible para formar una civilización, una idea a la que nos resistimos porque solo la vemos en una dirección, una idea que representa la esperanza de sobrevivencia “Amaos los unos a los otros”
Marcos Barraza Urquidi
Percibe que hay cosas que se escapan de sus sentidos y su mente se llena de interrogantes
Y ante estas preguntas surgen multitud de respuestas difíciles de demostrar por su esencia propia.
El trato diario con semejantes les lleva a intuir que hay algo mas en cada persona y empiezan a darles nombre y adjetivos, surge el concepto de ser humanos y ser supremo.
Abstracciones no muy fáciles de comprender. Cada persona tiene sus propias percepciones, su esencia particular, su relación con los demás seres y en especial con el ser supremo.
No todos tenemos la misma capacidad de abstracción y en los pueblos primitivos que tenían que dedicar casi todo su tiempo a trabajos manuales de supervivencia, dedicaban poco tiempo a la reflexión y asumían como propias las reflexiones de la pequeña elite que solo se dedicaba al estudio, de ahí surgen las religiones, con sus dogmas, morales y culto.
La religión perfecta no ha aparecido, como tampoco el hombre perfecto, la perfección le quitaría el sentido a la vida.
La Iglesia Católica ha perdurado por dos mil años y ha albergado en su seno gente muy brillante, también a la no brillante, al hombre bueno y al hombre malo, es la cuna de la civilización occidental actual, motivo de cohesión y de división, aliada del pobre y del poderoso, del hombre común y del soberbio.
En México, es la fundadora de nuestra cultura y sociedad, es la Iglesia del cura sufriendo con el pueblo y el obispo disfrutando con el poderoso, la Iglesia de los fieles y de los apóstatas, de los creyentes y de los no creyentes.
Porque en las eternas paradojas de los mexicanos, sus más grandes detractores fueron formados por ella.
A pesar de los errores de sus ministros y miembros, la Iglesia prevalecerá porque se sustenta en una idea poderosa e imprescindible para formar una civilización, una idea a la que nos resistimos porque solo la vemos en una dirección, una idea que representa la esperanza de sobrevivencia “Amaos los unos a los otros”
Marcos Barraza Urquidi
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